Buscar

Ingrese su búsqueda


Búsqueda Avanzada



Ultimos post del blog Diario de un loco No cualquiera | ¿Quién me enlaza?
(BETA)


Etiquetas: [ayudar]  [decidir]  [decisiones]  [discoteca]  [Ella]  [urgencia]  
Fecha Publicación: 2025-10-15T00:07:00.001-05:00

Ella me vio, estiró su mano y su mirada me lo dijo todo.

Sabía exactamente en que me estaba metiendo y de haber tenido la cobardía necesaria habría cerrado los ojos, pero no era el caso, ya había tomado mi decisión, sabía que me haría daño, sabía que me abandonaría en el instante en que tuviera oportunidad, sino la traicionaba antes.

Pero el caso es que ella estaba allí y sus ojos buscaron los míos, pedía ayuda y yo, naturalmente, salté.

Toqué el hombro de aquel sujeto, volteó, y mientras volteaba tomé la mano de aquella chica y la jalé hacia mi. Estaba condenado, esperaba el grito, el golpe, en cualquier momento alguien gritaría mi nombre y una gresca inundaría aquel asfixiante ambiente, pero nada de eso pasó. Me moví entre la multitud hasta encontrar un claro donde descansar y de repente me encontré tomando la mano de esta chica, que entre asustada y jadeante se aferraba a la mía. Ya la había sacado del apuro, pero ahora, qué se supone debería hacer? Quizá sacarla de allí? Na, quizá alguien me meta un tiro si intentaba algo tan estúpido, volví a verla, estaba llorando. Y si mi alma no estaba comprometida antes, ahora lo estaba.

—¿Quién eres y que rayos hacías allí?— les juro que quise gritárselo, esos tipos se veían de terror y sensatamente pensaba que lo mejor para esta chica era estar totalmente lejos de ellos. Pero, acaso era yo un buen sujeto? ¿Acaso era yo el caballero en brillante armadura? No, no lo era, sólo era un tipo estúpido que sintió compasión y saltó a ayudar a quien podría ser la causa de su violento apuñalamiento.

Ella seguía con la mirada en el suelo, quizá escondiéndose, pero de quién? de mi? 
Solté su mano... pero ella no soltó la mía.
—¿Estás bien?— le pregunté, quería decirle muchas cosas, pero no encontré mejor manera de preguntar, o quizá si hubiera tenido más tiempo, sinceramente las ideas me daban vueltas en la cabeza y sólo quería salir de allí, nada que ver con el complejo de héroe que acude al rescate, ni siquiera entendía por qué lo hice.

No respondió, soltó mi mano y tapo su rostro, se estaba hiperventilando
—¿Qué rayos pasa con esta chica? pensé y entonces recordé a aquel sujeto, recordé su porte y tatuajes, qué habría sido de él, si es que no nos había encontrado ya o nos estuviera viendo desde algún rincón.
No se me ocurría nada, mis sentidos me decían que me aleje de allí lo más pronto posible, pero mis piernas no se movieron, me quedé allí incapaz de huir. Tomé sus hombros y le dije nuevamente —¿Estás bien?— Terminó de limpiar sus lágrimas, levantó el rostro y encadenó mi futuro. Ella dijo: —Quiero irme a casa— y un silencio tan antinatural cayó pesado sobre mis hombros.

Y si era una trampa? Y si sólo quería llevarme a algún lugar para ser su victima, cuantos héroes muertos hay por ahí, el mundo no necesita uno más de estos estúpidos caballeros.

Y si era verdad? Y si sólo era otra víctima y no una amenaza, qué pruebas tenía de lo uno o lo otro, el tiempo se acaba, la oscuridad no duraría para siempre y nos encontrarían más rápido si seguíamos así. Mi mente comenzó a correr mientras miraba a todo lado, como buscando una salida de emergencia, un escape, una seguridad.

Estiro sus manos y sujetó mi ropa, y dijo —Por favor— y luego de un instante, completó su petición: —Ayúdame— levantó la mirada y vi su rostro, le costaba trabajo tranquilizarse, como si estuviera bajo el efecto de alguna sustancia... pero su esfuerzo no era suficiente y estaba al borde del colapso.

Y yo, estaba allí frente a ella, tenía que decidir.

—No quiero terminar en una zanja— le murmuré, pero antes de escuchar su réplica, tomé su mano y resuelto me dirigí a algún lugar alto, algún lugar alejado, quería ver la entrada, en el mejor de los casos esos gorilas no estarían por ahí, en el peor de los casos, tendríamos que salir a la fuerza.

—Toma, ponte— y le extendí mi casaca —me miró recelosa, ya más tranquila, como pensando sus posibilidades, como viendo a quien se había encomendado.
—Te voy a sacar, pero una vez afuera, te vas, entendido?— Me miró un momento más, sus ojos sopesaban si podía confiar.
—No confíes en mi, sólo te saco y ya, ok?— me miró un momento más y luego respondió: —Ok— tomó mi casaca y se la puso sobre su propia casaca, llevaba una mini casaca roja que teníamos que ocultar pase lo que pase.

Recogí un plástico del suelo y se lo dí -Toma, amarra tu cabello —era rubia— Me miró con cierto asco pero se amarró el cabello igual, ahora ya no llamaba tanto la atención.

Entonces avanzamos entre la multitud, y pude ver la puerta, uno de esos imbéciles estaba allí mirando.
—Abrázame— le dije y extendí mi brazo sobre su hombro..
—¿Qué?— respondió e intentó apartarme.

Acerqué mi rostro al de ella y le dije —Uno de tus amiguitos está allí, abrázame o quédate con él!
Ella rodeó mi cintura con sus brazos y escondió su rostro en mi pecho, entonces le pregunté —¿Quienes son estos causas? pero cuando iba a responder— Basta, mejor no me digas, no quiero saber, vamos!
Y caminamos derechito a la salida, quizá demasiado derecho.

—Tambaléate un poco— me dijo 
—¿Qué?— repliqué casi al instante —Es mejor así, pensarán que yo te estoy sacando a ti y no tu a mi. 
—Ok— respondí y comencé a andar como borracho... 

Estábamos a pocos metros, no podía evitar mirarlo, tenía los mismos tatuajes, la misma ropa y la misma mirada dura e inmisericorde... No quería ser apuñalado en ese lugar así que me esforcé en mi papel.

A medio camino como a dos metros para alcanzarlo, la solté y di media vuelta, gritando: —Quiero volver! Quiero volver! La fiesta sigueeee! Uoooooooh!— Ella se quedó parada, fría, le dio la espalda al sujeto mientras yo hacía mi show, entonces entendió, vino a mi, me tomó de la ropa y comenzó a jalarme y a decir: —Vamos! ya terminó!, No seas así!— Me dejé empujar y llegamos hasta el lado del energúmeno en la puerta, entonces me abrazó y mientras yo sonreía medio sonso salimos de aquel oscuro antro... 

Ninguno volteó, ninguno respiró siquiera... entonces ella me dio un fuerte golpe en las costillas que me hizo saltar y preguntó —Por qué no me avisaste!— dijo molesta en tono bajo para que sólo yo la oyera.
—Pensé que así era mejor— respondí medio aliviado.

Entonces, salido de Dios sabe donde unos largos brazos se enroscaron en mi cuello jalándome hacia atrás y separándome de ella. Estaba en unas gradas, era el mismo sujeto, nos había seguido y había saltado sobre mi.

Vi el rostro de sorpresa y terror de la chica y supe que estaba acabado, en cualquier momento sería degollado, apuñalado o algo peor, y pensé —al menos, me lo llevaré conmigo— me aferré fuerte a su brazo y me lancé por el borde de las gradas...

Caímos 10 metros, 2 pisos de caída libre directamente a un jardín con árboles y piedras, no recuerdo que pasó despues.


Etiquetas: [batalla]  [Guerra]  [Nitro]  [Robots]  
Fecha Publicación: 2025-10-14T23:37:00.001-05:00

Analizando... 
Análisis completo

En medio de la oscuridad, un diagrama tridimensional de un campo de batalla salpicado de puntos titilantes se cargó directamente al visor. Y en silente coreografía, los datos marcaron los objetivos mientras que las IAs sugerían los vectores de ataque.

Tomó la decisión y los motores rugieron.

El nitro aceleró de 0 a muchas G, rápidamente llegó a una velocidad inalcanzable y se estrelló violentamente contra la primera unidad Havoc en el campo de batalla, derribándolo e incapacitándolo en el acto. El golpe no fue anticipado y para sorpresa de su, aún sobreviviente piloto, el nitro dominante, acercó su brazo izquierdo directamente al lugar donde se encontraba el núcleo del Havoc, inmediatamente desplegó su sable de plasma, perforando y dañando severamente la unidad. Retrajo el sable, retiró el brazo y dio unos pasos adelante mientras entraba en el campo de batalla, oficialmente. 

Los motores del nitro rugieron nuevamente. 
Varios objetivos del mapa habían cambiado de color y eran posibles amenazas. La situación había cambiado y ahora el nitro era el objetivo y todos en aquel campo sabían que él estaba allí.

El Havoc dañado comenzó a emitir una vibración inusual, su piloto intentaba escapar pero ya nada podría salvarlo y luego de unos segundos agónicos, estalló en una imponente bola de fuego, la cual fue cortada en dos pues en ese mismo instante el nitro despegó directo al cielo nocturno, y se mantuvo ascendiendo unos breves segundos, era rápido, cambió de trayectoria y volvió a caer en picada sobre su segundo objetivo, una unidad de artillería terrestre, un servotanque que no cesó de escupir plasma hasta que finalmente fue aplastado por el nitro a 300 km/h y bajo 15 toneladas de metálico rencor, siendo entonces devorado por el mismo fuego brillante y abrazador. 

Casi instantáneamente, la artillería comenzó a llover sobre el nitro, desplegó un escudo de energía que se suspendió en el aire, tomó una posición de ataque y comenzó su contraofensiva, rápidamente su propio cañón de pulsos GAUS-Dex.V31, de proyectiles sólidos a impulso electromagnético, comenzó a devolver las intenciones en ráfagas bien medidas, mortalmente dirigidas contra todo aquello que su marcador señalara como una amenaza. 

Pronto, la artillería pesada había convertido el terreno en una zona de escombros humeantes con cierta carga nuclear. El nitro era devastador y su efecto en el campo de batalla era totalmente admirable. 
Sólo existía una unidad que podría plantarle cara y representar un digno contrincante, la unidad Havoc, irónicamente era la unidad que yacía en llamas unos cuantos kilómetros atrás. 

Analizando... 
Análisis completo 
Objetivos detectados: 0

Campo de operaciones despejado —confirmó una voz apagada, casi en un susurro, como midiendo el aire— y es que la alerta y sincronización con tamaña máquina no le permitían al piloto mayor expresividad, donde un milisegundo podría ser la diferencia entre seguir con vida o ser un recuerdo en llamas.

Recibiendo... 
Objetivo confirmado.

Rugieron los motores y el nitro volvió a desaparecer ruidosamente en el firmamento, dibujando una estela azulina a mitad de la noche, dividiendo esperanzas y perdidos por igual.

Etiquetas: [ataduras]  [decisiones]  [resoluciones]  [sabiduría]  
Fecha Publicación: 2025-10-14T23:10:00.005-05:00

Habrán ataduras a las que intentarás atarte.

Hubo una vez hace mucho tiempo alguien que quiso atar nuestras almas.
Dijo palabras, planteó posturas, apeló decisiones e intentó razonar una posibilidad.
Pero se equivocó de personaje, nunca cedería mi alma.

Así que volví a tomar en mis manos aquella filosa hacha y corte los hilos que nos unían.
Levanté un muro entre nuestros mundos y dí la vuelta,
mi camino es lo suficientemente grande para permitirme explorar otras direcciones,
y será la que yo escoja.

Habré hecho mal o bien, era mi decisión, por tanto decidí avanzar.
No voltee, porque mi alma no lo hace y seguí andando.

El tiempo me ha permitido discernir que batallas tomar y cuales no. Pero debo reconocer, que aquella vez, en el colmo de mi orgullo, caí miserablemente. 
Cuando supuestamente era fuerte, caí derrotado. 
Cuando me creí listo, fui un necio y fracasé... estrepitosamente.

Así que, ahora persigo una luz diferente y un camino más alto que el que hubiera podido conseguir por mi propia cuenta. Hasta ahora he llegado lejos, pero aún estoy en la base de la colina, sólo verdes pastos por doquier. Atrás quedaron los oscuros bosques y pantanos en los que, furioso, rendí mi espíritu irónico.

A veces hay ataduras a las que intentarás unirte

Hubo también hace mucho tiempo alguien cuyo resplandor encandiló mis esperanzas más desesperadas. Dibujó posibilidades, fraguó promesas y puso su copa en mi mesa.
Pero me equivoqué de personaje, nunca cedería su alma.

Así que volví a tomar aquella tortuosa decisión y simplemente me solté de la cornisa
Tan sólo era yo aferrándome a ilusiones y sueños brillantes, indolentes y egoístas.
Nunca fui el personaje de su historia, quizá un mero recuerdo, nada importante.
Nunca pude ser siquiera un pensamiento, sólo algo más que pasa alrededor, algo que no se elige... Entonces partí, y no volví atrás.

Habré hecho bien o mal, lo sé perfectamente, fue mi decisión por creer lo que me trajo donde estoy.
Me gustaría decir que jamás voltee, pero lo hice. Y al voltear, la pícara mirada del abandono y la sonrisa burlona de la estafa me saludaron alegremente, y se endureció mi decisión.
Jamás volvería a estos absurdos parajes ilusorios.

Así que, ahora persigo una luz diferente, derrotando mi propia oscuridad mientras mi tiempo se consume. Sólo puedo no olvidar y seguir, no olvidar otra vez y seguir otra vez.

Y así y sólo así, el último día antes de partir, podré sonreír tranquilo y disfrutar el viaje.
A donde llegaré, quién sabe, disfrutaré el camino. 
Pero hoy, tomaré la mano de aquellos que me fueron confiados e intentaré guiarlos persiguiendo aquella paz.

Etiquetas: [baile]  [carácter]  [Crecer]  [energía]  [Entendimiento]  [esperar]  [fiestas]  [maternidad]  [niños]  [Paternidad]  [sabiduría]  
Fecha Publicación: 2025-10-14T22:58:00.001-05:00

Éramos niños, sólo niños asombrándose con todo y de todo.
Y de repente, canciones infinitas y misteriosas empezaban a sonar y uno lo sentía, tenías que moverte.

Ella bailaba, quizá no tenía esta faceta, quizá no era así, pero ella bailaba, giraba, saltaba, gritaba, estiraba sus brazos al son de una música trance de antaño, de esas que te llenan de energía y que generalmente se asocian con láseres y humo con olor a frutas. Esas canciones llenas de ritmo cuyos beats literalmente te intoxican a saltar y moverte, era algo nuevo, era divertido.

No había pasos, nadie sabía bailar estos ritmos, pero aparentemente las chicas, de alguna manera, si lo sabían, se movían y dejaban que la música las llene, y de repente bailar era expresarse y expresarse era bailar. Me pregunto qué tanto de esa espontaneidad era realmente de ellas y que tanto lo aportaban las hormonas de mi cerebro adolescente, quién sabe, sólo entendía que había un ligero olor a peligro en el aire y obviamente, yo quería ser parte de ello. Tenía 16, quería ser parte de muchas cosas.

Estoy seguro que muchos padres escandalizados al ver este derroche de espontaneidad, notarían la sensualidad inherente de cada señorita danzante, verían también la emoción y el cierto desapego por las buenas costumbres que cada jovencito mostraba, y estoy muy seguro que calificarían toda la escena como una tormentosa, ruidosa y pecaminosa fiesta en medio del antro más desternillante y repelente del mundo, y que seguramente de haber podido alcanzar a sus hijos habrían intentado retirarlos de allí inmediatamente, y no podría culparlos, tenía toda la pinta de ser algo en lo que no quisiera que mis propios hijos estén metidos, pero resulta que, yo estuve allí. Y estando en medio de todo, ya nada importaba, ni la hora, ni los consejos, ni lo que dirán o siquiera las consecuencias, tan sólo quería saltar! moverme a lo loco y desarrollar los pasos más cool y fantásticos que pudiera, quería quedarme todo el tiempo que durarán aquellas canciones. Ah y si precisamente la jovencita que te gustaba estaba bailando, ten por seguro que no saldrías jamás, aún a expensas de semanas de castigo. Simplemente no había un mañana, había un ahora y había una canción que se estaba bailando y uno quería estar allí.

Como dije antes, había cierto peligro en ese afloramiento natural, esa espontaneidad saca algo de nosotros que indefectiblemente es visto y desde entonces, nada pasa desapercibido. Y uno, en esas circunstancias, a esa edad, definitivamente, quiere ser visto. No tiene por qué ser algo malo, claro que podría ser algo malo, debería ser algo malo? ¿Cuándo se convierte en algo que es preferible evitar? y ¿Cuándo se puede disfrutar con seguridad? Qué tiene que pasar para que todo lo que está sucediendo quede enmarcado en la seguridad que uno espera como padre? Vaya que son preguntas difíciles, para empezar como jovencito, es muy probable que estemos metidos en nuestra cajita de diversión y difícilmente permitamos cualquier otro pensamiento. Como jovencita, probablemente si tenga en cuenta ciertas cuestiones importantes como la hora, el retorno, la recogida, quién mira y que dirán al día siguiente, todo mezclado en sus cabecitas y sazonado con música trance super-bailable. Ni siquiera sé cómo los llamaría.

Estando en el lugar, para finalmente recoger a mis, ya no tan pequeños, hijos o hijas, supongo que lo que no debería hacer es simplemente meterme, porque aquel jovencito lo tomaría como una intrusión forzada a su libertad y aunque realmente no sea tan importante, él lo tomará como si sanguinarios terroristas hubieran traspasado sus fronteras proclamando una pertenencia que simplemente no existe; y por supuesto, tendrá consecuencias, una respuesta, una actitud y un pensamiento. Y creo que es aquí, donde reside el verdadero peligro, porque una palabra es suficiente y una guerra puede empezar en este mismo instante.

Entonces, meterse no es buena idea, captado; pero, ¿Qué hacer?, ya se acabó el tiempo y el permiso otorgado acaba de expirar, qué hago ahora? Creo que lo menos esperado y oportuno sería primero, escribir, hoy por hoy podemos hacer eso, decir que ya estas afuera y que se vaya despidiendo, que te esperará para llevarte y quizá también jalar a alguno de sus amigos, total, aunque hayan crecido, siguen siendo niños, aunque no te responda como esperas, sigues siendo padre y sigues siendo aquel sujeto maduro que puede comprender sus propias emociones y las emociones de su hijo/a y además, también sigues siendo el más capacitado para dominarte y mostrar sabiduría. Duro eh? Creo que ese sería el camino correcto, no dije fácil.

Bien, y que pasa si mi retoño simplemente hace caso omiso de mis avisos. Qué pasa si mi relación con ellos hace que a veces simplemente no quieran escucharme, no es rebeldía, es como han aprendido a relacionarse con uno, y aquí tengo que preguntarme si realmente soy alguien con quien se puede conversar, si soy alguien en quien se puede confiar o soy alguien que se debe evitar. Pues entonces, no esperes una sonrisa al recogerlos, y quizá tengas que ser un poco más firme, pero hagas lo que hagas, no pierdas los papeles, no gritos, muestra respeto para que puedas ser respetado, porque lo quieran o no, sigues siendo un padre/madre.

Supongo que a veces podemos elegir dejar vivir, después de todo, esas experiencias formarán parte de sus recuerdos y moldearán su carácter, claro que podemos cuidarlos, pero hay que darles su espacio, todo depende de la clase de persona que son, no lo que esperamos que sean mañana, ni siquiera la clase de persona que esperamos sean hoy. Vaya que es complicado ser padre/madre.

Con qué se identificarán, cómo resolverán sus días y sus noches, qué esperarán, que resistirán y que buscarán... nadie puede saberlo, tan solo ellos. Lo único que podemos hacer es hablar, entrenarlos, contarles, quizá prepararlos, quizá guiarlos, pero al final ellos tomarán sus propias decisiones y Dios mediante brillarán, Dios mediante cumplirán sus propósitos en este mundo, Dios mediante lucharán y alcanzarán sus sueños. Es lo que todo padre/madre quiere, pero no todos trabajan por ello y por supuesto, no todos lograrán verlo. Así pues, es cuestión de fe, es sembrar la semilla que no sabes si florecerá, pero vaya que tienes que sembrar y cuidarla el tiempo que se te permita cuidarla porque cuando sea el tiempo, volarán! tendrán que hacerlo!

Sólo recuerda, si es importante, lo cuidas, si es importante, lo esperas, si es importante lo respetas.
Ahora entiendo que significa aquello de "Morir a uno mismo"

Song: Ori Uplift @oriuplift - Uplifting Only Episode 596

Etiquetas: [alcanzar]  [Amar]  [Crecer]  [Descubrir]  [enamorarse]  [esperar]  [madurar]  [responsabilidad]  
Fecha Publicación: 2025-10-14T22:42:00.002-05:00

Qué no podría escribir de enamorarse.


Han pasado muchos años y lo que más recuerdo es su inocencia en el amor, y hoy la veo como una niña alegre, que sonríe, que anhela en lo profundo de su corazón... una chispa, una luz, una esperanza, encontrar o mejor dicho, ser encontrada.

Y que ese alguien, de rodillas, extienda su mano gentilmente y ella pueda tomarla delicadamente para ser sujetada de la forma más cálida posible, como imbuida en un amor sincero e igual de puro del que su corazón anhela. Y creo que, ese deseo se encuentra en cada mujer, en cada jovencita y en cada niña.

Y creo además que, también hay un deseo en cada niño, en cada hombre pequeño que mira con ojos puros el cielo infinito, con cada promesa que extiende sus manitos y juega, que en lo profundo de su ser hay una búsqueda que, consciente o no, tendrá que aceptar o rechazar, pero que estará allí.

Y si el tiempo y las distancias lo permiten, esa búsqueda y ese descubrimiento se mantendrán inalterados en lo profundo de sus almas, como un recuerdo recurrente, no tan lejano y a la vez, no tan familiar.

Tendrá el valor de estirar su manito y ser encontrada? De ser vista?
Tendrá el valor de salir a buscarla? De aceptar la responsabilidad?

Supongo que pueden dudar, pues cuando se enfrenten a estas preguntas ya sabrán lo que significan, quizá sólo sigan el camino dibujado, quizá la historia se escriba como debe escribirse, idealmente hablando. Pero quizá y el mundo se entrometa, aquel mundo que muchas veces no perdona estas historias y deforma los ideales, hiriendo el significado y perdiendo los misterios.

Sólo puedo imaginar un abrazo, una idea más adelantada, quizá es por el tiempo que me toca vivir, pero la imagen es clara, es un abrazo, que en la calidez de la confianza se brinda, es amor, a veces inspirado, a veces sobreviviente, a veces ligeramente deslucido por el tiempo y circunstancias, pero es siempre real.

Entonces la historia, como todas las cosas creadas y puestas allí, se revela al fin, y son historias reales, vivas, plenas, pulsantes. Son historias vivientes, no recuerdos, son aquellas que creen, que esperan y un día, sin duda, se harán realidad.

Y ese día... quizá es hoy!
Quizá no son las historias de ellos o ellas... sino de algo mucho más grande.
Quizá y es tu misma historia.

Etiquetas: [Agradecer]  [Buscar]  [desesperación]  [Encontrar]  [ideas]  [necedad]  [tener]  [valorar]  
Fecha Publicación: 2025-10-14T22:10:00.001-05:00

Hay algo que busco y que no logro encontrar.

Es como si me hiciera falta algo que no puedo recordar que es.
Por momentos desata en mi una suerte de angustia organizativa que me obliga a revisar todos mis activos (procesos mentales en ejecución) intentando recordar qué es aquello que hecho en falta, pero nunca tengo éxito. Sólo logro determinar el propio hecho de que estoy buscando algo y que no lo encuentro.

Cuando me doy cuenta que me vino este estado de búsqueda súbita, se tranquiliza mi alma, es casi como un estornudo, un comportamiento involuntario que se dispara por desconocidos factores, quizá stress, quizá el tedio de alguna tarea, no lo sé, aunque tengo la ligera sospecha de que se trata de alguna forma de auto-preservación, irónicamente se ejecuta sobre tareas o condiciones que demandan mi tiempo y recursos en alta cuantía.

Supongo que estudiaré este tema, para verificar únicamente, que mi camino a la demencia aún sigue su curso natural y no me estoy saltando o apresurando pasos y tiempo. Valgan verdades, nunca estuve totalmente seguro de estar 100% cuerdo, al menos no que yo recuerde —ni ninguna de mis otras personalidades—
Y fuera de todo paroxismo narcisista, creo que, me obligaré a volver a concentrarme y continuar con mi trabajo, después de todo, aún en medio de la quietud, se supone que debería exaltar a mi creador dando mi 100% y eso señores, es lo que pretendo lograr, al menos en lo que resta del día. Ciao

Pero sabes, aquí entre nos —bajando la voz— todo es una necedad, podemos estar viviendo los mejores años de nuestra vida y no darnos cuenta, podemos ser absurda e increíblemente bendecidos, pero no sentirnos valorados.
Todo puede salir terriblemente bien, y aún así, desperdiciar lo que podría ser un glorioso día en un simple día común, llegaste con bien a tu casa?, tienes las cosas que querías?, tus hijos aún corren a ti?, tu familia te espera?, no es acaso eso más que suficiente? Bueno, si no es lo que estas buscando, por lo menos deberías estar agradecido por lo que si has encontrado.

Etiquetas: [Determinista]  [Dios]  [historia]  [Indeterminista]  [Matrix]  [Pensamientos]  [Personajes]  [Teoría]  
Fecha Publicación: 2025-10-14T22:01:00.001-05:00

¿Cómo es posible nuestra existencia?
Es simple, somos ideas, personajes creados en la mente de Dios.

¿Cómo es posible que seamos una simple idea?
Un pensamiento en la mente de Dios es muy diferente de un pensamiento en tu mente o mi mente.

Imagina un personaje, lo tienes? bien, ahora dale un propósito, una historia, contexto, puedes imaginar un desenlace?, darle criterio, recuerdos, una personalidad, puedes darle un alma. 
Bueno, igual pasa con Dios, sólo que su "pensar" es infinitamente más poderoso y trabaja a dimensiones que ni podemos imaginar. Pero sabes, es posible y cómo lo sé, pues porque fuimos hechos a su imagen y semejanza. Así que, si yo puedo imaginarlo, seguramente Dios también puede hacerlo, no?.
Esta situación, o mejor dicho, esta teoría explicaría por qué nuestra existencia es determinada y a la vez, indeterminada y aleatoria. Explicaría como puede funcionar el libre albedrío en un mundo determinista.
Y sabes que es lo simpático? También se concilia con la teoría de la matrix, aquella que postula que vivimos en una simulación, que nuestra realidad como la conocemos en realidad es una renderización super avanzada que se dibuja a medida que vamos progresando en nuestras historias particulares. 

Espera, qué?
Mira, una idea en la mano de Dios, es infinitamente diferente a una idea en nuestra mente, cierto? Cierto y sin embargo, así como podemos hacerlo, Dios también lo puede hacer. Dicho de otra forma, así como heredamos rasgos de su diseño, nuestras funcionalidades dan testimonio de sus propias capacidades, claro que totalmente desarrolladas y llevadas al extremo inconcebible. De esta forma, el puede crear/imaginar a cada persona que existe, existió y existirá en su prodigiosa mente, sin problemas. Por lo tanto, desde su perspectiva de creador/orquestador/imaginador/argumentador/escritor, puede ver nuestra existencia desde el instante mismo en que nos formó, como nos desarrollamos a su voluntad, como crecemos, maduramos y morimos, puede ver nuestro legado y también el futuro de nuestras decisiones, claro que puede escribir parte de nuestra historia de forma explícita, pero, es también muy probable que lo haga en ocasiones especiales, con el propósito de permitirnos libertad y dirigir a la vez nuestra existencia a un propósito desconocido para nosotros, pero que, según a manifestado, es bueno. 

Yo puedo hacerlo en mi mente, ver la historia de mi personaje, sus inicios, grandes batallas, ver que pensó, es casi como si estuviera dibujándolo, casi como si estuviera escribiéndolo, y a la vez, no es así. Puedo por supuesto, terminar su existencia si así lo decidiera, pero es mi querido personaje, nacido de mi mente, mi hijo. Y dime, acaso Dios no podría hacer algo similar? sólo que a una escala multidimensional y universal, es Dios después de todo, claro que puede.

Entiendo, es una teoría bastante interesante, ¿Hay algo más que deba saber?

Si, hay un detalle o una idea salvaje que me nace de todo esto. Veras, si todo está allí, en su mente, en consecuencia nosotros, somos infinitos, no podemos morir, nuestra existencia es continua, aunque no piense objetivamente en nosotros o quizá si, quién sabe, nadie puede saber cuando Dios piensa específicamente en uno, aunque la palabra de Dios dice que Él vela por sus hijos. La cosa es que, realmente no entendemos lo que significa que Él nos piense, me hace preguntarme, qué pasa con mis personajes cuando yo mismo los pienso... pues simple, ellos se desarrollan, adquieren vida en mi propia mente.

¿Y que hay de la realidad que nos rodea?

Esa es una buena pregunta, pero sigue dentro de mi teoría principal. Si todo está en la mente de Dios, en él existimos y por eso la gente piensa a veces que están en una realidad virtual, y en cierta forma, es así.
Pero sabes, creo que deberíamos alegrarnos, ser un pensamiento en la mente nada menos que de Dios mismo, nos permite acceso a todo lo que Él dice que son sus pensamientos, y también nos permite tener acceso al mismo creador. Y es simple en realidad, así como un escritor se relaciona con los personajes que ha creado, Dios puede hacerlo con nosotros e intervenir de acuerdo a sus propios deseos, tal y como nosotros lo haríamos cuando escribimos/imaginamos una historia.

¿Y qué hay de los demonios y otros poderes?  

Pasa igual, si todo obra bajo el plan de Dios, ellos también forman parte de los pensamientos de Dios y por ende, también están sujetos a su voluntad inquebrantable, su control supremo y finalmente a la historia que Él mismo haya determinado para cada uno. 
Interesante no? Pero, piénsalo. Acaso podrías decir que estoy loco? Tan sólo imagina un personaje y dale una historia. Ahora dime en que te has convertido para ese personaje, sino su mundo, su realidad y su propósito. Piénsalo. 

Etiquetas: [batalla]  [espacio]  [Guerra]  [naves]  [silencio]  
Fecha Publicación: 2025-08-14T12:30:00.001-05:00

Una pequeña luz parpadeó en el monitor principal y su mensaje era claro:
-- Iniciando operaciones --

Seguidamente, una serie de paneles, monitores, indicadores y otros dispositivos diversos volvieron a la vida. Una nave solitaria se energizaba y comenzaban a rugir furiosos sus motores. 

Aún en el silencio del espacio, su ronroneo era perceptible, quizá era un sesgo psicológico, pero uno podía oírlo claramente, uno podía sentirlo.

Desde la oscuridad de unos asteroides, una sombra metálica comenzó a emerger a la luz, era un destructor de naves, de clase Hammer, fuerte, veloz, mortal. 
Había recibido instrucciones y su destino estaba trazado.

Mientras tanto, la tripulación espabilaba y se conectaba a sus terminales de servicio, guantes hápticos, visores y controles. Todo en línea.

No muy lejos de allí, en la superficie de un planeta humeante y devastado, escuadrones de batalla iniciaban su ingreso en la atmósfera, recibidos por una incesante cobertura de fuego, proyectiles y plasma.

Totalmente normal en este tipo de invasiones, los cielos lloraban metal.
 
Y en aquel futuro incierto, donde los ecos de batallas se hacen eternos y transcienden la oscuridad de la distancia, en todos los cielos, grandes despliegues de poder e imponentes fortalezas pasan al olvido entre llamas de color azul y el perplejo silencio.

Y las vidas, todas ellas, se lanzan a defender un ideal, un sueño, una promesa, un futuro que quizá nunca sea para ellos...

Mientras que en tierra y bajo montañas de concreto armado, especialistas, inteligencias artificiales, grandes ordenadores y estrategas dibujan planes que puedan llevarlos lejos de los brazos de la muerte.

La batalla continua y no hay piedad, sólo la promesa de un destello y el sueño eterno...
Todos caen por igual, todos vuelven al polvo y al creador.
Es la guerra con toda su gloria y todo su horror.

Diario del Capitán - Entrada 77: Una pequeña luz en el cielo

Etiquetas: [Agradecer]  [diario]  [dimensión]  [entidades]  [espera]  [Guardian]  [realidad]  [Sombras]  [trabajo]  
Fecha Publicación: 2025-07-01T12:21:00.001-05:00

Diario del guardián - Las entidades, criaturas, errores.

No todas las irregularidades tienen forma de pulpo, vienen en un amplio surtido de formas, tamaños, colores e intensidades.

Lo normal claro es que sean una mezcla de mantarrayas, arañas y pulpos humeantes y violentos, pero también las hay también con forma de guijarros apelmazados, como una infinita cantidad de cosas pequeñas aglomeradas, como si un empedrado repentinamente cobrara vida y mostrara su desacuerdo con el mero hecho de existir, causando destrozos.

No imagino que encontrarán al otro lado, tampoco he intentado averiguar que se esconde tras el borde del agujero, ni ganas tengo siquiera de acercarme, su radio de absorción es tan intenso que, de no estar resguardado tras un muro o a buena distancia, sería absorbido, igual que todo aquello que cae en su inmisericorde campo de acción.

En todos los años que llevo haciendo esto, jamás vi una sola de esas criaturas que lograra sujetarse lo suficiente, cabe mencionar que mientras más grande el agujero, más grande es la fuerza de atracción.

Una de las cosas que más me pregunto es, con qué autoridad un ser humano, porque espero seguir siendo uno, puede hacer estas cosas. Claramente estas criaturas no caben en lo que podemos llamar normalidad y personalmente, no quiero ni imaginar que podría pasar si lograran entrar a nuestra realidad. Sólo me limito a encontrarlas, contenerlas y exiliarlas lo más rápido que pueda y con el tiempo he ido observando ciertos detalles.

Si bien todo, y me refiero a todo, incluido el aire, vuelve a su lugar cuando desaparezco el espacio jaula, a veces se manifiestan pequeñas alteraciones, casi imperceptibles si no tienes con qué compararlo, pero están allí, por ejemplo, alteraciones en el patrón de una mayólica o pequeñas marcas en el pavimento, cosas así que podrían pasar por desgaste normal del uso de las cosas. Es como si, al retraer el espacio jaula y se reconstruyera la realidad al punto antes de establecer el espacio, hubiese diminutas variaciones en las propiedades y atributos de las cosas. Todavía no logro establecer una relación clara con la destrucción que se sucede en los espacios jaula. Según entiendo, nuestra realidad, el espacio de "trabajo", es restaurado a su normalidad casi al 100%, pero sinceramente me quedan dudas y aunque no tengo evidencia, algo me dice que tiene que ver con el nivel de la entidad que me toca exiliar.

Otra de mis constantes interrogantes es, hay más personas como yo? quiero decir, capaz de sentir la inquietud, capaces de confinar esas criaturas? Reaccionan? Intervienen? Y si lo hacen, cómo lo hacen? nunca he visto a nadie aparte de mi en esas situaciones, aunque debo admitir que tampoco tengo tanto tiempo como para contemplar el paisaje. Casi siempre es saltar a la acción y allí se va toda mi atención.

Por el comportamiento siempre violento de estas criaturas, he llegado a comprender que, de alguna forma, saben exactamente lo que va a pasarles, cosa curiosa pues yo, quien las confina, realmente no lo sé.

Etiquetas: [fantasía]  [historia]  [oscuridad]  [terror]  [trama]  [Vastian]  
Fecha Publicación: 2025-04-16T17:38:00.003-05:00

Las noches se volvieron frías, el miedo se volvió parte del horizonte, el silencio era tanto una bendición como una pesadilla.
Y allá más allá de los muros, extrañas formas se entrelazan en tortura y destrucción.

Una de ellas, la más grande, azota apéndices que destruyen estructuras y lanza por los aires una pequeña figura, la cual se estrella estrepitosamente en un edificio de oficinas, los vidrios, fierros y pedazos simplemente saltan por los aires.
Es la misma danza que viene bailándose desde hace eones, ahora con renovada furia, sobre una tierra desolada y hambrienta.
Pero este baile se conoce bien.

La pequeña figura se pone de pie y sale caminando del edificio derruido, no parece alterada, como si solo estuviera de paso, cualquiera diría que sólo fue a echar un vistazo.

Pero la sombra grande que ha olvidado su presencia y no parece contenta, lanza un temible aullido que corta la noche y evoca el terror, justo antes de lanzarse en cruel embestida, no dejará que aquella pequeña figura siga existiendo. Pero, qué motiva su actuar? no es hambre como otras fieras, mucho menos algún sentido territorial. Como un apetito, una búsqueda que simplemente no puede ser saciada. Si acaso pudiera compararse con algo, tal vez sería puro odio.

Y allí va en cruel carrera a terminar lo que empezó, quizá aún no comprende y quizá ni siquiera puede sentirlo, quizá simplemente no puede comprender que, en realidad, aquella enorme bestia es la presa y se está lanzando directamente a las fauces de su perdición.

Etiquetas: [agitación]  [demonios]  [fantasía]  [ira]  [narraciones]  [Sombras]  [temor]  [terror]  [verdad]  [Vida]  
Fecha Publicación: 2025-04-16T16:26:00.001-05:00

Entonces él dio un paso desde las sombras, tenía las manos y el pecho cubierto de sangre, lentamente subió sus manos hasta la altura de su rostro en un gesto confuso, entre ocultando su rostro sonriente y revelando a la vez manchas de sangre. Sólo con verlo era suficiente para entender, él había disfrutado lo que había hecho y se regocijaba con el poder que había alcanzado.

Y yo estaba allí, nos miramos durante un momento hasta que empezó a reír silenciosamente, como un niño travieso que disfrutando su travesura se ríe maliciosamente...

Simplemente no podía dejarlo pasar y ambos lo sabíamos. Estábamos a minutos de completar la evacuación y no podía dejar que este sujeto fuera por ahí a sus anchas.

-Qué te parece... sí jugamos un poco...-lo dijo sonriendo, en un tono muy bajo, casi un susurro, de forma entrecortada, inquietante y perversa.

Supongo que para él yo no era más que otro juguete de sus perversos caprichos, uno que casualmente llegó inconscientemente a sus garras y que sin importar lo que pase, no podría dejar escapar.

Pero para su sorpresa, no pasó nada.
Imagino que esperaba una reacción, tal vez quería infundirme miedo y tenía razón, en sus formas y maneras, era peligroso.

Sólo nos mirábamos, esperaba una reacción y estaba listo para... perseguirme tal vez, pero había un detalle, yo no correría y mi falta de expresiones desencajaba profundamente su sangrienta idea de diversión, así que, dejó colgar sus brazos, se recogió un poco y saltó sobre mí.

Podía verlo en cámara lenta extendiendo sus brazos terriblemente largos y blancos, casi cadavéricos que se cernían sobre mi resaltando más las oscuras manchas de sangre que tenía sobre todo su cuerpo.

Supongo que el orgullo nos vuelve ciegos, nunca pudo ver más allá de mi fachada; nunca pudo notarlo, sus ojos estaban perdidos en su propia búsqueda de aquello que él llamaba diversión.

Sus largos brazos se cerraron en mi cuello, su rodilla impactó en mi pecho de lleno y el peso de su cuerpo me empujó a las sombras, haciéndome caer de espaldas... y en la oscuridad, justo cuando caímos al suelo con gran estrépito lo supo, algo había salido mal.

Pensó que sólo eran sus ideas, arrebataría mi vida, consumiría mi alma, e iría por el siguiente, quizá por aquel grupo de personas que corría asustada, entre tanto caos seguro que alguien se pierde y nadie lo notaría.
Así que se apresuró a estrangularme con todas sus fuerzas mientras un brillo extraño resplandecía en su mirada... Todo era tan fácil.
-A pedir de boca -pensó en obscena agitación...

Y de pronto en su oscuro placer algo raro llamó su atención, dos brillantes puntos azules le devolvían una mirada fría que lo hacía sentir inseguro, y ese sentimiento fue creciendo poco a poco, abriéndose paso entre sus carcajadas, reduciéndolas, reemplazando cada gota de su deleite en súbito temor, y luego miedo, y luego terror... fue progresivo y pude verlo directamente en sus ojos Quería que sienta exactamente lo mismo que sus víctimas habían sentido...

Me soltó lo más rápido que pudo y pretendió escapar, retroceder, salir de ahí... Pero no le daría esa oportunidad, así que tomé sus brazos con las mismas fuerzas que él me había sujetado, entonces desde mi interior dejé que emergiera una lenta sonrisa que, en el medio de aquella oscuridad, él pudiera ver claramente y quede grabada en lo profundo de su ser, al menos durante sus últimos momentos...

-Suéltame!- gritó amenazante y poderosamente.

Para mí no era más que un pequeño insecto atrapado entre mis dedos...

-Suéltame!- volvió a gritar con más desesperación que ira.

-¿Qué pasa? ¿No íbamos a jugar un poco?-respondí lentamente y dejé que el terror que quiso infundirme ahora le causara el mismo efecto... Forcejeó como un animal salvaje que acaba de caer en una trampa y esa era la descripción más real de lo que estaba pasando... Jamás lo soltaría y ahora, tendría que dar cuentas por las vidas que tomó.

Se agitó y comenzó a cambiar, de pronto era más alto, menos robusto, con brazos y piernas anormalmente largos, su rostro perfilado, comenzó a desfigurarse hasta formar algo más parecido a un grotesco perro, de letales fauces y oscuro pelaje... Imponente sí, pero era en vano y lo notó inmediatamente, porque en el instante que me perdió de vista, de pronto me vio más grande y comprendió su propia naturaleza, había sido reducido a pesar de su transformación, a algo muy pequeño y desesperadamente vulnerable.

Entonces sintió como aquellos brazos que lo sujetaban comenzaron a levantarlo y para su terror, le rompió los brazos, todo sin perderlo de vista, simplemente no podía apartar la mirada, estaba petrificado y ya no mostraba aquella expresión sonriente de hace unos momentos... Súbitamente fue lanzado al aire, pestañeó y lo que lo lanzó ya no estaba allí en las sombras de ese callejón.

Y en un instante, miró a su derecha, pero estaba vacía, miró a su izquierda pero estaba igual, entonces lo sintió.
Volvió la cabeza como intentando responder a un presentimiento, pero su cuerpo no respondió a la velocidad de su miedo y allí estaba yo, descendiendo directamente sobre él para asestarle el golpe final...
No podía hacer nada, y lo intentó con todas sus fuerzas, intentó girar, gritar, pedir misericordia, hacer algo, lo intentó pero su cuerpo simplemente no podía responder a las órdenes erráticas de su mente. Y nada pudo hacer mientras era impactado y atravesado, ni siquiera pudo gritar. De pronto daba vueltas en el aire y se vio a sí mismo, parte de sí mismo, cayendo sin control.

El suelo lo recibió y de pronto la realidad de lo sucedido volvió el tiempo a la normalidad, pudo respirar, quiso decir algo, pero sólo tosió sangre, la noche era oscura y comenzaba a llover, las gotas caían sobre su rostro molestando su vista y permitiéndole apreciar su situación. Escuchó algo e inclinó su cabeza, eran pasos y alguien se acercaba. Ese alguien llegó y se inclinó a su lado.

Eran los mismos ojos... pero ya no le infundían temor, había algo distinto, dolor tal vez.
Quiso decir algo, pero simplemente no había que decir... ya no era el tiempo.
No podía moverse, hace instantes todo era todo agitación pero ahora todo era quietud, lluvia y silencio.
Y a la mitad de la noche, en una oscura calle, la vida se le escapó en medio de la lluvia.

Vastian lo siguió contemplando un tiempo y descubrió que en sus últimos momentos, volvió a ser humano, volvió a ser aquel niño asustado al que el mundo le pasó por encima y lo cegó con oscuro poder...

Tal vez no se pierden para siempre, pensó. Seguidamente se puso en pie, levantó la mirada y vio la calle que conducía a la multitud, inocente, temerosa, apresurada y sin perder la mirada retrocedió silente hasta desaparecer entre las sombras de la noche en un callejón cualquiera de esta ciudad desventurada.

Etiquetas: [cambio]  [circunstancias]  [incertidumbre]  [obligación]  [Recordar]  [sentimientos]  [tristeza]  
Fecha Publicación: 2025-04-14T16:05:00.003-05:00

Claudita era una compañerita del salón que, de una manera un poco infortunada, terminó siendo mi pareja de baile de promoción cuando terminaba primaria. Pobre pequeña, estoy seguro que de haber podido elegir hubiera escogido otro amiguito, quizá uno más conocido, porque sinceramente, no recuerdo haber hablado con ella ni una sola vez hasta ese día y tampoco recuerdo que hablásemos durante el baile o años después.

Esa noche yo estaba tan abrumado, de un día para otro sucedió el baile de promoción y recuerdo que era un dolor de cabeza organizativo, como suelen ser todos estos eventos escolares. Recuerdo que, se había acordado que mi pareja de promoción iba a ser una compañerita del salón con quien sí jugaba y conversaba a menudo, pero a último momento algo pasó, creo que algunos faltaron y algunos se quedaron en el aire. Para arreglar la situación movieron acompañantes y me tocó con Claudita.

Recuerdo que estaba incómoda, y espero de todo corazón que no haya sido por tener que acompañarme a mí, chato, gordito y nervioso, sino por la situación que vivíamos, movidos totalmente de nuestra pequeña zona segura.

Me parece que Claudita no procesaba bien la incertidumbre; pero, quién lo consigue a los 6 años!, y me parece además que, como yo, Claudita estaba asustada por todas las cosas que pasaban fuera de nuestro control. Simplemente, ser movidos de aquí para allá, puestos en lugares en los que no esperábamos estar, pues nos generaba más stress del que ya traíamos con nosotros. Como resultado, me encontré emparejando con una niña tímida, callada e incómoda y ella no era así, era una niña normal que tenía amigos, corría, jugaba, reía, bromeada, una niñita feliz.

Pero lo peor era que yo estaba allí, y aunque no había hecho nada malo, me sentía culpable. No sabía que decirle, no sabía que inventarle, no se podía jugar en aquel lugar, no podíamos hacer nada más que intentar sonreír para las innumerables fotos y filmación, que una y otra vez los padres y profesores hacían pasar y pasar. 

Por otra parte, ni una sola vez en mi infantil existencia había bailado el Danubio azul. Y sabe Dios que, recién allí, bajo luces multicolores y un calor excesivo, por primera vez fui consciente de la existencia de esta melodía y por primera vez comprendía que era un tema protocolar de esta clase de eventos.

La tarde siguió hasta volverse noche, los padres comieron con sus hijos y luego de repartir el inmenso pastel cada quien quedó libre para irse a sus hogares, con un recuerdo y la promesa de una grabación a la máxima calidad disponible, no existía el HD.

Pasó el tiempo, pero no volví a ver a Claudita, me hubiera gustado haberla conocido aunque sea un poquito, hubiéramos podido al menos acompañarnos aquella noche, y no sentirnos tan dirigidos. Estoy seguro que, ella quería reír, jugar y saltar como todos, pero que aquel día, también estoy seguro, fue obligada a sonreír.

Hoy, ochocientos años después, dudo que Claudita haya olvidado este episodio, especialmente como se sintió y si tiene hijos, seguramente recordará que cuando uno es pequeño, todo importa y también tienen sentimientos, expectativas e inquietudes.

Recuerdo los pasos camino a casa, aún me zumbaban los oídos y había muchas cosas que olvidaría de aquella tarde, pero nunca olvidé a Claudita y lo que uno siente cuando es pequeño.

Etiquetas: [Amigo]  [Amor]  [avanzar]  [Buscar]  [cuidador]  [Esforzarse]  [guía]  [hijos]  [la Luz]  [maestro]  [meditar]  [oportunidad]  [Paternidad]  [preocuparse]  [responsabilidad]  [vigilante]  
Fecha Publicación: 2025-04-11T17:38:00.004-05:00

Duermen.
Sus caritas no revelan otra cosa que un profundo sueño.
Y tras sus párpados, en lo profundo de sus ilusiones, sueños y esperanzas van construyendo su confianza.
Y me pregunto si, cuando fue mi turno, también fui "visto" con la misma fascinación y aceptación.
Y me pregunto si, cuando era "visto", quién me veía también estaba consciente que aquellos tiempos, no volverían.
Porque nadie vuelve en realidad, ninguno puede, por mucho que se esfuerce, otorgarle el mismo brillo a sus días. El hoy es un recuerdo del mañana.
Empero, ellos duermen el sueño de la infancia.

Me acerco a su lado, me siento al borde de sus camitas y acaricio sus cabellos, debo partir, pero sabe Dios que me gustaría quedarme a su lado un poco más y solamente contemplar, cuanto han crecido.
Ya no son los bebés que no hace mucho yo cargaba entre mis brazos, hasta que, rendidos de sueño, dormían en paz.
Y lo sé muy bien, soy consciente que sólo soy polvo y que en un pestañeo partiré,
en una suave brisa continuaré mi viaje, y ya casi no queda tiempo,
algunos años más y partirán de mi lado,
algunos años más y partiré de su lado... a continuar mi propio viaje,
pero que no quepa duda, los amaré para siempre y para siempre seré su "papito".

Así pues, duerman mis pequeños... como semillas a punto de brotar y dispararse al cielo, a sus sueños y esperanzas, duerman y prepárense que nadie los podrá detener, para eso fueron creados, para ascender, para crecer, para alcanzar, para brillar!
Duerman pequeñas luces, que yo guardaré su descanso, el tiempo que me sea concedido.
Y también, llegado el tiempo, verán mi propio camino y sabrán que yo anduve por ahí, voltearán la mirada y encontrarán mi mensaje... Sigan avanzando, abriré brecha, pero no los acompañaré mucho tiempo, sólo puedo señalar el sendero, iré con ustedes unos pasos, sostendré sus esperanzas, así como sostuvieron las mías y cuando sea el momento... volarán, no lo duden, volarán!.

Quizá ni vuelvan la mirada... quizá ni siquiera me recuerden... quizá mi historia termine justo allí.
Pero su historia, su propia historia, continuará más allá de donde termine la mía.
Así que, aten sus esfuerzos a un sueño, no a un viejo como yo, ni a mis palabras, que tan iguales como yo, quedaremos en la brisa.
Aten sus sueños a un propósito, a uno grande, y vivan como si nadie hubiera vivido antes que ustedes.
Estírense y toquen esas estrellas, que nosotros, no pudimos alcanzar.

Y cuando hayan partido, al borde mismo, tanto si voltean como si no, los seguiré con la mirada.
Claro que los seguiré y los seguiré mientras vuelen, y si el Poderoso lo permite, seguiré mirándolos desde el más allá. Ah, pero no será para siempre, yo también proseguiré.
He vivido mucho tiempo en tinieblas como para saber que la luz es el camino y con esa certeza, algún día, nos volveremos a encontrar.

Es entonces que, beso sus frentes, los abrigo, los bendigo y me pongo en marcha.
Mientras tanto, ellos duermen el sueño de la vida.
Y yo, yo persigo la luz.

Etiquetas: [avanzar]  [circunstancias]  [Comprender]  [decisiones]  [empatizar]  [entender]  [Libertad]  [madurar]  
Fecha Publicación: 2025-02-20T16:38:00.000-05:00

Te lo dije, escribiría de ti, te volvería literatura y así, en silente venganza, me libraría de ti.
Ha pasado mucho tiempo y hoy he vuelto a escribir de Lya.

Es como si en cada repaso de mi memoria, esta pudiera ofrecerme una nueva vista, mi memoria no falla, pero quizá la fantasía ya esté comenzando a sazonar este recuerdo. ¿Quién lo sabrá?

Pero me doy cuenta que el recuerdo, el instante que viene a mi mente cuando lo recuerdo, no es la misma persona que busqué y de la que finalmente me despedí, no son el mismo ser, y entonces me pregunto... ¿Qué pasó mientras yo andaba egoísta y orgulloso? ¿Qué le pasó a su sonrisa?, ¿Qué le pasó a su bella alma?

Cierro los ojos y allí está, tímida, femenina, una jovencita risueña, despierta, feliz de estar viva, feliz quizá de las nuevas experiencias, feliz quizá del día a día, allí estaba, ofreciendo algo diferente a los días y las noches, y dando, claro, lo mejor de sí, con aciertos y con errores, original, humilde, ella y su sonrisa, eso era todo mi recuerdo.

Pero, cuando volví, sus sonrisas no eran para mí, o tal vez sí, no, tal vez la sorpresa me otorgó su sonrisa unos cuantos días, pero luego mi estúpido yo no pudo mantenerla cautivada, y persiguió otras luces, buscó otras esencias, y allí me quedé, varado a la mitad de un parque cualquiera.

Oh, pero por supuesto que no fui abandonado allí, fui abandonado meses, sino años atrás, cuando no estuve, cuando buscaba en otros cielos mis propias estrellas, la vida seguía, y estúpidamente yo creía que la luna se detendría en el cielo sólo para mí... Cuan equivocado puede estar un hombre, cuan perdida puede estar toda esperanza, fue acaso un engaño? Claro que no, fue acaso una traición? Claro que no. No se puede reclamar lo que nunca fue de uno, no se puede buscar aquello que no existe, no se puede amar un recuerdo, se muere uno.

Se siente, se duele y se sangra, con letras, con prosa, con poesía, con miradas, con recuerdos, se llora aquello que se pierde, aquello que no se logra alcanzar, aquello por lo cual nos estiramos pero que... tristemente no podemos ni rozar.

La Lya que encontré cuando finalmente fui por ella, había cambiado, experiencias, vivencias, decisiones, su propia vida había pasado y todo aquello la había hecho cambiar, tuvo que amoldarse, tuvo que hacerse fuerte y endurecer aquellas partes frágiles de su alma, tuvo que madurar, tuvo que elegir y cargar con las consecuencias de sus decisiones, tuvo que elegir.
Y yo... yo sólo era una... espero... yo, yo no era nada, ni siquiera una promesa, yo era la ilusión...

Siempre fui la ilusión que no podía tocar, la ilusión que endulzaba sus propias ilusiones, yo fui la traición, la promesa que no llega, la luz que no ilumina, que no da calor, la luz que sólo ves, contemplas, pero jamás puedes tocar, una estrella, eso fui en su cielo.

Y cuando al fin, pudo perseguir algo real, no perfecto, real, reaparecí pretendiendo una realidad que varias veces le había demostrado ser... pasajera, irreal, como un fantasma del pasado que deambula y pasa, una brisa, o peor, una posibilidad imposible.

Así que fue sabia, eligió ver lo real, eligió seguir con todas sus fuerzas tras una posibilidad, tras algo real, eligió ir tras su propia valentía, eligió vivir, no voltear, voltear, dudar, no dudar, como sea, pero seguir andando, seguir buscando, seguir intentando...

Pero esas son las sombras que en mi lado nunca pude percibir, quizá fueron las partes de su ser que egoístamente elegí no mirar, partes de su alma que elegí no reconocer, porque era más cómodo simplemente dejarse caer que enfrentar un corazón con carácter, que no teme elegir quemarse si ello le permite acercarse a la luz que tan desesperadamente necesita...

Yo, simplemente era un maldito egoísta que no podía concebir que las estrellas brillaran en otro cielo, tan sólo una piedra vacía, incapaz de moverse fieramente como aquella supuesta luna ilusoria hacía. Y es que la verdad, la luna ilusoria la cree yo, Lya simplemente fue una perseguidora de la luz.

Han pasado más de 12 años y hoy he vuelto a escribir de Lya.

Lo siento.

Supongo, notarás que, realmente nunca fui el héroe de esta historia, era Lya, yo sólo era la ilusión, Ja, yo era el tormento, la mala broma... Yo era la sombra. Yo era en última instancia la ilusión.

Oh, pero no te decepciones aún mi joven lector, porque la historia no termina allí, de hecho, en este punto de mi vida recién estaba comenzando y todo al final obró para bien. No fui una sombra para siempre, tal vez haya existido muchos años así, pero tú que me conociste pudiste darte cuenta que cambié, y con el cambio vino la comprensión, y con la comprensión, vino mi propia redención. Y no me cuesta decir que aprendí de mis errores y aprendí también a enfrentar mis propios demonios, no sin lágrimas claro, pero perseguí mi propia luz, aquellos sueños que si eran para mí, y sabe Dios que luché, lucho y lucharé por ellos, en esta vida y las que vengan, lo haré, con mis fuerzas y sin ellas...

Para mí, sólo tener la oportunidad de sostener una espada ya es mi bendición.
Así que, puedo decirlo?
Si, si puedo... puedo arder!
Soy fulgor, puedo extender mis alas... soy libre.

Mi querida Lya, ese IIkaryo de hace tantos años, si bien se volvió ilusión por nunca acercarse, siempre te amará, no puedo cambiar el pasado. En ese pequeño espacio de mi eternidad existe una Lya para un IIkaryo, una caminata en el atardecer y susurros en el viento, siempre viviremos en ese breve momento de la existencia y allí entre la brisa y arena, bajo un pacto secreto, siempre seremos una historia y una esperanza, un sueño y una ilusión, un suspiro... y una promesa.
Adiós! mi mejor amiga!

Etiquetas: [aprender]  [consecuencias]  [decisiones]  [luchas]  [Madurez]  [Pasado]  [paz]  [Recuerdos]  [vivir]  
Fecha Publicación: 2025-02-09T12:02:00.008-05:00
 
Quedaron marcados en mi alma, cual recuerdos proscritos de noches perdidas, los momentos en que con fascinante vehemencia, nos entregamos a toda pasión.

Olvidando por un instante la mesura, la prudencia, el decoro, como si alguno de nosotros aún pudiera evocar tan razonables argumentos, nos lanzamos de lleno a devorarnos hasta que no quedó nada en solitario.

Recuerdo haber descubierto todos sus límites, haber explorado todos los espacios y recorrer todos los secretos, una y mil veces, por si acaso.

Y estoy seguro, que en la quietud de su calma, ella también lo recuerda.

Uno simplemente no puede volver a ser el mismo, a tal nivel nos fundimos en impetuoso querer, que nuestras almas se fueron fundiendo en extremos insospechados y dolorosos.

Y aún cargo con el recuerdo, que como cruel bandido, asalta en medio de la quietud buscando hacer arder cualquier ceniza.

Aún recuerdo, y lo recuerdo bien.

Pero ya no soy el mismo, ni quisiera volver a serlo.

Aquel tiempo, aquella vida, aquellos instantes... cadenas!
Gruesas cadenas que tuve que cortar para poder seguir viviendo.

No hay otro camino para el culpable, aún si perdonado, deberá llevar las marcas, deberá intentarlo, aunque sople el viento y el recuerdo le torture.
 
Dios perdona, pero la vida no muestra la misma misericordia, 
no lo hizo antes, no lo hará después... y no me importa.
Volveré a levantarme, marcado pero no herido y seguiré caminando.
 
Con culpa o sin culpa, manos pequeñas sujetan las mías, y yo no dudo.
Mis pasos son firmes, mi luz está delante y sonrío.

Hoy, mi espalda se refleja en miradas inocentes.
Y si al pasado no le parece, Ja!

Etiquetas: [dolor]  [heridas]  [marcas]  [miradas]  [niños]  [Padres]  
Fecha Publicación: 2025-02-05T14:01:00.001-05:00

 

Un par de años después de iniciar mi búsqueda conocí a esta señorita, la recuerdo bien. 
Era una niña bonita, tranquila y amable como toda niña bonita puede ser, pero había una sombra indescifrable en su mirada. Era delicada, elegante como una flor, pero a la vez... era hiriente, como un vidrio que no sabes cuan filoso es hasta que ves la sangre. 
A veces mientras caminábamos juntos, yo intentaba descifrarla. Tenía la impresión que Carlita era como una especie de bomba que podría estallar en cualquier momento. Me pregunto si alguien más podía ver esa advertencia en sus ojos, oculta profundamente tras sus bellas facciones; aunque claro, sólo era una impresión mía.

Ellos sólo podían preguntar: ¿Quién era esa niña?, mientras que yo preguntaba: ¿Qué tiene esa niña? y el más desesperanzador: ¿Qué puedo hacer yo por ella? 
Carlita vivía, estudiaba, tenía amigas, jugaba, sonreía, atendía la clase, hacía sus tareas y caminaba a casa como una niña normal, y a veces en esas caminatas estaba yo también.

Carla era mi amiga por 2 razones muy particulares, su mamá trabajaba en mi casa, así que Carlita era algo así como una especie de prima con la que juegas y caminas a todo lado, colegio a casa, casa a colegio. Y la segunda razón era porque simplemente me gustaba y quería caminar con ella. Pero como dije al inicio de la historia, Carlita ocultaba algo en su semblante, como si algo estuviera fuera de su alcance, como si le hubieran quitado algo.

"Carla no tiene papá", fue lo que escuché de mi mamá cuando pregunté por ella. 
Según parece, su papá había desaparecido años atrás, cuando aún era pequeña y no había vuelto. Y la verdad... ese sólo conocimiento se volvió un muro entre nosotros, pues yo no sabía qué decirle y según recuerdo, ella resentía esa carencia cada vez que iba a mi casa. Y sin querer y sin darme cuenta, me fui volviendo a ojos de la propia Carlita en algo molesto, algo que la hería y aunque estoy seguro no podía explicarlo, seguía hiriéndola.

Jamás me había visto como "alguien afortunado" por tener a mis padres conmigo, yo simplemente pensaba que era normal, pero conocerla me hizo entender que en realidad era una bendición y que algunas familias tristemente están rotas. Y confieso que, aunque le pregunté en varias oportunidades (siempre yo tan empático), nunca me dio una respuesta completa, eludía el tema. 
Hasta que un día, harta de mi insistencia, me dijo que él, su papá, se había ido y las había abandonado. Esa tarde caminamos en silencio, no supe qué decir y me arrepentí profundamente de haber querido saber. No recuerdo por qué hice algo tan estúpido.

Luego de ello pasó un tiempo hasta que pudimos volver a ser amigos, nuestras caminatas antes risueñas, se volvieron frías y silenciosas. Recuerdo seguirla en silencio, a cierta distancia, como dos desconocidos que simplemente iban en la misma dirección. Pero un día me dijo que extrañaba poder caminar y hablar de cualquiera cosa, extrañaba que siempre la hiciera reír y ser amigos. Esa misma tarde le volví a pedir perdón, tomé su mano y caminamos así hasta llegar a casa.

Me gusta pensar que ayudé en algo a esta pequeña, pero la verdad es que, para ella, yo sólo era un amiguito, ella no necesitaba un amiguito, ella necesitaba un papá y no cualquiera, sino a su propio papá... Qué no hubiera dado por traerlo de vuelta, obligarlo a ver lo que había hecho, hacerle entender lo importante que era su presencia/ausencia en la vida de mi amiga, qué no hubiera dado por sanar su corazón, pero para empezar era algo imposible para mi.
 
Sólo Dios sabe cómo habría sido una historia entre nosotros, una historia feliz espero decir, dónde ambos seguíamos un camino de vida juntos hasta que al final nos encontrásemos con el mismísimo creador. Habría sido una historia idílica tal vez, pero era una historia que para empezar no podía despegar pues le faltaba lo esencial, había un amor diferente entre los dos, nos habíamos vuelto hermanos. Así pues, esta se convirtió en la historia de un falso despegue o quizá, ni siquiera había avión.

Y bueno, pasó el tiempo y terminó aquella etapa escolar, su mamá dejó de trabajar en mi casa y un día Carlita fue trasladada a otro colegio, dejamos de frecuentarnos, era imposible que pudiéramos caminar juntos otra vez y así como cuando dos personas se despiden, cada uno siguió un camino diferente, desconocido, misterioso, sorpresivo, expectante, qué encontraríamos pasos adelante, qué puertas se abrirán, que cosas veríamos y que escucharíamos... Sólo podíamos descubrirlo andando y sorprendentemente, no quisimos voltear, sólo andar. Supongo que algunas veces lo mejor que podemos hacer es seguir andando, las heridas, las tristezas, no se mueven, pero nosotros no estamos atados a ellas, o no debería ser así, por eso sufrimos y por eso cada quien busca seguir avanzando, a veces con dolor, a veces con ilusión y a veces también, porque es necesario.

Etiquetas: [Buscar]  [cuidar]  [Dudas]  [entender]  [experiencia]  [Ilusión]  [intentar]  [madurar]  
Fecha Publicación: 2025-01-22T14:05:00.003-05:00


Ella fue un interés romántico mientras estudiaba en secundaria, era una compañerita de clase, me gustaba su risa y sus expresiones, era bajita, achinada, de risa fácil y sincera, amiguera y como toda jovencita, tenía sus canciones favoritas, su grupito de amigas, sus manías, sus chistes. Yo la conocía bastante bien, conocía bastante bien a cada persona de mi salón, habíamos estado juntos durante años, viéndonos día a día, era imposible no llegar a conocerlos, en algunos casos bien, en algunos casos no tan bien.

Johana era risueña, siempre rodeada de amigas, imagino que como toda adolescente tenía sus problemas y batallas, y debo decir que, si los tenía, no se notaba. Su jovialidad y chispa eran su marca y su risa era característica, ella sonreía con los ojos. Supongo que, al igual que yo, ella disfrutó su época escolar, los problemas insignificantes y los días llenos de amigos.

Y recuerdo que en algún momento eso me resultó genuinamente atractivo, magnético, las sonrisas siempre serán magnéticas, la energía siempre será magnética, aunque uno diga que no, siempre será un sí y es simple en realidad, la luz siempre llamará la atención, no importa donde la pongas. Así pues, había una gracia especial en esa china chata sonriente.

Todo era tan familiar y bonito, que también era un problema, ¿cómo ser algo más?, ¿cómo decirle que quisiera ser parte de algo más especial? Era tan fácil de decir como difícil de hacer, pero ya lo había planeado, sólo tenía que acercarme en el "momento indicado" y decirle... pero y qué le diría, qué podría salir de mí que pudiera invitarla a compartir una historia. ¿Era ella a quien estaba buscando? ¿Cómo saberlo bajo el velo de la distancia?, cómo descifrarlo cuando todo estaba escondido bajo un óleo de familiaridad, de amistad, de hermandad, de risas y diversión, cómo dar el salto sin estropearlo todo, cómo llegar al centro cuando ni siquiera habíamos rozado la superficie...

Definitivamente eran demasiadas preguntas para una cabecita tan pequeña como la mía en mis 14 primaveras. Es simpático que cuando uno espera el momento indicado, este simplemente nunca llega, nunca aparece, nunca sucede, siempre pasa y no se detiene, pero no entendí esta verdad sino mucho tiempo después.

Y recuerdo que, en lo que esperaba aquel momento ideal, apareció Wendy y de la nada pasaron muchas cosas, cosas que en un primer momento no esperaba fueran a suceder y menos la propia Wendy, para más referencia ver la historia n.° 9, y en medio de esa historia Johana se transformó en algo así como una guardiana, primero fue una amiga, luego fue un puente, un nexo, una cómplice, y en todo ese tiempo de cambios, ella seguía siendo la misma. Llegué a entender que se comportaba así porque tanto yo como Wendy éramos sus preciados amigos y no quería que nos lastimáramos entre nosotros... Siempre me agradó ese cariño sincero.

Recuerdo que luego de mi primera historia con Wendy, que no terminó muy bien que digamos, me pregunté seriamente las razones del por qué no quise alcanzar a Johana? Era una cuestión difícil de contestar, me cuestioné si acaso no era lo suficientemente valiente como para arriesgarme? y me forcé a responder si acaso no valía la pena intentarlo? Aún si todo pudiera terminar entre llamas y nostalgia, no valía la pena el esfuerzo?

Pues sí, lo valía y honestamente me gustaría haberlo entendido antes, pero en ese momento, Johana se había vuelto familia. No recuerdo si llegamos a conversar de este tema, creo que Johana eludía el tema a propósito, y hasta me aventuraría a decir que no quería que las cosas cambiaran... Cómo podría culparla, habíamos construido con los años algo entrañable y otras posibilidades podían ser intimidantes. 

Pero un buen día, mucho tiempo después de Wendy y del colegio incluso, al fin tuve una charla con Johana... Al fin pude sincerarme y exponer todo lo que quise decir en colegio, pero las cosas no salieron como yo esperaba. Recuerdo y espero equivocarme, que dijo que si lo hubiera intentado en colegio, tal vez hubiéramos podido encontrar una historia diferente, pero que ahora, ya no era el tiempo ni el lugar... 

Esa respuesta, sinceramente me marcó, pues en aquella época, ciertamente no me lanzaba así nomas a la piscina, quizá era por lo joven, quizá por lo inexperto, la cosa es que simplemente no me arriesgaba y ya lo había escuchado antes. Eso mis queridos, me dolió, me dolió saber que mi indecisión, mi cobardía disfrazada de quietud y mi cómoda conformidad me había arrebatado una historia que estaba seguro pudo haber sido especial, juré para mis adentros no volver a dudar cuando se presentara la oportunidad, y no estoy hablando meramente de cuando alguien te guste, sino de la vida misma, de lo que podemos alcanzar si somos valientes, si nos lanzamos, si nos arriesgamos, si simplemente cerramos los ojos a la evidencia y decidimos Creer! Si nos atrevemos a tener Fe y saltar... Si nos atrevemos a volar, si nos atrevemos a ser diferentes... Y lo gracioso es que, al oír esas palabras, torpemente intenté ser valiente, pero aún antes de siquiera levantar las alas, ya había sido rechazado.

Conversamos entonces como lo que al final de cuentas éramos, conversamos como dos viejos amigos e intentamos seguir siendo nosotros mismos, total si ya no se podía hacer nada, al menos intentaríamos comprender lo que había sucedido, despejar las dudas y comprender nuestra propia estupidez. Confirmé lo que había imaginado durante el colegio, que Johana en realidad si me rehuía, rehuía el tema, rehuía las señales, porque ella sabía que yo la miraba y en ese instante quedó tan claro como el agua que toda mujer percibe, sabe, nota y se da cuenta de su entorno. Además, si les toca algún mocoso superevidente y pavo como yo en aquel entonces, entender que pasaba era realmente fácil. Al final de aquella charla, medio sesión psicológica, medio desahogo, medio disculpa y medio epílogo, nos dimos las manos como niños buenos y simplemente nos despedimos.

Así pasó, cada uno había seguido su propio camino. Y así llegó a su fin la historia de Johana, una buena amiga, una bonita luz de ensueño en medio de una primavera estúpida e inexperta.

Etiquetas: [Amar]  [Buscar]  [Búsqueda]  [Comprender]  [entender]  [Esperanza]  [hombría]  [madurar]  [matrimonio]  [novia]  [orar]  [pedir]  [Tiempo]  
Fecha Publicación: 2025-01-16T14:23:00.001-05:00

Un buen día, pateando piedras en la calle, caí en cuenta que no había un lugar al que realmente quisiera ir, y como no tenía un destino fijo, decidí que cualquier camino podría llevarme.
Así que anduve hasta un parquecito que hay en la plaza Yanahuara de Arequipa, bonito y muy turístico.

Caminé hasta encontrar una banca a la sombra, donde simplemente me senté/desplomé y comencé sin querer a contemplar mi alrededor, las personas iban y venían, turistas, vendedores, escolares, todos admirando el paisaje, artesanías y sólo unos cuantos, normalmente adultos mayores, sentados en las bancas, masticando algún recuerdo o ejerciendo sabiduría en privado, como suelen hacer casi todos en este punto de la vida.

Pero yo, tenía una idea fija que aún no podía descifrar, había orado y ayunado por 2 días y aún no tenía una clara respuesta a mi pregunta. Así que continué buscando, abriendo mucho los ojos, oídos y disponiendo todos mis sentidos. Era consciente que había una respuesta, sólo que aún no la había percibido. Miré mi reloj y comprendí que tenía tiempo, no podía volver a mi oficina cuando todavía estuvieran todos almorzando, simplemente sería muy tentador tirar el ayuno al olvido y además tendría que explicar la razón de porque yo, un compañerito de oficina normal, no comía ni llevaba comida alguna. Y como no me apetecía explicar nada, porque seriamente no tenía que darle explicaciones a nadie, decidí salir a andar por ahí, a veces lejos, a veces no tan lejos, con la esperanza de mantener una comunicación silenciosa con aquel que tiene todas las respuestas a mis preguntas, y estaba totalmente decidido a escuchar una respuesta para mi. Era vital, era importante y era urgente. 

Aquel día quise aire fresco, "refrescar las ideas" como decía mi papá, y recuerdo que buscaba un lugar con brisa y me encontré andando hasta una fresca banquita de madera en un pasaje no muy transitado, quería estar moderadamente solo y a la vez ligeramente acompañado. Estuve todo el camino preguntando si aquella chica, que despertaba sentimientos y revivía pensamientos, era la que había estado buscando durante tantos años. Necesitaba saber si era la indicada.

Pero sabes, esto ya lo había hecho antes, me nacían sentimientos y yo los ofrendaba y ahí terminaba el asunto, todas las veces. Pero con esta señorita, pasaba algo distinto pues lograba despertar nuevos sentimientos, sentimientos que había sellado bajo llave al resguardo de Dios mismo. Yo le dije al Señor que, mientras no apareciera la indicada, no estaría dispuesto a seguir enamorándome, ni pensar en nadie más, así que simplemente dejé de fijarme en las chicas, intencionalmente estaba cuidando mi corazón, y cuando aparecían estos sentimientos, por que soy humano después de todo, pues los ofrendaba, y mi petición al respecto era sumamente específica. Si eran sentimientos reales destinados a crecer y tener un futuro, le pedía me los devolvería y sino, que el Señor se los quede y los guarde. Y fue así durante un par de años. Estaba en paz.
Desde que decidí entregar esta área de mi vida, había resuelto dejar de ser un cautivo, dejar de enamorarme como un jovencito cualquiera, preso de sentimientos que emergen y lentamente van a la nada o al desastre, arrastrándome. Mis últimas experiencias en este terreno me habían demostrado que, el limitado (y pobre) amor que yo podía entregar sólo encontraría el desastre y no quería más historias de invierno en mi vida, pero quiero dejarlo claro, no me estaba privando de nada en realidad, seguía sintiendo y pensando como cualquier otra persona, la única diferencia es que ofrendaba esos sentimientos, porque entendí que salían de mi propio corazón, así que no eran simplemente aire, tenían un valor porque yo tenía un valor, así que decidí guardarlos para la indicada y no simplemente perderlos como volantes. Así que decidí que el mejor lugar para guardar algo preciado era en las manos mismas del Señor, y no dudé, lo entregué todo, hasta que un buen día, bueno, esos sentimientos comenzaron a volver.

Recuerdo que, sentado allí, disfrutando la brisa y sin mediar palabra, pues ya las había dicho todas. Tan sólo esperaba una respuesta, que estaba seguro vendría. Escuchaba los pajaritos, veía a las familias y me cuestionaba si algún día estaría yo en la misma posición, de la mano de mi esposa y viendo correr a mis niños. Supongo que esa disposición fue una de las cosas que le agradó.

Cuando mi tiempo de almuerzo llegaba a su fin, simplemente me levanté y comencé mi lento, pero no penoso, retorno al trabajo, y la verdad, estaba cansado. Suele pasar que, cuando uno está ayunando de alimentos, tu cuerpo se debilita, te sientes cansado, como si le faltara energía. Aunque mi mente, estaba al 100%. Creo, me sentía en completo control de todas mis capacidades mentales y psicológicas; sin embargo, mi cuerpo, tenía un ligero retraso al reaccionar, lo sentía más lento de lo normal, como si tuviera que forzarlo a hacer las cosas, o quizá simplemente era más consciente del esfuerzo que demandaba caminar y otras situaciones corporales.

Al terminar el día me fui salí del trabajo y comencé a alabar, quería agradecer las cosas que tenía y oraba por algo de dirección para aquellas cosas que si estaban a mi alcance... Lo simpático del asunto es que Dios, cuando te responde, te manda diversos adjuntos, me fue diciendo muchas más cosas de las que yo preguntaba, y todas eran... bueno, revelaciones en si, algunas duras, algunas sumamente evidentes pero que yo en mi estúpido apuro por vivir, había pasado totalmente por alto. Así pues, me tomé mi tiempo para tomar las notas y medidas correctivas necesarias. 

Y entonces, al amanecer del tercer día finalmente obtuve mi respuesta. Pero curiosamente, mi lado escéptico quiso imponerse y muy a mi manera cuestioné la respuesta. Cogí mis apuntes y encontré una promesa para ese día... la promesa decía: "yo no miento, ni soy hijo de hombre para mentir o arrepentirme de lo que te he dicho", y sinceramente fue uno de esos momentos en los que se te dice con total claridad algo y que aceptas aunque con algo de recelo, fue mi primer momento "okey". Pero lo reconozco, mi tozudez aún latía en mis pensamientos, así que terminé de alistarme para el trabajo y salí a la fría calle, como no tenía que tomar desayuno tenía tiempo de sobra, así que compré agua y tomé una combi que me llevaría a mi trabajo, durante el viaje puse radio en mi celular y comencé a escuchar una radio local que casualmente el locutor dijo algo así como: "Y este es el mensaje que tengo para ti al día de hoy: yo no miento, ni soy hijo de hombre para mentir o arrepentirme de lo que te he dicho", y fue mi segundo momento "okey"

Bajé de la combi y llegué trabajo sin más sorpresas, pero durante la mañana haciendo mis tareas en silencio, recibí una notificación en mi correo personal y al verla desde mi celular encontré que era el devocional al que me había suscrito y la promesa bíblica para ese día era, números 23:19, la misma que ya había visto y oído más de una vez aquel día y que decía: "yo no miento, ni soy hijo de hombre para mentir o arrepentirme de lo que te he dicho". Y fue ahí cuando caí en cuenta de la gravedad del asunto, pues evidentemente pasaba algo, y caí en cuenta además que, no sólo me estaba respondiendo mi pregunta, sino que me estaban afirmando y reafirmando la respuesta. 

Me gusta pensar que Dios no se molesta cuando seguimos preguntando sobre algo que Él ya contestó, seguramente encontrarás voces que digan cosas como: "eso es falta de fe" o "donde está tu fe hermano" y otras vainas cuasi-evangélicas, cada cual más o menos legalista y hasta apocalíptica. Pero entiendo que un Dios personal es un padre y como tal busca la manera apropiada para acercarse a cada uno de sus hijos, incluso con los medio obstinados y que rayan la brutalidad, y es que cualquiera se distrae, si me dejo entender. Pero ahora que también soy papá, comprendo que se complace en recibirlos entre sus brazos, y que está más que dispuesto a responder toda inquietud de sus niños pequeños, siempre bajo la misma sonrisa, como lo haría un papá cualquiera y no sólo como un Dios Todopoderoso, que también es.

Entonces, volviendo al tema, tenía al fin mi respuesta (y varias otras más que no pedí pero que se incluyeron en el mismo paquete), tenía mi confirmación (y era incuestionable, no estaba loco ni me equivocaba), y ese hecho fue liberador, fue un momento de inusitada lucidez y paz. Aceptar la respuesta no me resultó nada difícil, pues me liberó e hizo algo más, pasó a ser parte de mi y ardió en mi interior, como cuando sabes las respuestas de un examen que estas rindiendo. Sinceramente, me había enfocado tanto en mi respuesta que no me había puesto a pensar sobre que es lo que haría a continuación... Así que, cuando no sabes que hacer, pues, tienes que pedir guía y consejo, después de todo, en la multitud de consejeros está la victoria, así pues busqué reunirme con el pastor de jóvenes, para hablar de lo que estaba pasando y de mis últimos descubrimientos...

Recuerdo que encontrarlo desocupado requería bastante paciencia y tenacidad, pero tenía mi respuesta fuertemente aferrada y con esa seguridad fui delante del pastor para decirle: —Lo tengo! ahora ¿que sigue? —no tenía claro qué más pasaría pero había superado el primer y más mortal enemigo de toda travesía, la duda. Estaba apuntando al blanco correcto y con esa certeza estaba listo para urdir planes de conquista, desplegar tropas, ganar territorios, levantar fortalezas, trabajar debilidades, etc. quería hacer las cosas bien, y estaba convencido que, por lo menos había alguien que ya estaba dándome su apoyo y que quizá también se estaba gozando del asunto. Mucho tiempo después comprendí por qué había tenido éxito, y fue porque primero había ido con la actitud correcta, al lugar correcto a buscar respuestas, y como resultado había determinado que ella era efectivamente la correcta. Quizá fue uno de mis momentos más reveladores, y recuerdo que me sentí poderoso, no porque tuviera poder alguno, sino porque alguien poderoso estaba de mi parte en esto, y no olvida ningún detalle.

Etiquetas: [consecuencia]  [consejo]  [decisiones]  [palabras]  [pequeño]  [peso]  [responsabilidad]  
Fecha Publicación: 2025-01-15T12:10:00.001-05:00

La piedra lanzada no puede recuperarse.


A veces, por decisión o por estupidez harás/dirás algo que dañará a un grupo de terceros, ellos podrán ver tu error y tendrán que decidir si apoyarte o abandonarte. Aún los amigos más fieles, aún los compañeros con los que sangraste codo a codo tendrán que tomar esa elección y lamento decir que en algunos casos, en base a tus decisiones, serás abandonado.

Esto no quiere decir que no hayas buscado lo mejor desde un comienzo, pero llegados a este punto es preciso que comprendas que, no hay piedra que lances, que indefectiblemente no impacte uno o dos corazones, cual ave caprichosa que se lanza a las ruedas de la muerte, huyendo de un temor desconocido.

Pero entiende, retoño mío, no hay camino más ligero que aquel que recorres libre de equipaje, que tu conciencia y decisiones no estén determinados por la preocupación de a quién podrías herir, quien podría malinterpretar, quien podría abrogar a tu favor y quien finalmente se convertirá en traición.

Que no te agobie esa decisión, porque tarde o temprano se pone el sol y las sombras se hacen más largas de lo que en realidad suelen ser. Da lo mejor que puedas, sin extenuarte ni aprisionarte, sé humilde para pedir perdón cuando tengas que hacerlo y sé valiente para reconocer cuando te has equivocado. Aprende y no olvides el perdón.

Aún si no tomas decisiones cuestionables, debes entender que, te cuestionarán por todo lo que digas y todo lo que hagas. Dejarán en entredicho tu cordura y buena voluntad, y tristemente, observarán con vileza tus mejores intenciones, no te aprisiones.
 
Todo lo que exprese una parte de tu alma será duramente juzgado por este mundo y aquellos que en él transitan, sin importar su origen, sin importar su destino, estarás sujeto a este cruel escrutinio.

Recuérdenlo mis pequeños y viajen ligero, porque aún las deudas más dolidas prescriben, se oxidan, se olvidan, se diluyen y se evaporan; así pues, vive! deja vivir!, pero no lo olvides, las piedras lanzadas, aún si son piedras preciosas, no podrán recuperarse.
Si es importante, si es valioso, realmente lo cuidas.

Etiquetas: [avanzar]  [Creer]  [decisión]  [esperar]  [Ilusión]  [noche]  [Pasado]  [Recuerdos]  [soltar]  [Sueños]  
Fecha Publicación: 2024-10-29T00:00:00.001-05:00

El cielo éramos tu y yo, 
y sin embargo, toda la distancia estuvo entre los dos.

Te amé pero no lo sabía, 
no lo sabías, 
no lo sabía nadie.

Dejaste grabado en lo profundo de mi espíritu aquella presencia, 
aquella sonrisa, 
aquella pregunta.

Y yo, en angustiante duda, 
te vi florecer para alcanzar una esperanza, 
te vi partir en incertidumbre, 
te vi partir de mi.
Valiente y sin ataduras.

Y te soñé, sabes?
Eras tu pero todo era diferente.
Ya no veía tu rostro.
Y quise tantas cosas que, simplemente no podría negarlo.

Te busqué, pero ya no era el tiempo, 
ya no eras esa persona, ni yo podría ser aquella que buscabas.

Te compliqué, y quise complicarte todavía más.
Dolió verte caminar lejos de mi, lejos de nosotros,
dolió sentirme así pero te admiré igual.

Te solté.
Te escribí.
Te soñé.
Te recordé, 
y al fin de todo, pude sonreír,
no fue la sonrisa que quise, pero es la que puedo ofrecer.

Donde quiera que te lleven los cielos,
justo allí estuve yo!
en cada paisaje que pasa, 
en cada callejón, 
en cada espera, 
justo allí estuvimos los dos!

Quizá no lo recuerdes, 
pero tu estabas en mi y allí te quedaste. 
Impresa en una poesía, 
brillante, eterna, ajena,
sublime, tierna, incompleta.

Y de este lado del espejo, 
aún te veo, 
aún te siento.

Pero ahora, sólo soy una sombra, 
un mero recuerdo, y quizá ni eso, 
tan sólo una frase, y quizá ni eso,
tan sólo una brisa, y quizá ni eso.

No dudes tormenta, no dudes,
qué no podría decirte,
qué no podría dedicarte,
qué no podría escribir entre líneas en la noche.

Pero qué podría pasar?
si tan sólo somos dos poesías, 
recordadas con nostalgia en un camino pedroso, 
a la mitad de la costa, a comienzos de nuestro propio otoño,
a la mitad de la nada, a finales de un adiós.

Etiquetas: [Amor]  [Buscar]  [claridad]  [corazón]  [dirección]  [enamorarse]  [Encontrar]  [Esperanza]  [esperar]  [guía]  [Ilusión]  [pensar]  [sentimientos]  
Fecha Publicación: 2024-10-23T09:37:00.003-05:00

Es vertiginoso, todas las decisiones se ponen a prueba y las respuestas que uno puede dar varían en base a su nivel de ansiedad y madurez. Así de terrible es encontrarse con una chica bonita, especialmente si no estas preparado, si te agarra de sorpresa, no lo cuentas. A duras penas te enterarás que acabas de ser arrastrado por tu propio ser, sólo que más estúpido y temerario.

Sólo basta con que previamente haya llamado tu atención, de alguna manera, premeditada o no, y cuando te hable estarás indefectiblemente en la palma de sus manos, desnudo.

Acaso estas señoritas están, de alguna forma, entrenadas naturalmente para convertirte en don servicial o don atento? Viene en los genes? es conocimiento adquirido? Quizá un poco de ambos y realmente ellas no son el problema. Lo es uno.

Y en ocasiones, esos meros encuentros fortuitos y hasta caprichosos, te pueden arrancar de tu realidad, cual Dorothy arrastrada por un cruel torbellino para ser transportada a un mundo desconocido, que funciona bajo leyes totalmente inciertas y en el cual tu única esperanza es encontrar un artilugio, una razón, un camino que pueda llevarte a casa... claro, siempre y cuando estés dispuesto a volver.

El corazón, particularmente el de los jóvenes, principalmente el de los chicos, podría ser algo sumamente delicado, el cual, si no recibe un adecuado cuidado, podría ser violentamente mecido por las mareas de las emociones y eventualmente absorbido por las hambrientas vorágines de amores espontáneos, ufanos y fugaces.

No mi querido, no mi estimado, no hijo mío, no te recomiendo estos parajes salvajes, que yo mismo he transitado entre lunas, cuando no imaginaba la edad que ahora tengo ni mucho menos pretender enseñarle a quien está a punto de encontrarse con el mundo mismo.

Enamorarse y amar son cosas similares hasta cierto punto, pero son diferentes, el enamorarse implica una atracción, a veces tan violenta que parece un arrebato bíblico, y a veces tan espontánea como un pequeño trébol que emerge entre los ladrillos en la acera. Y el amor, es la madurez de una promesa, es fuerza y aunque suene feo, es compromiso, es querer estar pase lo que pase, por el bien de otro.

Realmente no tienen que ser cosas que no puedan coexistir, pero tienes que entender que una cosa es una pequeña chispa, otra cosa es una brasa ardiente y otra muy distinta es un carbón encendido y los efectos de cada uno son totalmente diferentes. Te diré la verdad, no podemos evitar las chispas, a veces serás bañado en ellas, pero podemos a pesar de todo, guardar nuestro corazón. No tiene por qué ser difícil, la verdadera pregunta es: querrás hacerlo? porque sinceramente, es más fácil y hasta más divertido el simplemente dejarse llevar por la ola. Pero eso ya lo descubrirás, aprovecharé estos momentos para decirte brevemente que tienes que hacer si repentinamente te ves abordado por esas musas atrapa corazones. 

Paso 1, primero que nada, no entres en pánico, normalmente son los peces que huyen del cardumen los primeros en ser devorados, así que si te abordan estas emociones, tu tranquilo, eres humano, tiene que pasar, se tiene que sentir, es norma, pero no te asustes y tampoco te lances.

Paso 2, no seas estúpido, quiere decir, no hagas cosas estúpidas como intentar impresionar subiéndote a la baranda de un puente o hacer malabares con fuego, o intentar llamar la atención haciendo alguna clase de truco, que si bien podrías hacer bien, podría resultar terriblemente mal. Principalmente te diría, no te lastimes y obviamente eso implica no lastimar a otros por llamar la atención. Se dice por ahí que la primera impresión dice mucho de uno mismo, y es cierto, te juzgarán por lo que ellos puedan percibir con sus sentidos, sin importar cual sea tu justificación, excusa o intención, te juzgarán en base a sus propios códigos morales y razonamientos, no podemos hacer nada al respecto, pero esto no tiene que ser un problema, tu sé integro, sé real, sé tú. Si alguien se acerca a ti por lo que cree de ti, se quedará contigo por lo que realmente eres o huirá de ti en base a lo que encuentre. Así que, vigila que es lo que estas poniendo en tu interior, eres una caja de agradables sorpresas o eres una bomba en potencia, tú lo defines. Nada de echarle la culpa a las circunstancias, padres, destino, capacidad adquisitiva u otros, eso son solamente circunstancias, el marco de un cuadro, es el contenido, pintado con decisiones y experiencias lo que le dará color a tu propia presentación. Creo que incluiré en el paso 2 el que no mientas, no engañes, no burles ni busques dañar, porque lo que uno siembra, indefectiblemente lo cosechará.

Paso 3, sé valiente, ánimo, nada digno de conquista se alcanza sin alguna clase de lucha. El campo de batalla será variado, pero tú todavía puedes ser el amo de ti mismo, no te entregues al miedo, si sientas que no estas preparado para una lucha en particular, busca consejeros, en la multitud de consejeros se encuentra la victoria, pero busca personas que realmente puedan darte un consejo que sume. Hay luchas y luchas, debes interpretar correctamente en cuales puedes obtener victoria y en cuales debes retirarte, no tienes que luchar en todas. Y con esto me refiero a que no tienes que perseguir a cuanta jovencita se atraviese en tu camino, la mayoría de las veces no estarán allí a propósito, ni mucho menos buscarán coquetear, son jovencitas, están creciendo, aprendiendo, lo harán de todas formas, a veces inconscientemente y a veces también a propósito, descubrirlo te puede costar, y yo te sugeriría que en la quietud de la distancia observes que tipo es el que tienes en frente. Por qué puede darse el caso de que te estés enfrentando a un dragón que ya ha devorado a otros caballeros con todo y caballo, y que ahora esté buscando su próxima víctima, podría pasar... y aquí viene el consejo difícil, mantén la cabeza fría! Es imposible dejar de sentir, o pensar en ciertas situaciones/cosas, pero como diría un muy amigo mío, no podemos evitar que las aves vuelen sobre tu cabeza, pero podemos evitar que hagan su nido en ella.

Paso 4, te va a parecer raro, pero hay un plan, un propósito para cada cosa y por supuesto, hay un planeador, un orquestador, alguien que ha hilado todas las casualidades y también, alguien que ha visto todas las consecuencias. El camino de la vida te lleva a aprender tarde que sucesos en tu vida se convertirán en recuerdos, experiencias y la manera en que reaccionamos a ellas impactará en tu carácter, así que tienes que fundamentar tu carácter en base a principios, tus principios serán tu norte y aunque la tormenta de la vida te zarandee, si persigues un buen principio, cual estrella en el firmamento, entonces indefectiblemente encontrarás el camino, el retorno, la manera. Sobra decir que ese principio son las verdades y esas verdades, créeme o no, vienen de Dios mismo y si quieres saber que dice, tendrás que tener una relación con él, una relación requiere tiempo e implica pasar deliberadamente tiempo con una persona para poder conocerla. Conocer a Dios implica tener una relación con él y esto te dará claridad, marcará límites (que si pasas terminarás lastimándote), te abrirá los ojos y a pesar de las tormentas, te dará paz. Así todo salga mal, te dará paz, al menos a mí me la dio y me la sigue dando sabes? Yo sigo andando por el mismo camino en este mundo mortal y esas verdades que metí en mi corazón adrede, salen de allí mismo cuando las necesito y en la mayoría de los casos constituyen verdades a las que puedo recurrir, como una caja de gadgets que puedo tomar.

Paso 5, El amor verdadero espera, el real, el genuino, el que realmente anhelas, el que mereces, ese, ese espera. No se trata de encontrar una persona especial para ti, tardé años en comprender esto, se trata de estar listo para que cuando llegue "la persona especial" y puedan tener una historia juntos.
Aquí la pregunta es, ¿Eres aquel que ella está esperando, o eres uno más del montón? Es fácil identificar al montón, es el que hace, se comporta, busca y anhela lo que hacen todos los demás, así sin más. Y déjame decirte, que el montón es estúpido. Yo sólo soy un pedazo de espíritu impreso en finas letras, publicado en un medio digital, tú decides si hacerme caso o no, no te puedo obligar ni mucho menos tomar decisiones por ti. Es, al final de cuentas, tu camino, no mío, yo sólo te estoy compartiendo algunas cosas que he aprendido con la esperanza que puedas tomar algo de ellas, yo sólo te estoy intentando orientar a que tomes el mejor camino, el que creo, podría brindarte más de lo que esperas, lo que realmente mereces.

Etiquetas: [besos]  [desengaño]  [enamorarse]  [experiencia]  [Ilusión]  [Jóvenes]  [Pasado]  
Fecha Publicación: 2024-10-21T14:49:00.002-05:00

Recuerdo que con Wendy, descubrimos mucho sobre pasión. Haciendo un resumen de todo lo vivido, puedo decir que estábamos aprendiendo cosas para las que aún no estábamos preparados, pero también debo decir que no nos importaba.

Recuerdo que absolutamente todo era emocionante, aparte de nuevo y exótico, éramos 2 jóvenes conociendo la pasión, la aventura y el riesgo, pero no me malinterpretes, no estoy diciendo nada pornográfico, sólo estoy mencionando que el encontrar a alguien a quien pudiera besar, aún si era a escondidas, era emocionante y si a esto le sumas que nuestra relación era verdaderamente a escondidas, pues, tenía doble emoción, era una doble apuesta, no sabíamos exactamente si íbamos a ganar algo, pero queríamos estar allí en esta suerte de aventura ilícita colegial amorosa.

Recuerdo los besos, realmente no te enseñan a dar besos en ningún lado, es algo que aprendes por experiencia. En mi caso, aprendí a besar con mi primera enamorada obviamente, pero eran besos normales, de películas dramáticas, aquellos de corte romántico que suelen aparecer en telenovelas mexicanas, aquellos que podrían catalogarse, si es pueden catalogarse, de nivel pasional 1, besos cortos, suaves, rápidos, la intensión era lograr el contacto. Y luego estaban los besos que nos dábamos con Wendy, eran una evolución del beso francés, una mezcla bizarra del romanticismo francés y el más franco canibalismo tribal.

Era como si, de alguna manera, el uno al otro intentáramos devorarnos mutuamente, en una feroz vorágine de labios, lengua y saliva. Hoy me causa gracia, pero en aquel tiempo, no sé, no sé por qué nos besábamos así. Ni siquiera sé cómo empezamos a besarnos así, con tirabuzón. Era como si nuestras lenguas, desataran la más extraña pelea de zumo de la historia, buscando una supremacía pocas veces vista, a veces ganaba yo, a veces ganaba ella. Éramos un par de babosos. Casi, casi como si estuviéramos empujando los límites del concepto beso, forzando su evolución hacia algo más.
Pero bueno, así estaban las cosas, Wendy y yo desarrollamos una relación de enamorados de colegio, pero su familia no estaba totalmente enterada, su padre quería que ella estudiara y sólo se enfocará en sus estudios, o al menos eso me decía Wendy. Quizá y tenía vergüenza, quizá éramos demasiado niños como para socializar una decisión mutua, en fin, nunca lo supe.

Lo que si supe es que, el trance de tener una relación a escondidas, ser un amigo más, escaparme para poder encontrarla, encontrarnos en privado, llegar tarde a casa luego del colegio, se convirtió en parte de mis días y acompañó unos buenos años de mi etapa escolar, y debo decir que, era excitante.

Nada te emociona más, que el saber que estás haciendo algo que no se puede hacer, o que no se debe. Independientemente de si estés haciendo algo bien o terriblemente mal. En nuestro caso, siendo algo condescendiente, te diré que éramos dos mocosos descubriendo y experimentando, al menos para mí lo fue así. Esta demás decir que, no quería aprovecharme de ella, no era mi intención como imagino podría ser la intención inicial y básica de cualquier mocoso en una relación amorosa. Pero llegados al momento en que estábamos solos, lejos de la supervisión y reglas de la sociedad, lejos de los límites morales que la sociedad civil ordenaba a cada uno de sus integrantes, pues, las cosas se relajaban un poco.

Se relajan un poco en que, podíamos hacer lo que quisiéramos, teníamos el espacio y tiempo, así que nos dedicamos a amarnos, o a intentar amarnos, claro que, no pasamos de besos y abrazos, uno que otro toqueteo indecente, pero nada serio o de que tuviéramos que preocuparnos 9 meses después.

Desarrollamos nuestra relación en el colegio, era lindo saber que le gustabas a alguien o que alguien quisiera estar a tu lado, te hincha el pecho, te eleva la confianza al 200% y finalmente, como todo enamorado, te hace medio, sino un total, idiota. No me malinterpreten, no está mal enamorarse, no digo eso, sólo digo que al enamorarse uno corre severo riesgo de perder perspectiva y en consecuencia, tomar decisiones poco acertadas, todo en pro de un único momento, de minutos incluso, de un único toque, de un efímero contacto.

Supongo que eso es finalmente lo que anhelan las almas cuando entran en una relación, un contacto. Lastimosamente, la mayoría de personas confunden el encontrar este nexo con tener relaciones sexuales, y tarde comprenden que, no es así y nunca será así.

Wendy, como mencioné alguna vez, era una chica bonita, inteligente, despierta y algo pícara, había algo en su mirada que me lo decía y había algo en sus susurros que tocaban hábilmente ciertos hilos en las profundidades de mi alma. Estaba encantado, enamorado, templado, cautivado... atrapado.

Recuerdo que siempre buscaba impresionarla, llamar su atención con algún chiste, alguna respuesta ingeniosa, una respuesta correcta a preguntas del profesor, llamar la atención. Irónicamente, ella no era la única que se enteraba de mis intentos, sino todo el salón. Es como si tuvieras una mancha en la frente, tú no te de das cuenta, puedes entenderlo y quizá hasta actuar al respecto, pero no puedes verlo y menos en su real dimensión. Para Wendy, supongo que le parecía gracioso y aunque no lo crean, este comportamiento, de alguna forma, llamaba su atención. Así que señores, di en el clavo intentando impresionarla, porque sorprendentemente lo conseguía.

En el colegio, nuestra relación era un secreto a voces, la gente pensaba que nos gustábamos y que había algo allí, pero no sabían que en realidad, ya teníamos una relación y así estuvimos un tiempito, hasta que un día, finalmente nos tomamos de la mano. Recuerdo que hasta los besos eran fortuitos y fugaces, besos de ninja. Al salir de colegio, salíamos en grupo y nosotros salíamos con Johana y mi fiel amigo "Chichu", que años después subió de peso y se convirtió en "Salchichu", y caminábamos por ahí, y cuando no había nadie mirando, nos dábamos un beso, pequeño, fugaz. Un par de veces, entramos en un mercado del camino y entre los callejones nos besábamos, hasta que claro, uno de nuestros amigos nos jalaba y nos separábamos. Johana solía ser la "guardiana" de Wendy, vigilaba que no hubiera chismosos y que no nos metiéramos en problemas, también nos cuidaba de chocarnos o estrellarnos por andar besándonos sin mirar por dónde íbamos. Y Chichu... también nos cuidaba, a su manera claro, creo que para él era divertido andar con nosotros, él era la distracción si es que alguien miraba, en fin, eran sin duda, buenos amigos.

Olvidamos con el tiempo... Y con el tiempo correcto, recordamos.

Ella no era un pan de Dios, también había algo peligroso en su mirada y la inmadurez de ciertas actitudes me hizo pasar algunos malos momentos, como cuando su coqueta actitud llevó a ilusionar a otro compañero de clases y terminamos compitiendo por quien era mejor que el otro, todo esto frente a su pasividad infantil. Le divertía, nunca dijo nada, sólo dejaba que las cosas pasaran y lo recuerdo bien, esto me molestaba y mucho. Ese doble ánimo, detestaba profundamente ese doble juego.

Me lo dijo su mirada, no sería fácil, y quizá hasta imposible. Tener una relación con esta señorita no era lo que yo había soñado, no era lo que yo, en lo profundo de mi alma anhelaba desesperadamente. Quizá no lo aceptaba porque estaba enamorado, pero poco a poco esa realidad me iba abarcando.

Recuerdo que en algunas oportunidades ella simplemente me golpeaba espontáneamente, claro que no eran golpes duros o hirientes, pero tenía esos arranques, como si un disgusto en el aire le hiciera ver que yo no era lo que estaba esperando y que en el colmo de su frustración tuviera que contentarse con lo que tenía al costado. Y déjame decirte mi estimado que, este pensamiento, no era bonito, no era placentero y definitivamente, no era lo que yo quería.

Sobra decir que yo no era precisamente el más maduro, inteligente o perceptivo de los jóvenes, a mis 14 años recién empezaba a adentrarme en el escabroso y misterioso mundo de la psyche femenina, y debo confesar que nunca terminé de entenderla a totalidad, pero si entendí esto, que esas pequeñas actitudes, respuestas y maneras, no me agradaban, y poco a poco se iba cimentando el fin de nuestra historia... Por eso no me representó mucho esfuerzo decir adiós a la primera oportunidad que tuve.

Bueno, no era precisamente elegante, maduro o como quieras llamarlo, pero era algo que decidí afrontar, cuya responsabilidad y consecuencias estaba dispuesto a pagar.

Todavía creo que fue la mejor decisión, y todavía creo que debí haberlo hecho un poco antes, después de todo, Wendy, con defectos o sin ellos, era una señorita y merecía, fue mi plan durante toda nuestra relación, todo el honor que pudiera brindarle mi muy escuálida masculinidad.

Cierro los ojos y me vienen a la mente escenas de fiestas, donde rodeados de amigos y de euforia juvenil, bailando en círculos, sudando como maratonista, se despertaban ilusiones en mi corazón y los sueños de un contacto se alzaban libres entre saltos y canciones de rock.
No me arrepiento de lo que hoy son recuerdos que nadie puede borrar, hoy los veo con nuevos ojos, añejos de vivencias, aún ilusos, aún buscando en la distancia, aun sorprendiéndome de los caminos que transcurrió mi alma en los novatos años de mi mocedad.

Y finalmente, cayendo la noche, a la mitad de un callejón, a escondidas y tomados de las manos, buscando una mirada, una sonrisa, confieso que mi corazón latía a mil por hora, y confieso además que, creía era feliz. Así pues, puedo mirar al abismo con una sonrisa, y cuando llegue el tiempo, podré decir que viví y aún vivo allí, en un recuerdo de mi mente, eternamente.

Etiquetas: [Amor]  [emociones]  [Esperanza]  [Ilusión]  [juego]  [niños]  [sentimientos]  [Vivencias]  
Fecha Publicación: 2024-10-20T02:58:00.003-05:00

Cuando entré a primaria, mi búsqueda por aquella, la única y especial, iba cobrando forma y propósito, la verdad es que, no estaba seguro del todo sobre qué es lo que buscaba, sólo sabía que era alguien y que quizá podría estar por allí, esperando que la encuentre. No estaba seguro si esta aspiración de encontrar a la ideal también fuera un sueño pre-instalado en la cabecita de otros jovencitos de mi edad, y como no estaba seguro, pues no lo compartí con nadie, era mi secreto.

Cualquiera podría mirar por ahí y decir, mira, ahí va un chibolo cabezón, típico mocoso como cualquier otro. Seguro que corre a su casa a ver supercampeones u otro dibujito y lo cierto es que esta observación, si bien algo general, podría abarcar sin ningún problema al 80% de los jovencitos entre 7 y 11 años, al menos en la época en que tuve esa edad, era así. Incluso podrían adivinar que se trataba de un chibolo enamoradizo, y razones no les faltarían para poder señalarme con nombre y apellido, pero ninguno podría decir que yo iba por ahí a loco, coqueteando con cuanta señorita se me pusiera en frente, pues nunca fue así... creo. Mi actitud hacía todas y cada una de las señoritas que me interesaron siempre fue absolutamente reservada, tanto así que, ni ellas mismas se daban cuenta que eran objeto de mi afecto... creo.

En mi cabecita pre-puber, la indicada vería las pequeñas pistas, los pequeños favoritismos y de alguna manera reaccionaría a semejante llamado, podríamos acercarnos y comenzar nuestra historia. Lo curioso es que quizá la mayoría de estas señoritas si se daban cuenta de algo, pero luego era olímpicamente choteado y acomodado en el cajón friendzone, que dicho sea de paso aún no era conocido como tal. Y confieso que ese era uno de mis más grandes temores, encontrarla y que me diga algo como "José, sólo te veo como un amigo, sigamos siendo amigos si". Gracias a Dios nunca me... No!, espera, si me pasó! Escuché esas palabras! y otras peores, pero esa es otra historia y espero con tiempo poder dejarla por escrito un día de estos.

En muchas maneras, la vida de un colegial de primaria de clase media, no era nada complicada, sólo tenías que ir a clases, hacer tus tareas, comer tu comida, hacer tus tareas, portarte bien, hacer tus tareas y ya. Era lo mínimo que podías hacer si no te tocaba trabajar, por lo menos deberías/podrías obtener buenas notas. Pero secretamente había una asignatura en la que, según mi propia opinión, tenía muy bajas calificaciones... era la asignatura de "Encuentre a la correcta - Principios Básicos", y es que si no aprendes los criterios básicos de esta materia, podrías convertirte en alguien que busca un inalcanzable o peor aún, encontrarla y no darte cuenta de ello.

Pero qué criterios básicos podría definir una cabecita de 7, 8, 9 años, nada serio señores, y en líneas generales no tendría nada de malo si no fuera porque personalmente me lo había asignado como propósito de vida, totalmente lejos de obtener un trabajo, completamente extrañado de formar una familia, nada de eso siquiera estaba mapeado en mi radar mental... nada!. Sólo encontrarla, a ella, la ideal, la única, la luna misma! Todavía me cuestiono por qué, de todas las cosas que uno podía perseguir, decidí perseguir un ideal... Hay quienes se aventuran a conjeturar hipótesis relacionadas con la razón de esta búsqueda, unos citan los instintos primarios, otros la búsqueda de reconocimiento, autodescubrimiento, validación del ego, aceptación social o el simple atractivo sexual. Pero déjenme decirles que, en mi caso yo no iba por ninguno de estos caminos, simplemente me percibía incompleto y buscaba a aquella doncella especial que tenía la otra parte de mi alma... nada más. Y sobra decir que, estaba ferozmente dispuesto a encontrarla, pase lo que pase y suceda lo que suceda, aunque tenga que buscar incansablemente. Estaba decidido, lo haría y según recuerdo varios post de este blog pueden dar cuenta que continué con aquella costosa búsqueda.

Recuerdo que en esa época con el descubrimiento de las nuevas cosas, habilidades, capacidades, venía también una serie de nuevas emociones, era casi como tener gadget nuevo y descubrir que cosas podía y no podía hacer, cada día era interesante en su propia manera y eso si era algo común en todos y cada uno de los chibolos que estudiaban y transpiraban las horas de clase, y me atrevería a decir que aún hoy, muchísimos años de terminada mi formación escolar sigo descubriendo los límites y efectos de mis propios sentimientos y emociones. Lástima que en esa edad uno simplemente no tenga la serenidad para poder medir como afectan las emociones las decisiones que uno toma y por supuesto, que niño, aún en desarrollo podría hacerlo... pero, así es la vida y en el tren de aprendizaje me vi descubriéndome día a día y con ese descubrimiento, también venía solapado una mejor definición de lo que uno ansía encontrar y más o menos iba pensando que es lo que buscaba realmente, ya no estaba a lo loco, a lo que venga, sino que más o menos iba ajustando una búsqueda más precisa... con toda la precisión que se puede tener a los 7, 8 años de vida...

Y en un punto dado, dejé de ver a las señoritas y comencé a verme a mí mismo, sobre como me sentía, y descubrí que mis propias emociones eran un poco desordenadas e intensas. Tendría que aprender a dominarlas primero si pretendía utilizarlas de guía... Estaba equivocado, lo sé, pero diré que realmente nadie te enseña a enamorarte, y cuando te dan pautas, no toman en consideración tu propia realidad, quizá te den pistas genéricas aplicables a la mayoría, pero si eres un buscador en ciernes, pues... es insuficiente. Sin mencionar que tarde o temprano te das cuenta que tienes que buscar algo para ti y no para otros.

Pero bueno, volviendo al asunto de las señoritas, en el colegio sólo ves niñas lindas que van por ahí sonriendo, gritando, siendo ellas y uno que recién descubre que tiene emociones pues, es como si  repentinamente estuvieras en una balacera y fueras impactado por una bala perdida, a veces hasta somos ametrallados! y cuando pasa algo indescriptible, como cuando una niña te dice: "Hola, me pasas mi borrador por favor" y te sonríe, pues... bang! headshoot!

Lo veo ahora en retrospectiva y no puedo evitar una sonrisa, éramos niños! niños jugando a ser grandes, y quién podría reprocharles algo, como si no hubiese pasado por algo similar. El que esté libre de recuerdos que tire la primera bola de papel!

Se llamaba Yerka, era una compañerita de mi salón, y allí estaba yo, enamorado. 
Yerka no había hecho nada más especial que respirar, sonreír e ir por ahí siendo una niña cualquiera. Ella no era el problema, era yo, me había enamorado con el amor que un niño de 7 - 8 años puede tener, sólo que no sabía como expresarlo, jamás se me pasó por la mente decirle algo tan precipitado como "me gustas", hasta lo consideraba una especie de herejía que debía eliminarse con la mayor prontitud posible y luego fingir demencia. Estaba condenado a ser el típico chiquillo enamorado que no sabe como hacerle saber a la señorita objeto de sus afectos que, bueno, estaba re-templado de ella. Así que, en mi neófita cabecita pensaba día a día en cómo impresionarla, quizá con resultados en las pruebas y notas, pero eso no la impresionaba, sólo hacía que te etiqueten de "él sabe" y punto, así que pensé que tal vez podría ganarme su simpatía siendo simpático. Debo precisar que para mi, en esa época, ser simpático significaba ser buena gente, divertido, bueno, empático y otros valores similares. Así que cuando jugábamos en recreo, porque aún salíamos a jugar al recreo en aquellas épocas, digamos a las escondidas, pues, yo la beneficiaba permitiéndole "escapar", cuando jugábamos "lingo", yo saltaba más alto para no golpearla o ensuciarla siquiera.

Recuerdo que en ese afán de mostrarme impresionante, sin querer dibujé demasiado bien algunas tareas y me dieron un pequeño premio por buen dibujante. Sin embargo, me importaba muy poco ser reconocido por alguien que no fuera ella. El tiempo pasó, y nunca se enteró de que yo estaba enamorado de ella, y debo decir que, a pesar de mis esfuerzos, uno que otro compañerito si se enteró de este afecto mío... Felizmente en esta corta edad ya había desarrollado mis habilidades de "hacerme el loco" casi profesionalmente y aparentemente todo el asunto quedó allí en el más recóndito secreto de mis recuerdos. Y aunque fuimos compañeros durante todo primaria, repentinamente caí en cuenta de que ya no me provocaba mariposas en el estómago y entendí que Yerka no era "Ella". Claro que, si me hubieran preguntado que características tenía "Ella", yo simplemente no hubiera podido responder con detalles. Recuerdo que, irónicamente, cuando comencé a ver a Yerka como una amiga y no como una potencial pareja de vida, comencé a llevarme mejor con ella, se reía más y sinceramente me divertía más. Creo que el estar pretendiendo impresionar limitaba seriamente mis reales capacidades de simpatía. Y es ahí cuando caes en cuenta que aquel dicho "sé tu mismo" realmente podría tener sentido. Yerka se convirtió en una amiguita más del salón, alguien con quien me llevaba bien y con quien estudie durante primaria, un interesante recuerdo de una búsqueda que aún estaba iniciando.

Recuerdo que mientras yo estaba en ese trance con Yerka, había otra compañerita que sinceramente molestaba a más no poder, era como si tuviera alguna clase de manía conmigo, era la típica mocosa linda por fuera pero que molesta y te hace querer alejarte lo más posible. A ella también la recuerdo bien, se llamaba Carolina, era una jovencita de pelo corto, chinita, que si la mirabas de lejitos podías pensar que era un pan de Dios llegado al mundo en una carroza de fuego, pero... al menos para mi, tras conocerla, querías huir, y huir rápidamente sin voltear la cabeza por temor a convertirte en sal o en piedra por su mirada. La cosa es que, esta otra señorita me molestaba a más no poder, en esa época no se le llamaba bullying, pero claramente era bullying, y del bueno. Lo que no entendía era la razón, por qué lo hacía?, por qué razón se metía en mis juegos?, por qué razón siempre quería resaltar y mandar?. Recuerdo que echaba por tierra mis más brillantes planes para impresionar a Yerka, y que normalmente terminábamos discutiendo. Para variar, con ella también estudié varios años de primara, hasta cuarto sino me equivoco, quinto y sexto se fue a otro salón, para mi alivio y paz mental, Y allí estaba yo, intentando impresionar por un lado y por el otro, intentando alejarme lo más posible de Carolina.

Recuerdo que en un par de oportunidades quise genuinamente entenderla, a lo mejor estaba haciendo algo que le molestaba y no lo sabía, así que le pregunté directamente por qué lo hacía... sus respuestas no tenían sentido, al menos no uno que yo pudiera comprender, así que concluí que era inútil razonar con ella y en consecuencia, decidí evitarla lo más posible. La táctica funcionaba bien en clases, donde por supuesto, era una alumna modelo, de esas con la que compites por saber quién es más inteligente o saca mejores notas... tal vez por ahí nacía nuestra rivalidad, porque, modestia aparte, yo tenía buenas notas. El tema era el recreo, donde ningún profesor vigilaba y casi a ningún auxiliar le importaba. Y en recreo, pues, mis prácticas usuales eran desaparecer completamente o camuflarme entre el alumnado, el colegio ofrecía múltiples pabellones donde uno podía simplemente desaparecer en la distancia. O permanecer acompañado, que era lo normal para todo niño, andar en grupo, jugar en grupo, salir de clases en grupo, ser castigados en grupo, todo en grupo, chicos con chicos y chicas con chicas. 
En esta etapa uno tiende a tener su propio grupo de amiguitos y era inusual encontrar grupos mixtos... La razón? pues, me aventuro a pensar que porque todos los grupos tenían prioridades y gustos diferentes, además era más divertido quedarte con la gente que entendía tus chistes. Y así podía sortear a Carolina y ya no representaba un problema real, a menos que quisiera acercarme a Yerka que, obviamente estaba en el grupo de las niñas, el mismo grupo donde estaba Carolina.
Recuerdo que, organizaba algo así como competencias entre chicas y chicos, con el único propósito de tener una excusa para acercarme a Yerka e intentar impresionarla, aunque claro, todos esos esfuerzos a veces se topaban de bruces con Carolina y su mala vibra. Al menos se controlaba bastante cuando estaba con su grupo, sino se la hubiera pasado molestándome todo el rato.

Nunca consideré la posibilidad de que la melódica Carolina sintiera alguna clase de afecto a mi persona, ni que no supiera como gestionar apropiadamente sus emociones, ni que no supiera como acercarse. Tampoco consideré que podría sentirse frustrada al intentar impresionar a un niño que siempre sacaba excelente en todas sus notas. Mucho menos imaginé que podría causarle dolor el ver como aquel mismo niño desaparecía y se alejaba de ella adrede y que aunque se esforzara no lograba acercarse como quería. Tampoco imaginé que en realidad no tenía otra forma de llamar la atención y que a pesar de lo loco que pudiera sonar, no sabía realmente como comunicarse... Entendí todo esto el último día de clases, la última vez que la vi, antes de navidad, cuando de pronto, al terminar las clases de la mañana, cuando había sonado el timbre del recreo y todos se levantaban, ella se acercó y dijo:
—José... â€”con una voz tímida y hasta inocente. A lo que yo respondí con la alegría de una lápida: —¿Qué? — frío y con impaciencia, sinceramente no esperaba nada bueno viniendo de ella.
Me miró un momento, con una mirada rara, no era la clásica ira contenida a la que estaba acostumbrado, era diferente y eso me alertó, cambió mi manera de mirarla, porque sabía que estaba lanzándole mi clásica mirada de "otra vez Carolina"
—José perdón, perdón por estar siempre molestándote, eres un buen chico.
—Ya, te perdono â€”no quería seguir este juego, si es que quería molestar quería que terminase pronto.
—No, de verdad, perdón —y luego sin más se fue con su grupito de amigas.

Seguí guardando mis cosas rápidamente para salir al recreo y la verdad, no pensé mucho en lo que acaba de suceder, pero me pareció rara y... sincera, por un momento pensé que había cambiado y que hasta podríamos ser amigos. Era una posibilidad extraña, pero luego me convencí que era sólo una ilusión o quizá una nueva estratagema para molestar, después de todo, ya me había sorprendido un par de oportunidades, así que no esperé mucho, sólo que, me agradaba el cambio. 
Al retornar del recreo noté su sitio vacío y al final del día me enteré que se había despedido de todas sus amiguitas, porque iba a viajar con su familia.

Así que ese día mientras me iba a casa iba descubriendo un aspecto totalmente nuevo de las relaciones entre personas, iba meditando e intentando descubrir realmente que había querido decir Carolina... porque bueno, era la primera vez que hablaba con ella de esa forma y sin terminar en una discusión. Tardé muchos días en entender y un par de años en comprender totalmente que había pasado. Y la verdad, no la volví a ver en muchísimos años, porque la cambiaron de colegio, pero me enteré por unos amigos que había sido finalmente de ella y pensé que, si estábamos tranquilos así, mejor seguir así... Todavía había un mundo por delante, días y experiencias por vivir, y saben que, creo que terminé acercándome más a Carolina, que a la propia Yerka... Ja!

Etiquetas: [Amor]  [Bella]  [entender]  [esperar]  [Ideal]  [Luna]  [madurar]  [princesa]  
Fecha Publicación: 2024-10-20T02:50:00.003-05:00

Y un día cualquiera, al borde de una grada, a mitad de la calle, finalmente la encontré

Recuerdo que después de Lya, mientras deambulaba en la nada pensé que tal vez no merecía amar, después de todo, aquella a la que había amado, o había intentado hacerlo, con todo mi corazón resulto muy lastimada y aquella a la que quería amar, simplemente no reparaba mi existencia.
Así que mientras me perdía en la apacible marea, pensé que tal vez nunca encontraría a esa "alguien" especial que tanto tiempo había perseguido entre letras y fantasías.
Sólo me quedaba mirar el cielo estrellado y pensar si alguna de esas estrellas podría algún día ser para mi, no veía un futuro posible y con ello en mente me perdí, lo recuerdo bien.

Pero las cosas pasaron y aunque decidí atesorar mi propio corazón, un buen día me encontré volviendo a sentir, volviendo a sonreír a una posibilidad y le preguntaba al mismo Dios si esta vez era la correcta, y más aún, si esta vez, yo era el correcto. No quería repetir todos los errores del pasado, bastantes lágrimas habían terminado en la mar como para emprender otra mala historia. Recuerdo simplemente estar sentado en el pasto y pensar que tal vez, sólo tal vez, habría una posibilidad.

Y allí estaba ella, sin buscarla, justo al frente.
Y para variar... inalcanzable.

Esta vez, no correría como niño, había madurado lo suficiente como para comprender mi posición y al acercarme, lo haría de pie, con pasos seguros, como hombre.
No mentiré, no estaba ansioso, a pesar que la búsqueda de toda una vida me sonreía a sólo unos pasos, y yo, deteniéndome, quería estar seguro. Estar seguro que esta vez sería diferente y que la historia que se contará tendría un final diferente a los que fatalmente se había escrito ya en mi pasado. Así que fui a preguntarle a Dios mismo, como iba la cosa.

Lo curioso, es que no sólo me dijo que era ella, sino quien era Yo y quien debía ser yo, si quería seguir con esta empresa tenía que ser al más de lo que ya era y escribo con orgullo que yo acepté el reto, que no era el fin de una historia sino el comienzo de otras duras batallas, batallas de conquista.
Y hoy, tan sólo unos años después, los frutos de esta historia me miran y entre pasitos, entre días, entre asombro, entre lecciones y sonrisas se siguen escribiendo.

Etiquetas: [aferrarse]  [Creer]  [decisiones]  [Esperanza]  [Gracia]  [osadía]  [tiempos]  [tormenta]  [Valentía]  
Fecha Publicación: 2024-10-20T02:31:00.003-05:00

Como cuando te das cuenta que has hecho algo terriblemente mal y no puedes terminar de imaginar todas las cosas que van a suceder a continuación.

Cuando algo tan severo impacta tu realidad, es imposible que no se produzca una marca en tu carácter, un antes y un después.

Cuando suceden una de estas cosas un vacío, casi insondable pero dolorosamente familiar al género humano, toca tu puerta y hace habitación en la parte más brillante de tu alma, oscureciendo tu mirada, carcomiendo esperanzas, destruyendo sueños, futuros, aspiraciones... Atrás muy lejos quedaron aquellas preocupaciones vanas, ideas, problemas minúsculos que el día a día carga a cuenta de uno, esas preocupaciones simplemente dejan de existir y de ser.

Es como oír un rumor insondable que se aproxima, a veces rápido, a veces lento, siempre cruel, siempre arrastrando de ti la vida, que instantes antes podías apreciar. Lejos queda el recuerdo de una normalidad ansiada, de paz.

Cuando golpean estas tormentas, no tendrás tiempo de pensar, menos razonar, tienes que actuar, cual tormenta real, porque en el peor de los casos lo será, y demandará tu vida, poder llegar a puerto seguro. No sé que decisión tomarás, podrías tener un ancla, pero eso implica quedarse en la tormenta hasta que termine, podrías tener un bote salvavidas, pero de igual forma quedarás a merced de la tempestad, podrías dejar que el viento te lleve, pero Dios sabe a que destinos te arrastrará, no permite sugerencias.

Cuando hayan tormentas, tienes, por difícil que parezca levantar la mirada y fijar un destino, encontrar una referencia y salir de allí. Si, quizá te cueste la vida, Sí, quizá remes en círculos, pero tienes que moverte, no sólo dejarte llevar, no sólo dejarte ir, tienes que obligarte y luchar, tienes que obligarte a encontrar una estrella, a seguir un camino, a remar a través de la propia tempestad, porque sólo así se podrá contar una historia de los segundos que te toca vivir.

La pregunta, ahora que aún no llega la tormenta es, que clase de historia querrás que se cuente?

Para más post del autor visite Blogsperú - Diario de un loco No cualquiera - Politica Peruana