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Fecha Publicación: 2024-02-15T15:32:00.001-08:00

IV CENTENARIO DE UN VALLISOLETANO CON PROYECCIÓN PADRE LUIS DE LA PUENTE, de la COMPAÑÍA DE JESÚS. 16 febrero 1624 / 2024

Javier Burrieza Sánchez

 

Este 16 de febrero se cumplen cuatrocientos años de la muerte del jesuita Luis de La Puente. Él no conoció, desde su Colegio de San Ambrosio, los tiempos fuertes de la expansión de la devoción del Sagrado Corazón de Jesús pero vivió en la Compañía, los cambios y configuraciones de la espiritualidad que lo hicieron posible ¿Quién es Luis de La Puente? ¿Por qué tenemos que recordar su trayectoria desde la Iglesia de Valladolid? Este profesor, escritor de éxito, hombre de gobierno entre los jesuitas, fue maestro de la espiritualidad católica, en su tiempo como confesor y director espiritual muy requerido; desde su tiempo a través de sus obras impresas, con numerosas ediciones y traducciones a distintas lenguas.

Había nacido en Valladolid en 1554, en la conocida y popular Plaza del Rosarillo. Durante mucho tiempo se conservó su casa y en ella una importante placa donde recordaba este acontecimiento histórico allí sucedido. Ésta, la placa, se puede contemplar en Villagarcía de Campos. Su padre era funcionario de la Chancillería. Sus hermanos fueron frailes de la Orden de Predicadores y una hermana monja profesó en la misma familia religiosa. Sintió desde pequeño la inclinación hacia la vocación sacerdotal. Tras ser bachiller en Artes en 1572 continuó los estudios de Teología con matrícula en la Universidad pero con asistencia al Colegio de dominicos de San Gregorio (hoy Museo Nacional de Escultura). Fue la observación de cómo ejercían los ministerios de la palabra los jesuitas Martín Gutiérrez y Francisco Suárez, maestros de estudiantes en el de San Ambrosio, los que le condujeron a iniciar su preparación como jesuita. Fue recibido en aquel importante centro vallisoletano con veinte años recién cumplidos, para iniciar el noviciado en Medina del Campo. Aunque sintió el atractivo de las misiones para territorios lejanos, sus superiores no se lo permitieron. Comenzó su itinerario por diversas casas de la Compañía en Castilla la Vieja y en el nuevo establecimiento del noviciado, en Villagarcía, siguió muy de cerca al que fue su maestro: Baltasar Álvarez, del que llegó a escribir su Vida. Fue aquel tiempo el mejor periodo que experimentó en su trayectoria como jesuita, según confirmó el propio La Puente.

Ordenado sacerdote el día de San José de 1580, se sucedieron las obediencias en San Ambrosio de Valladolid, Salamanca o León. No solo fue profesor sino que destacó en el llamado "acto heroico del confesar" como él mismo lo definía. La Puente se fue perfilando más como director espiritual y maestro de formación en tiempos difíciles en la expansión de la Compañía. Fue especialista en solucionar controversias entre escuelas teológicas –por ejemplo en la propia de la "gracia o de auxiliis" –, supo manejarse entre gentes de poder sin desviar su misión, actuó entre los seminaristas ingleses, preparó la fundación de la Orden de Santa Brígida en España y escribió sin parar. Destacaron sus "Meditaciones de los misterios de nuestra santa fe", cuya primera edición fue en Valladolid en 1605, con ejemplares en todas las bibliotecas –como estudió Camilo Abad– hasta bien entrado el siglo del Vaticano II. Manuel Ruiz Jurado indicó que fue precursor de la "teología de la perfección" con la inclusión del estado seglar en sus diversas posibilidades.

Desde su muerte en febrero de 1624, la Compañía intentó conseguir el reconocimiento de su santidad. Había sido enterrado en el Colegio de San Ambrosio, hoy en la Basílica Santuario de la Gran Promesa, y su celda convertida en relicario-oratorio. Cuando los jesuitas fueron expulsados de España en 1767, se había incoado su proceso de beatificación y el papa Clemente XIII había declarado la heroicidad de sus virtudes. Todo ello se vio muy afectado por el propio extrañamiento de la Compañía y su extinción en la Iglesia como orden. Vale la pena que en la Cuaresma de 2024, nos acerquemos a alguna de sus obras donde también descubriremos que La Puente escribió el guión espiritual para que los escultores tallasen los pasos procesionales en Castilla.

Para conmemorar el IV centenario de su muerte, se ha organizado el 16 de febrero, a las 18.00 horas la conferencia de Javier Burrieza "400 años Padre La Puente. Centenario de un jesuita maestro de espiritualidad". Seguidamente, a las 19.30 horas se celebrará la Eucaristía en la Basílica Santuario de la Gran Promesa, presidida por los padres jesuitas de la comunidad de Valladolid

https://dbe.rah.es/biografias/15568/luis-de-la-puente

 


Fecha Publicación: 2024-02-08T08:37:00.001-08:00

P. LUIGI BOLLA, SDB (1932-2013), ¡UNA BENDICIÓN PARA EL PERÚ!

El Archivo Histórico Salesiano del Perú, que custodia su valiosa colección documental y fotográfica, un auténtico tesoro histórico y etnográfico, nos recuerda que un día como hoy, se cumplen cuarenta años de la llegada del Siervo de Dios Luis Bolla al Perú para incorporarse definitivamente a la Inspectoría Salesiana Santa Rosa de Lima. Desplegó su labor entre nosotros desde febrero de 1984 hasta su fallecimiento en Lima en febrero de 2013. Parte de ella es el cuaderno "Ruta misionera" donde él registró, de su puño y letra, su actividad entre los Achuar del Perú. Su primera fecha es justamente su llegada a Lima, el 8 de febrero de 1984, un día como hoy hace 40 años.

El P. Luis Bolla, SDB, nombrado como "Yánkuam" en Achuar, nació en Schio (Vicenza) Italia, el 11 de agosto de 1932 de una familia muy creyente. A los 7 años empezó a frecuentar el Oratorio salesiano. Las narraciones de los misioneros lo motivaron vocacionalmente. A los 11 y 12 años, en la capilla del Oratorio escuchó una voz que le decía: "Tú puedes ser sacerdote, y misionero. Caminarás mucho en tu vida". Su sueño era vivir para siempre en alguna de las selvas del planeta, con la única finalidad de hacer conocer y amar a Jesús.

Con grande emoción, el 22 de noviembre de 1953 salió del puerto de Génova para Ecuador. Tenía 21 años. Aprendió rápidamente el español y la lengua Shuar para trabajar por la etnia. Ordenado sacerdote, le pide al Señor: poder aprender las lenguas indígenas, ir siempre a los lugares más lejanos y difíciles entre los indígenas, ser instrumento del Señor para que tengan el don de la gracia de Dios para salvarse.

Posterior a su profesión perpetua en 1952 en Cuenca, recibe toda su formación teológica en Bogotá, Colombia, siendo ordenado sacerdote el 28 de octubre de 1959. Siempre con la étnia Achuar, es transferido de la inspectoría de Ecuador a la inspectoría de Perú en 1984. Y desde 1992 a trabaja en el Vicariato de Yurimaguas, Perú (hoy diócesis), hasta el 2010, año en el cual es trasladado a Kayun como párroco.

Don Bolla, o como es conocido en Achuar, Yánkuam Jintia, que significa "estrella Venus y camino",  es autor de cuatro libros en castellano y lengua Achuar; por lo cual se considera de gran ayuda a la conservación y al conocimiento del rico patrimonio de la cultura Achuar. Efectivamente al ver que los shuar estaban atendidos y los Achuar estaban abandonados, iluminado por Dios pidió entregarse a ese pueblo. A los superiores les solicitó: no ir a las misiones como conquistador, que respetaría y defendería sus tierras, que pudiera vivir como ellos pero conservando su identidad sacerdotal y religiosa, y confiaría plenamente en la Providencia sin pedir nada a los superiores.

Obtuvo el permiso de fundar la misión de Wichim con los Achuar. Estuvo 30 años en Ecuador y 30 en Perú. Llega al Perú en 1984 para trabajar en el Vicariato Apostólico de Yurimaguas. Le esperaban años de soledad y aislamiento debido a las distancias y a la falta de una comunidad religiosa. Se identificó con el pueblo Achuar. Y, a pesar de los peligros y amenazas de todo tipo, no perdió nunca la confianza en Dios. Siguió investigando las costumbres, etnología y cultura de ese pueblo. Su misión principal era siempre anunciar el Evangelio a todos los Achuar a quienes quería como a hijos.

El P. Luis Bolla no limitó su labor a anunciar la Palabra de Dios, sino se esmeró para acompañar al pueblo Achuar en su organización, fomentó la educación, y cuidó de la salud y el desarrollo alternativo de este pueblo. Escribió muchos sobre esta etnia.  La vida de este gran misionero se apagó en Lima, el 6 de febrero de 2013. La vida de "Yánkuam" se ha apagado como una candela, pero como nos indica el P. Vicente Santilli, su biógrafo, su recuerdo permanece vivo, su testimonio ayudará a hacer "una Iglesia siempre en salida". El 5 de mayo de 2017 fueron trasladados sus restos a la Basílica de María Auxiliadora de Breña, desde donde fueron traslados a la tierra donde se encarnó, y donde "hizo la opción de ser uno de ellos, vivir con ellos, como ellos y, sobre todo, por ellos" y ahora se encuentra en medio de ellos. 

El 1 de agosto de 2019 fue presentado oficialmente por el Vicario Inspectorial de la Inspectoría "Santa Rosa de Lima" P. Humberto Chávez, y por el P. Vicente Santilli, al Arzobispo de Lima (Perú), Mons. Carlos Gustavo Castillo Mattasoglio, el "Supplex libellus", la petición oficial con la que la Congregación Salesiana, en la persona del Postulador General, P. Pierluigi Cameroni, solicita la apertura de la investigación diocesana sobre las virtudes, la fama de santidad y los signos del P. Luis Bolla, Sacerdote Salesiano de la Sociedad de San Francisco de Sales. Un testimonio original de vida consagrada, de evangelización e inculturación del Evangelio y del carisma salesiano en sesenta años, compartiendo plenamente la vida de los pueblos indígenas Shuar y Achuar de Ecuador y Perú.

Ha escrito el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime: "El patrimonio espiritual y cultural del Padre Bolla es extraordinario. El inicio de su Causa de Beatificación nos permite conservarlo, profundizarlo y transmitirlo a las nuevas generaciones como respuesta significativa a los grandes desafíos que la Iglesia y la humanidad de nuestro tiempo afrontan en este momento de la historia. La grandeza de esta Causa es de gran amplitud que tiene relación con la celebración del octubre de 2019 en la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos que reflexionarán sobre: "Amazonía: nuevos caminos hacia una Iglesia más encarnada".  Un Sínodo que interesa a toda la Iglesia y que empieza, como hizo el Padre Bolla, por escuchar a los pueblos indígenas y a todas las comunidades que viven en la Amazonía.

Su recuerdo, aún con el paso del tiempo, sigue vivo en el pueblo donde entregó su vida. Fueron más de 50 años conviviendo con las etnias, en una zona inhóspita, alejada y en condiciones muy difíciles, en el corazón de la selva amazónica.

Del tesoro custodiado en el Archivo he tenido la suerte de leer sus apuntes de Retiros. El Padre Bolla toma nota de lo que más le impacta de las lecturas y las prédicas. De igual manera consigna bellas oraciones y personales comentarios que revelan su intimidad con el Señor y el celo de apóstol para llevar a los fieles, especialmente los achuar, el fruto de su contemplación. Les comparto lo que anotó el 8 de septiembre de 1978 en Wichin, el día de la fiesta de la Natividad de la Virgen: "Comprendo  siempre más que Tú eres celoso de tu amor y quieres de mí una donación total, absoluta y no a medias. Ayúdame, Señor, yo también lo quiero, pero soy demasiado miserable y pequeño. María, Madre de la Iglesia y también de la Iglesia achuar, mírame y conviérteme a tu Hijo".

Les comparto el enlace del catálogo de la Colección Bolla en https://coleccionpadrebolla.pe/ para que gocen de su celo y nos convirtamos como él en protagonistas de la misión.

José Antonio Benito Rodríguez

 

 


Fecha Publicación: 2024-01-22T06:24:00.001-08:00

Monseñor Salvador Piñeiro García-Calderón. Un pastor con corazón de padre. Rasgos biográficos, homilías y reflexiones al celebrar los 50 años de ordenación sacerdotal (Arzobispado de Ayacucho, 2024, 200 pp)

Nada agrada tanto después de una celebración como la oportunidad de recordar, saborear, revivir las gracias del jubileo, aquí los 50 años de vida sacerdotal del autor del libro.

Comienza con un listado de agradecimientos por el jubileo sacerdotal del 2023, dedicado como año vocacional para "reflexionar, orar y trabajar por las vocaciones". Agradece a la carmelita que le pidió compartir su biografía y fue apoyado por el escritor Miguel Salomón, autor del primer capítulo, y por el diácono, periodista que le formuló 50 cincuenta preguntas, una por año del jubileo. Además, sus secretarios Angélica Espinoza y Pedro Villanueva, quienes diseñaron y editaron y grabaron las homilías y disertaciones.

Se brinda el mensaje del Santo Padre, la bendición papal y la felicitación del Sr. Nuncio del Perú.

El capítulo primero se titula "Salvador, padre, hermano y amigo" y ha sido redactado por el periodista Miguel Salón, quien de modo sencillo (pp. 19-39) nos narra la trayectoria vocacional y misional del joven; seminarista; párroco; vicario del arzobispado, obispo auxiliar, obispo castrense, arzobispo de Ayacucho, presidente de la CEP (2012-2018).

El capítulo 2 "Una vida en 50 preguntas" nos presenta de modo muy original y sistemático un completo cuestionario elaborado por José Antonio Varela acerca de su trayectoria vital y pastoral, estructurado en diferentes rubros: relación comunitaria, cambio social y religioso, vida espiritual, una vida con significado, rol como arzobispo, enseñanzas y mensajes, legado y futuro, ser agradecido, iglesia y sociedad.

El capítulo 30 recoge homilías del año 2023, la Semana Santa, Eucaristía de 6 de mayo por sus bodas de oro sacerdotales en Ayacucho, misa de 28 de mayo en la catedral de Lima

El capítulo 4 recoge diversas conferencias , "la Virgen María en la vida del cristiano", correspondientes a los meses de junio y agosto de 2020 confinados por la covid-19, El Papa Francisco es el Pedro de hoy, Santa Rosa de Lima, mujer de fe y caridad, La parroquia comunidad de fe y servicio, Jesús Maestro porque forma discípulos, aniversario de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (31 julio 2023), Mamacha Cocharcas, alivia al enfermo y acoge al pecador (8 septiembre 2023), Hacia el Bicentenario de la Batalla de Ayacucho (9 diciembre 2023), bellas y realistas palabras para "recordar a nuestros santos (Rosa, Martín, Toribio) y nuestros héroes patrios" (María Parado de Bellido, Basilio Auqui, Ventura Ccalamaqui), el respeto por la institucionalidad como alentaba Sánchez Carrión y la gratitud por el legado y compromiso de engrandecer como advirtió José de San Martín.  Un Bicentenario para "curar heridas, globalizar la fuerza del amor con signos concretos de solidaridad" (p.173)

El capítulo 5 "Una vida en 50 imágenes" nos brinda un entrañable álbum de las fotos más significativas.

Al concluir su lectura nuestro corazón rebosa gratitud por tanto bien recibido y compartido -sinodalmente- por pastor tan querido y valorado de nuestro Perú que generosamente nos brinda como en un "magnificat" tantas gracias recibidas en su familia, parroquia, Perú, Iglesia. Bendiciones, Monseñor Salvador, y muchas gracias a cuantos han posibilitado tan rico contenido y esmerada edición.  


Fecha Publicación: 2024-01-20T06:59:00.001-08:00


SANTO TORIBIO DE MOGROVEJO EN SUS CARTAS

Autor: PUIG ESTEBAN/
Editorial, PAULINAS: VARIAS PERU
Clasif: BIOGRAFIA/SANTOS
Nro de páginas: 342
Reseña:

El libro "Santo Toribio en sus cartas, de Monseñor Esteban Puig, expone la vida, hechos, y palabras a través de las cartas que Santo Toribio Alfonso de Mayorga, arzobispo de la ciudad de los Reyes de Lima, capital del Perú, escribió a lo largo de sus 25 años de arzobispo de la ciudad de los Reyes donde llegó el 12 de marzo de 1581 para tomar posesión de su Sede. En este libro compartimos los ecos de los numerosos diálogos mantenidos por Santo Toribio con cuantas personas se relacionó. – Formato: Tapa blanda, 14,5 x 20,5 cm. PVP: 20 soles. En todas las librerías PAULINAS


CARTA DE PRESENTACIÓN antes del actual PRÓLOGO

 

Querido Monseñor Esteban:

 

Contesto agradecido a su larga carta dirigida por el Ilustrísimo y Reverendísimo Monseñor Toribio a Su Majestad Felipe II. De veras que he recibido sumo gozo y contento con tantas y buenas nuevas a lo largo de vida tan plena como santa. Por la misma desfilan cientos de personas y lugares, desde el Papa al último fiel, desde el Rey al último súbdito, españoles e indios, peripecias y aventuras sin cuento, instituciones y personas, siempre para el bien de sus fieles y con el fin de acercarlos a Cristo y a la Iglesia, buscando el mayor bien de toda la persona y de todas las personas.

 

A través de los diferentes capítulos Monseñor Esteban logra compartirnos los ecos de los numerosos diálogos mantenidos por santo Toribio con cuantas personas se relacionó, en primer lugar con su inseparable Sancho Dávila, siguiendo por sus familiares, autoridades civiles y religiosas, así como sacerdotes, religiosos, monjas, cofradías y hermandades, que logran mostrarnos el alma, el corazón y la vida de quien es el Padre de América, forjador de la Iglesia del Perú, crisol de lazos solidarios, Borromeo de los Andes, y, para Monseñor, amigo del alma. Para mí lo más importante es que logra contagiarnos esa amistad y consigue que Santo Toribio sea nuestro Padre y Amigo.

No conozco ningún libro sobre santo Toribio tan cordial, tan sacerdotal. Desde luego que las cartas personales son fiel reflejo de lo que bulle en el corazón, del crujido de las entrañas como lo que nos muestra su capítulo La Carta y que se refiere a la que escribió desde "Lambayeque llanos de la ciudad de Truxillo a 10 de março de 1594 años" en respuesta a la reprensión real por la injusta acusación del Virrey Cañete; al desmentir las calumnias vertidas en la carta, como de pasada, expresa du dolor y expansión filial por la muerte de su madre: "Y, como entre los contentamientos y alegrías de este mundo suelen muchas veces mezclarse dolores y trabajos y persecuciones, fuera (han sido) de una carta que recibí entre las cédulas que tengo dicho…tuve aviso (conocimiento) de esta Corte de la muerte de mi madre, de que tuve el sentimiento que la razón a ello me obliga (que sentí gran dolor por tan sentida pérdida)"

 

Conocí a Monseñor Esteba Puig en Arequipa por los años 90 gracias a Monseñor Luis Sánchez Moreno Lira, su arzobispo, que nos convocó como asesores en la Comisión de Bienes Culturales. Inolvidable será nuestra visita familiar al Valle del Colca con el fin de verificar in situ la custodia del Patrimonio. Desde entonces fuimos cultivando una amistad académica y espiritual en la que siempre el lazo era santo Toribio, intercambiándonos nuestros" hallazgos" y propuestas.

 

Fue con motivo del IV Centenario de su partida para el Cielo -2006- cuando  aupamos conjuntamente nuestros estudios y nuestra devoción por el santo. Singular fue su aporte en el homenaje de la Academia Peruana de Historia de la Iglesia en su revista nº 9 monográfica en que escribió "Cartas de Santo Toribio de Mogrovejo (El alma y la pluma de Santo Toribio a través de sus cartas" sin duda un anticipo a la presente obra. De igual manera cabe reseñar sus motivadores artículos por entregas que fueron recogidos en Marcando huellas. Vida y Obra de Santo Toribio de Mogrovejo (1536-1606), USAT, Chiclayo, 2005, así como su biografía Es hora de caminar (Santo Toribio de Mogrovejo) PIRHUA, Chiclayo,2006, pp.90. Aquel año acometió también la feliz iniciativa de dedicarle un monumento recordatorio al Santo en el lugar donde fue enterrado y estuvieron sus reliquias por casi un año en la bendita tierra de Zaña.

 

Me resultan conmovedoras sus palabras introductorias en las que Monseñor Esteban nos comparte las razones últimas de la presente obra: "Sancho Dávila, su fiel paje que le acompañó desde sus 14 años hasta el final de su vida y, por qué no, pedir a los autores que han escrito, con solvencia y buena pluma, sobre Santo Toribio "el sol del Nuevo Mundo", que me prestaran sus trabajos, ideas y efemérides. Con su venia, tomaría las espigas de sus biografías, juntando espiga con espiga, y con la harina cernida, hornear un buen pan candeal sazonado, íntegro".

Gracias, Monseñor Esteban, gracias por esta espiga convertida en pan. ¿Sabe que en Mayorga, la patria chica del Santo, sin que se enfade nuestro buen amigo don Manuel Giganto ni los vecinos de Villaquejida, existe un Museo del Pan? Junto a tantos instrumentos de labranza, hornos, variedades de pan, solicito un lugar para su obra que se me antoja buen y caliente pan.

 

José Antonio Benito Rodríguez

Director del Instituto de Estudios Toribianos

 


Fecha Publicación: 2024-01-13T17:45:00.001-08:00




MÁS DE 80 PARTICIPANTES EN EL VII SEMINARIO DE ARCHIVOS ECLESIÁSTICOS EN HUACHO

José Antonio Benito

En un clima de familia y amistad en torno al organizador y motor Melecio Tineo Morón,  calificado como "señor de los archivos", más de 80 participantes han vivido estas séptimas jornadas del Seminario de Archivos Eclesiásticos auspiciado y apadrinado por el Archivo del Obispado de Huacho (AOH). Los días 11 y 12 de enero del 2024 , asume en la Casa de Retiro "María Reyna" de Huaura.. El evento se inauguró con la Santa Misa presidida por Monseñor Antonio Santarsiero Rosa,  obispo de Huacho, quien aprovechó para dar gracias a Dios por los anteriores seminarios y actividades desempeñadas, dando a todos la bienvenida y encomendando el fruto de la presente, ponderando la labor de con palabras el compromiso de Melecio Tineo en la puesta en valor del archivo y su fructífera labor por el bien de los archivos y el acervo documental custodiado por la Iglesia al servicio del patrimonio cultural del Perú.

Son 15 años ininterrumpidos desde que el 2009 el Archivo del Obispado de Huacho (AOH) viene impulsando estos eventos con el fin de exponer y dialogar sobre el quehacer de los repositorios archivísticos, la importancia de su organización y el enriquecimiento de compartirlos para motivar que todas las diócesis de Perú tomen conciencia y asuman un rol activo en la protección, organización y defensa de su patrimonio documental. Gracias a ello, es una realidad el hecho de que varias diócesis han asumido el compromiso de brindar la difusión y accesibilidad para el desarrollo de las investigaciones, e l derecho a la información y las diversas formas de su preservación, facilitando el  conocimiento y desarrollo de la ciencia archivística en nuestro país.

Las primeras ponencias fueron impartidas por emblemáticos profesionales peruanos del mundo de la archivística. Comenzó la Dra. Aída Mendoza Navarro con ·"La Legislación Archivística y acceso a la información" quien se refirió a la gran labor archivística y legislativa del Papa Benedicto XIII, así como todo el marco legislativo de la Iglesia y el Estado Peruano acerca de los archivos, refiriéndose de modo especial a la relación Iglesia-Estado en pro de la custodia documental y acceso a la información.

Yolanda Bisso Drago, del archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores, nos compartió los  "Aspectos básicos de la archivística" como el ciclo del documento, valorando la continuidad del mismo. Luis Guillermo Núñez Soto se refirió a  "El Estado del Arte de la Conservación Documental" en el que nos presentó los grandes desafíos para la ciencia archivística como el de la inteligencia artificial y los cambiantes sistemas de almacenamiento que exigen conversar el documento para poder servir.

Fernando López Sánchez se refirió a un aspecto bien concreto de la defensa de nuestro patrimonio documental "Los Archivos y el programa Memoria del Mundo- UNESCO" compartiendo su experiencia en la preservación  documental para divulgar lo más valioso de nuestra memoria institucional, aludiendo al caso del "Libro Becerro de los Conquistadores", toda una reliquia patrimonial elegida para el proyecto de "memoria del mundo".

Graciela Arismendi dio testimonio del valor y estado del Archivo de la Policía Nacional del Perú, aportando la gran cantidad informativa custodiada en las fichas personales de sus miembros, así como el plural contenido documental para conocer la total realidad del Perú, especialmente en su vida cotidiana.

Al final tuvo lugar una interesante presentación personal de todos los participantes que ayudó a valorar la calidad profesional y humana de los asistentes que representaban a la mayoría de las circunscripciones eclesiásticas, sobre todo aquellas que cuentan con un archivo diocesano organizado o en proceso de organizar.

La segunda jornada se inició con la ponencia de Manuel Salazar Tentalean, de la Universidad de San Marcos, "Digitalización de documentos y archivos" quien recordó el fundamento legal para el Perú, detallando con precisión los objetivos que deben guiar el proceso, especialmente mediante la organización, descripción y valoración de los documentos. Enfatizó que no se puede digitalizar el desorden y cómo el plan debe llevarnos a lograr una mejora del documento. 

El historiador Fernando Armas Asín ofreció una apretada síntesis de la historia de la evangelización en su ponencia "La Iglesia Católica en el Perú y el Patrimonio Documental". Comenzando por el proceso de conquista y misión en el siglo XVI y la necesidad de conocer a la población indígena, lo que llevó a elaborar informes, registros, tanto por parte de las diócesis como las órdenes religiosas. Señaló los momentos decisivos de pérdidas documentales como la expulsión de los Jesuitas, la reforma de regulares de 1826 que conllevó el cierre de 61 conventos o monasterios como el de Ocopa, la supresión de la Inquisición (1812, 1820) que causó la desaparición de numerosos documentos. La segunda parte se orientó a motivar la necesidad del cuidado de los materiales por parte de la Iglesia, en virtud del Código de Derecho Canónico de 1917, el Código Civil Peruano de 1936, el Acuerdo de la Asamblea Episcopal sobre Bienes. Eclesiásticos del año 1938, la ley de preservación de fuentes de 1971, las disposiciones de la UNESCO y las directivas de la Conferencia Episcopal Peruana, así como los documentos del Vaticano

 

José Antonio Benito expuso acerca de "Fuentes archivísticas para el estudio de las visitas pastorales en el Perú. El libro de las visitas de santo Toribio". Como todos los ponentes comenzó ponderando y agradeciendo al organizador del evento, Melecio Tineo, motivó la noble vocación y misión de historiadores y archiveros, caracterizó las diferentes visitas indianas, centrándose en la visita diocesana pastoral, que de modo ejemplar ejecutó santo Toribio como se refleja en su valioso "Libro de visitas" (escrito entre 1593 y 1606) y otras fuentes como las cartas (unas 75) y los testimonios del proceso de beatificación (12 legajos).  y el diario de la visita. Por último se refirió al valioso hallazgo del director del archivo de Huacho,  en el Libro de Bautizos (1570-1620), folio 58v de la Parroquia Inmaculada Concepción de Chancay, se da cuenta de la Visita realizada por el Segundo Arzobispo de Lima Santo Toribio Alfonso de Mogrovejo a la Villa de Arnedo hoy

"Domingo en trece días del mes de febrero de mil quinientos y noventa i ocho años yo el bachiller Diego Dávila cura y vicario de esta Villa de Arnedo fui visitado por el ilustrísimo Señor Arzobispo y asimismo Su señoría Ilustrísima visito este Libro con sus partidas de baptismo y casamientos en el dicho día mes y año suso dicho. Para memoria lo asenté en este dicho libro".

Tania Quispe Bustamante y Nancy Nataly Mendoza Romero, archiveras voluntarias, nos mostraron las "Pautas básicas para la conservación preventiva de un Archivo y medidas preventivas aplicadas en el Archivo de la Provincia Dominicana de San Juan Bautista del Perú", dirigido por Melecio Tineo.

Estaba programado -aunque no pudo estar presente y exponer- Jimmy Martínez con su ponencia teórico-práctica "Historia de la Paleografía en el Perú". En su lugar pudimos comprobar las bondades del programa “FamilySearch. Donde las generaciones se unen” expuesto por Pedro Bravo, gerente de relaciones institucionales quien nos compartió su decisión a raíz del terremoto vivido en su Pisco natal que dejó sin documentos a la población de dedicarse a preservar la memoria documental, mostrándonos de modo práctico la utilidad de la web www.familysearch.org especialmente en el archivo diocesano de Huacho. 

Por último, el historiador·Raúl Adanaqué Velásquez disertó acerca de "La importancia de las Fuentes Primarias para el Estudio de la Iglesia en el Perú, siglos XVI-XX", tanto de modo conceptual como vivencial, ya que nos relató varias anécdotas de su trayectoria en el fascinante mundo de la investigación recordando auténticos maestros como los archiveros P. Valentín Trujillo, Mario Ormeño y la historiadora Ella Dumbar Temple.

Las palabras de clausura corrieron a cargo del organizador y motor del seminario, Melecio Tineo, quien conmovió a todos por su sincero testimonio vocacional y misional hacia los archivos. Terminó por agradecer el total apoyo del obispado de Huacho, en la persona de Monseñor Antonio Santarsiero, así como el de su equipo de colaboradores Naydu Tena Montes, Lorena Fuentes y Dante Romero Pimentel que en todo momento brindaron un cordial servicio.

Debo resaltar la generosidad de los organizadores que han logrado acoger a casi un centenar de participantes a los que se ha facilitado información, hospedaje y manutención gratuita durante todo el tiempo. Con la entrega de los certificados debidamente firmados por la autoridad episcopal y el director del archivo y evento se dio por finalizado el maratónico pero familiar séptimo seminario de archivos. El próximo sería dentro de dos años, pero con toda razón se formuló la petición de que fuese el próximo año. 


Fecha Publicación: 2024-01-08T15:34:00.001-08:00

Fallece don Manuel González Muñana (1941-2024), natural de Rollán (Salamanca)

Ha fallecido el sacerdote don Manuel González Muñana , canónigo emérito de la Santa Iglesia Catedral de Córdoba. La misa exequial por su eterno descanso tuvo lugar el día 3 de enero, a las 16 horas en la Santa Iglesia Catedral

Natural de Rollán, Salamanca, nació el 2 de enero de 1941, se formó en el Seminario Diocesano San Cayetano de Ciudad Rodrigo, s y fue ordenado sacerdote en Valladolid el 24 de junio de 1964.

Fue párroco emérito de La Inmaculada y San Alberto Magno, donde ejerció como cura ecónomo. Entre otros cargos pastorales, ha servido a la Iglesia como Delegado Regional de Ecumenismo para Andalucía y ha sido Delegado Episcopal para el Congreso de Evangelización y Hombre de hoy y ha ejercido como profesor del centro de ecumenismo de Madrid. Durante cuarenta y siete años estuvo al frente de la Delegación Diocesana de Ecumenismo.

Doctor en Teología por la Universidad Pontificia de Salamanca ha sido el autor de numerosas obras de teología, pastoral y ecumenismo y fue asiduo conferenciante en el Centro Ecuménico de las Misioneras de la Unidad de Madrid  y colaborador en diversas revistas de ecumenismo y teología. Colaboró en diversas revistas de ecumenismo y teología.

En la Diócesis de Córdoba ha sido párroco de Ntra. Sra. de Belén de Córdoba, miembro del Consejo Presbiteral por el sector Levante y ha pertenecido al Consejo de presbiterio. Durante dos décadas fue Vicario Episcopal de la Ciudad durante el episcopado de monseñor José Antonio Infante Florido.

Don Manuel ejerció como profesor de Eclesiología y Ecumenismo en el Seminario, dirigió el departamento de Teología del ICCRR "Beata Victoria Díez" y los Colegios del Patronato de la Fuensanta, además de ser profesor de Religión en el Colegio Alzahir. Fue director de la Sección filial, n-1 (m) del INEM en Córdoba.

Seguía vinculado a su tierra de origen ejerciendo como colaborador cada mes de julio en la Parroquia de Villasrubias, Salamanca.


Fecha Publicación: 2024-01-07T03:15:00.001-08:00

Con motivo de la visita del Padre José Luis Saavedra al Perú en octubre del 2022 y en diciembre del 2023, he tenido ocasión de leer su fundamentada tesis doctoral por la Universidad de Navarra (2018). Garabandal a la luz de la historia (tercera edición, 2023). Navarra: Asociación Elisabeth Van Keerbergen Asociación Elisabeth Van Keerbergen. pp. 356. ISBN 978-84-948197-0-4.

Me complace compartir el sólido artículo de Wikipedia y la entrevista realizada en PAX TV TV "Historia, valoración teológica y mensaje apremiante de las apariciones marianas de #Garabandal" en octubre del 2022 y que cuenta con más de 16.500 visualizaciones.

https://www.youtube.com/watch?v=2rk2_lsED3Q

https://es.wikipedia.org/wiki/Apariciones_marianas_de_Garabandal#CITAREFSaavedra2018

Las apariciones marianas de Garabandal son una serie de apariciones de la Virgen María que se afirma que tuvieron lugar entre 1961 y 1965, a cuatro niñas de la localidad de San Sebastián de Garabandal, ubicada en el municipio de Rionansa (CantabriaEspaña).1

Historia

Las presuntas apariciones marianas de Garabandal comenzaron a inicios de la década de 1960 en el pueblo de San Sebastián de Garabandal lo que llamó la atención de los medios de comunicación.

Entre 1961 y 1965, cuatro jóvenes en edad escolar, entre 10 y 12 años, Conchita González, Mari Cruz González, Jacinta González y Mari Loli Mazón, sin relación de parentesco, afirmaron haber presenciado apariciones del arcángel san Miguel y de la Virgen María. Según su testimonio, el primero preparó a las muchachas para la posterior aparición de la Virgen María, ocurrida el 2 de julio de 1961.2

Durante cerca de 2000 sesiones, que concitaron a grandes multitudes,3 las muchachas habrían entrado en estado de profundo éxtasis y se registraron aparentes fenómenos paranormales registrados por cámaras fotográficas o filmaciones, tales como levitaciones, demostraciones de fuerza, etc., ante la presencia de miles de testigos3 que intentaron sustraer a las niñas del trance mediante pinchazos de aguja, quemaduras o golpes.4

Durante este periodo de cinco años, las niñas videntes fueron examinadas por más de cuarenta doctores. Para unos de ellos el fenómeno era fruto de histeriaepilepsia o sugestión colectiva; para otros eran sucesos totalmente inexplicables desde el punto de vista científico. Del mismo modo, tampoco los teólogos, el jesuita Alfonso Rodrigo, Antonio Royo-Marín O.P. o Francisco Odriozola llegaron a explicaciones homogéneas ya que tenían pareceres contrarios entre sí.5

De la misma manera, desde 1961 hasta 2015, se sucedieron quince comunicados episcopales firmados en Roma y Santander tampoco tenían opiniones similares sino que, como los médicos y teólogos, diferían en sus conclusiones.5

Entre las personas que tuvieron alguna relación con el suceso destacan el padre Pío de Pietrelcina6 y el jesuita padre Luis Andreu, quien falleció después de asegurar que había contemplado la visión de las niñas.7

Biografía de las videntes hasta 1961

·         Conchita González González tenía doce años y era la última de los cuatro hijos de Aniceta González y Aniceto González, fallecido hacía siete años, en 1954. Los hermanos de Conchita eran Serafín, cabeza de familia desde la muerte de su padre, Aniceto, fallecido en 1965, y Miguel. La falta del padre hacía que todos trabajaran para ayudar a la familia. Era de carácter muy alegre.

·         Mari Cruz González Barrido era hija de Escolástico González y Pilar Barrido. Tenía diez años, si bien el 21 de junio de 1961, tres días después cumplía los once. Era un año menor que Conchita. Sus padres fueron con toda probabilidad los que más se opusieron a aceptar el tema de las apariciones de las cuatro familias de las videntes. Su carácter era el más serio de las cuatro.

·         Jacinta González González nació el 27 de abril de 1949 por lo que en aquel momento tenía doce años. Sus padres, Simón González y María González, tenían siete hijos más y era una familia muy religiosa. Era la más alegre del grupo. Tenía carácter alegre

·         Mari Loli era hija de Ceferino y Julia y tenían seis hijos, Mari Loli y cinco más. Es la tercera de las videntes por orden de edad, si bien solo cuatro días más joven que Jacinta. Su padre era el alcalde pedáneo del pueblo de San Sebastián (Presidente de la Junta Vecinal local ante el Ayuntamiento de Rionansa). Toda la familia trabajaba en el campo; además Ceferino tenía una de las tres tabernas del pueblo donde Mari Loli servía las mesas.89

Comienzo de las apariciones

Las presuntas apariciones ocurrieron entre el 18 de junio de 1961 y el 13 de noviembre de 1965. De lo ocurrido en los quince primeros días se tienen datos de nombres, horas y lugares. A partir de esos días, los sucesos se hacen tan frecuentes que llegan a ser cotidianos. A partir del día 2 de julio de 1961 no se hacen seguimientos ordenados y exhaustivos tanto por parte de las autoridades eclesiásticas como de los medios de comunicación y observadores de cualquier clase. Tanto es así que el investigador Ramón Pérez escribe lo siguiente:

A partir de julio las visiones se multiplican de tal manera que es difícil establecer un orden cronológico. Las videntes caen en éxtasis varias veces al día. La duración oscila entre diez minutos y hasta cinco y, una vez, siete horas.10

El jesuita José María Alba Cereceda, que examinó personalmente a las videntes, comenta esa multiplicación de los signos como que: lo verdaderamente notable [de Garabandal] es la extraordinaria frecuencia de las apariciones. Judith M. Albright, especialista en estos asuntos, calcula que, en Garabandal, la Señora se apareció más de dos mil veces. El brigada de la Guardia Civil Juan Álvarez Seco, jefe de la zona e informador de los sucesos indica la dificultad de describir unos sucesos tan abundantes y prolongados en el tiempo: los fenómenos habidos han sido por espacio de tanto tiempo y con tal frecuencia que resulta casi imposible enumerarlos y relatarlos todos.

El historiador más destacado de Garabandal, el P. Eusebio García de Pesquera, O.F.M. publicó en el año 1979 el estudio y los datos más completos de lo acaecido en Garabandal hasta esa fecha y para escribirlo con total libertad, utilizó el pseudónimo de Dr. Gobelas. A pesar de ello, expresa su preocupación de la siguiente manera: No hay datos fijos para cada uno de los días, ni hay precisiones de días para muchos de los datos, preocupación que no es afirmación de que los hechos sean dudosos puesto que él tiene documentos y testimonios sólidos; lo que le preocupa es no tener la fecha exacta de cada uno de los sucesos. Una de las videntes, Conchita, llevaba nota exacta en su diario de los sucesos ocurridos en los primeros diecisiete días pero a partir del 3 y 4 de julio avanza y retrocede en las descripciones anotando los que más le impresionaron. Ella misma indica que lo importante de las apariciones no fueron los sucesos exteriores y así lo escribe en su diario: Ante todo, el mensaje.11

Mensajes

Las «videntes» informaron haber recibido dos mensajes, uno directamente de la Santísima Virgen María y el otro de la Virgen María a través de san Miguel arcángel. El primero, revelado el 18 de octubre de 1961, declara:7

Hay que hacer mucho sacrificios y mucha penitencia, y tenemos que visitar mucho al Santísimo, pero antes tenemos que ser muy buenos. Y si no lo hacemos vendrá un castigo. Ya se está llenando la copa, y si no cambiamos vendrá un castigo.

La aparición del 18 de junio de 1965, en la que Conchita escuchó el segundo mensaje, fue televisada en vivo por la televisión española. Solo Conchita González, considerada por la mayoría de los devotos de Garabandal como la «vidente principal», informó haber recibido el segundo mensaje:7

Como no se ha cumplido y no se ha hecho conocer al mundo mi mensaje del 18 de octubre, de 1961, os diré que este es el último; antes la copa se estaba llenando ahora está rebosando. Los sacerdotes van muchos por el camino de la perdición, y con ellos llevan a muchas más almas. A la Eucaristía cada vez se le da menos importancia. Debéis evitar la ira de Dios sobre vosotros con vuestros esfuerzos. Si le pedís perdón con vuestras almas sinceras El os perdonará. Yo, vuestra Madre, por intercesión del Ángel San Miguel, os quiero decir que os enmendéis. Ya estáis en los últimos avisos. Os quiero mucho y no quiero vuestra condenación; pedidnos sinceramente y nosotros os lo daremos, debéis sacrificaros más; pensad en la pasión de Jesús.

Además de los dos mensajes, las «videntes» hicieron muchas profecías con respecto al futuro de la humanidad, además de advertir sobre un próximo «fin de los tiempos». Estas profecías se sintetizan en un «aviso», un gran «milagro» universal y un «castigo» para la humanidad. La fecha del milagro solo la conoce Conchita, quien la revelará ocho días antes.7

·         El Aviso, según Conchita tendrá lugar antes del milagro. «Ese aviso es como un castigo, para los buenos y los malos: para los buenos, para acercarlos más a Dios y para los malos, para anunciarles que viene el fin de los tiempos y que estos son los últimos avisos».12

·         El Milagro, tendría lugar un jueves durante la festividad de un santo mártir de la eucaristía,13 y es descrito como una señal permanente en los pinos de Garabandal que «Será visible para todos los que estén en el pueblo y en las montañas de los alrededores: los enfermos que asistan sanarán y los incrédulos creerán. Será el milagro mayor que Jesús ha hecho para el mundo. No quedará la menor duda de que es de Dios y para bien de la humanidad. Quedará una señal del milagro, para siempre, en los pinos. Podrá ser filmado y televisado».7

·         El Castigo fue predicho por las niñas en el primer mensaje del 18 de octubre de 1961. Este castigo, condicionado a que la humanidad se arrepienta de su mal proceder luego de ocurrido el milagro, consistiría en «ríos transformados en sangre, fuego que baja del cielo y cosas peores; gran calor, sed abrasadora y el agua que se evaporará; todos los hombres presos de la desesperación buscando matarse unos a otros, pero al faltar las fuerzas, caerán: unos en las llamas y otros lanzándose al mar, pero el agua parecerá hervir y activar las llamas».7

Peregrinación[

El pueblo se convirtió en un punto de peregrinaje para muchos creyentes católicos y miembros de otras confesiones. Debido a la remota localización de la aldea y las dificultades de acceso, Garabandal mantiene casi el mismo aspecto que tenía en los años sesenta y no ha sufrido las transformaciones producto del interés turístico como en otros lugares.1415161718

Vida de las videntes después de las apariciones

A diferencia de la mayoría de personas que afirma haber presenciado apariciones de la Virgen María, ninguna de las cuatro jóvenes llegó a profesar la vocación religiosa:

·         Conchita González González nació el 7 de febrero de 1949 y reside en Nueva YorkEstados Unidos. Se casó con Patrick J. Keena, llegando a tener cuatro hijos, María Concepción, Fátima Miriam, Ana María Josefa y Patrick Joseph María. Keena falleció en octubre de 2013.1920

·         Jacinta González González, se casó con Jeffrey Moynihan en Los ÁngelesCalifornia, vive en la ciudad de Oxnard, en el condado de Ventura y tiene una niña llamada María Jacinta de Guadalupe.2021

·         María Cruz González Barrido, reside en Avilés (Asturias). Se casó con Ignacio Caballero y llegó a tener cuatro hijos.20

·         Mari Loli Mazón González, se casó con Francis Lafleur en Massachusetts con quien tuvo tres hijos. Mari Loli falleció en 2009 debido a complicaciones causadas por un lupus eritematoso en el aparato respiratorio.1920

Postura de la Iglesia católica

Desde el principio, la jerarquía de la Iglesia católica ha determinado la duda o incertidumbre de la condición de sobrenaturales de estas apariciones marianas —al igual que las apariciones de Medjugorje y Zeitoun— que tampoco han sido oficialmente aprobadas.22

Así, el 2 de noviembre de 1961, el administrador apostólico de la diócesis de Santander, Doroteo Fernández, publicó la siguiente declaración:23

No consta que las mencionadas apariciones, visiones, locuciones o revelaciones puedan hasta ahora presentarse ni ser tenidas con fundamento serio por verdaderas y auténticas.

Más adelante, tres obispos de Santander se pronunciaron contra la sobrenaturalidad de las apariciones de Garabandal:24

·         Eugenio Beitia Aldazabal (obispo de 1962 a 1965), publicó dos notas al respecto, en la primera afirmó que «tales fenómenos carecen de todo origen de sobrenaturalidad y tienen una explicación de carácter natural» pero en la segunda aclaró que: «no hemos encontrado materia de censura eclesiástica condenatoria, ni en la doctrina ni en las recomendaciones espirituales, que se han divulgado en esta ocasión, como dirigidas a los fieles cristianos».13

·         Vicente Puchol Montis (obispo de 1965 a 1967), difundió una nota que negaba tanto las apariciones como los mensajes y que «todos los hechos acaecidos en dicha localidad tienen una explicación natural».24

·         José María Cirarda Lachiondo (obispo de 1968 a 1971), ante el aumento de las peregrinaciones a Garabandal y los rumores de que el mismo papa había aprobado y bendecido las apariciones, decidió intervenir desaprobando todo culto basado en estas supuestas apariciones,25 llegando incluso a publicar una nueva nota con las siguientes disposiciones:26

a) Está prohibida a los sacerdotes toda intervención, tanto participando y colaborando activamente en el desarrollo de los hechos, cuanto en la forma de simple presencia como espectadores, con suspensión de las licencias en esta Diócesis de Santander para cuantos asistieren sin expreso permiso particular y en cada caso de la autoridad diocesana.

b) Se ruega a todos los fieles cristianos que se abstengan de fomentar con su presencia en San Sebastián de Garabandal el ambiente creado en torno a dichos sucesos.

c) Se recuerda a todos que, según el canon 1.399, n.c 5, «están prohibidos por el Derecho mismo los libros y folletos que refieran nuevas apariciones, revelaciones, visiones, profecías, milagros o que introduzcan nuevas devociones, si se han publicado sin observar las prescripciones de los cánones»; * y se hace constar que en la Diócesis de Santander no se ha concedido nunca «imprimatur» a ningún libro, folleto, artículo o reseña en esta materia, y está prohibida la publicación de cualquier artículo o información no sometida previamente a la censura de la Diócesis.

Pero tales prohibiciones se levantaron a partir de los años ochenta:

·         En 1987, el obispo de Santander Juan Antonio del Val Gallo, realizó una nueva investigación y suspendió toda prohibición que impedía a los presbíteros ir a Garabandal, posibilitándoles la celebración eucarística en la iglesia del pueblo con la autorización del párroco local.24

·         En 1992, el cardenal Ratzinger (futuro papa Benedicto XVI), entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aconsejó al obispo de Santander no cerrar el caso y más continuar con la declaración de «no consta sobrenaturalidad», que significa falta de certeza tanto para aceptar como para rechazar, dejando así la cuestión abierta para futuros estudios.27

·         En 2007, el obispo Carlos Osoro en su calidad de administrador apostólico de la diócesis de Santander, escribió en una carta lo siguiente:27

Estoy seguro de que el próximo obispo promoverá los estudios para que se examinen con mayor profundidad los sucesos de Garabandal. He conocido conversiones auténticas [en Garabandal]. Ante estos sucesos, ¿cómo no sentir la necesidad de abrir siempre nuestro corazón a nuestra Madre María?… Les animo a seguir manteniendo esa devoción.

En noviembre de 2017, el sacerdote José Luis Saavedra presenta la tesis doctoral por la Universidad de Navarra, titulada María de Garabandal. Estado actual de las apariciones ocurridas en San Sebastián de Garabandal entre 1961 y 1965.28

Por otro lado, el papa Francisco ha distinguido de forma singular a dos mujeres que han defendido en todo momento las apariciones de Garabandal. Una de ellas es la mística francesa Marthe Robin de la cual aprobó el decreto de virtudes heroicas declarada Venerable el 7 de noviembre de 2014.2930 y la otra es la Madre Esperanzamurciana y fundadora de las Congregaciones de las Esclavas del Amor Misericordioso y de los Hijos del Amor Misericordioso que, el 5 de julio de 2013 con el consenso del papa Francisco, el cardenal Angelo Amato emitió el decreto de beatificación. El rito de beatificación se celebró el 31 de mayo de 2014, en el santuario de Collevalenza.3132 La Madre Esperanza estaba convencida del carácter sobrenatural de las apariciones, lo cual resulta significativo a efectos de la credibilidad de las apariciones de Garabandal.

Aparición del ángel

En la tarde del domingo 18 de junio de 1961, Conchita y Mari Cruz, la mayor y la más pequeña de las videntes, que son compañeras del colegio, dejan a su grupo de amigas que jugaban en la plaza sin que se notara su ausencia.

Conchita escribió en su diario lo siguiente: Mari Cruz y yo pensamos ir a coger manzanas y nos dirigimos allí sin decir nada a nadie. Se dirigieron a las afueras del pueblo, a una huerta propiedad del maestro.33 Creían estar solas pero no era así porque las siguieron Mari Loli y Jacinta. Conchita y Mari Cruz se subieron al manzano y oyeron a las otras dos niñas que se acercaban; quisieron esconderse pero Mari Loli les dijo: No corras Mari Cruz que te vimos, ya se lo diremos al dueño.34

En un principio Conchita y Mari Cruz estaban asustadas pero luego, con los ánimos de las otras dos dijeron Pensándolo mejor, volvimos las cuatro a coger manzanas… [Y] cuando ya nos llenamos los bolsillos echamos a correr para comerlas más tranquilamente en… la Calleja. Este hecho de coger manzanas para comerlas no tenía ninguna valoración negativa entre los campesinos y mucho menos por parte de la autoridad que, representada por el sargento de la Guardia Civil de Puentenansa, Juan Álvarez, lo relataba así: había un manzano lleno de fruta, lo que a las niñas llamó la atención, y como cosa de criaturas cogieron manzanas del árbol, como es natural, para comérselas, no dándole [nosotros] importancia alguna, por ser cosa de niñas;35

Mientras comían las manzanas ocurrió un hecho que las desconcertó. Conchita lo cuenta de la siguiente manera: Estando entretenidas comiéndolas escuchamos un fuerte ruido como de trueno. Miraron hacia donde creían que podía venir, pero el día estaba totalmente soleado y sin nubes. Sigue relatando Conchita:¡Ay, qué gorda! Ahora que cogimos las manzanas, que no eran nuestras, el demonio estará contento, y el pobre Ángel de la guarda estará triste. y siguió comentando el fenómeno de la siguiente manera: Decíamos que a la mano derecha está el angelín y a la izquierda el demonín y después le tiramos con piedras al demonín y al angelín le decíamos que se estuviera con nosotras y después se nos apareció….36Después de tirar piedras y jugar a las canicas, serían las ocho y media de la tarde cuando en medio de ellas vieron un ángel ante el que quedaron de rodillas paralizadas; así permanecieron inmersas en la visión, que duró unos minutos y así describe Conchita lo que ocurrió: De pronto se me apareció una figura muy bella con muchos resplandores que no me lastimaban nada los ojos. Las otras tres niñas, al ver cómo estaba su compañera, creyeron que «le había dado un mal» y comenzaron a gritar. Sánchez-Ventura relata el momento de la siguiente manera: Conchita con las manos juntas señalaba hacia la aparición y decía: «¡Ay!… ¡ay!» Llena de miedo, Mari Loli se levantó para pedir ayuda, pero se detuvo y miró hacia donde señalaba Conchita, sus amigas hicieron lo mismo. Y de pronto, todas cayeron en éxtasis y exclamaron a una voz: «¡El Ángel!» La aparición fue de muy corta duración y no les dijo nada.37

Recordando esto, Conchita lo describió de la siguiente manera: Viendo al ángel hubo un cierto silencio entre las cuatro y de repente desapareció. Al volver normales [sic]. La vidente escribe deficientemente, haciendo notar la escasa formación recibida en la precaria escuela rural y muy asustadas, corrimos hacia la iglesia pasando de camino por la función del baile que había en el pueblo. Entonces una niña del pueblo, que se llama Pili González nos dijo: «¡Qué blancas y asustadas estáis! ¿De dónde venís?» Nosotras muy avergonzadas de confesar la verdad le dijimos: «¡De coger manzanas!» Y ella dijo: «¿Por eso venís así?» Nosotras le contestamos todas a una: «¡Es que hemos visto al Ángel!». Y sigue relatando Conchita:… Y seguimos nuestro camino en dirección a la iglesia, y esta chica [Pili], se quedó diciéndoselo a otras. Una vez en la puerta de la iglesia y pensándolo mejor nos fuimos detrás de la misma a llorar ya que este sitio, la parte exterior del ábside está muy cerca de la casa contigua y es un lugar muy recóndito y oscuro. De esta forma empezaron las apariciones en Garabandal.38

Primeras reacciones

La maestra

La niña con la que se encontraron las «videntes» cuando se dirigían a la iglesia se llamaba Pilar González a la que le contaron que habían visto a un ángel. Pilar se lo contó a otras niñas y, juntas, acudieron a la maestra del pueblo, Serafina Gómez González, viuda, natural de Cosío, que tenía una hija, Toñita, muy amiga de las videntes. El encuentro y la conversación lo cuenta así la propia Conchita:

Unas crías que estaban jugando nos encontraron y al vernos llorar nos preguntaron: «¿Por qué lloráis?» Nosotras les dijimos: «Es que hemos visto al Ángel». Ellas echaron a correr a comunicárselo a la señora maestra. Una vez que terminamos de llorar a la puerta de la iglesia, entramos en ella. En aquel mismo momento llegó la señora maestra toda asustada y enseguida nos dijo: «Hijas mías, ¿es verdad que habéis visto al Ángel?» «¡Sí señora!» «¿A lo mejor es imaginación vuestra?» «¡No, señora, no! Hemos visto bien al Ángel». Entonces la maestra nos dijo: «Pues vamos a rezar una estación a Jesús Sacramentado en acción de gracias».39

Como las niñas estaban tan excitadas, mezclaban rezos, lloros y risas. Mari Loli lo cuenta de la forma siguiente: Estábamos tan no sé cómo, que tan pronto reíamos como llorábamos. Serafina no tomó postura y de forma muy maternal les propuso poner a prueba lo que decían. El consejo que les dio lo cuenta Conchita así: La señorita nos dijo que fuéramos allá tres días para ver si se repetía la visión.40

En la mañana del 19 de junio de 1961, la noticia ya era conocida por todos y así lo apuntó Conchita:

Cuando nos hemos levantado, la gente ya empezaba a hablar: «Esas cuatro niñas algo vieron porque ¡bajaban con unas caras!»… Todo era pensar cada uno una cosa. No todos estaban en contra; hubo también comentarios a favor. Cuando llegaron a la escuela, Serafina les preguntó de nuevo delante de toda la clase: «¿Estáis seguras, hijas mías…?» «Sí señora». Y volvieron a repetir lo que les había sucedido y seguimos haciendo lo de siempre sin preocupación ninguna.41

En casa de Conchita

Durante el tiempo que estuvieron con la maestra el asunto se propagó por la aldea de forma que prácticamente todo el pueblo lo sabía. Como se había hecho muy tarde, las niñas esperaban una buena reprimenda en sus casas. Conchita lo escribió de la siguiente manera:

«¿No te he dicho ya que a casa se viene de día?» Yo, toda asustada por las dos cosas: por haber visto aquella figura tan bella y por venir tarde a casa, no me atrevía a entrar en la cocina y me quedé junto a una pared, muy triste…

A pesar de lo difícil de la situación, la niña prefirió no mentir y relata así su contestación: Y le dije yo a mi mamá: «¡He visto al Ángel!»" Aniceta, efectivamente, se sintió burlada por su hija: «¿Todavía? ¡Encima de llegar tarde a casa, me vienes con esas tonterías!» Yo le respondí de nuevo: «Pues es verdad, yo he visto al Ángel». La madre estuvo inconmovible pero al final admitió en su interior que le había pasado algo a su hija.42

En casa de Jacinta

La propia Jacinta lo anotó como sigue:

mi madre –María González– tampoco dio crédito a su relato aquella noche. Sin embargo, lo mismo que la maestra, se quedó a la espera. Y muy pronto, pocos días después, al contemplar los éxtasis, comenzó a creer: "Ya empecé a creerla un poquitín –confesaba más tarde–… Y luego, después, yo le tenía mucho respeto a la aparición… aunque otras veces volvían mis dudas".43 Mi padre decía «Jacinta no miente»44

En la casa de Mari Cruz]

La madre de Mari Cruz, la menor de las videntes, fue la que peor acogió a la niña.

Lo contaba años después su madre, Pilar Barrido, y lo recogen Pesquera y Ramón Pérez: Aquel día reñí mucho a Mari Cruz…No he pegado ni regañado a mi hija… al principio sí… Igual suerte había corrido Lucía, la vidente de Fátima, en 1917.45

En casa de Mari Loli[

La madre de Mari Loli parece que fue algo más benigna que las demás.45

El párroco

Don Valentín Marichalar, se molestó mucho en intervenir para aclarar lo sucedido. Así, la misma mañana del lunes, el párroco se fue a hablar con las niñas sobre la visión que había sucedido la noche anterior y fue a esperarlas a la salida del colegio. Jacinta y Mari Cruz iban juntas a casa y las abordó sin dudarlo:

Todo asustado les dijo: «¡A ver, a ver! ¿Es verdad que visteis al Ángel?». Ellas contestaron a la vez: «¡Sí, señor!», a lo que el párroco les contestó: «No sé, no sé si nos engañáis». Las niñas, sonrientes le dijeron: «¡No tenga miedo que hayamos visto al Ángel!». Don Valentín quedó admirado por la calma y seguridad con la hablaban las niñas. Dubitativo, las dejó marchar y fue en busca de Conchita que relataba así su conversación con el párroco: Me encontró ya cerca de mi casa, llegó todo nervioso y me dijo: «Conchita, sé sincera, ¿qué visteis anoche?» Yo le expliqué todo…" El párroco le dijo si otra vez viera a este misterioso «ángel», le preguntase «quién es y a qué viene».46

El señor cura fue a casa de Loli y, según cuenta Conchita, [Su intención era comprobar] si coincidíamos todas… [Y] Loli contestó lo mismo que nosotras. Así, [don Valentín] estaba cada vez más impresionado, porque coincidíamos las cuatro en todo. Como no podía acusarlas de mal alguno pues, las cuatro niñas coincidían hasta en los más pequeños detalles, cosa que dejó por escrito el cura en su cuaderno. Después de las averiguaciones, dijo: Vamos a esperar dos o tres días para ver qué os dice y ver si seguís viendo aquella figura que decís ser un Ángel. Esta moratoria en la toma de decisión del párroco molesto a varios vecinos del pueblo.47

José Díez Cantero, albañil

José Díez Cantero, vecino y albañil de la aldea, que estaba trabajando esos días en la casa de Conchita, se dirigió a las niñas con dureza el mismo día 19 y trató de asustarlas para que entraran en razón diciéndoles lo siguiente:

Si seguís con eso, habrá que dar parte a la Guardia Civil; y ellos vendrán, tomarán declaraciones, os someterán a interrogatorio… y a lo mejor termináis en la cárcel. ¿Y los líos en que se verán metidas vuestras familias? Gastos, disgustos, vergüenzas… Ellas le oían un poco asustadas, y sin replicar…; pero al final, dijeron que qué iban a hacer, que ellas no habían inventado nada…, y que no podían dejar de ir, por si volvía el Ángel.48

A estas severas advertencias contestó Conchita en nombre de todas:

«Pues que nos lleven a la cárcel, y a mi papá y a mi mamá también; pero nosotras hemos visto el ángel». Y entonces el hermano de Conchita se enfadó –cuenta Díez–, que no quería que hablarían [sic] nada de esto y dije: «Oye deja… que parece que tu hermana y las otras no se han asustado por lo que yo he dicho, me parece que no les importa… o no comprenden lo que es ir a la cárcel». [Aunque] yo se lo dije metiéndoles miedo; yo, por otra parte, tenía ese pensamiento, que podía ser la cosa importante [muy grave].49

Más adelante José acompañó y protegió a las niñas de la muchedumbre y fue testigo de excepción de los sucesos ocurridos con posterioridad.50

Días posteriores]

Al día siguiente, después de realizar las labores ordinarias, fueron por la tarde a rezar a «la Calleja», momentos que describe así Conchita: y muy contentas nos fuimos a ese lugar llamado Calleja (un trocito de cielo). Las niñas volvieron algo tristes porque no había sucedido nada. Sin embargo, hacia las diez de la noche cada una en su casa oyeron esta locución: «No os preocupéis que me volveréis a ver».51

Multiplicación de fenómenos

Tres días después, las «videntes» seguían haciendo sus trabajos cotidianos y el 21 de junio, al atardecer, pidieron permiso para ir a rezar a "la Calleja" a lo que Aniceta, madre de Conchita, le dijo inflexible: si quieres ir a rezar, vete a la iglesia. Poco después llegaron las otras tres niñas para pedirle a Aniceta que dejara a Conchita ir con ellas, a lo que asintió ya que tanto insistieron. En «la calleja» rezaron un rosario y como el Ángel no venía. Decidimos ir a la Iglesia; y cuando nos levantábamos, pues estábamos de rodillas, vimos una luz muy resplandeciente, que nos rodeaba a las cuatro -no vimos más que esa luz-. Don Ramón Pérez recoge lo que las videntes contaban: La luz nos ocultaba las unas a las otras. Estábamos completamente deslumbradas por esa luz, así que nos pusimos a gritar, pues estábamos aterrorizadas; pero ya la gran luz había desaparecido. Al día siguiente, 21 de junio, algo se sabía en el pueblo y esa tarde acudieron a "la calleja" varios vecinos.

Decidieron mantenerlo en secreto pero obedecieron a don Valentín, el párroco, que les había mandado mantenerle informado de todo lo que ocurriese, así que se lo dijeron a sus familias.52

Los primeros testigos oculares: 21 de junio de 1961[editar]

Si los días anteriores las videntes habían tenido dificultad en obtener permiso para ir a rezar a "la calleja". Incluso el hermano de Conchita le dijo:«¡No se te ocurra ir a rezar! ¡La gente se reirá de ti y de nosotros, seguirán diciendo que dices ver al ángel y que eso es mentira!...». Por fin la madre la dejó ir. Como el pueblo no las creía pidieron a algunas personas que las acompañaran. Así describe Conchita los acontecimientos de aquella tarde:

Por la tarde, después de hacer lo que teníamos que hacer, pedimos permiso a nuestros padres para ir al mismo lugar… pero al ir hacia la Calleja, viendo que la gente no nos creía le dijimos a una señora que se llama Clementina González, que si quería acompañarnos para que viera que era cierto, pero ella no quiso venir sola, pues dudaba y fue a llamar a otra señora de nombre Concesa. Así, al darse cuenta otras personas que veníamos acompañadas por estas señoras se unieron a nosotras y llegando a la Calleja nos pusimos a rezar el rosario. Terminamos y el Ángel no vino. La gente se reía mucho y nos decía: «Rezad una estación». Así lo hicimos y al terminar se nos apareció el Ángel.53

Las niñas, obedeciendo al párroco, preguntaron al ángel quién era y qué quería y Conchita escribió: Pero Él no nos contestó nada. En unos breves instantes las personas que las acompañaron pasaron de escepticismo al estupor. La niña refiere escuetamente esta situación: Terminada la aparición, la gente estaba muy nerviosa…Clementina [González, ya durante el breve éxtasis] quiso llamar a todo el pueblo, pero… [de repente] el ángel desapareció. Clementina era la esposa del albañil José Díez.

Según testimonio de Pérez: Las niñas clavadas de rodillas en el pedregoso suelo del camino, bien levantada la cara hacia algo o alguien que las tenía arrebatadas, la boca entreabierta con gracia nunca vista, un leve sonreír que ponía plena hermosura en todo su aire, el mirar de aquellos ojos tan puros… Cuando las cuatro volvieron en sí, vieron con asombro que en torno suyo unas lloraban, otras apretaban las manos contra el pecho, y otra, Clementina, estaba ya para correr al pueblo, a llamar a toda la gente.

La citada Clementina estaba tan convencida, que le pidió a la niña: Hija, pídele a la Virgen del Carmen, pídele al Sagrado Corazón, que nos amparen… que os digan lo que quieren de nosotros. Esta situación hizo que parte del público abriese sus corazones y buscasen a Dios. Álvarez lo describe de la siguiente manera: Varias mujeres… al ver que es cierto lo que ellas [las niñas] manifestaban… lo anunciaron a todos… A partir de este día… la noticia corrió por todos los pueblos limítrofes, y a diario se desplazaban gentes a Garabandal, lo que motivó que se intensificara la vigilancia [por nuestra parte]. Estos sucesos hicieron que la noticia corriese por los pueblos de la comarca. Conchita dice en su diario del día 22 que había mucha gente.54

Primeros exámenes médicos. Los enviados de Santander

Durante los días siguientes se habrían repetido los éxtasis, los vecinos seguían admirados y una semana después de la primera aparición Pérez dejaba constancia de la presencia de al menos cinco sacerdotes y de numerosos médicos conocidos. Por su parte, el párroco anotó en su cuaderno que habían asistido hasta once sacerdotes entre el numeroso público. Casi un mes más tarde, el 17 de julio, el cura párroco describió así la afluencia de personas:

"Asistieron [hoy, 17 de julio] unos ocho sacerdotes, dos doctores y 600 personas [de] fuera, [que en] todos los días no han bajado; pero ha habido días que había cerca de 3.000 personas en domingo. Muchos vienen por curiosidad, después que ven las niñas cambian; he visto a hombres llorar.5556

Era tal la afluencia de peregrinos que el propio brigada dela Guardia Civil, Juan Álvarez, dejó la orden escrita de que se pusiera una pareja de vigilancia en Garabandal; la noticia corrió por todos los pueblos limítrofes, y a diario se desplazaban gentes a Garabandal, lo que motivó que se intensificara [aún más] la vigilancia. Él mismo estuvo presente y los efectivos destacados al lugar desde 1961 hasta el final de las presuntas apariciones en 1965, según se aprecia en diversas fotografías. Los mozos del pueblo formaron un cuadrado con troncos y ramas en el lugar de «la calleja» donde tenían se producían las primeras apariciones para proteger a las niñas y al que solo podían acceder médicos, sacerdotes y familiares próximos a las videntes. El lugar fue conocido como «el Cuadro».57

Primera aparición de la Virgen

Nunca escucharon la voz del ángel desde que se les apareciese por primera vez. El día 1 de julio se les volvió a aparecer por décima vez y le escucharon las siguientes palabras según cuenta Conchita en su diario:

"... ese día [el ángel] nos habló muchas cosas… Estuvo dos horas y se nos hizo dos segundos". "Nosotras sentíamos mucha alegría y nos reíamos con él. Estábamos muy contentas. Nos dijo una cosa [el «Primer Mensaje»] y nos recomendó que no dijésemos nada a nadie, ni en nuestras casas, ni al Obispo, ni al Papa, hasta que él nos lo mandase el 18 de octubre. También nos dijo que rezáramos el rosario todos los días".5859

La multitud presente preguntaba a las videntes datos de la conversación con el ángel, pero como éste les había prohibido decir nada Conchita solamente les describió, con su pobre léxico de niñas de aldea poco instruidas, cómo era el ángel:

Tenía un vestido azul largo suelto, sin cinto, las alas rosas claras, bastante grandes, muy bonitas su carita ni larga ni redonda, la nariz muy guapa, los ojos negros y la cara trigueña, las manos muy finas las uñas cortadas, los pies no se le ven.60

También dijeron que parecía un niño como de nueve años como más tarde se lo explicó Conchita a M. Nieves en Burgos, y añadían ellas que a pesar de su apariencia de niño, daba impresión de gran fuerza. Lo que sí les dijo Conchita a las personas presentes fue el anuncio del ángel: vengo para anunciaros la visita de la Virgen bajo la advocación del Carmen, que se os aparecerá mañana domingo. Era el día siguiente, el 2 de julio de 1961. En la iglesia, totalmente abarrotada se celebraba la fiesta de la Visitación de la Virgen a su prima santa Isabel. Por la tarde, a eso de las tres, se reunió el pueblo en la iglesia y así lo describe el brigada de la Guardia Civil Juan Álvarez Seco, jefe de la zona e informador de los sucesos:

Se rezó el rosario en la iglesia. A continuación, las niñas bajaron en dirección a Cosío, que dista unos siete kilómetros de San Sebastián, para recibir a los hermanos de Conchita que llegaban de viaje. [Pero] a mitad del camino tuvieron que volverse, pues el público, que afluía al pueblo, reconocía por fotografías a las niñas y no las dejaban avanzar: unos por entregarles rosarios… otros por fotografiarlas… la mayor parte para hacerles preguntas. Al llegar se encontraron las calles abarrotadas de forasteros, entre ellos once sacerdotes y varios médicos.61

Entre las personas que acudieron se encontraban varios médicos, sacerdotes y miembros de la Comisión episcopal, que acudían por vez primera. Cuando las videntes subían por la calleja, uno de los médicos, el doctor Morales intentó pararlas e hipnotizarlas sin conseguirlo y comentó «Esto ya está visto» a lo que respondió el brigada Álvarez: O sea, que el doctor no había podido evitar la aparición. Las niñas siguieron hasta el lugar de las apariciones y repentinamente cayeron en éxtasis, dijeron: «La Virgen» y se arrodillaron. Alguno de los médicos presentes comprobaron que las niñas eran totalmente insensibles a los estímulos exteriores, como en las ocasiones anteriores, pero esta vez sonreían y decían palabras en voz baja, como si tuvieran una conversación. Lo que pasó lo dejó Conchita escrito en su diario:

Sin llegar allá se nos apareció la Virgen con un Ángel a cada lado. Venían con Ella dos Ángeles, uno era San Miguel; el otro, no sabemos. Venía vestido igual que San Miguel: parecían mellizos". y añadió al lado del Ángel de la derecha, a la altura de la Virgen, veíamos un ojo de una estatura grande; parecía el ojo de Dios.62

El brigada Álvarez, que estaba en primera fila, escribió lo que escuchó a las videntes en éxtasis: La Virgen estaba rodeada de seis ángeles, contados por Conchita [extática], que se oía perfectamente. También decía Conchita «qué ojo» y después de la visión se pudo saber que era la Santísima Trinidad, en forma de ojo, y sigue contando: las niñas dijeron que la veían en una gran luz, en el centro de la cual, un triángulo equilátero enmarcaba aquel misterioso ojo. En su diario, Conchita dio más datos de la conversación con la Virgen:

ese día hablamos con la Virgen mucho y Ella con nosotras. Le decíamos todo: que íbamos todos los días al «prao», que «estábamos negras», que teníamos la hierba en «morujos», etc., … Ella se reía ¡como le decíamos tantas cosas!63

Un diálogo tan sencillo sirvió para que alguno de los testigos no dieran crédito a las apariciones lo cual refiere Conchita en su cuaderno así:

no lo creían porque decían que cómo la Virgen iba a hablar tanto pues le contamos muchas cosas. Pero la mayoría sí creía porque decían que era como una Madre que hace mucho que no la ve su hija y le cuenta todo. Con mayor razón nosotras que no la habíamos visto nunca y además ¡era nuestra Madre del cielo! y continúa diciendo: así se terminó el día 2, domingo, ¡día muy feliz! porque hemos visto por primera vez a la Virgen. Con Ella estamos todos, siempre que queramos.63

Descripción de la figura de la Virgen

La curiosidad de la gente a este respecto era grande y por ello declararon ante la Guardia Civil. El brigada Álvarez escribe: Informaron por separado al cabo Fernández... [y] todas ellas han coincidido. La descripción de Conchita es la siguiente:

La Virgen viene con un vestido blanco, manto azul, corona de estrellucas doradas, no se le ven los pies, las manos estiradas con el escapulario en la derecha, el escapulario es marrón, el pelo largo color castaño oscuro ondulado, la raya en el medio, la cara alargada, la nariz alargada fina, la boca muy bonita con los labios un poquito gruesos, el color de la cara es trigueño, más claro que el del Ángel, diferente a la vez, muy bonita, una voz muy rara, no sé explicarla, no hay ninguna mujer que se parezca a la Virgen ni en la voz ni en nada.

Acerca del aspecto de la Virgen, en 1967, cuando las videntes ya no estaban en Garabandal, el P. Gustavo Morelos hace pintar una imagen de la Virgen siguiendo las indicaciones de las niñas para dar a conocer estas apariciones en México. Una vez terminada viajó a España para mostrárselas. Cuando lo mostró a Conchita, esta le hizo el siguiente comentario sin pararse a pensar ni dudar, que recogió por escrito la M. Nieves, directora espiritual de la niña y directora del colegio:

[La Virgen] no traía corona, las estrellas que circundaban su cabeza [simplemente] se iban como entrelazando. No traía cíngulo a la cintura, la cara la mantenía erguida, el escapulario lo traía sobre la derecha y en forma de manípulo.64

Para contrastar opiniones, el P. Morelos fue a Zaragoza a ver a Mari Loli y a Jacinta. Loli, al ver la imagen comentó rápidamente y sin dudarlo:

Padre, la Virgen que nosotras hemos visto no traía corona, no tenía la cabeza hacia un lado, no tenía cíngulo y el escapulario lo traía en la derecha en forma de manípulo.64

El trato con la Virgen

Describe la M. Nieves las expresiones sencillas y amorosas de Conchita al respecto:

¡Si viera qué humana es la Virgen! Algunas veces repetía, como en broma, nuestras expresiones mal dichas y lo hacía para que tomáramos confianza. Pero nosotras se la tuvimos desde el primer momento, y también Quiero a la Virgen como si fuera mi madre. Con Ella se puede hablar de todo... Un día nos dijo: «Id muy limpias, yo también me cuidaba de eso cuando vivía en la tierra».

En otra ocasión comentó Conchita a la M. Nieves:

[Durante los éxtasis] la Virgen, muchas veces, no nos miraba precisamente a nosotras, sino más lejos, a la gente que había detrás. Cambiaba a veces de semblante; pero sin dejar de sonreír. Yo le preguntaba: «¿A quién miras?» Y Ella me decía: Miro a mis hijos, haciéndolas ver que no solo venía por ellas sino por todos.65

El P. Pesquera relata así otra experiencia tierna de Mari Loli que tuvo lugar la madrugada del 4 al 5 de noviembre de 1962: Loli aguardaba la aparición y hacia las 3 de la madrugada empezó a arreciar el viento, con peligro de aguacero: La madre de la niña –relata Pesquera– mandó a esta que fuese a recoger la ropa, que se había dejado tendida fuera. Loli se dispuso a obedecer; pero claramente se advertía en ella la contrariedad o el miedo que le producía el tener que salir de casa a aquellas horas... Ya iba hacia la puerta con la linterna encendida en la mano, cuando cayó en éxtasis. Se santiguó repetidas veces, dio a besar el crucifijo a los circunstantes, y salió. Poco después, y todavía en éxtasis, regresaba a casa con la ropa recogida... La Virgen había visto las dos cosas, su buena voluntad y su miedo, y como Madre había venido a acompañarla.66

En otra ocasión, el sacerdote belga Materne Laffineur, que estaba presente durante uno de los éxtasis que se produjo al entrar las videntes a la iglesia, empezaron a reír de forma alborotada e impropia de estas situaciones y lo comenta de la siguiente manera: "Nos escandalizamos; ¿cómo podía reírse así en presencia de la Santísima Virgen, aunque fuese una risa tan bella?… [Terminado el éxtasis] les preguntamos por lo de la risa, que tanto nos había desconcertado. Conchita nos explicó: «Es que la Virgen se echó a reír». «¿Y por qué?» «Por lo mal que estábamos cantando». Desde luego, esto era verdad y nuestros magnetófonos dan testimonio de ello".66

Aparición del Sagrado Corazón de Jesús a Jacinta

A las preguntas que el periodista Zavala le hizo 60 años después, Jacinta contestaba así:

Sí, lo vi una sola vez en mi vida. Fue en junio de 1961. Se me apareció en «la Calleja» de Garabandal, muy cerca de donde había una imagen de la Virgen del Carmen y donde ahora han colocado una del Sagrado Corazón de Jesús. Caminaba yo con Conchita, Mari Loli y Mari Cruz cuando, de repente, ellas tres se hincaron de rodillas y miraron hacia arriba. Yo me quedé sorprendida «¡Qué extraño, si yo no veo nada!» me dije.

Fue entonces cuando se me apareció el Sagrado Corazón de Jesús. Más tarde le pregunte a Loli qué habían visto y me dijo que al ángel. «¡Ay, yo no!» le comenté. «¿Qué viste tú entonces?» inquirió ella. Yo vi al Sagrado Corazón de Jesús, confesé. Le faltó tiempo a Loli para decírselo luego a mi madre.67

Jacinta relató describió así al periodista y escritor Zavala los detalles de la visión y de sueños posteriores:

Flotaba en una nube. En un sueño me vi sola en la parte trasera del templo, que es muy oscura, como en penumbra. De pronto entró un señor con pelo largo y negro y dije para mis adentros: ¡Ay, yo me voy de aquí!; al cruzar el umbral de la puerta de salida escuché una voz detrás de mí que decía: Jacinta, no te vayas. Petrificada, acerté a decir: ¿Es que acaso me conoces?; claro que te conozco. Le pregunté quién era y me contestó enseguida: Soy Jesús. Yo acerté a decir ¿El Sagrado Corazón de Jesús?; contestó Sí; yo dije: ¿Otra vez te me apareces?. Contestó: No vengo por ti sino por todos; Contesté: ¿No puedes escoger a otra persona para eso?. Jesús me dijo: Te he elegido a ti para darme a conocer y amar al mundo. Yo exclamé ¡Ay, no!; Él me dijo: Yo te daré la fuerza que necesitas. Estate tranquila, Jacinta me aseguró con firmeza.68

Los éxtasis

Las primeras descripciones que existen de los éxtasis de Garabandal pertenecen a los días de junio en que tímidamente unas pocas personas se atrevieron a acompañar a la niña a la Calleja, más concretamente el 21 de julio de 1961. Lo cuenta Prudencio González, que probablemente fue el primer testigo de los éxtasis; ya el 18 o a lo más el 20 de junio, este pastor pasó con sus ovejas entre las niñas en éxtasis, cuando estaban completamente solas en la Calleja:

Tuvo de apoyarse en el hombro de una de ellas -se lo confesó a Pesquera-, y su impresión fue enorme, como si hubiera tocado el misterio. El hombro no parecía de carne, blanda y caliente, sino de algo rígido y frío, que estremecía.69

Prudencio, que no había dado ningún crédito a las niñas, se quitó enseguida su gorra y pasó con reverencia, sin volver a tocar a las pequeñas. Vicente Mazón, posiblemente el mismo día que Prudencio, relata una experiencia similar. Bajaba Vicente por la Calleja llevando sobre el hombro una colmena de tronco muy pesada. Al ver que las niñas no se apartaban, se quejó de su mala educación: "Estas coño crías…"7071 Al acercarse más, la impresión causada por la visión del éxtasis quedó tan grabada en Vicente, que nunca olvidó aquel primer encuentro con las apariciones.69

Otros testigos como, en este caso María J. Juliani no encuentran palabras para describirlo:

La carita que se les ponía, estaban tranquilamente jugando, hablando y, cuando les llamaba la Virgen, era una cosa especial. [Y decían:] «Nos vamos», «nos llama» -recuerda una peregrina de Burgos-; y ¡les cambiaba la carita! Se les ponía esa sonrisa de bondad, esa sonrisa inocente, blanca, una cosa, una cosa ¡que no se puede explicar! Es una carita especial, una cara no sé cómo, como transformada, que te llegaba hasta el alma. Más que unos rasgos exhaustivos, transmite la impresión de la existencia de algo sobrenatural que tenían tantos testigos ante la transformación radical que la visión provocaba en las pequeñas.72

Otro testigo directo, Pepe Díez, recuerda con la misma viveza que los anteriores testigos, la impresión exterior de los éxtasis:

Librándolas de muchas personas que querían atropellarlas… muchas veces las toqué… no con mala intención, sino en barullos o avalanchas de personas… Es donde notaba una cosa, muy extraordinaria, tan extraordinaria que no parecía carne, no parecía una persona humana, parecía, digamos, un bloque, o sea, una cosa rígida… no sé… muy difícil explicarle.73

Como muestra de la similitud de los testimonios se describe otro más de los muchos posibles. Es el de una de las primerísimas testigos, Rosario Gutiérrez, Sarín. Aunque natural de Cosío, Sarín tenía campos en Garabandal, por lo que diariamente subía a la aldea. Fue una de las más asiduas peregrinas: A aquellas crías se les transfiguraba la cara. Vecinos y forasteros no acababan de encontrar palabras suficientemente expresivas para transmitir la impresión exterior de los éxtasis.

Serán los médicos quienes encuentren las palabras más adecuadas para describir la riqueza de fenómenos de Garabandal, tantas veces contados por los testigos. Así, por ejemplo, el neuro-psiquiatra de Barcelona, Dr. Ricardo Puncernau escribe:

1.    Pérdida de la sensibilidad y de la sensorialidad.

2.    La abolición del reflejo foto motor y de oclusión palpebral.

3.    La plasticidad muscular cérea durante los trances.

4.    La resistencia a la fatiga.

5.    El mimetismo exacto en los cambios de expresión emocional de la cara, en las cuatro a la vez.

Todo esto no puede considerarse en absoluto un juego de niñas. La historicidad médica de los hechos de Garabandal, de la que hay abundantes testimonios gráficos, es incontrovertible".747576

Repentino cambio de peso]

Está muy documentado en el caso de la videntes de Garabandal un fenómeno poco común en la mística: un cambio de peso en las videntes. Antes ya se mencionó el caso que protagonizó el médico de la comarca, el Dr. José Luis Gullón. Para mayor abundamiento, Pepe Díez recuerda otro caso significativo por la perplejidad que produjo en los presentes los claros indicios de los cambios citados. Dos hombres de Santander habían oído hablar de las apariciones y del aquel fenómeno del cambio de peso que sorprendió a otros en los primeros días de apariciones. El más joven de estos dos hombres -cuyos nombres nose conocen-, después de ver a las niñas en éxtasis, observaba que una niña de 12 años como Jacinta, rondaría los 35 kilogramos, 40 a lo sumo. A este joven, acostumbrado a trabajar y bien formado, le parecía imposible lo que se contaba, de que en éxtasis las niñas no las podía levantar nadie. No dando crédito a esto, pidió permiso a Ceferino, padre de la vidente, para intentar levantarla. Se acercó a la niña e intentó levantarla pero no pudo: Y venga a hacer esfuerzos -recuerda Díez- y venga a hacer movimientos y no pudo despegarla del suelo y se volvió hacia el padre de Jacinta… y dijo: «Oye… si yo voy a Santander y digo esto, no me creen…». Desconcertado aún por el resultado de lo anterior, el joven vaciló un momento, pero al fin se acercó. Pepe Díez, que estaba presente, relata lo sucedido: La levantó igual que una muñeca… y se asustó, el chico se asustó, porque la suspendió más de lo que pensaba, y dice: «Hombre, ahora sí que estoy convencido de que esto es verdad. Ahora que, esto yo no lo puedo decir porque no me lo cree nadie»".77

Este fenómeno lo contaba otro testigo: el brigada Álvarez dela Guardia Civil:

Más que impresionarme me emocionó el día en que estando en la cocina de la casa de Conchita, en compañía del Dr. Ortiz, de Santander, y de algunos sacerdotes, Conchita cayó en éxtasis y en el momento en que iba a dar a besar una medalla a la Virgen no alcanzaba los labios de la Señora. Jacinta, sin estar en éxtasis presenció todo esto. Conchita le decía a su amiga: «Salta tú, porque yo no puedo llegar». Entonces nosotros intentamos coger a Conchita y levantarla, pero fue inútil. Ni siquiera la movíamos del suelo, daba la sensación de que pesaba miles de kilos. Sin embargo, Jacinta, se acercó a ella y con sus escasas fuerzas logró levantar a Conchita. Aquello me dejó perplejo…".78

Por encima de todos los esfuerzos y pruebas, durante los éxtasis, las niñas eran inamovibles: médicos, peregrinos y la misma autoridad civil tuvieron ocasión de comprobarlo. La conclusión a la que todos llegaban era la misma: reconocerse igualmente incapaces de dominar o explicar este cambio repentino de peso.79

Las llamadas

Desde el 3 de julio de 1961, la solidez de los fenómenos ocurridos durante los primeros días hizo que el público aumentara sin cesar. Acudían desde toda la geografía española y también desde otros países, un río de personas. Entre los espectadores había al menos tres grupos de personas:

1.    Los incondicionales devotos, que aceptaban y aun ampliaban la magnitud de cuanto tenía lugar

2.    Los detractores, en ocasiones manifiestamente cerrados a la posibilidad de las apariciones,

3.    Los observadores, que atendían a cuanto sucedía, sopesándolo todo.

Hubo una situación en la que el interés del público suscitó un examen tan original como extraordinario. Tuvo lugar en torno al fenómeno de «las llamadas». El 3 de julio, decimosexto día desde el comienzo de los sucesos, las videntes comentaron por primera vez una inexplicable y extraordinaria experiencia interior, una especie de premonición del éxtasis que les anunciaba la venida de la Virgen. Las mismas niñas pusieron un sencillo nombre a aquella impresión: «las llamadas». La vidente Conchita lo relata de la siguiente manera:

Era como una voz interior, pero que no la oíamos con los oídos, ni oíamos llamar con nuestros nombres: es como una alegría. Son tres llamadas: la primera es una alegría más pequeña, la segunda ya es algo mayor, pero a la tercera ya nos ponemos muy nerviosas y con mucha alegría. Entonces ya viene y nosotras íbamos a la segunda llamada porque si íbamos a la primera teníamos que esperar allí hasta muy tarde; porque de la primera a la segunda, tarda mucho.80

Al escuchar aquel relato de las llamadas, propusieron verificar la verdad de lo contado por Conchita. La operación consistiría en dispersar a las niñas para poder comprobar la hora de sus trances por separado. Pérez indica que el 3 de julio, día en que las videntes describieron por primera vez aquella premonición, surgió la ocasión de realizar un exhaustivo examen. Se juzgó conveniente calificar que, si las apariciones eran verdaderas, el trance de cada una por separado debía de coincidir con exacta simultaneidad; no cabía otro resultado. Con esto no se buscaba presionar a las niñas sino una búsqueda de la verdad. Según la explicación de las mismas videntes, las llamadas eran tres. Así, cuando la tarde del 3 de julio las pequeñas confesaron «tener la primera llamada», propusieron al párroco distanciar unas de otras para ver qué pasaba. A don Valentín le pareció bien y se procedió a dispersar a las pequeñas en casas diferentes, sin reloj ni medio de comunicarse con las otras videntes, las niñas quedaron separadas. Junto a las niñas, reloj en mano, no se perdió detalle de lo que pasó en las distintas casas. Se trataba de verificar el momento exacto de aquellas llamadas. Conchita relata el hecho de la siguiente manera:

Nos desapartaron [sic] para ver si coincidíamos. Después de media hora tuvimos la segunda llamada y coincidimos las cuatro, pues al mismo tiempo estuvimos en el Cuadro a la vez y esto admiró mucho a la gente y se preguntaban cómo era posible que coincidiéramos.81

Los resultados de esta prueba, preparada minuciosamente para evitar cualquier manipulación, rompió los numerosos pronósticos acerca de la imposibilidad de coincidencia de las videntes. Las autoridades y el numeroso público quedaron desconcertados y, a pesar de ello, se decidió repetir el experimento en varias ocasiones obteniendo siempre el mismo resultado. Desde el primer día de las llamadas, el 3 de julio de 1961, estas se repitieron en varias ocasiones. Las niñas corrían al Cuadro, aún sin entrar en éxtasis, lo cual hizo que ellas fueran aún más conscientes de lo extraordinario de los hechos.82

La ya citada peregrina madrileña María J. Juliani lo relata de la siguiente manera:

Todos los días tenían, a una hora u a otra, como no avisaban… Ellas estaban a lo mejor jugando, cantando, haciendo las cosas que fueran y, de repente, salían pitando. Era una cosa, era una cosa especial… Un día, estaba Loli haciéndose un bocadillo en su casa, un bocadillo de chorizo, además. ¡Lo más normal! normal! [se ríe]… Y, a mitad del bocadillo, lo deja allí y dice: «Me llama». Salió pitando, y salimos todos pitando detrás de ella, claro. Y cuando llegamos a la iglesia… ella pues hizo una reverencia muy chunga [deficiente] al Sagrario. Y de repente [dice ya en éxtasis]: «¿Pero qué me dices?» Y susurra: «¿Un garabato?» Y ya se santiguó perfectamente.

La Virgen la estaba corrigiendo… porque no había saludado con el respeto que debía haber saludado a Jesús. Pero, claro, una niña chiquitina, de diez u once años [no aprende sola]… A mí me impresionó mucho lo del garabato, y siempre que me voy a santiguar me acuerdo de lo del garabato y procuro santiguarme bien.83

Conchita ante el obispo de Santander

Ante la gran cantidad de sucesos y el aumento de la expectación y peregrinaciones, la Comisión Episcopal de Santander solicitó la presencia de la mayor de las videntes en Santander. Entre el 27 de julio y el 3 de agosto de 1961, llevaron a Conchita a Santander, capital de la diócesis. En realidad llamaron a las cuatro niñas según recuerda Jacinta, pero solo fue Conchita. Los padres de las otras se negaron a que se fueran.848586

La comisión consideraba que con la asistencia de Conchita era suficiente ya que laconsideraban lainductora principal del engaño como señala Ochayta, se la consideraba como la inductora de las apariciones… [Así] en Santander fue interrogada por don Francisco Odriozola y los Dres. Piñal y Morales. Todos opinaron que no había fundamento para defender la realidad de las apariciones e hicieron firmar a Conchita un documento en el que esta reconocía sus dudas.86

Al respecto decía Conchita:

Decían que yo era la que obsesionaba a las otras y entonces me llevaron para hacer pruebas y el primer día tuve aparición junto a una Iglesia, la de Consolación [de Santander, cerca del muelle]. 87

La niña describió así su conversación con los comisionados:

Me decían: «Ponte tiesa, mírame a la nariz…, que te voy a hipnotizar». Y cuando me dijo: «Mírame a la nariz», yo me reía… Y él me decía: «No te rías, que no es cosa de risa».88.

Los días que permaneció en Santander, el Padre Odriozola les dijo a sus sobrinas que llevaran a Conchita a la playa, al cine, a tiendas y ferias, cosas todas ellas que la aldeanuca(sic) nunca había conocido.89

Amenazas de internarla en un manicomio

Aniceta, la madre de Conchita, enterada de por lo que se estaba pasando su hija, fue muy indignada a Santander para llevarse a la niña al pueblo. Conchita, al conocer las intenciones de llevarla de vuelta al pueblo, se negó por dos veces a irse con ella. Aniceta no permitió aquel capricho y la niña tuvo que obedecer.90 Cuando ya estaba en el pueblo, Conchita refirió este suceso de forma diferente de la siguiente manera:

Al cabo de ocho días, un señor intervino para traerme [al pueblo] y mi mamá me fue a buscar, y me vine; su nombre es don Emilio del Valle Egocheaga: se lo tendré presente toda la vida".90

El día 3 de agosto de 1961, el mismo día del regreso pero unas horas antes regresar, la niña había terminado negando las apariciones. Su tía Maximina González, hermana de Aniceta, que estuvo presente, acompañó a la madre de la niña a Santander e hizo el siguiente relato:90

"[Emilio del Valle] nos puso un taxis [sic], fuimos a Santander. Cuando llegamos a Santander… vamos al despacho de… del Dr. Piñal… Y estaba también allí este sacerdote [Odriozola]… Y estaba don Luis [González López]. Estábamos tres, mi hermana y yo… estábamos seis… [Odriozola decía]: «Bueno, Conchita, pues si tú no desistes de esto, a ti te llevaremos a un manicomio y a tu familia a la cárcel»… Y ya entonces dijo ella: «¿Pues saben lo que les digo? que lo mío al mejor [sic] no era verdad, pero lo de las otras al mejor [sic] sí»… «Muy bien, muy bien, Conchita» Con esto, para ellos ya había negao [sic]… Y entonces le dicen: «¿Lo quieres firmar, Conchita?». «Bueno». Y entonces le dieron a Conchita un papel: «Pues toma, Conchita, firmas». El papel estaba blanco, un papel blanco. Y entonces le firmó por aquí [en la parte inferior del papel]… Y entonces dijeron: «Bueno, pues ahora vamos a ir donde el señor Obispo» que vivía entonces en Corbán, se llamaba don Doroteo… Llegamos allí… y, entonces, muy amable el Obispo, muy amable: «Bueno, bueno, Conchita ¿tú qué prefieres: irte a tu pueblo a cuidar corderos o estarte aquí en un colegio de señorita?» Estas palabras le dijo don Doroteo. Y dice ella: «Yo prefiero estar aquí de señorita». «Pues muy bien, pues muy bien». Y ya me recuerda que estuvimos un rato hablando como es natural y ya después venimos [al pueblo]… Y cuando se vino… [la tarde siguiente, 4 de agosto de 1961] ¡hubo un revuelo! Hubo como una comisión contraria que estaba este sacerdote también [Odriozola] y estaba don Celestino Ortiz -que se murió- y estaba Plácido Ruiloba, que vive, y estaban… pues muchos. Anduvieron cerca de pelearse… don Celestino y Plácido iban a favor y los otros, los curas iban en contra y…. ¡ay! fue una noche de mucho discutir, esta noche… y le decían a Conchita: «Bueno, Conchita, ¿tú qué dices? estabas en Santander viendo la verdad y vienes aquí a ver la mentira». «No, -respondió la niña- creo que yo estaba en Santander viendo la mentira y he vuelto aquí a ver la verdad»".9192

El Dr. Celestino Ortiz relata estos mismos hechos en una entrevista publicada seis años después, en 1967:

Cuando Conchita firmó las declaraciones al señor Obispo don Doroteo Fernández que ustedes dicen que fue de una manera espontánea… la pequeña fue amenazada por un miembro de la Comisión [Odriozola] con meterla en un manicomio y a su familia en la cárcel. Intentando hipnotizarla [el Dr. Morales], cosa que no consiguió por ser contraria a la voluntad de la pequeña. Firmó bajo esa presión, que públicamente rectificó más tarde en presencia de una mayoría de los miembros de la comisión [Odriozola entre otros]. Esto [entre otras cosas] explica por qué el entonces señor obispo de Santander, no tomara las medidas oportunas para terminar, con lo que ustedes juzgan como un juego".93

Después de aquellos días sin apariciones para Conchita, la niña volvió a ver a la Virgen. Esta le dijo que por su débil actitud en Santander había perdido las apariciones y continúa diciendo Conchito:

"[que] como iba todos los días a la playa, no se me aparecía… Ahora ya me he confesado".

La Comisión pensaba que, sin la mayor de las videntes, las apariciones desaparecerían. Durante su ausencia, las apariciones habían proseguido pues el 29 y 31 de julio y el 1 de agosto, a las otras tres videntes se les apareció la Virgen. Este último día fue novedoso en el sentido de que las niñas, alrezar el Ave María, lo dijeronde la siguiente forma: "…Santa María, Madre de Dios y Madre nuestra, ruega por nosotros…".94

Los fenómenos se multiplican a partir de agosto de 1961[editar]

Las caídas[editar]

El 3 de agosto de 1961 don Valentín anota por primera vez y de repente, las niñas en éxtasis cayeron por tierra. Estaba entre los asistentes un sacerdote de León, don Manuel Antón que describe lo sucedido de la siguiente forma:

"Todos nos asustamos mucho, temiendo que pudiera suceder algo grave. La madre de una de las niñas, no puedo decirle cuál [Jacinta], se acercó a tomar a su hija, llorando con todo desconsuelo. Yo, muy alterado, casi a gritos, empecé a decir: «Pero, ¿es que entre tanta gente no hay siquiera un médico que pueda hacer algo ante cosa tan 'extraordinaria'? ¿Es que no hay alguien?»… Don Valentín, el párroco, que estaba entre la gente, interrumpió entonces el preocupado silencio general, diciendo con voz grave: «Esto de aquí, siempre ha sido 'extraordinario', lo que pasa es que somos hombres de poca fe». Confieso que me impresionó aquella salida; y al cabo de los años, la recuerdo como si la estuviese oyendo ahora mismo. Después de un rato como si despertaran de un maravilloso sueño las niñas volvieron en sí, y se incorporaron, tan naturales, tan frescas, tan sonrientes".95 Edición de Kindle.

Este hecho no era tan insólito pues lo habían experimentado ya santos como Santa Catalina de Siena.96

El público le dio un nombre a este fenómeno: las caídas. A partir de este día, 3 de agosto de 1961, las caídas se repitieron con regularidad. El público, pasado el desconcierto de la primera vez, esperó expectantes las delicadas figuras que formaban las videntes. José Luis López de San Román lo refiere de la siguiente manera:

"caídas y levantarse sin apoyarse, con modestia y pudor donde el modo de caer exigía que la falda hubiera quedado mal". Todo manifestaba la delicadeza de la Virgen y la belleza de la vida en Dios.97

Marchas extáticas[editar]

El día 4 de agosto, un día después de que llegara Conchita al pueblo, caminaron por primera vez en estado de éxtasis. Con la cabeza levantada mirando al cielo las cuatro videntes caminaron gran cantidad de veces y en todo tipo de condiciones meteorológicas, de día y de noche, de pie o de rodillas, hacia adelante o hacia atrás, en medio de un gran gentío o prácticamente solas.98. La francesa Christiane Roman-Bocabeille, presente en varias ocasiones, lo describe de la siguiente manera:

Corriendo, además, porque no iban despacito, no, no, no. ¡Había que correr detrás de ellas! Iban igual para adelante que luego iban para atrás, que luego se iban para un lado. Nunca las vi ni vacilar, ni caerse ni nada.99

Maximina González, tía de Conchita, que también presenció estos sucesos en varias ocasiones en noviembre de 1967 los describe así:

Hemos estado nevados, y ¡si vieras cómo andaban de rodillas las niñas por la cuesta de los Pinos, para atrás, por todos los escajos y por toda la nieve! Daba pena verlas; y, además, granizaba mucho y con viento: un frío terrible.99

Otro testigo de estas situaciones fue José A. Juliani, burgalés, que pasó más de mes y medio en el pueblo a partir de agosto de 1964:

"[Nada más llegar] preguntamos: «Pues ¿dónde están las niñas?» «Las niñas están en cualquier sitio» «¿Y cuándo son las apariciones?» «Pues a cualquier hora, pero suele ser por la tarde. Pero estando aquí no os preocupéis que os vais a enterar porque alguien dirá ¡Que ya están las niñas! y bum, todo el mundo irá». Y eso pasó. Y estuvimos viendo… muchas cosas que a los demás no lo sé, pero a mí me parecieron interesantísimas.100

Lugares de las apariciones[editar]

Las niñas se detenía con cierta predilección en la Calleja y el Cuadro -donde comenzó todo- y también en los Pinos. La Calleja, ancha al comienzo, se va reduciendo hasta convertirse en una empinada senda que conduce a los Pinos, así llamado por los vecinos, es un pinar domina el pueblo, y está situado en una suave hondonada del monte Hormazo, sobre la aldea. Los Pinos, entre los primeros lugares, es uno de los lugares más frecuentes de las apariciones, donde tuvo lugar un gran número de éxtasis. Las niñas no se detenían en los alrededores de la aldea sino que muy pronto entraron también en las casas del pueblo donde rezaban y santiguaban a los moradores.101

El padre de Jacinta, Simón González, recuerda en estas nuevas situaciones con especial ternura, como una muestra de delicadeza de la Virgen: "todas las casas del pueblo las visitaron, todas"102 y cuando rezaban en éxtasis era muy emocionante. Daban su cruz para que la besaran los presentes o hacían la señal de la cruz en los más distintos lugares: en las camas y en los vehículos. Y en esto manifestaron indicios de clarividencia: "Iban a las cabeceras [de las camas] -recuerda Simón- e igual aquí hacía una cruz sola… pues era señal que dormía allí una persona sola. Pues si hacían dos pues allí dormían dos, un matrimonio o hermanos… era exacto".103

Las preferencias de las videntes eran las casas de los enfermos y de los difuntos. Simón lo recuerda así en su testimonio:

Cuando moría alguno [las videntes llegaban pronto y] rezaban una estación allí, al lado del cadáver. Pero parece que… [nos oyeran] porque ellas rezaban y nosotros contestábamos; pero ¿hablar? Ni una palabra, nada más que rezo y después se marchaban. Y a los enfermos también iban, pero no rezaban, nada más santiguarles. Las niñas "cuando rezaban en éxtasis [en las casas] era muy emocionante…. muy emocionante".104

Entre las visitas, las que más destacaban eran las del cementerio. Maximina González, tía de Conchita, lo relata poniendo de manifiesto la dureza de las difíciles marchas extáticas sobre la nieve:

[Durante el éxtasis] a pesar de la nevada [Conchita] subió y bajó de rodillas hasta los Pinos, rezando el rosario. Cuando llegamos al pueblo se dio la vuelta, se puso de pie y fuimos hasta el cementerio. El cementerio por entonces tenía un acceso muy malo, un camino de mucho fango, nos metimos hasta las rodillas porque íbamos en albarcas, no teníamos botas. Conchita llegó con el Cristo, la puerta estaba cerrada, y metió el Cristo por la reja de la puerta haciendo gestos como si estuviera dando a besar el Cristo a gente que estuviera al otro lado. Estuvimos allí un rato y volvimos a casa de Conchita, todavía en éxtasis. Serían las tres y media de la mañana. Cuando terminó el éxtasis le dijimos: «Ay, por favor, Conchita, ¿dónde nos llevaste?». Y ella respondió: «¡No! No me he movido de aquí. Yo no he ido a ningún sitio». Total, que no se había dado cuenta que había salido de casa". 105

Levitaciones[editar]

De los tres tipos de levitaciones que distingue la Teología mística y explicadas por Royo Marín O.P. que son: éxtasis ascensional, vuelo extático y marchas extáticas, esta última fue la que se produjo en Garabandal.

Hay muchos testimonios de estas marchas por parte de los asistentes a ellas. Juan Álvarez, por ejemplo, las decribió así:

He sido testigo además de los éxtasis, de centenares de marchas extáticas, corriendo velozmente en este estado por las calles del pueblo, e incluso algunas veces de espaldas… algunos del pueblo trataban de correr sin poderlas alcanzar, incluso las videntes en estado normal no podían alcanzar a las que estaban en éxtasis.106

Manuel Jesús, vecino de la aldea, lo recuerda de la siguiente manera:

Me impresionaba ver correr a las niñas. Normalmente los chicos corren más que las chicas, más cuando ellos son un par de años mayores, como era mi caso [tenía 14 años]. Pero yo no podía alcanzarlas cuando entraban en trance. Y eso que no miraban al suelo. Las veías correr y decías: ¿Cómo es posible que corran así? No las podías alcanzar.107

Una mujer que presenció gran número de fenómenos, hace especial hincapié en la velocidad de aquellas marchas, lo mismo hacia delante que hacia atrás:

Bajaban de los Pinos de espaldas, y a pesar de lo mala que es esa bajada y hacerlo de espaldas, no había quién las cogiera… Yo creo que volaban, nadie las vio volar, pero algo así tenía que ser.108

Pepe Díez, el albañil del pueblo, que fue testigo de estos fenómenos en innumerables ocasiones, lo relata de la siguiente manera:

Me fijaba mucho en esto: el paso de las niñas, en su velocidad, era un paso normal. Un paso normal y avanzaban tres veces más que cualquier persona. Seguirlas era imposible… el movimiento de sus piernas lo hacían como una corrida normal pero el adelantar era una cosa extraordinaria. Si alguno llegaba el primero era yo, tendría yo unos treinta y cinco, y no me ganaban todos a correr… pero no era yo solo el que corría. Cuando andaban de rodillas o para atrás era menos rápido, pero una persona normal andando no las seguía.109

El médico Dr. Puncernau escribe su testimonio acerca de lo observado de la siguiente manera:

Era muy curioso porque daban la impresión de que apenas se movían, en una marcha un poco alada, como si fuera una película al ralentí como en una pseudo-levitación, pero la velocidad era increíble, tanto que los mozos del pueblo, jóvenes y fuertes, a pesar de sus esfuerzos no podían alcanzarlas. Después de correr por todo el pueblo volvieron al paso normal y al poco rato salieron del trance sonrientes.109

David Toribio, vecino de la aldea, fue testigo de otra levitación y lo cuenta así:

Las cuatro niñas en éxtasis pasaron cogidas del brazo sobre un puentecillo por el que cabían solo dos: las dos de los extremos -lo recuerdan muchos en el pueblo- cruzaron por el aire. Durante las veloces marchas extáticas, hubo ocasiones en que un giro inesperado o un obstáculo insalvable era también rebasado por un velocísimo vuelo de las niñas. Muchos los vieron.110111

Las levitaciones sutiles de tipo ascensional, leves vuelos de pequeña elevación fueron mucho más frecuentes. En una de ellas estaba presente el Dr. Celestino Ortiz de Santander y observó un día una caída (en éxtasis) de las niñas. De pronto se dio cuenta de que la niña no podía estar tocando el suelo en la poasición en la que se encontraba. Le parecía que, levemente, estaba suspendida en el aire. El padre de Jacinta, Simón González, que estaba junto al médico, declaró que el Dr. Ortiz pasó entonces la mano por debajo de Conchita, comprobando así su primera impresión. Simón González lo cuenta en su testimonio. Todos los presentes vieron cómo el brazo de Celestino Ortiz pasaba de lado a lado bajo la pequeña, rebasando por debajo completamente el cuerpo de la vidente sin tocarla. El brigada Juan Álvarez, que también estaba presente, lo describe como una de las apariciones que más me han impresionadoNo se me olvidará mientras viva. Yo vi cómo la niña estaba suspendida en el aire, en el vacío, sin que nadie la aguantara ni tuviera debajo de ella ningún punto de apoyo.112

Benjamín Gómez, vecino del pueblo recuerda un hecho similar ocurrido dentro de la iglesia del pueblo y lo refiere de la siguiente manera:

(estando Conchita echada sobre el suelo), la muchacha se levanta [sin moverse]; lógico a mi juicio, que por artista que quiera ser, tenía que haber doblado algo del cuerpo, sea la cintura, sea las rodillas, sea lo que fuera; sin embargo, se ha levantado hecha una pieza completamente, pero ¡rápida! ¡rápida completamente! ¿cómo aquel cuerpo se levantó sin poder hacer ningún apoyo en la tierra?113111

Controversias[editar]

El 17 de junio de 1984, en la edición impresa de El País, apareció una noticia en la cual la «vidente» Mari Cruz González, negaba haber visto a la Virgen, y más bien, señaló a Conchita González como la causante de haber montado esa historia. El artículo en cuestión citaría la confesión de Mari Cruz:114

Nunca vi a la Virgen en los pinos ni a ningún personaje celestial. Creo que si aquella tarde del 18 de junio Conchita no hubiera estado con nosotras en la finca del maestro, la historia no se habría montado y San Sebastián de Garabandal hubiera seguido por los siglos de los siglos su vida rutinaria y tranquila.

De repente se puso en éxtasis, recuerda Mari Cruz, "y hasta nos dio miedo aquella especie de comedia, y pensamos que podría haberse puesto mala. Nos metió a las tres en la cabeza que había visto al ángel"

La presión ambiental a la que se vieron sometidas las niñas videntes fue un factor determinante para que se prolongaran durante casi tres años las concentraciones para asistir a las supuestas apariciones. "Se nos acosaba para que viéramos al ángel y luego a la Virgen, y aquellos fanáticos no se detuvieron hasta tener redactado incluso un mensaje, como había acontecido siempre en otras apariciones, como en Lourdes o en Fátima.

Por su parte, Conchita en una entrevista de 1971 dijo que una vez finalizaron las apariciones perdió la evidencia y se retractó diciendo que «no había visto a la Virgen, que le quería decir al obispo que fue todo una ilusión, un sueño…», posteriormente dudó sobre la veracidad de lo ocurrido y en la década de los 80 reafirmó su postura inicial en un documental para la BBC.[cita requerida]

Las jóvenes afirmaron que la Virgen María les había anunciado una serie de hechos milagrosos que sucederían antes del «Milagro» y el fin de los tiempos, sin embargo, estos hechos nunca llegaron a concretarse:

·         El padre Pío de Pietrelcina recibió la visita de Conchita González en San Giovanni Rotondo, quien le manifestó que él vería el «gran milagro» en Garabandal, no obstante el estigmatizado falleció en 1968 sin ser testigo del prodigio anunciado.115 Aunque más tarde la vidente Conchita cuestionada por el hecho, le presentó su duda al Padre Cennamo: ¿Por qué la Virgen me dijo que el Padre Pío iba a ver el milagro y él ha muerto? A lo que el capuchino responde: Él vio el milagro antes de morir. Me lo dijo él mismo.116

·         Joey Lomangino, un neoyorquino que perdió ambos ojos y el olfato en un accidente en 1947 cuando solo tenía 16 años,117 acudió a Garabandal en 1964, por encargo del padre Pío, recibiendo la siguiente promesa de la Virgen por boca de Conchita: «Querido Joey, hoy en una locución en los pinos, la Virgen me dijo que te comunicara que la voz que tú oíste era de ella. Que tú recibirás nuevos ojos en el día del gran milagro»,115 sin embargo murió el 18 de junio de 2014, con la misma ceguera que lo aquejaba.19

·         Conchita aseguró que la Virgen le dijo: «Después de la muerte de Juan XXIII, quedarán solamente tres papas y después vendrá el fin de los tiempos» (Diario de Conchita del 5 de junio de 1963), pero después del Papa Buono llegaron cinco papas más: Pablo VIJuan Pablo IJuan Pablo IIBenedicto XVI y Francisco.7

·         El padre Luis María Andreu, un profesor de teología, acudió a Garabandal para indagar si las apariciones eran verídicas. El 8 de agosto de 1961 durante el éxtasis de las «videntes», el teólogo repitió cuatro veces la palabra ¡milagro! y partió en coche hasta Cosío donde se detuvo antes de fallecer. Conchita profetizó al respecto «El día del Milagro, el cuerpo del padre Luis Andreu será sacado incorrupto de su sepulcro». A principios de 1976, el cuerpo de Andreu fue exhumado del seminario de Oña y llevado al cementerio jesuita del Santuario de San Ignacio de Loyola, encontrándosele en estado esquelético.7115

El sacerdote José Olano –quien en la época de las apariciones se encontraba en Garabandal para impedir la difusión de los supuestos mensajes marianos– habría relatado al doctor en historia y profesor de religión, Santiago Mata, que el 15 de agosto de 1966 Conchita le habría hecho declaraciones con respecto a los dos mensajes dados por la Virgen y a la materialización de una hostia en su boca (a la que ella denominó «milagruco»):

Me explicó que ella fue la que sacó la forma [hostia] del sagrario. No me acuerdo si dijo que todo fuera falso. Categórica, dicho de esa forma, que todo se lo hubiera inventado, no fue. Conmigo estaba segura de que era mentira. Que no era verdad, que lo había inventado, no que no hubiera visto nunca a la Virgen. Sí me contó cómo hizo el mensaje, me parece que lo copió de un calendario. Que lo cogió, no sé de dónde lo cogió.

SILENCIO EN GARABANDAL: El precio pagado por la virgen13

El investigador principal del Comité para la Investigación EscépticaJoe Nickell, ha escrito que los supuestos milagros de Garabandal provienen de informes anecdóticos, nunca realizados en condiciones confiables, ni verificados por expertos en engaños (como los magos profesionales). Según Nickell, tienen «las pues visitaba a la vidente Conchita cada vez que iba a características de las acrobacias infantiles y simples trucos». Nickell también señaló que en tres ocasiones las «videntes de Garabandal se retractaron de algunas declaraciones que habían hecho sobre sus experiencias».118

Otro testimonio favorable es el de la Madre Teresa de Calcuta ya que visitaba a la vidente Conchita en su casa cada vez que iba a Estados Unidos.119

Referencias[editar]

1.     Mejía, Alberto Royo. «Garabandal: 50 años de polémica(I)»InfoCatólica. Consultado el 3 de marzo de 2020.

2.     «NUESTRA SEÑORA DE SAN SEBASTIÁN DE GARABANDAL». Misioneros Oblatos. Consultado el 2 de enero de 2021.

3.    ↑ Saltar a:a b Saavedra, 2018, p. 19-20.

4.     Saavedra, 2018, p. 47.

5.    ↑ Saltar a:a b Saavedra, 2018, p. 20.

6.     Zavala, José María (28 de enero de 2018). «El enigma sin resolver de Garabandal». La Razón. Consultado el 2 de enero de 2021.

7.    ↑ Saltar a:a b c d e f g h «Relato de las apariciones en Garabandal». Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María. Consultado el 22 de junio de 2020.

8.     Saavedra, 2018, p. 29-30.

9.     Zavala, 2021, p. 44.

10.  Saavedra, 2018, p. 28.

11.  Saavedra, 2018, p. 29.

12.  Canal Historia (2011). «Las grandes profecías de la historia». Penguin Random House Grupo Editorial España. Consultado el 22 de junio de 2020.

13. ↑ Saltar a:a b c Mata, Santiago (2019). SILENCIO EN GARABANDAL: El precio pagado por la virgenISBN 9788494894633. Consultado el 2 de enero de 2021.

14.  «Garabandal: solo Dios lo sabe»La Razón (España). 17 de diciembre de 2017. Consultado el 21 de enero de 2020.

15.  «Garabandal: solo Dios lo sabe»Ecclesia. 7 de diciembre de 2017. Consultado el 21 de enero de 2020.

16.  «Garabandal: solo Dios lo sabe»Aleteia. 3 de febrero de 2018. Consultado el 10 de enero de 2020.

17.  «La Virgen de Garabandal se aparece en el cine»El País. 28 de marzo de 2018. Consultado el 10 de enero de 2020.

18.  «Este viernes se estrena en los cines Redux de Torrijos la película «Garabandal, solo Dios lo sabe»»abc. 8 de febrero de 2018. Consultado el 3 de marzo de 2020.

19. ↑ Saltar a:a b c Isac Sánchez, Juan José (2017). El misterio de Garabandal. Liber Factory. p. 364. ISBN 9788417117191. Consultado el 22 de junio de 2020.

20. ↑ Saltar a:a b c d «Las niñas». Fundación Hogar de la Madre. Consultado el 3 de agosto de 2017.

21.  Zavala, 20121, p. 33.

22.  «3 supuestas apariciones de la Virgen que aún no están aprobadas por la Iglesia». Aciprensa. 14 de septiembre de 2018. Consultado el 23 de junio de 2020.

23.  «DECLARACIONES DE LOS OBISPOS DE SANTANDER». Fundación Hogar de la Madre. Consultado el 1 de octubre de 2018.

24. ↑ Saltar a:a b c «POSICIÓN DE LA IGLESIA RESPECTO A GARABANDAL». Fundación Hogar de la Madre. Consultado el 23 de junio de 2020.

25.  Cirarda Lachiondo, José María (2013). Recuerdos y memorias. PPC Editorial. ISBN 9788428825108. Consultado el 2 de enero de 2021.

26.  «OBISPADO DE SANTANDER DECLARACIONES OFICIALES DE LA JERARQUÍA SOBRE GARABANDAL SANTANDER 1970». Parroquia de Nuestra Señora de Montesclaros. Consultado el 23 de junio de 2020.

27. ↑ Saltar a:a b «Garabandal no ha sido rechazado por la Iglesia». INFOVATICANA. 10 de julio de 2018. Consultado el 2 de enero de 2021.

28.  Saavedra García, José Luis (2017). María de Garabandal: estado actual de las apariciones ocurridas en San Sebastián de Garabandal entre 1961 y 1965 : tesis doctoral presentada en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra. Asociación Elisabeth Van Keerbergen. ISBN 9788494819711. Consultado el 23 de junio de 2020.

29.  (en inglés) "Marthe Robin declared Venerable by the Pope", Marthe Robin site officiel «Copia archivada». Archivado desde el original el 24 de febrero de 2015. Consultado el 24 de febrero de 2015., última visita el 17 de diciembre de 2016.

30.  Zavala, 2021, p. 27.

31.  «Si terrà il 31 maggio 2014 a Collevalenza la Beatificazione di Madre Speranza».

32.  La Madre Esperanza ya es beata - Diario La verdad de Murcia - 1 junio de 2014

33.  El maestro del pueblo no era don Vitoriano, como afirman algunas fuentes. "Según testimonio de Francisco García Bañuelos el maestro en tiempo de las apariciones se llamaba don Pepe". LIAÑO, B., Carta al autor, Sevilla 16.III.2019.

34.  GONZÁLEZ, C., Diario, New York 1967, 16; Cf. KELLY, E., A Walk to Garabandal, Brookings 2014, 14.

35.  Saavedra, 2018, p. 31.

36.  Saavedra, 2018, p. 31-32-33.

37.  Saavedra, 2018, p. 33.

38.  Saavedra, 2018, p. 34.

39.  Saavedra, 2018, p. 35.

40.  Saavedra, 2018, p. 35-36.

41.  Saavedra, 2018, p. 37.

42.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (pp. 36-37). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

43.  Saavedra y 2019, 37-38.

44.  Zavala, 2021, p. 47.

45. ↑ Saltar a:a b Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 37). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

46.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 38). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

47.  <Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (pp. 38-39). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

48.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 39). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

49.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 40). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

50.  DÍEZ CANTERO, J., "Testigo de Garabandal" en PÉREZ, R., El pueblo habla, Burgos 1991, página 248.

51.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 41). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

52.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 42). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

53.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 43). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

54.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 44). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

55.  Saavedra, 2019, p. 45.

56.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 45). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

57.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 45). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

58.  POO SAN ROMÁN, J., "Supuestas apariciones" en La Gaceta Ilustrada, n.º 265, Barcelona, 4.XI.1961, 26.

59.  Saavedra, 2019, p. 59.

60.  Saavedra, 2019, p. 59-60.

61.  Saavedra, 2019, p. 61.

62.  Saavedra, 2018, p. 61-62.

63. ↑ Saltar a:a b Saavedra, 2018, p. 62-63.

64. ↑ Saltar a:a b Saavedra, 2019, p. 66.

65.  Saavedra, 2019, p. 66-67.

66. ↑ Saltar a:a b Saavedra, 2019, p. 68.

67.  Zavala, 2021, p. 37-38.

68.  Zavala, 2021, p. 38-40.

69. ↑ Saltar a:a b Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 74). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

70.  LIAÑO, B., "Vicente y Oliva" en AFHM, Testimonios sobre las apariciones de Garabandal (1961-1965), Garabandal 4.XI.2015, 1.

71.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 344). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

72.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (pp. 74-75). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

73.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 75). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

74.  PUNCERNAU, R. (Dr.), "Informe médico sobre las videntes de Garabandal" en AFHM, Barcelona 1974, 14.

75.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 344). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

76.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (pp. 75-76). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

77.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 76-77). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

78.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (pp. 76-77). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

79.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (pp. 77). Asociación Elisabeth Van Keerbergen. Edición de Kindle.

80.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (pp. 77-78). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

81.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (pp. 78-79). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

82.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (pp. 80). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

83.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 80). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

84.  LIAÑO, B., Carta al autor, Sevilla 16.III.2019.

85.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 344). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

86. ↑ Saltar a:a b Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (Spanish Edition) (p. 82). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

87.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 82). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

88.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (pp. 82-83). Asociación Elisabeth Van Keerbergen

89.  PORRO CARDEÑOSO, J., (Pseudónimo: DE DIOS, J. M.), El gran portento de Garabandal: Teología, opiniones críticas y puntualizaciones, Zaragoza 1969, 81.

90. ↑ Saltar a:a b c Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 83). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

91.  GONZÁLEZ, M., "Testimonio sobre las apariciones de Garabandal (11.XI.2011)" en AFHM, Testimonios sobre las apariciones (material audiovisual), Garabandal 2011, 1.

92.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (pp. 82-84). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

93.  ORTIZ, C. (Dr.), "Un médico refuta los reportajes sobre los éxtasis de Garabandal publicados en otras revistas" en Por qué. Semanario nacional de sucesos y actualidad, Barcelona, nº 346 (10.V.1967) 10.

94.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p.84-85). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

95.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 86). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

96.  UNDSET, S., Catherine of Siena, San Francisco 2009, 60; Cf. DE CAPUA, BEATO R., Vida de Santa Catalina, Barcelona 1993, cap. V, n. 87.

97.  Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (pp. 86-88). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

98.  PORRO CARDEÑOSO, J., (Pseudónimo: DE DIOS, J. M.), El gran portento de Garabandal: Teología, opiniones críticas y puntualizaciones, Zaragoza 1969, 133

99. ↑ Saltar a:a b Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 87). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

100.               Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (pp. 87-88). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

101.               Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 88). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

102.               GONZÁLEZ, S., "Testigo de Garabandal" en PÉREZ, R., El pueblo habla, Burgos 1991, pag. 352.

103.               Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (pp. 88-89). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

104.               Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 89). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

105.               GONZÁLEZ, M., "Testimonio sobre las apariciones de Garabandal" en AFHM, Testimonios de los testigos de Garabandal (1961-1965), Madrid 2015, 1.

106.               Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 90). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

107.               LIAÑO, B., "Conversación con Manuel Jesús: vecino de Garabandal" en AFHM, Testimonios sobre las apariciones de Garabandal (1961-1965), Garabandal 2016, 1.

108.               LIAÑO, B., "Testimonios sobre las apariciones de Garabandal" en AFHM, Testimonios sobre las apariciones de Garabandal (1961-1965), Garabandal 7.XI.2015, 1.

109.              ↑ Saltar a:a b Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 91). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

110.               Cf. TORIBIO, D., "Testimonio sobre Garabandal" en SAAVEDRA, J. L., Testimonios de los testigos de las apariciones de Garabandal (1961-965), Garabandal 19.XI.2017, 1.

111.              ↑ Saltar a:a b Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 344). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

112.               Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luz de la historia (p. 92). Asociación Elisabeth Van Keerbergen.

113.               GÓMEZ, B., "Testigo de Garabandal" en PÉREZ, R., El pueblo habla, Burgos 1991, 264.

114.               Gijón, Víctor (17 de junio de 1984). «Mari Cruz,la testigo que nada vio». El País. Consultado el 1 de octubre de 2018.

115.              ↑ Saltar a:a b c Porter Hucha, Carmen María. Misterios de la iglesia 1. EDAF. ISBN 9788441430723. Consultado el 22 de junio de 2020.

116.               Lanús, Santiago. Madre de Dios y Madre Nuestra : Fátima, Ámsterdam y Garabandal. p. 146. ISBN 978-8494493416.

117.               Benítez Grande-Caballero, Laureano (2015). El Padre Pío. Hechos extraordinarios del Santo de los estigmas. Desclée De Brouwer. ISBN 9788433037589. Consultado el 22 de junio de 2020.

118.               Joe Nickell. (1993). Looking for a Miracle: Weeping Icons, Relics, Stigmata, Visions & Healing Cures. Prometheus Books. pp. 183-184. ISBN 1-57392-680-9

119.               Zavala, 2021, p. 28.

Bibliografía[editar]

·         Saavedra, José Luis (2018). Garabandal a la luz de la historia (segunda edición). Navarra: Asociación Elisabeth Van Keerbergen Saavedra, José Luis. Garabandal: A la luAsociación Elisabeth Van Keerbergen. p. 356. ISBN 978-84-948197-0-4.

·         Zavala, José María (2021). Los últimos tiempos ya están aquí: la vidente Jacinta de Garabandal rompe su silencio (décima edición). Madrid: CustodianMovis S.L. p. 249. ISBN 978-84124408-2-9.

 


Fecha Publicación: 2023-12-30T02:24:00.001-08:00

PACHACAMAC CRISTIANO

José Antonio Benito

El pueblo de Pachacamac, luego que los españoles dejaron el santuario el 3 de marzo de 1533, formó parte de diversas jurisdicciones. Cuando Hernando Pizarro partió rumbo a Jauja, anexó a Pachacamac a la nueva Jurisdicción política de esta ciudad.

Cabe recalcar, que en 1534, ya existía en el Pueblo de Pachacamac un convento de religiosos Franciscanos. Según las informaciones de Buenaventura de Salinas y Córdova, cuando se fundó la ciudad de Lima, este se trasladó a la capital y es hoy la Iglesia de San Francisco. En 1565, al crearse los corregimientos de las indias, Pachacamac fue incluido entre los territorios gobernados por el Cabildo de Lima.

Para el año 1572, el Virrey Toledo ordenó la creación de reducciones de indios. Por lo tanto, en 1573, se congregó a los indios Caringas, Manchais y Pachacamac para reducirlos en el pueblo "Santísimo Salvador de Pachacamac" hoy actual pueblo.

El 11 de agosto de 1576, el Virrey Toledo expidió una real provisión fundando el corregimiento de la Villa de Cañete y considerando dentro de esta jurisdicción al Valle de Pachacamac.

En 1578, la evangelización corría a cargo de los clérigos Agustinos, según la información de Calancha.

El 30 de marzo de 1600, el Virrey Luis Velasco dispuso que el valle pasara a formar parte de la provincia del Cercado. Situación que ha permanecido invariable hasta el día de hoy. En 1601, se fundó la Reducción indígena de "San Pedro de Quilcay", en un arenal colindante con el valle de Pachacamac. Esta reducción se llevó a cabo con los habitantes del Ayllu Quilcaycuna, que estaba formado por agricultores y pescadores, que daría lugar posteriormente al pueblo de San Pedro de Lurín.

En 1617, Pachacámac se transformó en Curato con un párroco residente (el Clérigo Vásquez de Espinoza). Los frailes Agustinos ya habían abandonado la reducción.

El 28 de mayo de 1644, el Licenciado Agustín Ortiz Serrano, natural de Segovia, España, presbítero, cura y vicario de la doctrina de Pachacamac, funda como Capellanía a Pachacamac, dictando su testamento en Lima.

En 1675, el Sacerdote José Morán Collantes es nombrado sucesor en el patronazgo de la Capellanía.

De la construcción del Templo del "Santísimo Salvador de Pachacamac" no encontramos apuntes, pero si existen en los archivos de la Parroquia de Lurín y que contienen las primeras partidas de Bautismo. Que son las primeras que se realizaron en el distrito de Pachacámac , ya que Lurín no existía ninguna Parroquia ni el mismo distrito.

En 1697, el Cura Tomás Arévalo asienta las partidas refiriéndose solamente como nacidos en "Este Valle".

En 1712, aparece el cura y vicario don Pedro de Leznas refiriéndose a la Parroquia del "Santísimo Salvador de Pachacamac". Luego este se construyó posiblemente alrededor de 1700 a 1710.

En 1714, aparece la firma del cura Toribio de Luxan en las partidas de Bautismo durante muchos años. Y en la inscripción de la pila del bautismo, también aparece grabado el nombre de este cura, quien sigue desempeñando su labor en 1734. En la actualidad, esta pila bautismal se encuentra en la Iglesia de San Pedro de Lurín. Fue trasladada después del terremoto de 1970 que destruyó el templo. Existe en el templo muchos santos que pertenecen a la Iglesia de Pachacamac, y muchas otras piezas de gran valor y una campana con la siguiente inscripción "Se hizo esta campana en 1798". En la campana mayor se encuentra otra inscripción: Se hizo esta campana a la Virgen del Rosario de Pachacamac en 1816, siendo cura Don Bartolomé Herrera, Gobernador Atanasio Montoya, juez de paz Juan Pío Castillo. Estas piezas pertenecen a la Iglesia de Pachacamac, ya que fueron llevadas a la Iglesia de San Pedro de Lurín por el terremoto.

En 1711, José Pareja permitió a los comuneros de la reducción de Pachacamac que levantaran una nueva población. De esta manera, en 1802, se elaboró un plano Titulado "Plano Topográfico de la Suerte de Tierras, situados en el Valle de Pachacamac".

En 1746, el Pueblo Santísimo Salvador de Pachacamac se constituye como tal mediante cédula del 16 de mayo expedida por el Virrey Amat, quien además determina la propiedad de las tierras para la Comunidad de Pachacamac.

En 1799, se produce un litigio entre la población de Pachacamac y la Capellanía, la cual exigía derechos legales de pertenencia del pueblo. Lo cual traería el despoblamiento de Pachacamac (Testamento del 28 de mayo de 1644 del Licenciado Agustín Ortiz Serrano).

El 6 de agosto de 1812, se llegó a un acuerdo entre la población pachacamina y la capellanía comprándole los comuneros definitivamente los terrenos del pueblo.

En su momento, el distrito de Pachacámac abarcó los actuales distritos de Lurín (y por extensión los distritos de San Juan de MirafloresVilla María del Triunfo y Villa El Salvador) y Cieneguilla, que se segregaron posteriormente.

UN BUEN LIBRO SOBRE LA PARROQUIA

GARCÍA JULIÁ, P. Eugenio Notas históricas.  Parroquia El Santísimo Salvador de Pachacámac (Gráfica Biblos, Lima, 2016, 116 pp)

Cuenta con el prólogo del célebre y recordado P. Armando Nieto, SJ, quien destaca la consulta minuciosa del autor en el Archivo Arzobispal de Lima y el registro de un párroco ilustre, Bartolomé Herrera en 1840.

En la presentación el autor da cuenta de su propósito de investigar cuantas fuentes ha tenido a su alcance, de archivo y bibliográficas, para "ofrecer al pueblo de Pachacámac una breve guía histórica de lo más relevante de la Parroquia El Santísimo Salvador" (p.7)

La primera fecha consignada es el 10 de enero de 1533, momento en que llegan los primeros españoles cristianos al valle y santuario andino de Pachacámac. El primer encomendero fue Juan de Maldonado y Buendía. Al año siguiente, 1534, Pizarro otorgó a Nicolás de Ribera la encomienda del pueblo de Malanay, en Pachacamac y se tiene noticia del primer convento franciscano y mercedario. En 1552 llegan los agustinos. Será en 1573 cuando se forma la reducción de indios en el pueblo de San Salvador con el repartimiento de indios entregado a Francisco González de Cepeda y Juan de Villafuerte.

En el acápite "doctrina de San Salvador de Pachacámac" se define el término como "superficies de tierras con sus habitantes, que encargaron a un cura residente para la evangelización de los indios, con la colaboración de órdenes religiosas" (p.9), se indican los oratorios anexos (Quilcay, Manchay, Cieneguilla, Venturosa, Mamacona y san Pedro de Lurín) y las ocho capillas: Lúcumo, Pueblo Viejo, Atocongo, Pacta, Caringa, Cacicasgo, Chamaure y San Juan.

En "descripción del templo" apenas se enumeran los preciados elementos de su fachada, torres campanarios, bóveda, retablos de las naves laterales (Virgen del Carmen y Cristo de la Agonía) y un reluciente retablo barroco, felizmente restaurado, que amerita la descripción de un experto en arte y que cuenta con un inventario de 1850 en el anexo 10.

El cuerpo del libro lo forma una cronología exhaustiva de datos alusivos a la fecha, lugar, asunto distribuidos por siglos (XVI, XVII, XVIII, XIX, XX, XXI) basados en la investigación de archivo (sobre todo el Arzobispal de Lima) y los aportados por los historiadores básicos, José Matos Mar, José Portugal Mendoza, María Rostworowski, P. Enrique Fernández.  La obra es un gran aporte para la historia reciente pues brinda datos de primera mano hasta el 11 de enero del 2014 en que se registra la llegada del Instituto Secular "Cruzada Evangélica". Por el "Libro de las Visitas" sabemos que santo Toribio lo visitó en 1598, confirmando a 125 y a 26 en el 1604.

 El último capítulo da un listado de sacerdotes y religiosos que atendieron la parroquia durante los siglos XX y XXI, culminando con el propio autor, P. Eugenio García, misionero de Mallorca.

Al final se incluyen 143 anexos documentales de gran valor como el 1 acerca de la Cofradía de san Miguel de 1644, otros vinculados con las cofradías y las visitas pastorales, una interesante relación de feligreses que habían cumplido con el mandamiento de confesión y comunión pascual de 1759

Resalto como mérito de la publicación la abundancia de fotos y atractivo formato que lo convierten en obligado recuerdo de cuantos se interesan por el rico patrimonio cultural y espiritual que se custodia en la renovada parroquia que ahora celebra el jubileo de sus 450 años.  

 


Fecha Publicación: 2023-12-21T05:23:00.001-08:00



PÍO XII (1939-1958) y EL PERÚ

Al hilo del artículo del académico peruano Fernando Armas Asín, "Pío XII en los Andes. Recepción de una figura entre los católicos peruanos, en Anuario Historia de la Iglesia, 33 (2023)", comparto algunos apuntes sobre el Pontífice y un extracto de su interesante texto.


La trayectoria de un sacerdote diplomático

Eugenio María Giovanni Pacelli nació en Roma el 2 de marzo de 1876, en el marco de una familia dedicada al servicio papal. Su padre fue un hombre profundamente piadoso y disciplinado, quien, por la temprana pérdida de su esposa, atendió y educó a conciencia a sus cuatro hijos. Eugenio cursó sus primeros estudios en Roma, destacando desde el inicio por su extraordinaria memoria acompañada de una severa autodisciplina. Dotado de un espíritu sumamente fino y profundo, y ayudado sin duda por la educación recibida en casa, manifestó una precoz madurez. Sus ideales, marcados por la nobleza y el servicio, confluyeron con el llamado del Señor a seguirle en el camino sacerdotal. Luego de su formación y preparación en el Seminario de Capranica, en el Seminario de San Apolinario y en la Universidad Gregoriana, fue ordenado sacerdote el año 1899.

Los dos años primeros de su sacerdocio los dedicó a la Curia, en la Secretaría de Estado del Vaticano. Habiendo culminado con éxito sus estudios en derecho eclesiástico y civil el año 1902, entrará dos años más tarde a formar parte de los colaboradores de la comisión para la renovación  del Código de Derecho Canónico. Simultáneamente ejercerá como profesor de Diplomacia Eclesiástica en la Academia Pontificia de Nobles Eclesiásticos (1909-14).

En 1911, fue nombrado Subsecretario de la Congregación de los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios y luego, Secretario de la misma en 1914. En abril de 1917 fue designado como Nuncio en Baviera y consagrado como arzobispo titular de Sardes. Una vez en Munich (capital de Baviera), sirvió al Papa Benedicto XV en sus afanes por aliviar a las víctimas de la Primera Guerra Mundial. A riesgo de perder su vida, permaneció al lado de su grey con numerosos gestos de caridad y celo pastoral.

En 1920 fue nombrado primer Nuncio ante la nueva República Alemana (República Weimar), mientras seguía siendo Nuncio en Baviera. Mostró allí un vivo interés por la vida eclesial y social de Alemania, y con su presencia paternal y sus extraordinarias alocuciones llenas de vitales enseñanzas, fomentaba la vida católica por donde podía. Visitó hospitales, orfanatos, seminarios, escuelas, fábricas y talleres de todo tipo en diversas ciudades. Su trienio de esfuerzos denodados logró en 1929 la firma del Concordato con la Santa Sede. Después de 13 años de fructífera labor pastoral dejó su cargo en la Nunciatura al ser nombrado cardenal en 1929. Cuando se despidió de Alemania, llevó consigo una honda preocupación: el creciente auge del nazismo a la sombra de Hitler.

Nada más llegar a Roma, fue nombrado Secretario de Estado. Su sentido de responsabilidad, su férrea voluntad y su enorme amor a la Iglesia, hicieron que entregara sus mejores energías para ponerse a la altura de tan excepcional responsabilidad. Sin duda ello le valió el singularísimo aprecio del Papa Pío XI, quien encontró en él un extraordinario colaborador y servidor. La confianza depositada en él por el Santo Padre fue un fuerte estímulo para realizar, en su puesto de servicio a la Iglesia, un trabajo incansable, tan efectivo como humilde en el cumplimiento abnegado de sus obligaciones.

Famoso sería también el Concordato que, como enviado del Pontífice, firmó con Austria y con la Alemania nazi en 1933.Muestra también de la gran confianza y estima que le tenía S.S. Pío XI fue su nombramiento como Legado Pontificio en visita a varios países del mundo: En 1934 asistió al Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Buenos Aires. En 1935, en su primer viaje a Francia, asistió a Lourdes. En 1936 fue enviado por Pío XI a realizar una visita pastoral por las tierras norteamericanas. En 1937, en su segundo viaje a Francia, asistió a la consagración de la basílica de Lisieux (Pío XI era un ferviente devoto de Santa Teresita). En 1938 asistió al Congreso Eucarístico Internacional celebrado en Budapest.

 

El Papa que enfrentó la Segunda Guerra Mundial

El 2 de marzo de 1939 -día de su cumpleaños (63 años)- el cónclave elegía por unanimidad-caso único en la historia moderna-al cardenal Eugenio Pacelli para suceder en el trono pontificio a Pío XI. Poseía eminentes dotes de inteligencia, de gobierno, de prudencia, de diplomacia; como demostró en su papel de Nuncio en Alemania, en el cardenalato (1929), secretario de Estado (1930), legado papal en Francia, en Hungría, en Norteamérica y en Sudamérica. De profundo espíritu sacerdotal y evangélico, tuvo que enfrentar el gran drama del conflicto armado mundial. El Papa intentó valerse de toda la autoridad moral de la Iglesia para evitarlo: «Nada se ha perdido con la paz, todo se puede perder con la guerras‖. En un mensaje radial, difundido el 24 de agosto de 1939, habló al mundo entero para invitarle a abstenerse del recurso a la guerra, a la vez que le proponía un sensato programa de paz de cinco puntos, entre los cuales estaban: el desarme general, el reconocimiento de los derechos de las minorías, y el derecho de las naciones a la independencia. Pero no fue escuchado y el 1 de septiembre estallaba la Segunda Guerra Mundial.

       Los seis primeros años de su pontificado tuvieron mucho que ver por los problemas de la guerra, esforzándose para que se cumpliera el derecho internacional, ya que no se podía conseguir la paz. Al efecto, creó varios organismos pontificios para la ayuda de las víctimas de la guerra. Con sus discursos, sobre todo los pronunciados con ocasión de la Navidad, fue plantando las bases para una paz justa y duradera. Hay que ponderar su ayuda en pro de los judíos y perseguidos políticos del nacismo y del fascismo, llegando a dar asilo a más de cinco mil personas en las iglesias y monasterios de Roma. Se esforzó especialmente por salvar la Ciudad Eterna de los estragos de la guerra. A lo largo de la guerra, una comisión pontificia desarrolló un vasto programa de ayuda para las víctimas, especialmente para los prisioneros de guerra.En la postguerra, lanzó la idea de una Europa unida que superase las rivalidades nacionalistas y asegurase permanentemente la paz.

En cuanto al gobierno interno de la Iglesia, cabe destacar que, dejando de lado la atávica costumbre de nombrar cardenales italianos, de 1946 a 1953, elevó a la dignidad cardenalicia a un buen número de prelados no italianos. Respecto al exterior, su pontificado estuvo orientado, en gran parte, a las tareas de la expansión directa del Evangelio entre infieles; como muestra su interés por las misiones manifestado en las encíclicas sobre la situación de la Iglesia en China (1955) y en África (1957). Acerca de las iglesias orientales les manifestó su especial veneración con ocasión del XV Centenario de la muerte de San Cirilo de Alejandría (1944) en la encíclica Orientalís Ecclesia, en la institución del Día del Oriente cristiano (1944) y en otras encíclicas sobre asuntos concernientes a estas Iglesias (1945; 1952). Dedicó especiales atenciones al apostolado de los laicos, llegando a equiparar la Acción Católica al apostolado de otras asociaciones, como el de las Congregaciones marianas (1952). A través de las canonizaciones, demostró su interés por el culto de los santos, elevando a los altares a 33 en total, como Gema Galgani (1940), F. J. Cabrini (1946), Juana de Lestonac (1950), Antonio María Claret (1950), María Goretti (1950), Pío X (1954), Domingo Savio (1954) y beatificaciones como lade Inocencio XI (1956).

La opresión de la Iglesia en los países comunistas del Este, especialmente con la intervención de Rusia en países católicos como Rumania, Albania, Bulgaria, Yugoslavia, Checoslovaquia, Hungría, Polonia…fue motivo de pesadumbre. De igual modo le tocó sufrir al ver cómo las florecientes misiones de China se vieron arruinadas con la victoria del comunismo (1949); de hecho desde 1958 el gobierno chino intenta fundar una Iglesia nacionalista china separada de Roma.

 

Grandes encíclicas y discursos

Pero Pío XII pasará a la Historia como el Papa de las grandes encíclicas y de los grandes discursos. En el tema moral, destaca la centralidad de la persona, abordando temas candentes de nuestro tiempo como los de la inseminación artificial, la evolución, bioética. Como Pastor sensible a la situación del hombre moderno, el Papa Pío XII sintió la necesidad de poner medios adecuados para que el hombre del mundo del trabajo pudiera acceder con más facilidad al sustento espiritual. Para ello adecuó los horarios de las misas, y redujo el tiempo hasta entonces observado para la abstinencia antes de recibir la Sagrada Comunión. Sobresalen sus encíclicas sobre:

1.             El Cuerpo Místico (1943), acerca de la naturaleza de la Iglesia, siguiendo la imagen paulina del cuerpo místico de Cristo;

2.             La Sagrada Escritura (Divino Afflante Spiritu, 1943), donde anima a estudiar los textos bíblicos en las lenguas originales, considerando el contexto histórico-cultural y el género literario, señalando la necesidad de dar primacía al sentido literal del texto;

3.             Los Institutos Seculares (Provida Mater Ecclesia, 1946), considerado como la carta magna de la secularidad consagrada;

4.             Los errores modernos (Humani Generis, 1950), tales como los de la nueva teología y corrientes pastorales como la de los curas obreros, así como la necesidad de ir a las fuentes en los estudios patrísticos y la necesidad de hacer compatible la razón con el valor de los dogmas;

5.             El Año Mariano de 1954 (Ad Coeli Reginam), referida a la realeza de María por ser madre de Dios y colaboradora en la obra redentora de Cristo.

6.             En la Haurietis aguas (1956) se referirá al culto del Sagrado Corazón de Jesús.

7.             El culmen de su magisterio lo alcanzó la definición del Dogma de la Asunción de María (I de noviembre de 1950) mediante la bula "Munificentissimus Deus".

Juan XXIII recordará sus 19 mensajes de Navidad, obras maestras de ciencia teológica, jurídica, ascética, política y social. Incide en temas sociales relacionados con un nuevo orden social. Se preocupa vivamente por los prisioneros de guerra, los indigentes y abandonados (Yugoslavia y Rutenia). Todas las profesiones son atendidas, porque "no hay profesiones indignas sino indignos profesionales". Destaca su radiomensaje de Pentecostés titulado La Solemnitá (1941) con motivo de cumplirse 50 años de la publicación de la "Rerum Novarum". Recuerda la doctrina de León XIII según la cual el Estado no puede limitarse a tutelar la libertad con el Derecho, sino que también está obligado a llevar a la práctica una amplia "política social". Trata sobre el uso de los bienes materiales en función del bien común y de la dignidad de la persona humana. El derecho al trabajo ha de fundamentarse en el correspondiente deber y ambos conciernen a la persona humana en virtud de su naturaleza y no porque el hombre se reduzca a la condición de un simple siervo o funcionario de la comunidad. Por eso, la misión del Estado es, también en ese aspecto, subsidiaria. Por último, reclama el derecho de la familia a su "espacio vital" y a la inmigración. El mismo pontífice resume y evalúa el contenido nuevo de su mensaje: El momento presente hace muy difícil el señalar y el prever los problemas y asuntos especiales, tal vez completamente nuevos, que a la solicitud de la Iglesia presentará la vida social después del conflicto (Segunda Guerra Mundial) que trae enfrentados a tantos pueblos... Estos tres valores fundamentales que se entrecruzan, se unen y se complementan mutuamente son: el uso de los bienes materiales, el trabajo y la familia" (n. 7).

 

Enumero otras encíclicas que guiaron a la Iglesia bajo el magisterio de Pío XII:

Summi Pontificatus (20-10-1939), sobre la decadencia moral en el seno de la humanidad y la regeneración en Cristo por medio de la Iglesia.

Mediator Dei et hominum (20-11-1947), sobre la sagrada liturgia.

Evangelii praecones (2-6-1951), sobre el modo de promover la obra misional.

Sacra virginitas (25-3-1954), sobre la sagrada virginidad.

Fidei donum (21-4-1957), sobre las misiones, especialmente en África.

Miranda prorsus (1957), sobre líneas centrales en lo referente a los medios audio visuales.

Entre sus discursos destacamos:

La Elevatezza (20-2-1946), sobre la supranacionalidad de la Iglesia.

L'Importance (17-2-1950), sobre la prensa católica y la opinión pública.

Soyez les bienvenues (18-4-1952), sobre los errores de la moral de situación. Discurso sobre los límites morales de los métodos médicos (14-9-1952).

Nous vous souhaitons (13-4-1953), sobre la personalidad y conciencia.

Vous avez voulu (7-9-1955), sobre la Iglesia y la inteligencia de la historia.

 

De los radiomensajes, además de La solemnitá (1-6-1941), por el 50 aniversario de la «Rerum novarum».

Oggi (1-9-1944), en el V aniversario del comienzo de la guerra.

Benignitas et Humanitas (24-12-1944), sobre el problema de la democracia.

La famiglia (23-3-1952), sobre la conciencia y la moral.

 

Elevó el prestigio del Papado y propició el Vaticano II

El prestigio del papado, en vísperas del Concilio, aumentó considerablemente durante su pontificado. Se puso especialmente de manifiesto con ocasión del Año Santo de 1950, cuando millones de cristianos de todo el mundo llegaron a Roma para aclamar al Vicario de Cristo; pero principalmente con ocasión de su enfermedad y muerte (9 de octubre de 1958), cuando más de cincuenta Estados estuvieron presentes en sus funerales en la basílica de San Pedro.

Por su grandeza de espíritu, y su gran sencillez y humildad, entregó su vida al servicio de la Iglesia, mostrando una gran capacidad de trabajo y sacrificio, como un verdadero "siervo de los siervos de Dios". Una mujer decisiva que trabajó codo a codo con él, Sor Pascalina Lehnert, escribirá en su célebre obra Al servicio de Pío XII: «Pío XII ha entrado en la historia de la Iglesia sobre todo como hombre que se consumió en holocausto, en aras del servicio de Dios, a la Iglesia, a todos los hombres... Sacrificarse hasta el fin era para Pío XII lógico y natural. "Dios me ha encomendado esteministerio y debo corresponderle con todas mis energías. Un Papa no tiene derecho a pensar en sí". Ésa fue su convicción íntima, y obraba en consecuencia».

Como  denunciase  Fernando  Guerrero  se  ha  tejido  una  leyenda  negra  en  torno  a  este  Papa  que murió en clamor de multitudes y en olor de santidad, siendo acompañado su tránsito con los mayores elogios de las personalidades más destacadas de aquel tiempo. Todo comenzó en 1963 con motivo de la publicación del drama en forma de libro, de un joven dramaturgo alemán, Rolf Hochhuth, titulado Der Stellvertreter (El Vicario), se levantó una polvareda contra la respetable memoria del que fue el Papa de la Segunda Guerra Mundial, atribuyendo a sus silencios una gran parte de la responsabilidad de las matanzas de Hitler de los judíos (La Shoah); desgraciadamente, en la Iglesia católica se produjo el fenómeno acerca de los «silencios» sobre Pío XII. Uno de ellos sería sobre el Concilio. A Pío XII se le describe como expresión de la Iglesia preconciliar, cerrado y reservado, tradicional, mientras que en realidad fue el primer ´arquitecto´ del Concilio, y el creador de sus presupuestos. De hecho, Pío XII había creado una comisión de estudio para preparar el Concilio, pero estaba enfermo y era mayor y los tiempos no parecían maduros para la proclamación. Se publicó en Italia, por Editrice APES, un folleto debido a la pluma de Ennio Innocenti, bajo el título Presenza di Pio XII nel Vaticano II, y en él se recogen, con cuidada minuciosidad, las citas de los diversos Papas que hace el concilio en sus documentos; de estos datos se deduce que de las 523 citas papales, sobre todo de los Papas de los últimos 70 años anteriores al Concilio Vaticano II, 187 son de Pío XII, o sea, el 35,7 de todas las citas de los Papas, superando en más de un 100 por ciento a los Papas más citados.

De hecho, uno de los documentos más citados y celebrados del Papa Juan XXIII, Pacem in terris de 11 de abril de 1963, fue -en la palabra de Pablo VI-, al inaugurar el monumento a Pío XII en la Basílica Vaticana, un resumen de las enseñanzas del Papa Pacelli sobre los temas de la paz y de la organización de los Estados y de sus relaciones internacionales. El Concilio Vaticano II supuso un avance extraordinario en el itinerario de la Iglesia a través de los siglos, en el curso de la historia de la salvación. Pero los avances fundamentales en la Iglesia se hacen siempre en línea de continuidad progresiva y homogénea; y nunca de discontinuidad rupturista y negativa. El Papa Pío XII fue el gran precursor del Concilio Vaticano II, que se inició bajo la inspiración iluminada de Juan XXIII, y se desarrolló y concluyó bajo la guía firme y orientadora de Pablo VI, continuada y renovada bajo el pontificado de Juan Pablo II. De hecho, tras la Sagrada Escritura, la fuente más citada por el Concilio Vaticano II es justamente Pío XII.

Sus vínculos con el Perú

 

Durante los casi 20 años de pontificado (1939-1958), Pío XII mantuvo una relación cercana con el Perú como se evidencia a través de las disposiciones pastorales, la llegada y difusión de los documentos pontificios,  los mensajes a la comunidad católica en los Congresos Nacionales Eucarísticos, las actividades del episcopado, clero y Estado, las acciones misioneras, así el puntual seguimiento que la prensa nacional y religiosa hicieron del papa.

Fue el propio Arzobispado de Lima, quien decretaba el 15 de febrero del 1939 orar por la elección del nuevo papa. La noticia de la fumata blanca del 2 de llegó al instante a Lima, donde sus campanas repicaron por todos los distritos. El presidente de la República Óscar Benavides mostró su «filial adhesión y los votos que hago por la gloria de su pontificado»; de igual manera se adelantó a felicitarle Monseñor Fernando Cento, nuncio en el Perú, junto con toda la jerarquía episcopal que enseguida convocaron a la feligresía para la Misa de Comunión y Te Deum en la Basílica Catedral, con asistencia de las autoridades civiles y eclesiásticas. Fungía como arzobispo de Lima Monseñor Pedro Pascual Farfán de los Godos (1933-1945), quien motivó el acontecimiento con una Exhortación Pastoral.

A partir de este momento se fueron sucediendo permanentes contactos motivados por mensajes papales a Encuentros y Congresos como el celebrado en Lima del 20 al 28 de mayo de 1933, II Congreso Iberoamericano de Estudiantes Católicos, en defensa del pensamiento hispanoamericano, la condena a las ideologías modernas, la defensa de la familia, la educación católica y un plan de acción universitaria. Otro momento fundamental fue el las visitas ad limina por parte de los obispos peruanos, iniciadas por el obispo de Cusco, Santiago Hermosa, y el de Ayacucho, Francisco Solano. De igual manera, se consta un permanente seguimiento de su magisterio por parte del clero y la feligresía en general.

En 1940 la relación del papa con el Perú se hizo más estrecha por la cercanía mostrada por el Papa ante el devastador terremoto sufrido en Lima el 24 de mayo. Pío XII bendijo de inmediato al pueblo peruano y dispuso el envío de un socorro, para ayudar a las personas afectadas, ofreciendo su colaboración a las autoridades.

Momentos significativos fueron los mensajes con motivos de los Congresos Eucarísticos Nacionales como el enviado al de Arequipa en 1940. De igual manera, con motivo de nuevos nombramientos como el del primer cardenal peruano Juan Gualberto Guevara en 1946. El Papa impulsó a la Iglesia del Perú logrando cuatro arzobispados, once obispados –Ica, Chachapoyas, Piura, Ayacucho Huánuco, Huaraz, Huancayo, Huancavelica, Tacna, Puno y Cajamarca– cinco vicariatos -Marañón, Ucayali, Iquitos, Amazonas y Puerto Maldonado–, y la recién creada prelatura nullius de Moyobamba (1948), todos en la selva. Contribuyó a la renovación de la iglesia local atendiendo a la familia, el cultivo de los valores, la educación católica… a través del nuevo nuncio Luis Arrigoni, o de manera directa, con sus bendiciones y cartas. A nivel social, el Perú se mantuvo muy próximo al Papa, con el Estado a la cabeza liderado por el presidente Bustamante y Rivero, militante católico democristiano.

Creciente activismo católico siguió en la década de 1950 por parte de la Asamblea Episcopal y los distintos prelados verificados en acuerdos, admoniciones o exhortaciones sobre la enseñanza católica, el comunismo, la masonería o el rotarismo, en el contexto de constantes migraciones del campo a la ciudad y unas ciudades en plena expansión, indicativo del aceleramiento en los cambios sociales en curso. Un momento clave fue el V Congreso Eucarístico Nacional y Mariano (8 al 12 de diciembre de 1954), que el arzobispado de Lima aprovechó para lanzar una Gran Misión en los distritos y barrios, así  como en las nuevas zonas urbano marginales de la ciudad. El impulso será continuado por el nuevo Cardenal Juan Landázuri, nombrado en mayo de 1955, y apoyado por destacados sacerdotes como el futuro obispo auxiliar José Dammert, quienes se volcaron en la Misión de Lima y la creación de la Oficina Nacional de Educación Católica, Cáritas del Perú y otras iniciativas pastorales.

Un gesto del Papa Pío XII para el Perú, será su solicitud a Richard Cushing, arzobispo de Boston, fundador de la Sociedad de Santiago Apóstol, de enviar  a partir de 1959 sacerdotes al Perú. Su actitud propiciaría que entre 1940 y 1960 17 nuevas congregaciones y sociedades sacerdotales llegaron al Perú, entre españoles, de países europeos latinos, de Estados Unidos, Canadá e Irlanda, y de muchos otros lugares. Cuando en 1958 se erigió la prelatura nullius de Tarma, en la sierra central peruana, se les encargó la conducción a los combonianos alemanes –ya estaban en la zona y al sur de Lima–. Los padres Marynoll desde 1943 ayudaron en la diócesis de Puno, en la sierra sur del país, donde sólo había 28 sacerdotes para 45 parroquias y asumieron la formación sacerdotal en la diócesis, para en 1957 asumir la prelatura de Juli, tras su desmembramiento de la diócesis de Puno. Las prelaturas nullius comprometían a las congregaciones y sociedades sacerdotales nuevas, y aparte de las mencionadas, los misioneros del Sagrado Corazón se hicieron cargo de la prelatura de Caravelí; los carmelitas norteamericanos asumieron la Prelatura de Sicuani, desmembrada del Cusco; los Oblatos italianos, que ya trabajaban en varias ciudades, se hicieron cargo de la de Huari en 1958, en la sierra de Ancash; al mismo tiempo que los Sagrados Corazones lo hicieron con la de Ayaviri, en Puno. Un año antes, en 1957, el Opus Dei asumía el reto de trabajar en la prelatura de Yauyos, en la sierra de Lima

En 1952, a invitación del arzobispado de Lima, llegaron los Columbanos para hacerse cargo de la pastoral en los barrios marginales y populares del norte de la ciudad, buscando, además, como los Marynoll, vocaciones para el clero diocesa[1]no. Por su lado, la St. James Society se estableció en Apurímac y Andahuaylas, en la sierra sur-central, y en la ciudad de Lima. Igualmente, la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana, ocsha, fundada en 1958, distribuyó muchos sacerdotes por diversas regiones del país, o la Société des Missions-Étrangères, promovida por el episcopado canadiense.

Cuando falleció Pío XII, a la par de los cambios sociales producidos, la Iglesia peruana había crecido en número de diócesis, vicarías y prelaturas. Si en 1938 en la asamblea de obispos participaron 11, para la Conferencia Episcopal de 1958 estuvieron convocados 32 prelados: cuatro arzobispos, once obispos, ocho vicarios apostólicos, cuatro prelados, un prefecto apostólico y cuatro prelados auxiliares, coadjutores. La iglesia peruana, y en ella el conjunto de católicos, procuraban enfrentar los desafíos de los tiempos contemporáneos de la mejor manera, en las ciudades y en las selvas, desiertos o serranías andinas. «El Perú es una tierra recia» se expresó una vez el papa, y vislumbró: «aquellos valores que ellos llevan consigo, crecerán también con grandeza nueva y renovado esplendor». Y el Papa acompañó este proceso.


Fecha Publicación: 2023-12-21T05:08:00.001-08:00

EL CARDENAL CUSHING Y EL PERÚ

Richard James Cushing (Boston, 24 de agosto de 1895 – Boston, 2 de noviembre de 1970) fue un sacerdote católico estadounidense,  arzobispo de Boston entre 1944 y 1970 y nombrado cardenal en 1958. Su principal actividad fue la de recaudar fondos para la construcción de iglesias, escuelas e instituciones católicas. Mantuvo buenas relaciones con la élite bostoniana atenuando el tradicional conflicto entre la población católica irlandesa y la clase alta protestante. Armó y mantuvo buenas relaciones con judíos, protestantes e instituciones ajenas a la comunidad católica. Ayudó al entonces candidato John F. Kennedy a disipar los temores de interferencia papal en el gobierno americano si él resultaba electo presidente.

Cushing nació en la zona denominada City Point en el vecindario de South Boston, el 24 de agosto de 1895. Hijo de Patrick Cushing y Mary Dahill, fue el tercero de cinco hijos. Sus padres eran inmigrantes irlandeses. Su padre era de GlanworthCondado de Cork y su madre de TouraneenaCondado de Waterford. Su padre, que llegó a los Estados Unidos en 1880, trabajó como herrero y ganaba 18 dólares a la semana en los patios de reparación del sistema de transporte público Boston Elevated Railway.

Cushing cursó sus primeros estudios en la escuela Perry Public Grammar School en South Boston. Luego ingresó al Boston College High School, una escuela preparatoria jesuita. Su primo, sacerdote católico de la arquidiócesis de Nueva York, pagó las pensiones de esa escuela de la que se graduó en 1913 recibiendo altas calificaciones en Latín y Griego. Cushing estuvo indeciso durante una temporada entre seguir la carrera religiosa o ingresar a la política. Consideró dos veces unirse a los jesuitas, pero llegó a la conclusión de que "lo que lo emocionaba era la vida activa y no el apostolado".

Ingresó al Boston College en 1913, fue miembro de la primera promoción luego de la mudanza del colegio a Chestnut Hill, miembro activo en la Sociedad de Debate Marquette y vicepresidente de su clase de segundo año. Luego de asistir al Boston College por dos años, inició sus estudios para sacerdote en el Saint John's Seminary en Brighton en septiembre de 1915. Se le asignó continuar sus estudios en el Pontificio Colegio Norteamericano en Roma pero el aumento de la actividad de los U-Boote evitó que navegara el Atlántico.

El 26 de mayo de 1921, Cushing fue ordenado sacerdote por el cardenal William O'Connell en la Catedral de la Santa Cruz. Su primera asignación fue un curato en la iglesia de San Patricio en Roxbury, donde permaneció por dos meses. Luego fue transferido a la iglesia de San Benedicto en Somerville. En 1922, se apareció sin anunciarse en la residencia del cardenal O'Connell para pedirle una asignación como misionero. O'Connell negó su petición y, en vez de ello, lo asignó como director asistente de la oficina de Boston de la Sociedad para la Propagación de la Fe, una organización dedicada a recaudar fondos para las misiones. Luego fue director de esa sociedad entre 1929 y 1944.

El 10 de junio de 1939, después de que el obispo Francis Spellman fuera nombrado Arzobispo de Nueva York, Cushing fue nombrado, ante el pedido del cardenal O'Connell, como Obispo Auxiliar de Boston y obispo titular de Mela por el Papa Pio XII el a quien tras su muerte, le dedicará una biografía como el "Papa de la Paz" en 1959.

Recibió su consagración episcopal el 29 de junio en la Catedral de la Santa Cruz de manos del cardenal O'Connell y los obispos John Bertram Peterson and Thomas Addis Emmet . Tomó como su lema episcopal: "Para que ellos te conozcan").

Como obispo auxiliar, Cushing continuó su labor como director de la Sociedad para la Propagación de la Fe y también fue nombrado pastor de la Iglesia del Sagrado Corazón en Newton Centre. Luego de la muerte del cardenal O'Connell en abril de 1944, sirvió como administrador apostólico de la diócesis.

Cushing fue nombrado como el tercer Arzobispo de Boston el 25 de septiembre de 1944 luego de la muerte del cardenal O'Connell y cumpliendo su pedido de que sea Cushing quien lo suceda.

Cushing fue premiado por B'nai B'rith como "Hombre del año" en 1956 por "una vida de servicios distinguidos a la causa de la hermandad humana bajo Dios y en mayor reconocimiento de su gran liderazgo en los campos de la educación y las relaciones comunitarias."  Mantuvo correspondencia con Robert E. Segal, longevo director ejecutivo del Consejo de Relaciones de la Comunidad Judía de Boston, quien tuvo un rol clave en las relaciones judeo-católicas en Boston. De la misma manera, Cushing mantuvo contacto cercano con Abram L. Sachar de la Universidad Brandeis. Desde el inicio de su labor como arzobispo de Boston, hubo un gran cambio en las relaciones entre la jerarquía del catolicismo bostoniano y el judaísmo, que anteriormente eran llevadas sobre la sospecha mutua. El autor James Carroll atribuyó esa mirada al matrimonio entre su hermana Dolly Cushing y el sastre local judío Dick Pearlstein en un tiempo en que ello era muy fuera de lo común.

Cushing fue nombrado Cardenal Presbítero de Santa Susana por decisión del papa Juan XXIII en el consistorio del 15 de diciembre de 1958. Fue uno de los cardenales electores en el cónclave papal de 1963 que eligió al papa Pablo VI. Fue amigo cercano de la familia Kennedy, celebró el matrimonio de John F. Kennedy y Jacqueline Lee Bouvier en 1953, en el cual también leyó una oración especial del papa Pio XII y bautizó a varios de los hijos de esa familia. Cushing hizo la oración de invocación en la investidura presidencial de John F. Kennedy en 1961. El cardenal también celebró la misa funeral del Presidente Kennedy en 1963 en la Catedral de San Mateo el Apóstol de Washington D. C. luego de su asesinato. El día anterior al funiral dio un elogio fúnebre televisado en honor del presidente. Posteriormente defendió a Jacqueline Kennedy luego de su matrimonio con Aristotle Onassis en 1968. Recibió una gran cantidad de correspondencia crítica y fue contradicho por la Santa Sede.

En 1959, Cushing publicó su único libro, una biografía del fallecido papa Pío XII. Es una biografía Hagiografía escrita poco después de la muerte del pontífice. Cushing lo mostró como el "Papa de la Paz" quien, armado sólo con los recursos espirituales de su oficio, triunfó sobre los ataques que buscaban destruir el centro del cristianismo.

En el Concilio Vaticano Segundo (1962–65), Cushing jugó un rol vital en proyectar Nostra aetate, el documento que oficialmente absolvió a los judíos del cargo de deicidio. Sus comentarios durante los debates fueron acogidos en la versión final:

Estuvo profundamente comprometido a implementar las reformas del Concilio y promover la renovación en la iglesia. En un gesto sin precedentes de ecumenismo, alentó a los católicos a apoyar las cruzadas de Billy Graham. Cushing condenó rotundamente el comunismo, particularmente el régimen de Josip Broz Tito en Yugoslavia.

Debido a una enfermedad avanzada, su renuncia como arzobispo de Boston fue aceptada el 8 de septiembre de 1970. A raíz de su renuncia, el senador Ted Kennedy declaró: "Durante setenta y cinco años, su vida ha sido un faro en un mundo que clama por iluminación. Nunca tendrá que rendir cuentas de su guardia ya que si su bondad no es conocida por Dios, jamás la será la de ninguno"21

Menos de dos meses luego de su renuncia, el 2 de noviembre de 1970 (Día de los Fieles Difuntos), Cushing murió pacíficamente mientras dormía aquejado de cáncer en la residencia cardenalicia en Brighton, Massachusetts, a la edad de 75. Estuvo acompañado por su hermano y hermanas y su sucesor, el arzobispo Humberto Medeiros. Cushing fue enterrado en Hanover, Massachusetts en la Capilla Porciúncula en terrenos del Cardinal Cushing Centers.

Una de las dimensiones pastorales que conviene resaltar fue el de su compromiso con las vocaciones sacerdotales en Hispanoamérica. Su  diócesis  de  Boston,  bajo  su  liderazgo  desde  1944,  destacó  por  enviar  la  mayor  cantidad  de  sacerdotes  a  Latinoamérica  durante  la  década  de  los  cincuenta.  Previamente  a  asumir el control de la diócesis, Cushing había dirigido con notable eficacia y dedicación, durante un período de quince años, la oficina diocesana de la Propagación de la Fe.

Después de asumir el cargo de arzobispo de Boston, Cushing implementó un sistema de «préstamo» de sacerdotes que se destina-ban temporalmente a diócesis en Estados Unidos, que experimentaban escasez de clero. Durante su primera visita ad limina en 1948, Cushing informó a Pío XII sobre estas iniciativas y, en respuesta, el papa le sugirió la posibilidad de enviar sacerdotes para respaldar la labor de la Iglesia en Sudamérica

Una  década  después,  en  1958,  Cushing  estableció  la  Sociedad de Santiago Apóstol con el propósito de brindar apoyo clerical en América Latina, especialmente en Perú. Los primeros sacerdotes de Boston se desplazarían en febrero del año siguiente.

El cardenal de Boston estaba convencido de que se necesitaban cien mil sacerdotes más en Sudamérica si se quería evitar la propagación del comunismo. Hacia 1965 casi cuarenta sacerdotes de la diócesis de Boston se habían trasladado a Latinoamérica. Todo parece indicar que Cushing estaba motivado por una auténtica preocupación por los menos favorecidos en América Latina y, al mismo tiempo, porque toda la operación adolecía de falta de preparación y experiencia. Aunque en los años sucesivos muchos de esos sacerdotes derivaron hacia planteamientos  radicales, lo que queda fuera de dudas es que  durante los años sesenta, el empeño de Cushing en Latinoamérica no hizo sino crecer.

Como fruto concreto de su compromiso se puede destacar:

-1947, fundó Santa Coletta del Mar (ahora Cardinal Cushing Centers en su honor) con patrocinio de las Hermanas de San Francisco de Asís. La organización continúa apoyando a individuos discapacitados de 6 años a más con campus en Hanover, Massachusetts y Braintree, Massachusetts y casas comunales a través de la costa sur de Massachusetts. El ahora cerrado Cardinal Cushing College, un colegio de mujeres en BrooklineMassachusetts, fue nombrado en su honor.

-En 1950, fundó el Hospital Bon Secours, hoy Holy Family Hospital and Medical Center, en Methuen, Massachusetts. Bajo su guía y liderazgo, el hospital se ha convertido en uno de los principales hospitales católicos en Massachusetts. La biblioteca del Emmanuel College Boston ha sido nombrada en su honor. El Boston College tiene dos edificios nombrados en su honor: Cushing Hall, un dormitorio para estudiantes de primer año en el Campus Newton y otro Cushing Hall, que aloja a la Escuela Connell de Enfermería. El Seminario de San Juan nombró su tercer salón de teología en honor del cardenal. El principal centro de estudiantes de Saint Anselm College en Goffstown, Nuevo Hampshire se llama "El Cardenal".

- 1960, Juan  XXIII  envió  a  Cushing  a  Perú,  donde  sus  sacerdotes  llevaban  tiempo trabajando, como su representante en el Congreso Eucarístico que se celebraba en Lima.  Entre los varios proyectos apadrinados por el celoso Cardenal figuran el Seminario Menor de Santo Toribio y el apoyo a la remodelación de la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima.

- 1961 hizo un segundo viaje a Latinoamérica, del que regresó cada vez más obsesionado con esa causa. Cushing estaba escandalizado ante una clase alta latinoamericana, en buena parte católica y con muy poco sentido social. ESanta Cruz (Bolivia) brindó fondos para la construcción de dos escuelas: El Marista y otra que en un inicio fue el Instituto Cardenal Cushing y, en 1969, el Colegio Cardenal Cushing. Fue parte de la campaña estadounidense en Santa Cruz que incluyó propaganda, represión y el uso de la fe cristiana contra los campesinos indígenas. Llevó a cabo un congreso eucarístico el 9 de agosto de 1961 e inauguró la estatua de Cristo Redentor.

 

Datos de:

https://es.wikipedia.org/wiki/Richard_Cushing

F. Requena: «Una colaboración panamericana». El catolicismo estadounidense en los proyectos de Pío XII para Latinoamérica durante los años 50 Revista Allpanchis, año L, núm. 92. Arequipa, julio-diciembre de 2023, pp. 201-227. Dossier: La Iglesia católica en el siglo XX latinoamericanos 


Fecha Publicación: 2023-12-12T02:47:00.001-08:00

 

HOMENAJE AL P. GERARDO MÜLLER WAGNER MSC,

PROFESOR DE LA FACULTAD DE TEOLOGÍA REDEMPTORIS MATER DE LA PUNTA CALLAO

"TODA UNA VIDA DEDICADA A LOS DEMÁS"

Por Celestino GÓMEZ CASILDA, Secretario Académico de la FRM

El P. Gerardo Müller nació el 1 de marzo de 1934 en Neunkirchen, la segunda ciudad más grande del estado de Sarre, Alemania. Estudió en el Pre-Seminario desde los 12 años. Su padre lo llevaba todos los años y le preguntaba si sentía aún el llamado para el sacerdocio. Él le respondía que sí. Y su padre le decía que no hay nada peor que un sacerdote sin vocación.

Estudió Filosofía durante los años 1953 a 1955 en la Institución Scholastkat de Oeventrop, distrito de la ciudad de Arnsberg en Sauerlang en el estado de Renania del Norte-Westfalia de Alemania; y Teología desde 1955 a 1960 en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, obteniendo el Título de Licenciado en Teología en 1960 en dicha Institución ignaciana, y también el doctorado en Teología el 13 de marzo de 2008 en la Facultad de Teología Redemptoris Mater de la Punta – Callao. Es un gran políglota, dominando, además de su lengua materna, castellano, inglés, francés e italiano.

Rememorando sus inicios como sacerdote, fue ordenado presbítero de la Orden de Misioneros del Sagrado Corazón el 11 de julio de 1959, hace ahora 64 años, cuya misión ha sido anunciar en el mundo entero el amor de Dios hecho corazón humano. Ha sido Prefecto de la Quarta en el Seminario Menor de los Misioneros del Corazón de Jesús en Hiltrup/Münster, en Alemania, en el año 1960 – 1961.

Ese mismo año de 1961, cuando tenía 28 años, se embarcó desde el puerto de Hamburgo, al norte de Alemania, a Perú. Al año siguiente fue nombrado Rector y profesor del Pre-seminario de la Prelatura de Caravelí, Perú, hasta 1963; también fue profesor en los colegios peruano-suizo y peruano-alemán en Lima, desde 1964 a 1969; en 1966 impartió clases como profesor de religión en los colegios Humboldt y Pestalozzi; en 1967 trabajó como miembro activo del Movimiento Scout; también participó en el Comisionado Nacional de Adiestramiento de la Asociación Nacional Scouts Peruanos en los años 1970 a 1973; fue Superior Regional de los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús en el Perú entre los años 1974 a 1977.

Estuvo a cargo de la Parroquia de San Felipe Apóstol en San Isidro de Lima, en los años 1975 a 1991. Pide el Camino Neocatecumenal para su parroquia. En 1978 el equipo de la nación da las catequesis y el 3 de diciembre se forma la Primera Comunidad. En 1988 catequiza en Piura con el equipo itinerante. En 1989 lo hace con el equipo itinerante de Chimbote. En 1990 deja de ser el párroco de San Felipe y se va como itinerante con el equipo de Piura. Al año siguiente fueron echados de la Parroquia. Caminaron en el Centro Neocatecumenal hasta la Pascua de 1993, que les fusionaron con la Primera Comunidad de la Virgen del Pilar.

Con él se evangelizaron las Parroquias de San Pedro de Chorrillos, Virgen de la Familia, Ntra. Sra. de las Victorias, Pamplona Baja y la Campiña hasta que dejó de ser Párroco. Durante ese tiempo realizó una acción evangelizadora estupenda, donde se formaron cuatro Comunidades con sus fusiones. Desde ese tiempo siempre ha estado evangelizando con el equipo formado por Augusto y Maggie Castillo, Marta, Marita y Maritza, atendiéndolos y acompañándolos siempre en todo, sobre todo en los pasos y convivencias, siendo un gran apoyo para los matrimonios.

Son loables sus actividades apostólicas y académicas en estas tierras. Ha impartido clases en nuestra Facultad Redemptoris Mater desde sus inicios en 1992, cuando funcionaba como Seminario de Estudios Teológicos, hasta hoy las disciplinas de Introducción a la Teología Pastoral, Administración Parroquial, Planificación Pastoral Parroquial, Inglés y Teología Espiritual. Y gracias a ello se ha convertido en un gran referente por su servicio y entrega y por su ayuda desinteresada a la educación y formación de tantos chicos. Estas palabras no son una fortuita ostentación retórica, sino la verdad de hechos, sentimientos y emociones que muchos de sus alumnos, ahora sacerdotes y también seglares han experimentado en sus clases.

Todo predica en él, su vida, su palabra, su inteligencia, su corazón, todo su ser para anunciar el mensaje de Jesús. Se vuelca por entero y hasta ahora en esta misión, no sólo en sus clases sino en su vida diaria, como lo demuestra, por ejemplo, cada vez que toma un taxi; no desperdicia la ocasión para evangelizar: Le decía a un taxista: ¡qué bien tiene Vd. el taxi!, ¿siempre lo mantiene así tan limpio y tan cuidado? ¿Lo llevará Vd. al taller de vez en cuando? El taxista responde: claro. Y él dice: Y con su alma, ¿hace lo mismo? Y a partir de ahí le anuncia la verdad del evangelio.

Estimado P. Gerardo, desde estas sencillas palabras, deseamos transmitirle nuestra gratitud por su misión evangelizadora, por su gran deseo de hacer presente a Jesucristo, y por dejarnos una estela de humildad y sencillez en su espléndida labor.

Consideramos que la gratitud es la memoria del corazón, y desde el corazón hoy le damos las gracias por su trabajo, por su entusiasmo y generosidad, por esa relación tan cercana, por sus gestos y palabras, y por su paciencia y dedicación.

Ha sido, sin duda, un tiempo hermoso dedicado durante años a tan noble tarea. Gracias P. Gerardo, por el amor que ha depositado en todos, porque sólo el amor convierte en milagro los pequeños detalles que usted ha sembrado.

https://www.mscperu.org/


Fecha Publicación: 2023-12-09T02:42:00.001-08:00

Alocución en la Vigilia de la Inmaculada 2023 en Lima por Teodoro Oliva

 

Queridos sacerdotes que nos acompañáis en este momento de oración y alabanza. Queridos Cruzados de Santa María. Amigos del Movimiento de Santa María y jóvenes de la Milicia de Santa María. Hermanos todos en Cristo y María:

Quiero agradecer en primer lugar a los responsables de este encuentro, la gentileza y deferencia para conmigo al invitarme a hablarles en esta Gran Vigilia de la Inmaculada.

1.   Como nos ha dicho Eduardo Rojas, el monitor que esta noche nos dirige, la Vigilia de la Inmaculada ha sido preparada durante un mes que llamamos Campaña de la Inmaculada y además de prepararnos personalmente para esta fiesta se han puesto afiches publicitarios en nuestra ciudad, por las calles, en las vallas publicitarias, centros comerciales y parroquias. Les muestro el cartel de este año que a todos nos resulta familiar (Se muestra un cartel de la Vigilia y se lee el lema del año: orando con María nos abrimos a la esperanza)

Este lema podemos ver que tiene dos partes. Quiero empezar reflexionando por la segunda parte: nos abrimos a la esperanza. La esperanza es una virtud teologal, yo diría que es la más necesaria, dada la situación social y eclesial en que nos encontramos

Nos puede ayudar, hermanos para nuestra reflexión una parábola muy sencilla que he compuesto para esta ocasión: Había tres hermanas que siempre iban juntas, agarradas de la mano. La mayor se llamaba fe e iba a la izquierda, la siguiente en edad se llamaba caridad e iba a la derecha y la más pequeña iba siempre al medio. Cuando la fe y la caridad se cansaban de llevar a su hermana pequeña de la mano la soltaban y entonces todas se detenían y ninguna podía seguir caminando. Con el tiempo aprendieron que en realidad era la pequeña quien jalaba de todas; y entonces a la pequeña hermana la llamaron esperanza. Pues bien, mis queridos hermanos, esta parábola, que no está en la Biblia, no la busquen por ahí, ¿Qué nos enseña? Que sin esperanza nadie camina.

El Antiguo Testamento nos habla de unos personajes que llamamos profetas y que bien podemos definir como hombres de esperanza. De entre todos los profetas, quiero destacar, solo uno, para no alargarme en mis palabras. Su vida la hemos leído hace poco durante las últimas semanas del TO, me refiero al profeta Daniel. Con lenguaje actual, podemos decir que Daniel fue un fiel laico. Le tocó vivir en un momento terrible, nació libre, posiblemente como un príncipe de su pueblo, pero pronto fue llevado a Mesopotamia como esclavo, y allí no pudo elegir nada de todo eso que cualquiera de nosotros puede elegir: amigos, profesión, lugar de residencia... Enseguida pasó a servir como un eunuco más a los reyes de Babilonia. Le tocó vivir en un ambiente hostil para la fe, salvando las distancias como a nosotros hoy que vivimos en un mundo descreído, sin embargo, puso sus talentos al servicio de Dios y al servicio del rey, su señor temporal. Manteniéndose fiel a sus costumbres, mantuvo la esperanza y fue útil a su pueblo. Solo al final de su vida vio algo de luz. Primero vio la caída del rey Baltasar, este murió la misma noche en que durante una bacanal, él y sus mujeres y concubinas bebieron vino en los vasos sagrados que habían profanado y traído del Templo de Jerusalén. Y después de salir ileso del foso de los leones, pudo ver como el nuevo rey, Darío el Medo, favoreció a los hebreos, y su pueblo pudo regresar a Jerusalén. Hermanos: Daniel, fiel laico, confió en su Dios: el Dios vivo que salva y libera, que hace signos y prodigios en el cielo y en la tierra. Y en aquella parte de la tierra que era Mesopotamia, ¡Dios fue conocido como el Dios de Daniel!

2.   De la misma manera, hermanos: Elías, Jeremías, Isaías, Juan el Bautista… todos los profetas nos invitan a nosotros a ser hoy los profetas de nuestro tiempo:

Cuando pensamos en los signos de nuestro tiempo, fácilmente recabamos en los signos negativos, en las nuevas pandemias que nos aquejan: las guerras, la inestabilidad política que padecemos, la corrupción de las conciencias y de las instituciones; el divorcio y la crisis de la familia; los ataques a la vida: a los más vulnerables con el aborto y a los ancianos con la eutanasia. O la ruptura de la transmisión de la fe…Últimamente pensamos en las nuevas pandemias posmodernas: el globalismo, el abuso de las pantallas en la educación, en la familia…; o en la introducción de la IA en los procesos de producción y de consumo. Y así, sin esperanza, fácilmente nos convertimos en profetas de calamidades, en hombres que no esperan nada.

¡Pero hoy!, y esto lo quiero subrayar: ¡pero hoy! Y no me refiero a un hoy que dura 24 horas, sino al momento presente que surge de la Resurrección del Señor y que es un hoy eterno. Hoy tenemos y siempre tendremos muchos motivos de esperanza.

En la Iglesia, y esto es urgente, necesitamos una regeneración de la esperanza, esa que comenzó con el Concilio Vaticano II. No emprenderemos una nueva evangelización, hermanos atentos, que es la nuestra, la de los que estamos hoy aquí, muchas veces tibios y con cara de aburridos en las iglesias y en el mundo; ¡cristianos de mínimos, de cumplimiento y nada más! No emprenderemos una nueva evangelización, una verdadera conversión, sin esperanza, porque nadie camina sin esperanza. Volviendo al ejemplo del principio: tres fuerzas nos jalan hacia Dios: la fe, la esperanza y la caridad, son como tres niñas que van unidas agarradas de las manos, pero es la pequeña la que tira hacia adelante de todas. ¡Nada se hace sin esperanza! Sin esperanza los jóvenes no van a misa, ni tienen el coraje de casarse y emprender la gran aventura que supone formar una nueva familia, generosa y abierta a la vida. Sin esperanza no se superan las crisis, crisis de cualquier tipo: en la familia, en el trabajo, en la educación, en la Iglesia. Sin esperanza no surgen nuevas vocaciones a la vida consagrada religiosa o laical, o al sacerdocio, o a la vida contemplativa en los monasterios. Hace falta continuar con el movimiento de esperanza que surgió del Concilio Vaticano II y que ya estaba gestando desde hacía mucho tiempo antes; y del cual el Venerable P. Tomás Morales, fundador de las Vigilias de la Inmaculada hace 83 años, fue un pionero.

3.   Hoy más que nunca necesitamos testigos de esperanza. Pero, ¿dónde están estos testigos, y quiénes son? Pablo VI, el papa del Concilio dijo que la presencia de la Iglesia en el mundo se concreta y se realiza principalmente por la acción de los LAICOS. Los cuales no sólo son Iglesia, sino que también hacen Iglesia. Fue el mismo Pablo VI quien acuñó la frase "Es la hora de los laicos" coincidiendo con el ideal que encarnaba y transmitía el P. Morales.

Somos los laicos, inmersos en las realidades temporales, quienes, cuando vivimos al Cristo que llevamos dentro, hacemos presente a la Iglesia en medio del mundo.

Quiero contarles un ejemplo de lo que puede hacer un laico cuando toma conciencia de su fe. Es lo que ha sucedido en un pueblo de Extremadura durante todos estos años, un pueblo conocido por algunos de nosotros, pero que puede ser tu parroquia, tu distrito, empresa de trabajo, tu propia familia. Un joven hace Ejercicios Espirituales, un retiro, y cuando llega a su pueblo, empieza a ir a misa todos los días y comulga. Los del pueblo comentan: este se va a hacer sacerdote. Pero no, se hace maestro, y al poco tiempo termina de maestro en su mismo pueblo. Después se casa y tiene cinco hijos. Su ejemplo arrastra primero a su familia, incluso a sus cuñados y después a otras familias del pueblo. Se forma así un pequeño movimiento de colaboradores con la parroquia que ponen al servicio del pueblo sus talentos, crean asociaciones y el resultado es un pueblo que hoy cuenta con una comunidad católica muy activa y comprometida. Y todo comenzó con un joven laico que se encontró con Jesucristo y se hizo fermento, sal y luz entre los suyos, como pide Jesús a sus discípulos.

¡La esperanza! ¿Pero en qué cosa la ponemos o mejor, en quién? Ciertamente, hermanos, no en nuestros méritos, pues todo lo que tenemos lo hemos recibido, sino en Jesucristo que cumplirá sus promesas: para el cielo de intimidad eterna con Él, y sus promesas para la tierra: nuestro mundo está muy mal, pero Él ha prometido reinar y reinará. Nuestra esperanza es Jesucristo, Él vive en cada uno de nosotros que somos su cuerpo, su Iglesia. Pero con una condición: que estemos unidos a Pedro, a su vicario, al dulce Cristo en la tierra como lo llamaba Santa Catalina de Siena.

4.   Y he dejado para el final lo mejor: orando con María. Orando con María nos abrimos a la esperanza. En oración con la Inmaculada, nadie como ella ha sabido esperar. Ella creyó contra toda esperanza que se cumplirían las promesas de Dios.

¡La Inmaculada! Se han preguntado alguna vez ¿por qué las imágenes de las Inmaculadas, tan bellas, no llevan nunca al niño en brazos, salvo alguna excepción? Pues porque lo lleva en su seno, según el libro del Apocalipsis. Y ese niño, ahora somos cada uno de nosotros. Ella nos lleva a cada uno en su seno para darnos a luz en la vida eterna. Y claro yendo en el seno de María es fácil pasar el sistema de control de calidad que dirige San Pedro a las puertas del paraíso. El seno de María es nuestro refugio de salvación por lo que podemos decir que ella hace operativa la misericordia de Dios para con nosotros. ¡Con una madre así qué fácil es tener esperanza!

Oremos con María en medio del mundo, como contemplativos en la acción; eso es acoger la Palabra de Dios que nos salva, es saber que: aquí está nuestro Dios, esperábamos en Él y nos ha salvado. Estando en el seno de la Inmaculada, nada ni nadie pueden quitarnos la esperanza. ¡Dios te salve María, llena eres de gracia…

Muchas gracias


Fecha Publicación: 2023-12-08T03:50:00.000-08:00

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA VIRGEN MARIA, PATRONA PRINCIPAL DE ESPAÑA

 

El 1 de noviembre de 1466, trece pueblos que pertenecían al señorío de los condestables de Castilla se reunían en la iglesia de San Nicolás de Bari, en Villalpando, para realizar el primer voto a la Inmaculada Concepción del mundo. Sus nombres pasarán a la historia: Villalpando, Quintanilla del Monte, Cotanes del Monte, Villamayor de Campos, Tapioles, Cañizo, Villar de Fallaves, Villardiga, Prado, Quintanilla del Olmo, San Martín de Valderaduey, Villanueva del Campo y Cerecinos de Campos.

El voto de Villalpando se efectuó 31 años antes del que avala la Universidad de la Sorbona (París) y diez antes de que el papa Sixto IV publique la primera bula sobre la Inmaculada Concepción con la discusión entre los teólogos aún viva. Ya entonces era una tradición antigua en Villalpando.

Por otra parte, el Patronazgo de la Santísima Virgen Inmaculada sobre los infantes españoles se atribuye a un acontecimiento acaecido en las postrimerías del siglo XVI, en 1585, tras la rendición de Amberes, cuando Alejandro Farnesio dispuso que el Tercio Viejo de Zamora, a la orden del Maestre de Campo don Francisco de Bobadilla, se situase en defensiva en la plaza de Bommel. Allí se produjo el famoso Milagro de Empel.

El papa Clemente XIII, por medio de la Bula Quantun Ornamentun, la proclama Patrona Principal de España, las Indias y sus reinos. La noticia no llegó hasta el 12 de enero de 1761. Años más tarde, el 8 de diciembre de 1854, el papa Pío IX, en la Basílica de San Pedro, proclamó el Dogma de la Inmaculada Concepción de La Virgen María en la Bula Ineffabilis Deus: "la doctrina de la Bienaventurada Virgen María en el primer instante de su Concepción, por singular gracia y privilegio de Dios Omnipotente, en atención a los méritos del Salvador del género humano, Jesucristo, fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles", e instauró esa fecha para que toda la Iglesia celebre dicha fiesta anualmente. El Martirologio Romano recuerda que el 8 de diciembre, "... en este mismo día, fue definida como verdad dogmática recibida por antigua tradición".

DEVS QVI PER IMMACVLATAM VIRGINIS CONCEPTIONEM DIGNVM FILIO TVO HABITACVLVM PRAEPARASTI QVAESVMVS VT QVI EX MORTE EIVDEM FILII TVI PRAEVISA EAM AB OMNI LABE PRAESERVASTI NOS QVOQVE MVNDOS EIVS INTERCESSIONE AD TE PERVENIRE CONCEDAS PER EVMDEM DOMINVM... AMÉN.

Ramón García Gómez.

Caballero de Alcántara.

Unquera, 8 de diciembre de 2023. SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

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LA INMACULADA CONCEPCIÓN: UNA EMPRESA DE TEÓLOGOS, ARTISTAS Y REYES

Javier Burrieza Sánchez

Estamos ante una "empresa" que se hallaba presente en las grandes páginas de la teología, en los pinceles y cinceles de pintores y escultores, pero también en la cotidianidad de los saludos: "Ave María Purísima, sin Pecado Concebida". Con muchos siglos cuenta este debate teológico que ha sido defendido con pasión y entusiasmo por las distintas órdenes religiosas, provocando encendidas controversias, defendidas por sus clientelas, incluso físicamente. El arte se iba a convertir en un instrumento adecuado para contribuir a su popularización devocional. Para la discusión ya estaban las páginas de los sesudos teólogos: franciscanos con Juan Duns Scoto, jesuitas y carmelitas frente a los dominicos que, con Tomás de Aquino, eran "maculistas". Se leían las propias de Bernardo de Claraval, Ramón Llull, Buenaventura, Alberto Magno, Francisco Suárez o sor María de Jesús, la monja visionaria, concepcionista de Ágreda con su "Mística Ciudad de Dios".

La representación de la Inmaculada Concepción era la de aquella adolescente orante, cabellera repartida por espalda y hombros y humilde mirada. La Virgen —como solicitaba el pintor Francisco de Pacheco en su "Arte de la Pintura"— debía ser tan hermosa como "fuera posible al humano pincel", siguiendo los colores de la visión de Santa Beatriz de Silva, fundadora de las monjas concepcionistas. Pacheco creó un prototipo de su iconografía, en las obras que realizó en esa década de entusiasmos inmaculistas entre 1610 y 1620. Propuestas que continuaron Diego Velázquez, Pedro de Mena o Alonso Cano; Zurbarán Murillo o Gregorio Fernández; José de Ribera o Rubens. Una empresa defendida por las letras, plasmada en el teatro, impulsada por la ascética.

 El 1 de noviembre de 1466, en la iglesia de San Nicolás de la zamorana Villalpando, se hizo el primer voto de Villa en el mundo, por el que se defendía la Concepción inmaculada de María. Un gesto que, después, se fue integrando en las instituciones. Si el mundo universitario había tenido una importancia fundamental en la controversia, después algunas de las más importantes Universidades la consideraron su patrona y los doctores, cuando se graduaban, hacían juramento de defender esta "pía opinión", en los días en que no estaba proclamada como dogma. Para ello, intentaron presionar a los Papas los monarcas españoles de los Habsburgo y después de los Borbones —Felipe III, Felipe IV o Carlos III—. Y como lo sacro también inundaba la sátira y el humor cargado de ironía, se decía: "Todo el mundo en general / a voces Reyna escogida / diga que sois concebida / sin pecado original". Y a los que no lo defendían, los frailes dominicos, amparándose en Tomás de Aquino, ya les cantaban aquello de: "alaba a Tomás, nadie lo ignora, aunque saca a la Virgen pecadora". Carlos III obtenía del Papa la posibilidad de nombrar patrona de España a la Inmaculada Concepción, después de que en el siglo XVII se hubiesen desarrollado sus propias controversias en lo que se refería a los patronos de la Monarquía. El rey extendió el citado juramento de defensa a todas las Universidades españolas, además de fundarse academias de Bellas Artes bajo su advocación como la de Valladolid.

Igualmente, era de gran importancia la traducción litúrgica. El papa Alejandro VII concedió, en 1664, a España y a sus Indias el oficio y misa propios de la Inmaculada, una fiesta de precepto para todos los católicos de aquella gran Monarquía. Fuera de estas polémicas, el papa Pío nono proclamó el dogma de la Concepción Inmaculada de María el 8 de diciembre de 1854. Habrá curiosamente, a su lado, un dominico en la preparación de esta definición, fray Fernando Blanco, premiado después con la mitra de Ávila y el arzobispado de Valladolid. La difusión devocional de las apariciones de la Virgen de Lourdes, en 1858, reforzaba lo decidido por Roma. Así se identificó aquella dama de blanco a la joven Bernadette: "yo soy la Inmaculada Concepción".

Aunque el dogma se encontraba definido y proclamado, las iglesias continuaban llenando sus altares con la Inmaculada. Ya no eran las grandes obras aunque el modelo lo aprovechaba una nueva imaginería religiosa, a veces de dudosa calidad. Se recuperaron las antiguas congregaciones marianas de los colegios y en las aulas de los siglos XIX y XX se multiplicaron los jóvenes congregantes hasta el Vaticano II. Esta fiesta, que la Iglesia litúrgicamente considera solemnidad, es indispensable para entender, no sólo la historia de la política religiosa sino también  la de la cultura, las letras y el arte.


Fecha Publicación: 2023-11-30T16:07:00.000-08:00

BEATO BERNARDO FRANCISCO DE HOYOS: LA HISTORIA DE UN JOVEN JESUITA EMPRENDEDOR. FIESTA DEL 29 DE NOVIEMBRE

Javier Burrieza Sánchez. Universidad de Valladolid

 

Una de las vistas de mayor belleza de la provincia de Valladolid es divisar Torrelobatón cuando se está a punto de pasar por la cercana localidad de San Pelayo, viniendo desde el monasterio de La Santa Espina.

Como no podía ser de otra forma, la villa viene definida por la fuerte silueta de su castillo de raigambre comunera y por sus iglesias, la de San Pedro ya derrumbada, y la de Santa María, en pleno funcionamiento pastoral como parroquia. La fábrica y ruinas de la primera impresionan desde el camino de entrada y según he podido conocer, su primer derrumbe ocurrió en medio de una tormenta de una tarde del verano de 1933, cuando "un rayo acabó con aquella espadaña asomada a la arboleda del Hornija". En la segunda, la mencionada de Santa María, recibió las aguas bautismales, un 5 de septiembre de 1711, tras haber nacido el 21 de agosto , un niño que era hijo del secretario del Ayuntamiento y que desde ese momento fue llamado Bernardo Francisco, Bernardo Francisco de Hoyos.

Quizás este personaje del siglo XVIII, que vivió tan sólo veinticuatro años y que murió tras haber puesto en marcha toda una campaña de expansión de una nueva devoción en España, la del Sagrado Corazón de Jesús, se ha convertido en uno de los aspectos más importantes de la historia de la localidad, por encima de los comuneros —que tienen en su castillo un Centro de Interpretación— o de la propaganda, ya mítica, que a esta villa y su fortaleza proporcionó la película que el estadounidense Anthony Mann dirigió sobre "El Cid" y que protagonizaron Charlton Heston y Sofía Loren. En aquel "film" llegaron a intervenir como extras trescientos cincuenta vecinos de Torrelobatón. Cuando el coche en el que viajamos entra en la localidad, pasando la ermita del Cristo de las Angustias, entonces podemos leer que aquella es la villa del "beato padre Hoyos", título con el que este jesuita fue inscrito en una ceremonia solemne ocurrida en Valladolid, un 18 de abril de 2010. Unos meses antes, los vecinos de Torrelobatón y su Corporación municipal le habían reconocido como "hijo predilecto", en el salón de plenos de su Ayuntamiento y delante de la casa que le vio nacer hace tres siglos. Tras haberse restaurado y ya abierto esta casa natal, y esperando que un nuevo signo permite alcanzar la decisión de la canonización de este jesuita,  tenemos los esfuerzos permanentes de su vicepostulador, el padre Ernesto Postigo, y de la Asociación de Amigos Padre Hoyos.

Los autores clásicos que contaban la vida de alguien ilustre, especialmente distinguido por sus virtudes, ponían énfasis en resaltar sus orígenes familiares. En la de Bernardo Francisco de Hoyos de Torrelobatón no había nobles. A su padre hoy le denominaríamos con la consideración de "funcionario", por ser secretario del Ayuntamiento. Su madre, Francisca de Seña, era definida por su "genio varonil", lo que equivalía a decir que contaba con las virtudes atribuidas a los hombres. Eso, en el siglo XVIII —todavía no paritario aunque con avances en la percepción y la educación de la mujer— se consideraba un beneficio. Con todo, en el día de la muerte de su padre, el Ayuntamiento de Torrelobatón alabó la gestión e integridad de don Manuel de Hoyos. El escritor José Cassani, un jesuita "ilustrado" que se encuentra entre los primeros académicos de la Lengua, criticaba estos "realces inútiles" de los antecedentes nobiliarios de las familias: "los santos sólo conocen por Padre a Dios, y no aprecian ni buscan más patria que la del Cielo". La patria, aunque fuese local, tampoco era inútil —como ocurre actualmente—, aunque algunos la presentasen como un mérito más, no solamente para el santo sino también para aquellos que compartían el paisanaje.

Los hagiógrafos resaltaban el embarazo —casi siempre providencial— y el parto, la infancia y sus juegos, pues todo conducía a una futura vida ejemplar. Narraban que permaneciendo todavía en Torrelobatón, en un popular baile familiar, el niño Bernardo entró en la sala llevando un libro en sus manos. Se subió a un taburete e imitando a los misioneros populares, que eran auténticos personajes reconocidos en aquella sociedad del siglo XVIII, comenzó a leer en un tono solemne, dentro del mencionado libro, un pasaje que había encontrado contra los bailes. Y es que eran éstas una de las costumbres que más combatían los misioneros populares en sus trabajos. Una vez que aquel niño terminó en su proclama, el baile cesó. Eran los juegos que enseñaban a hacer un santo tal y como se concebía en aquel siglo.

Bernardo tenía que estudiar más allá de las primeras letras y eso no lo podía hacer en Torrelobatón, a lo que se unieron las dificultades familiares para darle licencia de ingreso en la Compañía de Jesús tras la muerte de su padre e incluso un viaje inesperado que hizo a la Corte madrileña. Desde 1726, las localidades jesuíticas de Villagarcía, Medina del Campo y Valladolid serían los escenarios de su corta e inquieta existencia consiguiendo ser sacerdote de la Compañía de Jesús meses antes de su muerte. Torrelobatón, quizás, no se volvió a divisar en su horizonte vital, aunque seguramente siempre recordó la silueta legendaria de su castillo, propia de los juegos y la imaginación de cualquier niño, aunque éste fuese santo. Hoy le recordamos en su fiesta, 29 de noviembre, pues en este día de 1735 murió en el Colegio de San Ignacio de Valladolid, hoy Real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián. La búsqueda de sus restos permiten ilustrar episodios un tanto misteriosos y aventureros. Pero eso lo dejamos para otro día... los más interesante es encontrar en este joven jesuita a un emprendedor, fiado y empeñado en las cosas de Dios, sin límites, siempre sin límites, como sucede con el amor, el amor del Corazón de Jesús.


Fecha Publicación: 2023-11-27T05:50:00.000-08:00

MENDONÇA, José Tolentino Pequeña teología de la lentitud, Barcelona: Fragmenta Editorial, 2017, 74 pp

 

Me sorprendió su título entre cientos de libros, me atrapó desde el inicio y me lo compré, leyéndolo de un tirón en el avión. ¡Qué libro tan grande a pesar de sus 70 páginas! ¡Qué profundidad a pesar de su aparente sencillez! He vuelto a releerlo al saber que su autor ha visitado al Perú, tras su nombramiento como cardenal de la Iglesia y su responsabilidad al frente del dicasterio para la Cultura y Educación en el Vaticano; junto a Mons. R. Prevost y Mons. J. Moliné fue investido como doctor honoris causa por la USAT de Chiclayo, que celebra los 25 años de su creación.

Me resulta como el Kempis de la serenidad e interioridad. El manual del freno espiritual ante la vida galopante. Hay muchos momentos en la vida que necesitan ser vividos con lentitud. Hoy las prisas nos devoran. El ritmo de lo cotidiano es frenético: hacer y más hacer. Perdemos de vista y nos desorientamos cuando no sabemos frenar, mirar atrás y reconocer que ante todo somos criaturas de Dios con un deseo inmenso de ser felices. Perdemos el arte de la vida. Por eso, este libro te puede ayudar a recuperar un poco ese «caminar lento» para saborear los pasos, los márgenes, los rincones de tu vida. A través del agradecimiento, del perdón, de la espera, del cuidado, de contemplar y habitar la vida, de la perseverancia, de la compasión, de la alegría, del morir, del deseo… se va haciendo un viaje hacia el interior de uno mismo, descubriendo ahí la gracia de Dios. Después de todo, somos invitados a entrar en la lentitud, en el ritmo y en los tiempos de Dios, para sacarle el máximo provecho a la vida: lo que nos conecta con nosotros mismos, con Dios y con los otros; y lo que nos vitaliza, nutre y regenera.

Merece la pena considerar sus 17 epígrafes que comienzan con "el arte de": la lentitud, lo inacabado, agradecer lo que no nos dan, , perdón, esperar, cuidad, habitar, contemplar la vida, perseverancia, comprensión, la alegría, encuentro de lo que se pierde, felicidad, la gratitud, escuchar nuestro deseo, morir, no saber.

Comparte de la obra de Milan Kundera, La lentitud sus palabras: "Cuando lascosas suceden con tal rapidez, nadie puede estar seguro de nada, de nada en absoluto, ni siquiera de sí mismo". La prisa nos condena al olvido pues "pasamos por las cosas sin habitarlas, hablamos con los demás sin escucharlos, acumulamos información que no llegaremos a profundizar" (p.9).

La verdad que su lectura me ha tocado como algunas ya clásicas como la de El Principito y te deja con ganas de ser mejor, de ser más, de SER. Todos buscamos la felicidad, la alegría. Me encanta su bienaventuranza: "¡Bienaventurados los que viven una historia y la pueden contar. Bienaventurados los que cultivan flores, pero interrumpen su labor ante ellas, disponibles y extasiados" (p.48).

«La alegría no se reduce a una forma de bienestar o a un consuelo emocional, aunque se puede traducir también de ese modo. La alegría, fundamentalmente, es una expresión profunda del ser: en bondad, en verdad, en belleza. Constituye una expansión personalísima de sí mismo. No hay dos alegrías iguales, como no hay dos llantos iguales. La alegría es singular. A pesar de tener una expresión física, conserva su naturaleza eminentemente espiritual. Hay quien se refiere a ella como un "estremecimiento", ya que, de la misma manera el tallo se estremece con la brisa o la alteración de la luz, nos recogemos en el silencioso y sorprendente estremecimiento de la vida. podemos decir que la alegría es una grafía del espíritu que nos acerca al milagro y que se traduce tanto en quietud como en risa, tanto en silencio como en canto, tanto en la presencia misma como en un entusiasmo compartido» (p. 49).

Entre los hermosos cuentos que inserta, les comparto el de Martin Buber y que me resulta conmovedor: "Mi abuelo era paralítico. Un a vez le pidieron que relatase una historia de su maestro. Entonces contó cómo su maestro Baalschem solía saltar y danzar durante la oración. Mi abuelo se puso en pie y continuó su relato, y el relato lo arrebató de tal manera que se vio obligado a mostrar, saltando y danzando, cómo lo había hecho su maestro. Desde aquella hora quedó curado" p.53

Su lectura es una invitación provocativa a ¡terminar con las prisas cuanto antes! para sorber y vivir con intensidad y fruición el momento eterno del presente.

Datos sobre el autor:

https://es.wikipedia.org/wiki/Jos%C3%A9_Tolentino_de_Mendon%C3%A7a

https://www.vaticannews.va/es/vaticano/news/2022-09/cardenal-tolentino-prefecto-dicasterio-cultura-educacion-vatican.html

 


Fecha Publicación: 2023-11-26T16:49:00.000-08:00

PADRE CARLOS S. POZZO EN LA FERIA DEL LIBRO RICARDO PALMA 2023

 

En el Auditorio: Pilar Dughi, este Viernes 24/11/23 - 17:00 a 17:45 h, tuvo lugar la presentación del libro P. Carlos S. Pozzo, SJ EL JESUITA DE LOS POBRES. ¡Coraje, gratuidad y gozo! (Universidad Católica de Santa María, Arequipa, 173  pp) en el que intervinieron Tania Miletich Spallarossa, sobrina nieta del P. Carlos, y el autor de la obra José Antonio Benito, en acto organizado por el Fondo Editorial, Universidad Católica de Santa María en la persona de su director Rubén Eloy Collazos Romero. Debido al viaje a Italia de la familia del P. Pozzo, fue Sor Gloria Turpo Umpire, religiosa de las Hermanas del Cardenal Sancha y muy cercana al P. Carlos, quien leyó el texto preparado por Tania y quien además nos compartió su entrañable testimonio acerca del carisma del Fundador de CIRCA. Tras las palabras de la Cámara del Libro y organizadores del evento, se leyó el texto que les comparto a continuación.

 

TANIA MILETICH SPALLAROSSA

Buenas tardes a cada uno de los presentes, y un saludo especial a quienes conocieron a mi tío, el padre Carlos.

Siento mucho no estar con ustedes. He tenido que viajar fuera del país. Estoy en Bogliasco, la tierra donde nacieron mis abuelos y mi tío abuelo el padre Pozzo. En este viaje visitaremos también el santuario de la Madonna de la Guardia, virgen que veneraba mucho mi tío y mi familia. En este santuario la virgen se le apareció a un pastor. Y su imagen se vio siempre en casas de nuestra familia.

Recuerdo a mi tío de pequeña, cuando venía a Lima a casa de mi abuelo, su hermano. Que alegría verlo llegar, se echaba en la alfombra con sus sobrinos nietos, siempre cercano y con una sonrisa a los niños en especial. Muy bromista, era la alegría de la casa y de la mesa.

Recuerdo que de niña me llamaban la atención sus zapatos viejos y empolvados.

Una vez le pregunté a mi madre por qué el tío no tenía mejores zapatos. A lo que sonrió y con ternura me contó que mi abuelo le había regalado en más de una ocasión dinero para comprarse unos nuevos, y que mi tío agradecía y luego el dinero lo compartía con los más necesitados. Que lo invitaba a Lima y le mandaba dinero a su hermano para que venga cómodamente en avión. Y que mi tío le agradecía y aceptaba y más bien luego les contaba que en realidad vino y se fue "tirando dedo" a camiones de la carretera, con buenos hombres que le dieron uno o algunos aventones. Todo para seguir compartiendo con quién más lo necesitaba. Así era el, así de humilde.

También recuerdo cuando murió su hermano, mi tío, el padre Vittorio Spallarossa, muy querido también en la iglesia de La Punta. Le pedimos al tío Carlos que venga para el funeral, para estar con la familia. Vino. Nos invitaron a acudir al que fue el cuarto de mi tío Vittorio en la iglesia. Y fuimos con él. La señora que nos atendió nos dijo si queríamos algo. Y mi primo y yo cogimos algunas estampitas o un par de rosarios suyos para tener de cerca un recuerdo suyo. Cosas sencillas. Sin embargo mi tío Carlos no se llevó nada, no quiso a pesar de la insistencia. No tendría nada de malo, al contrario, pero eso me llevo a entender un poco más su desapego hacia lo material. No era necesario para él , el llevaba a su hermano en su corazón y eso le bastaba.

Gracias a José Antonio de Benito por recopilar por años tanta información, y dar vida a este libro, tremendo logro. Los libros y la historia que transmiten permiten que no olvidemos, y aquí tenemos ejemplares que ayudarán no a qué se sepa quién fue mi tío, porque él nunca tuvo afán de ser protagonista, pero si a que se recuerde que con mucho trabajo, y confiando en Dios y en la "divina providencia" como él decía, se puede llegar muy lejos.

Gracias a todos aquellos que seguirán continuando la obra que el empezó algún día , y que debe continuar, como fue su deseo más profundo.

JOSÉ ANTONIO BENITO

Muy buenas tardes. Nos encontramos a pocos metros de la Casa que acogió al protagonista de nuestro libro P. Carlos S. Pozzo cuando ingresó  como novicio a la SJ y la que sirvió también para despedirle para el Cielo, después de una paciente y ejemplar enfermedad. Agradezco por su presencia, al igual que a los organizadores y a quienes me acompañan en la mesa.

Gozoso de ver publicado el libro y poder presentarlo en la Feria del Libro de Arequipa en el que se agotaron los ejemplares y ahora en Lima, les comparto lo que pensé como prólogo pero que no se llegó a publicar. Agradezco a Rubén Collazos, responsable de la edición, desde el Fon do Editorial de la UCSM, así como a toda CIRCA, en especial a Percy Choque quien nos comparte todo su archivo fotográfico y quien ha apoyado para que el libro vea la luz. Bendiciones y bienvenidas sugerencias y nuevas anécdotas para enriquecer una próxima edición

¡Sto lat! ¡Qué vivas cien años! Es la canción tradicional que cantan los polacos en sus cumpleaños y que tantas veces le cantamos al inolvidable San Juan Pablo II. ¡Cien años son los que celebramos por la vida del P. Carlos S. Pozzo[1] desde que abrió los ojos en el apacible pueblo de Bogliasco, Génova, de su patria Italia, y diez de su partida para el Cielo, desde su querida patria de adopción, el Perú!

 

CIRCA me solicitó el presente libro y lo acepté con respeto y cariño, aun a sabiendas de la dificultad de la empresa. Se trataba de presentar la biografía más completa posible del fundador de CIRCA. En realidad, desde que le conocí en 1994, quedé tan cautivado por tan fascinante persona, que fui anotando sus dichos, mensajes ¡y hasta sus bromas! De modo más sistemático, continué la tarea hace cinco años con la recopilación de todos los papeles posibles en sus escritos como los del periódico "El Destape", entrevistas a cientos de conocidos (jesuitas y de CIRCA, especialmente) y familiares; hurgué en los archivos a mi alcance como el de CIRCA, Archivo Arzobispal de Lima, Archivo General de la Nación (sección "Inmigrantes"); puse en orden mis propios apuntes de cuando traté al propio Padre Pozzo en entrevistas personales, reuniones…

 

Al redactar este texto, veo, sin embargo, que su historia interminable apenas si la he comenzado. Siento que su torrente de vida se me escapa; que la dilatada obra socioeducativa y religiosa de CIRCA es inabarcable. Presento con sencillez lo que logrado hasta la fecha con el ánimo de que lo vean como un libro abierto dispuesto a ser "corregido y aumentado" en una deseable pronta segunda edición. Agradezco los cientos de testimonios, de los que tan sólo seleccionamos algunos. Sí les adelanto que, en el formidable rompecabezas que constituyen los cientos de testimonios, se forma como en agradable caleidoscopio la imagen de un enamorado de Cristo, de un luchador de la fe, de un jesuita a carta cabal, un genovés arequipeñizado, un "toro bravo" de los mansos de  corazón del Evangelio, un gigante de la caridad "en salida", un comunicador gozoso del Evangelio, un apóstol de las periferias al estilo del Papa Francisco, un soñador realista que circundó la Blanca Ciudad de familias críticas y creadoras, un sonriente obrero de zapatos empolvados que se fió de Dios, escuchó la voz del pueblo, y con María en el corazón hizo de su vida un auténtico Magníficat. Al estructurar el libro quise dividirla en vida y obra, pero están tan unidas que me parece imposible escribir algo sobre el PP donde no esté CIRCA o sobre CIRCA sin el PP. De momento, queda así.

 

 

Y lo que quiero recalcar para concluir es que ha sabido crear continuidad dejando de ser imprescindible. Él era muy consciente de que era un instrumento en manos del Señor. Se dejaba interpelar por Él en la oración permanente, dialogaba con sus superiores para discernir, escuchaba a los miembros de CIRCA, se convertía en su voz, les daba el protagonismo en la organización en la acción. Por eso, al enfermar y no poder estar al frente, CIRCA continuó como continúa en este momento.

 

Era frecuente, al contemplar obra tan colosal, que quien más quien menos se preguntase por su continuidad, especialmente tras el retiro o la muerte de su Fundador. Y hasta se deshojaban margaritas si "pasaría" a la Compañía de Jesús, al Arzobispado…El propio Padre Pozzo oraba, consultaba; sus superiores, sus próximos y hasta su "millón de amigos" se formulaba la cuestión. Yo mismo, como portavoz de tales inquietudes, se lo pregunté en un programa televisivo –creo que el único que admitió- de Jn 19: "Padre Pozzo, ¿y qué pasará con CIRCA cuando usted muera?". Y recuerdo que, sin titubear, totalmente seguro y con una sonrisa un tanto pícara, me respondió: "¡Dios no muere nunca!". Y yo casi no supe continuar, porque me quedé con ganas de decir: "Suficiente, Padre, no necesitamos nada más, mil gracias y que el Señor le bendiga a usted y a CIRCA por siempre". Porque su respuesta equivalía a decir, CIRCA comenzó a vivir porque Dios lo quiso, a través de la obediencia a mi Superior y escuchando la voz de los pobladores de Alto Selva Alegre; continuó por deseo de la Divina Providencia, a través de lo que le iba suscitando y discerniendo en la consulta permanente con los circulistas y sus superiores; y continuará hasta que Dios quiera porque Él no muere nunca. Espero que esta lectura les anime a escribir su propia anécdota, su vivencia y logremos la ansiada biografía completa de nuestro querido Padre Carlos.

 



[1] Al mencionar tantas veces el nombre P. Carlos Spallarossa Pozzo, S.J. preferimos abreviar como PP Padre Pozzo).


Fecha Publicación: 2023-11-18T02:40:00.000-08:00

SOR MARÍA CANDELARIA DEL CORAZÓN DE JESÚS BÉJAR MEDINA


El día de ayer, con gran júbilo, la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ayacucho en la persona del Lic. Carlos Condori Castillo, ha reconocido como personalidad meritoria a nuestra ilustre religiosa clarisa SOR MARÍA CANDELARIA DEL CORAZÓN DE JESÚS BÉJAR MEDINA, cronista de nuestro Monasterio de Santa Clara de la Concepción de Huamanga. He aquí el discurso pronunciado por mi persona para este magno evento:

TE DEUM LAUDAMUS!

TE DOMINUM CONFITEMUR!

¡A TI, OH DIOS, TE ALABAMOS!

¡A TI, SEÑOR, TE RECONOCEMOS!

Sr. Director de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Ayacucho.

Distinguidas autoridades presentes.

Querido público asistente.

Inicio recitando este antiguo himno de acción de gracias al Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente Creador, al Dios que se la revelado y se ha hecho hombre en la imagen de Jesús Nazareno, Rey de Huamanga y de nuestros corazones.

Como Capellán de este templo y monasterio, joya y relicario del barroco huamanguino, y como responsable de la Comisión Arquidiocesana de Bienes Culturales, tengo el gran honor de dirigirles estas palabras en nombre de toda la comunidad religiosa aquí congregada.

Huamanga es una tierra rica en historia y tradiciones, el Divino Nazareno es testigo de los hechos trascendentales, ocurridos en nuestra Iglesia Ayacuchana a lo largo de sus 400 años de creación.

Nuestro Monasterio de Santa Clara de la Concepción desde el 16 de mayo de 1568, fecha de su fundación, guarda en su interior hermosas tradiciones que han sido custodiadas, de generación en generación, por nuestras religiosas clarisas; así, pues, tenemos los hermosos testimonios acerca de la vida y obras de Don Antonio de Oré y Doña Luisa Díaz de Rojas, junto con sus cuatro hijas: Ana del Espíritu Santo, Leonor de Jesús, María de la Concepción e Inés de la Encarnación; todas ellas fundadoras de esta casa de oración.

Así también, este lugar fue testigo del gran aporte intelectual y pastoral del ilustre huamanguino Fr. Luis Jerónimo de Oré, Obispo de la Imperial de Chile y autor de valiosos escritos como el "SYMBOLO CATHOLICO INDIANO" de 1598 y el "RITUALE SEU MANUALE PERUANUM" impreso en Nápoles (Italia) el año de 1607.

Toda esta memoria histórica se encuentra reunida en la vida y obras de nuestra benemérita religiosa SOR MARÍA CANDELARIA DEL CORAZÓN DE JESÚS BÉJAR, dignísima hija de Huamanga.

Desde su ingreso en este Monasterio, ocurrido el 02 de agosto de 1950, viene haciendo una ardua y gratificante labor intelectual en beneficio de nuestra historia y cultura; todo ello, gracias a los sabios consejos y enseñanzas del Excmo. Mons. Elías Prado Tello, ilustre sacerdote del Clero ayacuchano.

Madre Candelaria ha recopilado numerosas historias y anécdotas, gracias a la tradición oral heredada de las beneméritas religiosas de este monasterio, entre ellas: las RR. Madres María Rosa del Tránsito Bendezú y Angélica Lama, fallecidas con fama de santidad.

Como fruto de esta labor intelectual, tenemos:

 

-Crónica de la fundación del Monasterio de Santa Clara de la Concepción de Huamanga.

-Jesús Nazareno y sus milagros.

-La Santísima Virgen Mama Percca.

-La Santísima Virgen Portera.

-El Señor del Sótano.

Que pronto serán editados para los lectores y amantes de nuestra historia local.

Gracias, Madre Candelaria, por estos grandísimos aportes para nuestra historia de Huamanga. No obstante sus 70 años de vida consagrada, usted sigue siendo un ejemplo para todos nosotros, quienes hemos de seguir cultivando el amor a nuestro patrimonio histórico y cultural a las generaciones venideras.

Que el Divino Nazareno, Rey de Huamanga, le conceda siempre su bendición.

 

Huamanga, 16/XI/22

Martín Laurente Campos


Fecha Publicación: 2023-11-15T18:14:00.000-08:00

SANTILLI, Vicente P. Luis Bolla, profeta del pueblo achuar su espiritualidad

(Asociación Librería Editorial Salesiana, Lima, 2020, 159 pp)

 

Nos encontramos ante la mejor síntesis biográfica en lo humano y lo espiritual del ya siervo de Dios padre Luis Bolla, misionero salesiano, que, tanto en Ecuador como en el de la Amazonía del Perú, dedicó toda su vida al pueblo shuar y achuar. Transmitió la Palabra de Dios en la cultura achuar sin intervenir en su cosmovisión. Insertó la religión cristiana en esta cultura. Evangelizaba en la lengua materna del pueblo.

Se ganó el corazón de todo el pueblo achuar, se comunicaba en su lengua, oficiaba misas en su lengua, vivía como ellos. Ya era parte de ellos. Su cuerpo está enterrado en Akuyunta, donde viven los achuar. Él vivió sintiéndose un achuar más.

El autor sin duda es quien mejor lo conoce por investigación y por contacto personal, vital.

Presenta la obra el Rector Mayor, hoy cardenal de la Iglesia, P. Ángel Fernández Artime, quien destaca el profetismo del P. Bolla cuya existencia "ha sido una estrella luminosa que ha llevado la luz del Evangelio" viviendo entre los achuar como un huésped, realizando un equilibrio maravilloso entre evangelización y respeto de la cultura" (p.5).

En la "introducción" el P. Santilli nos indica que lo específico del libro es resaltar "su gran personalidad y su profunda vida espiritual" (p.7) durante 60 años "en la selva amazónica, viviendo casi siempre solo, sin la presencia de hermanos salesianos que lo acompañaran" y su "confianza en Dios y en María Auxiliadora", logrando "formar una Iglesia particular con rostro indígena, unida estrechamente a la Iglesia universal, ya que homologaba los principios de la Iglesia católica con los elementos religiosos de la cultura achuar" (p.8).  

La primera parte se centra en el primer aspecto, su personalidad humana y se articula en cuatro capítulos, el tesoro de la educación familiar, el regalo de Dios al pueblo achuar, la sabiduría achuar y cristiana y las aventuras de un camino inexplorado.

La segunda parte nos habla de su espiritualidad, "hombre de Dios", con tres acápites: confianza en la Providencia de Dios, vida contemplativa, resonancia de los testigos.

La tercera parte se refiere a la "Iglesia particular autóctona" con siete capítulos: Proclamó el Evangelio con su vida, preparación de ministros achuar, una visión profética, el traslado de sus restos a Kuyuntsa, la visita del Papa Francisco, el sínodo amazónico, los cuatro sueños de Francisco en "Querida Amazonía", el acto de ofrecimiento de Yánkuam a Jesús y a María y a los hermanos aborígenes.

En la Conclusión se nos alienta a continuar con decisión la misión entre el pueblo achuar y las demás etnias del Datem del Marañón como con todos los pueblos amerindios. Con el desafiante y bello texto del misionero y antropólogo del P. Juan Bottasso que nos impele a seguir el ejemplo del P. Bolla "también en el corazón de las metrópolis modernas" donde "partiendo de sus experiencia" lo que necesitan es que "se les anuncie que Dios los ama" (p.135)

Como anexos, se ofrece una cronología esencial detallada desde 1932 -año de su nacimiento- al 10 de mayo del 2017 -fecha en que dejan los restos del P. Bolla en Kuyuntsa, después de una larga peregrinación desde Lima. En segundo lugar "signos especiales" (algunos hechos misteriosos en su vida, en Uwijint,, eficacia de la bendición, peligros de la selva, curación por la imposición de manos, un sueño revelador), "acontecimientos después de su muerte (curación en la misa del mes de su fallecimiento, el Testimonio de Waniach Martín Puranchor, la niña achuar que vuelve a renacer).

Termina con una práctica serie de todas las publicaciones sobre el P. Bolla hasta la fecha, un cordial agradecimiento y la bibliografía existente. 


Fecha Publicación: 2023-11-15T02:55:00.000-08:00

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Daniel de Pablo Maroto, ocd
Convento de La Santa-Ávila

Presento a los lectores una figura eminente del teresianismo científico; en primer lugar —pero no solo— a los de edad avanzada, porque recordarán que hace varios decenios el Padre propuso, creo que como hipótesis, el nacimiento de Teresa "en la riente aldea de Gotarrendura" (Ávila). Sus habitantes gozaron con la noticia y la aceptaron, aunque con pocas probabilidades de éxito. La tradición constante hasta nuestros días —a la que sigo como la mejor fundada en fuentes históricas— está en favor del "lugar del nacimiento" de Teresa en el lugar que ocupa en su iglesia el altar de la Virgen del Carmen y la conocida como "capilla del nacimiento".

1 – Breve biografía del personaje. Nació en Guadasuar (Valencia) el 2 de octubre de 1915, y murió en Benicasim (Castellón) en 1996. Profesó como carmelita descalzo en el Desierto de Las Palmas en 1931 y se ordenó de sacerdote en 1938. Consiguió el doctorado en teología en la recientemente inaugurada Universidad Pontificia de Salamanca, en 1945. Tuvo un encuentro providencial con el carmelita calzado holandés Otger Steggink en 1957, dotado de sentido histórico y un buen conocimiento del Carmen descalzo de santa Teresa, mientras el P. Efrén tiene un estilo literario más florido; los dos formaron un equipo ideal para construir la monumental Biografía de Teresa de momento no superada.

Conocí muy bien al Padre Efrén en una convivencia de diez años (1968-1978) en el convento carmelitano de la Plaza de España en Madrid; a mi primera obra dedicada a santa Teresa: Dinámica de la oración. Acercamiento del orante moderno a Santa Teresa de Jesús, Madrid, EDE, 1963, añadió el "Prólogo" (pp. 7-11). Siempre me animó a seguir con los estudios teresianos y le he hecho caso porque a Teresa y a su obra de escritora, fundadora y mística, he dedicado gran parte de mi producción literaria que él no ha visto culminada.

2 – El P. Efrén y la ciudad de Ávila. En Ávila dejó el Padre Efrén un mal recuerdo por su osadía de sugerir el nacimiento de la Santa en una aldea cercana, como recordé al principio. En la ciudad de Ávila la propuesta fue rechazada con muchos argumentos científicos por el canónigo D. Ferreol Hernández en un libro en el que no se refiere al Padre Efrén con su nombre —salvo error por mi parte— sino como "un padre carmelita", "el biógrafo", etc. Al final, intervino la Real Academia de la Historia confirmando el nacimiento de la Santa en la ciudad de Ávila. (Resumen, en mi biografía de la Santa, Mi Teresa, Burgos, Editorial de Espiritualidad, 2019, cap. 5, pp. 119-129). Ese pequeño desliz no ensombrece su quehacer como uno de los más "insignes teresianistas" de todos los tiempos, como vamos a ver.  Los Padres Efrén y Otger han mantenido su propuesta hasta el final de sus días con más o menos matices.

3 – Análisis de su producción teresiana. No puedo, por falta de espacio, aludir a su tarea de escritor, profesor y conferenciante sobre temas teresianos, pero sí, al menos, recordar algunas de sus Obras dedicadas a santa Teres, como Intimidades del Carmelo, Zaragoza, Carmelitas Descalzos, 1953.  Y, sobre todo y muy recomendable, Santa Teresa por dentro, Madrid, Editorial de Espiritualidad, 1973; con una segunda edición en 1982. Es un breve ensayo de Teresa penetrando en lo profundo de su alma, en sus sentimientos, una pequeña biografía de "interioridades". La herencia teresiana, Madrid, Editorial de Espiritualidad, 1975, con algunos posicionamientos muy discutibles. Sus "publicaciones" sobre varias materias no caben en una breve presentación de su persona como "teresianista".

El Padre Efrén comenzó sus trabajos "teresianos" en solitario como editor de las Obras completas de santa Teresa desde el año 1951 en la Editorial Católica (BAC n. 15) y en este vol. I añadió la primera parte de la Biografía de Teresa con el título Tiempo y vida de Santa Teresa (pp. 131-585), título que ha mantenido siempre y que ha sido el germen de las biografías posteriores, añadiendo constantemente muchas novedades. Concluía el relato con la fundación del convento de San José en 1582. Fue en ese esbozo de biografía donde expuso su opinión sobre el nacimiento de Teresa en Gotarrendura.

En ese primer volumen de las Obras editó la Vida Autobiografía de la Santa (pp. 587-877). Completó después la edición de las restantes Obras de la Santa en otros dos volúmenes, II (Madrid, 1954, BAC n. 29) y III (Madrid, 1959, BAC, n. 37), con la colaboración del P. Otger. El texto de esta edición de Obras completas ha tenido éxito con muchas ediciones posteriores en un solo volumen a partir del año 1962. Propio del texto del P. Efrén es que ha mantenido gran parte del léxico original de la Santa, como apriesa, cerimonia, colesio, confisión, monesterio, naide, ulana, etc. Nada que dificulte su lectura.

4 – Su gran Biografía de Santa Teresa. Pero el mayor mérito del Padre Efrén como "teresianista" no es ser el editor de las Obras completas de la Santa, sino el habernos dejado una riquísima biografía sobre ella con el título de Tiempo y vida de Santa Teresa, en una edición del año 1968 junto con el P. Otger (Madrid, BAC, n. 69) que ha ido aumentando de volumen con el tiempo. Con motivo celebrarse el IV Centenario de su muerte en 1982 publicaron en dos gruesos volúmenes y tres tomos Santa Teresa y su tiempo, Salamanca, Caja de Ahorros y Monte de Piedad, 1982 y 1984). Y, finalmente, culminaron su biografía con la monumental obra Tiempo y vida de Santa Teresa, Madrid, BAC Maior, 1996, 977 pp.) a la que voy a dedicar un breve comentario porque la considero la última voluntad de los dos prestigiosos teresianistas.

Se trata de una obra monumental difícil de superar y, con una simple mirada nos confirmamos en lo dicho; nos admira cómo los autores hayan sido capaces de almacenar tal cantidad de información, utilizando los materiales de tantos archivos, consultando y citando tantas fuentes históricas y estudios sobre santa Teresa y otras materias, apoyando sus tesis en una inmensa bibliografía, etc. Puedo decir que estoy admirado de cómo han sido capaces de edificar semejan catedral literaria sobre santa Teresa. Sugiero como explicación plausible la imagen de un río, débil de caudal en su origen y que se va engrosando con muchos afluentes.

 


Fecha Publicación: 2023-11-14T13:38:00.001-08:00

El sacerdote diocesano José María Velasco García ha fallecido en la madrugada de este martes, 14 de noviembre, en Paraguay, a los 86 años de edad. El cuerpo del Pa'i Velasco, como era cariñosamente conocido, será velado en la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, en Capiatá (Paraguay), la misma parroquia que fue testigo de su entrega durante más de 25 años, según han informado fuentes de la Diócesis de Salamanca. En este templo se celebrará la misa funeral por su eterno descanso, este miércoles, 15 de noviembre, a las 9:00 horas. Después, recibirá sepultura. La Diócesis de Salamanca se une en oración, y próximamente se anunciará la celebración de una misa funeral en su memoria.

Nacido en Tabera de Abajo (Salamanca), José María Velasco fue ordenado sacerdote en la Catedral Vieja de Salamanca el 29 de octubre de 1961, por el obispo Mons. Fray Francisco Barbado Viejo. Inició su labor pastoral en las parroquias de Alba de Tormes y Amatos de Alba antes de ser enviado a Paraguay a través de la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), donde ha dedicado más de 50 años de su vida a la comunidad paraguaya. de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), donde ha dedicado más de 50 años de su vida a la comunidad paraguaya. Primero, sirvió a la comunidad de la Santísima Trinidad, en Asunción y después a la de Nuestra Señora la Candelaria en Capiatá.

Además, desempeñó la labor de capellán del Instituto de Previsión Social de Paraguay (IPS) y colaboró activamente en los departamentos de Pastoral Social y de Jóvenes. Como defensor de la educación, promovió guarderías infantiles en las capillas de los barrios más vulnerables de Capiatá, así como la escuela y el colegio parroquial en la misma ciudad.

José María Velasco enfrentó desafíos significativos durante su misión en Paraguay, desde la dictadura hasta la transición a la democracia, siempre comprometido con la defensa de los derechos humanos y la libertad del pueblo. «Con la pasividad y conformismo, no hacemos nada», señalaba, mostrando la lucha de un cristiano en busca del Reino de Dios.

Resumió su labor en el país con las palabras: «servicio y trabajo» y será recordado por la comunidad capiateña por su incansable activismo comunitario, su compromiso social y su valiente lucha contra la corrupción.

La Diócesis de San Lorenzo en Paraguay ha expresado en un comunicado que José María Velasco fue «un sacerdote de gran corazón, siempre al servicio de la comunidad». Destaca su vocación sacerdotal marcada «por su amor a Dios y al prójimo, y por su compromiso con la justicia y la paz», así como su «profunda espiritualidad, que supo transmitir su amor a Cristo a través de su palabra y de sus acciones», y su testimonio de vida, que «fue un ejemplo para nosotros».

La Diócesis de Salamanca ha expresado sus condolencias a su familia y al obispo de la Diócesis de San Lorenzo, Mons. Joaquín Hermes Robledo. Unidos en la gratitud por la vida de José María Velasco elevan una oración por su eterno descanso.

https://www.lagacetadesalamanca.es/salamanca/fallece-paraguay-sacerdote-salmantino-jose-maria-velasco-20231114184359-nt.html


Fecha Publicación: 2023-11-14T02:51:00.001-08:00

Pocos personajes tan grandes en el Perú como el PACIFICADOR. Les comparto una de las más completas semblanzas del recordado Teodoro Hampe quien le dedicó su tesis doctoral

Gasca, Pedro de la. Navarregadilla (Ávila), VIII.1493 – Sigüenza (Guadalajara), 10.XI.1567. Clérigo, magistrado y político, pacificador del Perú, obispo de Palencia y de Sigüenza.

Fue uno de los varios hijos nacidos del matrimonio de Juan Jiménez de Ávila y María Gasca. No es desconocida la figura de Pedro de la Gasca entre los estudiosos del pasado hispano-americano, y especialmente de las décadas más tempranas de la colonización ibérica en el Nuevo Mundo, pues su labor en el sofocamiento de la rebelión de Gonzalo Pizarro ha llamado la atención de numerosos historiadores desde el siglo XVI. Hasta hace pocos años, sin embargo, se había omitido en general la tarea de explicar las circunstancias biográficas del personaje y de encuadrar su labor dentro del régimen administrativo de la España imperial. Parece ser que el clérigo y magistrado Gasca representaba un modelo de los funcionarios castellanos que administraron los negocios públicos en la etapa inicial de la gran Monarquía hispana, por lo cual hay que explicitar los factores culturales, sociales y personales que moldearon su intervención en la arena política. Y es que la obra del famoso "pacificador" tiene lugar en ámbitos tan diversos como el mundo universitario de Alcalá de Henares y Salamanca, la itinerante Corte de Castilla, el reino de Valencia, el séquito de consejeros de Carlos V en el Imperio Romano-Germánico, el territorio virreinal del Perú y las sedes episcopales de Palencia y Sigüenza.

Los orígenes familiares de Gasca, nacido en el poblado abulense de Navarregadilla hacia agosto de 1493, corresponden a una estirpe hidalga con firme sustento económico. El ascenso del personaje se vio favorecido por la cantidad de bienes raíces que poseía su familia en diversos lugares de la sierra de Gredos, así como por las importantes relaciones de algunos de sus parientes, en especial su tío, el licenciado del Barco, quien era allegado del cardenal Jiménez de Cisneros. En 1513, a la muerte de su padre, le tocó asumir la conducción del patrimonio familiar.

Pero la inclinación vocacional del joven Pedro era por el camino de los estudios. En 1519 le encontramos como colegial en San Ildefonso de Alcalá de Henares, lugar donde hizo la carrera de Teología y llegó a identificarse con la línea reformadora del clero que impulsaba el arzobispo de Toledo (Cisneros), alentador del humanismo erasmiano en la Península Ibérica. Una vez licenciado en Teología por la Universidad de Alcalá, en 1521, participó con mucho relieve a favor de la causa realista en el movimiento de las Comunidades de Castilla.

Para su desempeño en el ámbito político, resultaron decisivos los estudios de jurisprudencia que efectuó a continuación en la Universidad de Salamanca, foco principal del mundo académico castellano. Durante su permanencia de varios años en dicho lugar, Gasca estableció contacto directo con fray Francisco de Vitoria y otros pensadores distinguidos de la escuela jurídico-teológica salmantina, de inclinación neotomista. Esta circunstancia le permitió captar las esencias del derecho de gentes, normador de las relaciones internacionales entre pueblos civilizados (incluyendo a los aborígenes del continente americano), y asimilar el propósito de instaurar un mundo de "razón y justicia", obedeciendo a la voluntad divina.

Asimismo, recogió la moderna noción de que el Estado significa la entidad en que se funden los sujetos de la república, aquella en la cual se concentra la soberanía popular (cfr. Hampe Martínez, 1986). Tras haber sido electo al rectorado de la Universidad de Salamanca, en 1528, se convirtió en miembro del poderoso colegio mayor de San Bartolomé y asumió una plaza de canónigo en la catedral salmantina. El cardenal Tavera, nuevo arzobispo de Toledo, le llamó para ejercer las funciones de vicario eclesiástico en Alcalá de Henares (1537-1540), y en demostración de lo satisfecho que estaba con sus cualidades personales, le dio enseguida un puesto de magistrado en el Supremo Consejo de la Inquisición.

De este modo, a partir de 1540, se incorporaba al ámbito de la Corte real, lo cual implicaba atender negocios relativos a la Monarquía hispánica en su conjunto. Gasca experimentó la rivalidad de facciones que pugnaban por hacer prevalecer sus intereses en la Corte, situación fomentada por las reiteradas ausencias del emperador Carlos V. Entonces, al mudar sus simpatías al partido del consejero Francisco de los Cobos, se produjo un cambio en la esfera de su labor pública, pasando del terreno religioso al político (con expresa dispensación otorgada por el Papa).

La acción política de Gasca se inicia efectivamente en 1542, al asumir el cargo de visitador general de los oficiales del reino de Valencia. Así quedó situado frente a unos caracteres culturales e institucionales distintos del mundo castellano, y aunque su competencia no era en realidad ejecutiva, sino ante todo fiscalizadora, demostró hallarse capacitado para desempeñar una responsabilidad política de mayor envergadura. Hurgando en la vida interior del personaje, hay que tener en cuenta la decisiva significación de aquella mudanza al Levante valenciano, porque representaba un cambio de ambiente geográfico con respecto al que estaba habituado en la meseta castellana. Su permanencia cerca del Mediterráneo le dio a conocer el mar —pues "hasta hoy nunca entré en la mar ni aun la vi sino después que a esta ciudad vine", según escribe— y las características de gente ligada a actividades como la navegación, la pesca, la industria astillera, etc. Todo ello le hacía sentir a Gasca que estaba "en tierra extranjera", sentimiento que evidencia la pluralidad de naciones que componían el Imperio hispánico.

Debido al óptimo efecto de su trabajo en Valencia, Pedro de la Gasca fue seleccionado en 1545 para llevar a cabo la misión pacificadora del Perú, territorio disturbado por las ásperas reclamaciones de Gonzalo Pizarro y los demás encomenderos contra las Nuevas Leyes, que el virrey Blasco Núñez Vela se había empeñado en aplicar con rigidez. Antes de partir hacia el nuevo continente, se le otorgaron amplios poderes y el título de presidente de la Audiencia de Lima (16 de febrero de 1546), lo cual suponía la obligación de manejar directamente todos los negocios públicos del virreinato peruano. Dicen las crónicas que "no pidió ni capitanes, ni soldados, ni armas, ni jerarquía ostentosa, ni salario [...] sino un poder general tan pleno y absoluto como el que poseía el Emperador".

Al maduro jurista de más de cincuenta años le tocaba, pues, poner en obra los conocimientos adquiridos durante su larga preparación previa. Fue recibido en el istmo de Panamá con poco respeto, motejándole algunas personas la pequeñez de su cuerpo y la fealdad de su rostro. Allí, sin embargo, logró hacerse con la armada pizarrista que conducía el general Pedro Alonso de Hinojosa, secundado más tarde por Lorenzo de Aldana. Al llegar a las costas del Perú, en junio de 1547, anunció Gasca la revocación de las Nuevas Leyes, que habían originado el descontento al disponer la abolición de las encomiendas; otorgó su perdón a los rebeldes que acatasen su autoridad, y les permitió conservar sus empleos y rentas.

Aunque Gonzalo Pizarro y su sanguinario maese de campo, Francisco de Carvajal, se creyeron fuertes después de vencer al jefe realista Diego Centeno en el campo de Huarina (26 de octubre de 1547), Gasca logró reunir un ejército bastante numeroso y persiguió a sus enemigos a través de la cordillera andina. En la reseña de los batallones que se hizo en el valle de Jauja se contaron setecientos arcabuceros, quinientos piqueros, cuatrocientos jinetes y trece compañías de peones, puestos todos bajo el comando del general Hinojosa. Tan sólidamente organizada estaba la hueste, que la noticia de la derrota de Centeno en el encuentro de Huarina no afectó en nada el optimismo de esos súbditos leales reunidos en la cuenca del Mantaro.

Prácticamente sin batalla se derrotó a Pizarro en el valle de Jaquijahuana, cerca de Cuzco, el 9 de abril de 1548, porque los parciales del rebelde abandonaron su campo para pasarse al lado del "pacificador". Procedió éste enseguida a la ejecución de Pizarro, Carvajal y sus seguidores más contumaces y dictó las providencias que juzgó necesarias para aquietar las pasiones. Conseguida la victoria, La Gasca demostró una mentalidad netamente señorial al emprender la distribución de premios entre quienes habían coadyuvado a su triunfo. El reparto de Guaynarima, publicado el 17 de agosto de 1548, constituía un instrumento destinado a establecer una aristocracia de encomenderos, reducidos en número y económicamente poderosos, alrededor de los cuales debería girar la sociedad colonial.

La proporción de aquel reparto (de 1.300.000 pesos), y las omisiones cometidas en él, dejaron descontentos a muchos soldados, sobre todo a aquellos que se habían mantenido fieles a la bandera del Rey. De modo genérico, la tarea administrativa del presidente Gasca estuvo orientada a imponer en el Perú el dominio de los criterios políticos de la metrópoli. Con este objetivo, aplicó la tasación de tributos para controlar las rentas de los encomenderos, asentó definitivamente la Audiencia y a los corregidores como instancias del ministerio judicial, y organizó una estricta recaudación de los ingresos fiscales. Por otra parte, en virtud de su preocupación por dispensar buen tratamiento a los indios, se reveló como un fiel intérprete de las leyes proteccionistas expedidas a instancias de fray Bartolomé de Las Casas (Escobedo Mansilla, 1979: 33-34).

Al promover la conservación de la fuerza de trabajo nativa, empero, Gasca defendía no sólo principios humanitarios, sino también los intereses materiales de la Corona. Junto con la derrota del levantamiento de Gonzalo Pizarro, su logro más importante en la misión perulera (1546-1550) fue la recolección de un enorme caudal de oro y plata para las arcas del Estado, merced sobre todo a la explotación del rico yacimiento de Potosí. Su remesa de casi 2.000.000 de escudos fue acogida con extraordinaria satisfacción en España, valiéndole la concesión de dignidades preeminentes.

Gasca permaneció en la metrópoli ligado a la gobernación de las provincias indianas. Más de una vez fue convocado a expresar su dictamen acerca de materias como la discutida perpetuidad de las encomiendas, la estructuración del sistema judiciario o el usufructo de las riquezas mineras. En ello hay que considerar, por cierto, las virtudes que entrañaba la propia personalidad del clérigo de Navarregadilla: un hombre de gran talento diplomático, un castellano "fino", capaz de atraerse la colaboración de diversos grupos humanos y de negociar con los elementos más conflictivos. Era también un administrador prudente, apegado a las leyes y a los razonamientos bien meditados.

El 6 de abril de 1551 se expidieron las bulas que instituían a Gasca como obispo de Palencia; pero antes de tomar posesión de su sede, recibió la consagración episcopal en Barcelona y se dirigió por el Mediterráneo al encuentro del Emperador. En julio de 1551 llegó ante la persona de Carlos V, que tenía su Corte instalada en Augsburgo. Como súbdito, Pedro expuso con minuciosidad el uso que había dado a los poderes e instrucciones firmadas por el Monarca para su administración en el Nuevo Mundo, señalando los medios que empleó a fin de reducir el levantamiento de los colonos peruleros, sentar un orden pacífico en la tierra conquistada por Pizarro y recaudar con eficacia los dineros pertenecientes a la Hacienda Real. Agradecido por su ejemplar comportamiento, el Monarca le pidió que permaneciera a su lado, integrando el selecto conjunto de asesores que el gobernante tenía a mano para resolver los problemas más delicados de su vasto Imperio.

Posteriormente, en 1558, sirvió como albacea testamentario de las reinas Leonor de Francia y María de Hungría, ambas hermanas de Carlos V, y donó todos sus bienes a favor de su hermano Diego para instituir un mayorazgo. El 11 de agosto de 1561 accedió a la sede episcopal de Sigüenza, una de las más importantes en el reino de Castilla. Aunque el personaje estuvo asociado originalmente con una corriente reformadora dentro de la Iglesia, ligada a la austeridad y disciplina conventuales, en el curso de su vida llegó a adquirir gran ambición por los honores y los bienes suntuarios. Beneficiado con la dignidad de obispo, reunió una apreciable fortuna, gracias a la cual estatuyó una obra pía en Valladolid e hizo múltiples donaciones a favor de sus hermanos y demás familiares. También se preocupó de colocar en ventajosos empleos a esta parentela, de tal manera que un clan poderoso —el de los Gasca— quedó formado para perpetuar la memoria del ilustre político quinientista.

En 1567, a los setenta y cuatro años de edad, nimbado por la buena fama de estadista y prelado, falleció Pedro de la Gasca en el castillo de Sigüenza. Sus restos fueron sepultados en el altar mayor de la iglesia de la Magdalena de Valladolid, donde había fundado una rica capellanía.

En cuanto a Gasca en la tradición historiográfica, según ha escrito el catedrático y académico español Juan Pérez de Tudela y Bueso (1989), ningún observador puede negar el peso extraordinario que para las sociedades de la América hispana tuvo la fase instauradora de gobernaciones y virreinatos, que alcanza hasta la octava década del siglo XVI. Y nadie ignora las dificultades —especialmente graves por lo que se refiere a la interpretación— que lleva consigo el historiar unos días que fueron tan fecundos en crear condiciones para el futuro, como dramáticamente agitados. Así, pues, en las trágicas "alteraciones" del Perú de las guerras civiles hace crisis, y destapa toda su carga de ingredientes y de virulencias, el proceso (iniciado ya en 1492) que fue constituyendo el orbe conflictivo del conquistador.

En este ambiente, añade Pérez de Tudela, los partidismos enconados y el apasionamiento de las versiones desfiguradoras hicieron que la contextura misma de Pedro de la Gasca quedase en la penumbra, por lo que respecta a sus bases formativas y su experiencia. De este modo permanecieron en el centro del drama las sinuosidades misteriosas del Gasca legendario, vale decir, un bonete encubridor de la inteligencia más sutil, pero también más engañosa. Ello había originado en buena medida la equívoca impresión de que el protagonista hubiera salido virtualmente de la insignificancia para ser instalado por el emperador Carlos V en un escaño desproporcionado, al confiarle la misión acaso más delicada y grave que en esa hora apremiaba a la Monarquía ibérica.

Apenas después de su resonante victoria en el campo de Jaquijahuana, la actuación del pacificador del Perú empezó a ocupar las páginas de los cronistas indianos. Obedeciendo un encargo del propio Pedro, entonces obispo de Sigüenza, Juan Cristóbal Calvete de Estrella redactó un libro (1567) dedicado especialmente a historiar el curso vital de Gasca, colocando particular énfasis sobre su misión en el Nuevo Mundo; una obra de tono apologético, hecha para deleitar —con minuciosos relatos de viajes y de situaciones bélicas— el gusto de los lectores del Renacimiento, así como la vanidad del biografiado. El texto de Calvete de Estrella, que no iba a circular impreso hasta finales del siglo XIX, se apoyó en un repertorio de documentos tocantes a la labor gasquiana que fueron utilizados también por otros escritores de la gesta colonizadora de América, como el palentino Diego Fernández (1571).

Tendencia semejante, en cuanto al elogio incondicional del personaje, se percibe en algunas monografías publicadas en fechas más recientes. Podemos citar un artículo de Carlos Ramírez de Arellano (1870), que sintetiza la intervención del licenciado Gasca en el terreno político; una conferencia de Rafael Salillas (1892), publicada con ocasión del cuarto centenario del descubrimiento colombino; y un opúsculo de Nicolás Acero y Abad (1895), autor que expresa haber mantenido vinculación con los descendientes del "pacificador". Más interesante es la aportación que ofrece el historiador regional Nicolás de la Fuente Arrimadas (1925-26), estudioso de los caracteres naturales y humanos de la comarca del Barco de Ávila. Algunos de sus juicios respecto a Gasca se encuentran trasladados en el ensayo biográfico de Amable García Sánchez (1965), última producción que puede inscribirse dentro de tal corriente apologética.

Desde 1920 han aparecido nuevas interpretaciones en torno a la obra política de Gasca en América, surgidas de un manejo cuidadoso de las evidencias documentales y de una actitud crítica frente a las opiniones tradicionales. En primer lugar, hay que mencionar el trabajo de Luisa Cuesta Gutiérrez, erudita bibliógrafa, quien dedicó su tesis doctoral y un opúsculo subsecuente (1928) a examinar la labor del estadista en tierras indianas, ilustrando su estudio con la transcripción de valiosos manuscritos de los archivos de Madrid, Sevilla, Simancas y Valladolid.

Debido a su agudeza en el enjuiciamiento y a su independencia respecto de cualquier estimación preconcebida, son importantes las observaciones que ha manifestado Juan Pérez de Tudela y Bueso (1963) acerca de las guerras civiles del Perú y la actuación del celebrado "pacificador". Saliendo al paso de las imágenes corrientemente divulgadas, Pérez de Tudela ha remarcado el crudo pragmatismo del presidente de la Audiencia limeña, su ambición por disfrutar honores en la metrópoli y su mentalidad netamente señorial, aunque reconoce su honradez, su talento diplomático y su preocupación por el bienestar de la masa indígena.

Tal capacidad de sugestión corresponde asimismo al análisis que el ilustre hispanista Marcel Bataillon (1967) consagrara al movimiento dirigido por Gonzalo Pizarro, donde enfoca principalmente los elementos que favorecieron el triunfo del estandarte monárquico. Por otra parte, en su estudio introductorio a la Descripción del Perú compuesta por el clérigo barqueño, Josep M. Barnadas (1976; ed. ampliada en 1998) aporta sustanciales ideas acerca del genio de Gasca como dirigente político, advirtiendo al mismo tiempo la necesidad de que se elabore una biografía cabal de este personaje. Y, aunque no atañe de manera directa a la obra gasquiana, merece la pena citar el libro de Guillermo Lohmann Villena (1977), orientado a examinar el sustento jurídico y moral que los rebeldes peruleros brindaron a su levantamiento contra las Nuevas Leyes.

Se sabe que existió un conjunto de papeles referentes a la misión del sacerdote castellano en Indias que se difundieron en copias manuscritas poco tiempo después del retorno de Gasca a la Península. Un grupo importante de esos pliegos, que estaban en poder del ilustrado marino Fernández de Navarrete y del conde de Ezpeleta, fueron dados a publicidad en los tomos 49 y 50 de la Colección de documentos inéditos para la historia de España (1866-1867); se trata básicamente de cartas, tanto las cursadas por el emisario cortesano al Consejo de Indias y a Gonzalo Pizarro, como las enviadas a Gasca u otros destinatarios. A modo de complemento, las Cartas de Indias, editadas en la capital española por el Ministerio de Fomento (1877), reúnen una serie más pequeña de testimonios relacionados con la misión pacificadora del Perú, cuyos originales se conservan en el Archivo Histórico Nacional.

Adicionalmente, una tercera recopilación documental importante es la que ha publicado Juan Pérez de Tudela y Bueso bajo el título Documentos relativos a don Pedro de la Gasca y a Gonzalo Pizarro, en dos volúmenes (1964), con una diversidad de papeles generados en la época del alzamiento pizarrista, incluyendo muchas cartas suscritas por el presidente de la Audiencia limeña que hasta entonces se mantenían inéditas. Dichos manuscritos proceden de la colección Henry E. Huntington, de San Marino, California (Huntington, 1925). Asimismo, se encuentran muchas noticias interesantes en el Corpus documental de Carlos V, que ha editado Manuel Fernández Álvarez (1973-1981). Dentro de la correspondencia sostenida por los máximos jerarcas del Imperio se evidencia la preocupación que había por conocer el desenvolvimiento de la tarea política de Gasca en el reino de Valencia y, sobre todo, en el Nuevo Mundo.

Un texto nacido de la pluma del propio actor, su Descripción del Perú (1553), se ha incorporado hace sólo una veintena de años al elenco de testimonios impresos y editados críticamente. Es una somera descripción de las cosas más notables del país, recogida en latín, por el secretario del entonces obispo de Palencia.

En cuanto a las contribuciones sobre aspectos específicos de la vida y obra de Pedro de la Gasca, cabe mencionar sus informes dirigidos a la Casa de la Contratación de Sevilla, que exhumó el historiador argentino Roberto Levillier (1921); su testamento, que fue dado a conocer por Luisa Cuesta Gutiérrez (1953); y un curioso resumen de la tasa general de las encomiendas del Perú, aplicada por vez primera en virtud de un mandato gasquiano, que publicó María Rostworowski de Díez Canseco (1983-1984). No hay que olvidar, por cierto, una comunicación expuesta al XXXVIII Congreso Internacional de Americanistas por el investigador Carlos Cevallos Bohórquez (1968), que relaciona una serie de archivos en diferentes ciudades españolas donde pueden hallarse rastros documentales de la obra política de Gasca.

Por último, se añade a este repertorio bibliográfico la tesis doctoral del autor de esta biografía, sustentada en 1986 ante la Universidad Complutense de Madrid y publicada luego en dos ocasiones (Hampe Martínez, 1989 y 1990), donde se ofrece un estudio integral de la tarea política realizada por Gasca en los dominios del emperador Carlos V. Basada en documentación de primera mano extraída de los archivos de Madrid, Sevilla, Valencia, Simancas, Valladolid, Salamanca y otros lugares, esta obra examina particularmente la actuación de Pedro como visitador general del reino de Valencia y como pacificador de las revueltas civiles del Perú. Es un hecho que la obra peruanista del licenciado Gasca contribuyó a forjar las estructuras políticas, económicas y sociales que habrían de perdurar a lo largo de todo el virreinato.

En el parecer de la crítica especializada, dicho libro cumple con presentar la figura del protagonista como el modelo del "cortesano-diplomático-clérigo- inquisidor" de aquellos tiempos. La obra ha sido calificada además como texto inspirador y valioso, producto de "un acucioso investigador y excelente recopilador" (reseña de Lydia Fossa Falco, en Revista Andina [Cuzco], n.º 15, julio de 1990, págs. 290- 292).

 

Bibl.: C. Ramírez de Arellano, "El licenciado Pedro de la Gasca", en Revista de España, 15 (1870), págs. 252-265; R. Salillas, El pacificador del Perú, Madrid, Ateneo de Madrid, 1892; N. Acero y Abad, El presidente La Gasca, Valladolid, Imprenta y Librería Hijos de Rodríguez, 1895; R. Levillier (ed.), Gobernantes del Perú; cartas y papeles (siglo xvi), Madrid, 1921-1926, 14 vols.; Henry E. Huntington Library and Art Gallery, From Panama to Peru. The conquest of Peru by the Pizarros, the rebellion of Gonzalo Pizarro and the pacification by La Gasca, London, Maggs Bros., 1925; L. Cuesta Gutiérrez, La obra de don Pedro de la Gasca en América (contribución al estudio de la política colonizadora de España en América durante el siglo xvi), Santiago de Compostela, Tipografía de "El Eco Franciscano", 1928; L. Cuesta Gutiérrez, "Testamento de don Pedro Gasca, pacificador del Perú, y la apertura del mismo", en Revista de Indias, 13 (1953), págs. 119-122; D. Fernández (el Palentino), "Historia del Perú [1571]", en Crónicas del Perú, ed. y estud. prelim. de Juan Pérez de Tudela y Bueso, Madrid, Atlas, 1963, I, págs. 1-384, y II, págs. 1-87; J. Pérez de Tudela y Bueso, "Observaciones generales sobre las guerras civiles del Perú", en Crónicas del Perú, t. I, Madrid, Atlas, 1963, págs. 7-76; J. Pérez de Tudela y Bueso (ed.), Documentos relativos a don Pedro de la Gasca y a Gonzalo Pizarro, Madrid, Real Academia de la Historia, 1964, 2 vols.; J. C. Calvete de Estrella, Rebelión de Pizarro en el Perú y vida de don Pedro Gasca [1567], en Crónicas del Perú, t. IV, ed. y estud. prelim. de Juan Pérez de Tudela y Bueso, Madrid, Atlas, 1964-1965, págs. 227-409, y t. V, págs. 1-147 A. García Sánchez, Don Pedro de la Gasca; estudio biográfico, Salamanca, Imprenta Núñez, 1965 (separata de "Béjar en Madrid"); C. Cevallos Bohórquez, "Ruta bibliográfica para el estudio del pacificador del Perú, don Pedro de la Gasca, en los archivos de España", en Verhandlungen des XXXVIII. Internationalen Amerikanistenkongresses, t. IIII, München, Klaus Renner, 1971, págs. 477-480; M. Fernández Álvarez (ed.), Corpus documental de Carlos V, Salamanca, Universidad, 1973-1981, 5 vols.; P. de la Gasca, Descripción del Perú [1553], ed. de Josep M. Barnadas, Caracas, Universidad Católica Andrés Bello, Instituto de Investigaciones Históricas, 1976; G. Lohmann Villena, Las ideas jurídico-políticas en la rebelión de Gonzalo Pizarro. La tramoya doctrinal del levantamiento contra las Leyes Nuevas en el Perú, Valladolid, Universidad, Seminario Americanista, 1977; R. Escobedo Mansilla, El tributo indígena en el Perú (siglos xvi y xvii), Pamplona, Universidad de Navarra, Oficina de Educación Iberoamericana, 1979; M.ª Rostworowski de Díez Canseco, "La tasa ordenada por el licenciado Pedro de la Gasca (1549)", en Revista Histórica (Lima), 34 (1983-1984), págs. 53-102; T. Hampe Martínez, "Don Pedro de la Gasca y la proyección del mundo universitario salmantino en el siglo xvi", en Mélanges de la Casa de Velázquez (París), 22 (1986), págs. 171-195; T. Hampe Martínez, "Don Pedro de la Gasca, visitador general en el reino de Valencia (1542-1545)", en Estudis (Valencia), 13 (1988), págs. 75-97; Don Pedro de la Gasca (1493-1567). Su obra política en España y América, pról. de J. Pérez de Tudela y Bueso, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Fondo Editorial, 1989 [Ed. abreviada, Palencia, Diputación Provincial de Palencia, Departamento de Cultura, 1990]; M. Bataillon, "Los colonos del Perú contra Carlos V: análisis del movimiento pizarrista (1544-1548)" [1967], en La Colonia; ensayos peruanistas, Lima, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, 1995, págs. 79-96; P. de la Gasca, Descripción del Perú (1551/1553): texto original español y versión latina coetánea, estudio, edición y notas de Josep M. Barnadas, Cuzco, Centro de Estudios Regionales Andinos Bartolomé de Las Casas, 1998 (= Archivos de historia andina, 28).

 

Teodoro Hampe Martínez


Fecha Publicación: 2023-11-13T16:20:00.000-08:00

Michael Henry Stickelbroeck. Doctor en Teología Dogmática (Universidad Augsburgo. Docente en el Instituto Universitario de Filosofía y Teología (Austria), nos visita regularmente como docente en la Facultad de Teología de Lima y aprovechamos su presencia para compartirnos testimonio vocacional y misionero y algunos alcances de sus investigaciones teológicas. Aquí el podcast junto con mi cuestionario y alguna de sus respuestas por escrito. Muchas gracias. Bendiciones

 

https://www.radiomariaperu.org/testimonio-vocacional-y-participacion-de-los-fieles-en-la-misa/

 

1.   P. Michael, cuéntenos dónde nació y cómo fue su familia, infancia y estudios primarios y secundarios

2.   Cómo ha sido su formación universitaria

3.   Cómo fue su vocación

4.   Ahora ¿dónde desempeña su ministerio?

5.   Nos desarrolla el tema:¿Por qué la participación de los fieles en la Eucaristía requiere su presencia física?  Participación presencial de los fieles en la Eucaristía

6.   Qué representa el Perú para usted

7.   Un mensaje para los jóvenes

 

¿Cómo surgió su vocación?

Bueno, sí, sin duda el encuentro con la fundadora de la Academia Gustav Siewerth contribuyó mucho a mi vocación. Se trata de la Sra. Alma von Stockhausen, una filósofa católica alemana a la que conocía desde los 17 años y que, sin duda, fue para mí una madre espiritual.

Por supuesto, importantes para mí eran también los otros profesores que fueron a esta Academia para darnos valiosas conferencias. La Academia está situada en el sur de la Selva Negra, en Alemania. Durante muchos años, incluso como estudiante, participaba yo a veces en clases y eventos de esta Academia. Las charlas por la noche alrededor de una chimenea abierta eran especialmente impresionantes.

Así que esta academia fue un hito innovador para muchos jóvenes. Se dedicó a la interconexión del pensamiento y la fe.

También fueron importantes para mí las conversaciones sobre la fe que tenía con amigos que también visitaban esta Academia, que se dedica a la interconexión del pensamiento y la fe.

En el centro de la fe católica está la Eucaristía, el sacrificio de la Misa. Por ello surgió en mí el deseo de celebrar yo mismo la misa y hacer así presente a Cristo para los fieles.

El CIC dice en el n. 1994, citando a San Agustín: "La justificación del impío es una obra más grande que la creación del cielo y de la tierra...".  [...] porque "el cielo y la tierra pasarán, mientras [...] la salvación y la justificación de los elegidos permanecerán" (San Agustín, In Iohannis evangelium tractatus, 72, 3).

Yo entendía cada vez más y mejor que la cooperación con Dios en la obra de la salvación de las almas es el trabajo más importante que hay. Eso fue lo que quería hacer. Por eso me convertí en sacerdote.

Desde los primeros años de mis estudios, me dediqué mucho a la teología. Me inspiraban los escritos de Joseph Ratzinger. Junto con muchos otros sacerdotes de mi generación, pertenecemos a la llamada "Generación Benedicto".

 

Su presencia en el Peru

En mis primeros años como profesor de teología, sentí la necesidad de aprender español y de ponerme en contacto con teólogos de lengua española. Compré libros para aprender español e asistí en clases de español en la Universidad de Viena. En algún momento tuve la idea de hacer algo en América Latina. Hablé de ello con diferentes personas. Entonces me puse en contacto con el padre Thomas Huckemann, que llevaba 25 años trabajando en Cañete. Me consiguió una invitación para venir a Perú. Fue una gran experiencia nueva para mí. La gran piedad de la gente de aquí me anima. Lo he experimentado en la veneración de las imágenes, especialmente de Cristo crucificado, en las procesiones y también en las misas.

Se puede sentir, si se viene de Europa, que la fe de la Iglesia ha sellado el alma de Perú y está muy viva aquí.

Por eso me gustó tanto que desde hace 15 años vengo a Perú cada año.

 

Una palabra para la juventud

Las redes sociales están muy presentes en la vida actual. Muchos no consiguen apartar el celular durante el trabajo, el estudio, las horas libres, las comidas, las conversaciones. Así, se corre el riesgo de estar inmerso en un mundo virtual que no es la vida real. Esto ocurre donde nos encontramos con la naturaleza, el medio ambiente, otras personas. Ten el coraje de una ascesis mediática (abstenerse de los medios), apaga el dispositivo al menos durante 5 horas cada día. ¡Intenta descubrir lo que el otro realmente necesita y conversa con él acerca de esto! Dedica tiempo a conversaciones reales. ¡Busca la verdad! Así encontrarás también a Cristo.

 

 

 


Fecha Publicación: 2023-11-13T15:46:00.000-08:00

Javier Burrieza Sánchez: "En Vos confío. Historia de la devoción del Sagrado Corazón de Jesús"  (Mensajero, Bilbao, 2023)

 La figura del Sagrado Corazón de Jesús ha sido un pilar en la espiritualidad de los últimos siglos, y para comprender su profundo impacto, es esencial remontarse a sus orígenes. Javier Burrieza Sánchez nos transporta a través del tiempo, desde las Sagradas Escrituras y los Santos Padres hasta la influencia revolucionaria de santa Margarita María de Alacoque y jesuitas clave como los padres La Colombière, Croiset y Gallifet. A medida que avanzamos, nos encontramos con el beato Bernardo Francisco de Hoyos, cuya devoción inflamó los corazones de España, y cómo esta fe se ha ido adaptando y transformando a lo largo de los siglos hasta llegar a la actualidad. Con un enfoque detallado y una pasión evidente por el tema, Burrieza nos ofrece una visión completa y fascinante de esta historia de amor y devoción.
Resulta indispensable para entender la espiritualidad de los últimos siglos, la devoción del Sagrado Corazón de Jesús. Podemos encontrar raíces en las Sagradas Escrituras y en los Santos Padres, textos esenciales, para entenderla, pero debemos situar que desde la monja salesa de Paray-le-Monial, santa Margarita María de Alacoque, comenzó una nueva etapa en el culto público de la misma, en compañía de algunos jesuitas como los padres La Colombière, Croisset y Gallifet. Después, a través de un joven estudiante de la Compañía que fue ordenado sacerdote pocos meses antes de morir, el hoy beato Bernardo Francisco de Hoyos, su expansión corrió como "pólvora" amorosa por los rincones de una Monarquía que todavía era inmensa. De ahí, el sentido de esas palabras del "Reinaré en España". Era una devoción desconocida, necesitada de altavoces y estrategias de evangelización en el siglo de la Ilustración. Después llegará la expulsión, la extinción, la restauración de la Compañía, la politización de esta devoción, su Siglo de Oro en el siglo XIX, su presencia iconográfica y devocional constante, las consagraciones, además del magisterio pontificio. No habíamos contado en su trayectoria esta historia de pasión, sobre todo cuando se trata del Corazón de Jesús, hasta llegar a las canciones más contemporáneas, que no ya himnos, que hablan de un "amor infinito".
Todo ello lo realiza Javier Burrieza Sánchez (Valladolid, 1974), Profesor Titular de Historia Moderna de la Universidad de Valladolid. En su carrera docente, académica e investigadora la Compañía de Jesús es una de sus líneas fundamentales. Ha analizado ámbitos jesuíticos, ministerios, trabajos, palabras, personas, auditorios, devotos, devociones, opiniones, leyendas negras y rosas del Instituto ignaciano, desde los primeros compañeros hasta Pedro Arrupe, cuya biografía le condujo a dedicarse a la historia de la Compañía.

Fecha Publicación: 2023-11-10T13:49:00.000-08:00

El P. Diego Méndez (Didaco Mendezio) (1540-1618) primer geógrafo del Perú

 

José Antonio Benito

Al hilo de la exposición «La cartografía en el Virreinato del Perú» en el Museo Naval del Callao, les comparto los datos obtenidos sobre este sacerdote geógrafo, el primero del Perú. 

Nace en Madrid y fue autorizado en 1569 a trasladarse al Perú. Hacia 1575 fue ordenado sacerdote en Lima. Estudia en la Universidad de San Marcos. Desde 1580 ejerce su ministerio sacerdotal en Bolivia: Aullagas, La Plata y Challapta.

Desde 1586 fue beneficiado en Chucuito. En 1600 regresó a Lima donde sirvió como capellán mayor del monasterio de la Encarnación. Contribuyó con su hacienda a la fábrica del nuevo monasterio y se reservó a su costa la  construcción del templo. cosmógrafo virreinal y capellán del monasterio de la Encarnación de Lima, es considerado uno de los pioneros de la cartografía peruana, pues fue el autor del primer mapa del Perú específico levantado in situ como fruto de una experiencia local.

Méndez fue el cosmógrafo mayor del virreinato y dibujó varias cartas de marear en España. El hermoso mapa,  "Peruvie aurifrae Regionis Typus" de fino y elegante dibujo, muestra una airosa carabela en el sur y un singular velero de cabotaje en el norte; es de mayor fidelidad y precisión geográfica en la nomenclatura que otras cartas europeas de la época, lo que descubre que fue confeccionado con base en fuentes locales. Se mencionan en él, entre otras, las ciudades de Tumbes, Piura, Trujillo, Lima, Pisco, Arequipa, Jaén, Chachapoyas, Huánuco, Huamanga y el Cuzco. Su fuente principal parece haber sido la "Crónica del Perú" de Pedro Cieza de León, aparecida en 1553, así como otras fuentes particulares.

El mapa de Méndez que se reproduce corresponde a la edición latina de 1584 del atlas "Theatrum Orbis Terrarum" de Abraham Ortelius, inaugural colección de cartografía mundial de base científica, publicada entre 1570 y 1612, en sucesivas y más amplias ediciones, en la ciudad de Amberes, entonces principal urbe de los Países Bajos españoles. El título fue "Peruviae Auriferae Regionis Typus"

Opina  el  maestro Raúl Porras Barrenechea que «el mapa  es  de  mayor  fidelidad  y  precisión  geográfica  en  la  nomenclatura  que  las  cartas  europeas  de  la  época  y  descubre  que  debió  ser  hecho  a  base  de  fuentes  locales»  (Fuentes  históricas  peruanas, Lima, 1963, p. 388).

El P. E. Fernández en su "Perú cristiano" (PUCP, 2000, p.164) afirma que el P. Diego Mëndez "es el autor de la "Corografía del Perú", de Sevilla, en 1608. En su sencillez y humildad rehusó el patronato del monasterio; Méndez autor de la  Encarnación; está enterrado a la entrada del monasterio de la Encarnación, en cuya iglesia está sepultado".

 Por un documento del Archivo Arzobispal de Lima (Mon. Encarnación I:6) parece que vive todavía en 1632 pues Alonso Gallegos le solicita le entregue el contrato suscrito con doña María Díaz de Segura en 1608.

Les comparto algunos datos sobre la fundadora del Monasterio del que fue capellán

https://peru-cristiano.blogspot.com/2014/09/leonor-portocarrero-la-salmantina-que.html

A lo largo de la Lima virreinal fue el convento más poblado. En 1631,  contaba con 233 profesas de velo negro, 37 de velo blanco, 18 novicias, 45 donadas, 34 seglares hijas de nobles y más de 400 mestizas, mulatas, negras y esclavas al servicio de las monjas. Este convento también es considerado como la Casa Madre de todos los conventos de clausura que se fundaron en la capital del Virreinato. Prueba de ello es que de él salieron monjas para la fundación del Monasterio de la Concepción (18 de Agosto de 1573); para reedificar y renovar el de monjas Bernardas (21 de febrero de 1579) y para fundar el Monasterio de Santa Clara (10 de septiembre de 1605. El local del monasterio vivió presionado por el crecimiento de la ciudad, por lo que su área original fue disminuyendo, en 1858 perdieron la mitad del terreno para dar lugar a una estación del tren a Chorrillos en lo que es hoy la Plaza San Martín. Luego, en 1910, le fueron expropiados 3.325 metros cuadrados para prolongar la avenida Nicolás de Piérola. Finalmente, el terremoto de 1940, al que le siguió un devastador incendio, destruyó de tal forma el convento y la iglesia que obligó a las religiosas a vender todo y trasladarse a su nuevo emplazamiento en la cuadra 17 de la avenida Brasil donde, desde el 6 de marzo de 1943, pasó a vivir la comunidad. El nuevo local fue diseñado por el arquitecto Alfonso G. Anderson, los padrinos de la obra fueron el presidente de la república Manuel Prado y Ugarteche y su esposa Enriqueta Garlad, y fue bendecido por el monseñor Pedro Pascual Farfán, obispo de Lima.

 


Fecha Publicación: 2023-11-04T12:38:00.000-07:00

CAVALCANTI ROCHA, Alexandre José De Hollanda

Mariología a su alcance (Instituto Lumen Sapientiae, Lima, 2023, pp.352pp)

 

"De Maria nunquam satis" (De María nunca se dirá lo suficiente). Afirmó categórica y bellamente san San Bernardo. Y lo podemos declarar con gozo en nuestro Perú ensantado acerca de lo que según el autor de la obra que presento es "el primer manual de Mariología publicado en el Perú". ¿Es que no ha habido mariólogos o teólogos que han hablado de María en nuestra tierra? Por supuesto que sí, baste con recordar al franciscano ayacuchano Luis Jerónimo Oré y sus tiernas letanías marianas, al sacerdote diocesano Juan Pérez Bocanegra compositor del  Hanaq pachap kusikuynin  (Alegría del Cielo) himno procesional para las festividades dedicadas a la Virgen María, al también clérigo diocesano Juan Espinosa Medrano autor de hermosos sermones marianos como el pronunciado en la Catedral del Cuzco "Oración Panegírica a La Concepción Purísima de Nuestra Señora" y publicado en su "Novena maravilla", el franciscano Pedro Gual que participó en el Concilio Vaticano I brillando en sus estudios sobre el dogma de la Inmaculada, o su hermano de hábito y también catalán de origen, el prolífico P. Elías Passarell que escribió varias obras marianas como novenas y hasta  La Regeneración social por medio de María en 1886, pero no hay un tratado mariológico peruano que conozcamos. Así que ¡felicitaciones!

Prologa la obra Monseñor Salvador Piñeiro quien destaca el papel fundamental de María a lo largo de su vida como obispo y sacerdote, precisamente el jubileo de sus 50 años. Nos asegura que la obra ayudará a los fieles a conocer y a amar más a María y que "ayudará a los teólogos, sacerdotes, religiosos y promotores vocacionales a profundizar en los misterios tan abundantes de la "bendita entre todas las mujeres" (p.14)

Como todo tratado o manual brinda un esquema claro y didáctico, arquitectónico. Es un libro fundamental para conocer en profundidad las verdades reveladas en la Biblia, profundizadas por los Padres de la Iglesia y confirmada por el Magisterio Pontificio.

El lenguaje claro y de fácil entendimiento se asocia el valor académico del libro, proporcionando una obra que será de gran utilidad tanto para los fieles cuanto para los estudiantes de Teología, sacerdotes, religiosos y religiosas.

La obra se articula en seis capítulos. El primero, "Conociendo la mariología" nos explica esta ciencia que "se esfuerza en estudiar los principios revelados sobre la Madre del Redentor" (p.23). El principio fundamental debe estar fundamentado en la construcción orgánica del estudio sobre la Madre del Redentor. Los principios secundarios son el de singularidad, conveniencia, eminencia y semejanza con Cristo. La doctrina mariana es fundamental en el cuerpo de la teología bajo el aspecto especulativo, práctico y de necesidad para el culto mariano de la Madre de Dios.

El segundo capítulo "María en las Escrituras" nos presenta con exhaustividad todos los textos marianos en el Antiguo Testamento (Génesis, Isaías, Miqueas) distinguiendo los "acomodaticios" de los "de sentido mariológico discutido" y los "ciertamente mariológicos". Acerca del Nuevo Testamento presenta la literatura paulina, el evangelio de san Ma4rcos (3, 31; 6,3), el de Mato, Lucas y san Juan, junto con el Apocalipsis(dimensión histórico-salvífica; perspectiva eclesiológica; visión mariológica)

El capítulo III se refiere a la "historia de la mariología", recorriendo los libros apócrifos, la patrística, la etapa medieval, moderna y contemporánea, señalando al final la polarización de la mariología en dos tendencias (cristotípica y eclesiotípica) según la manera de concebir el papel de María en la obra redentora.

El capítulo IV trata de "María en la estructura fundante de la salvación", y nos explica el deseo salvífico universal de Dios, la respuesta del hombre, María como nueva Eva y prototipo de mujer, María como estructura fundante basada en mediación única y universal de Cristo, la necesidad de la cooperación mariana en la economía salvífica.

El capítulo V nos presenta los Dogmas marianos, su historia, su contenido, su alcance: la Maternidad divina, la perpetua virginidad, la Inmaculada Concepción, la Asunción. Como temas en estudio señala la "corredención mariana" y la "Medicación universal". En todo momento el autor sale al paso de dificultades más comunes y que son señaladas por los hermanos separados como es el tema de los "hermanos de Jesús"(p.258)

El capítulo VI, "La devoción mariana", nos estimula a vivir una "actitud de respeto, oblación y atención" (p.305), tal como se manifiesta en la Biblia, la liturgia y de modo especial a través del Rosario, en la imposición del Santo Escapulario y en la Consagración de amor, tal como enseña san Luis María Grignion de Monfort, como "libre consagración como esclavo de amor a la Sabiduría eterna y encarnada por las manos de María" (p.331). El último acápite "María: la guía para la salvación" nos encamina a vivir la verdadera devoción a María como "camino para la santificación y donación al servicio de la irradiación del reino de Dios" (p.334), imitando su "fidelidad en el transcurso doloroso de la Pasión, que condujo a la muerte salvadora y a la resurrección gloriosa del ' Hijo del hombre" (p.335).

Una selecta y abundante bibliografía nos permite seguir ahondando en esta precisa, devota y gozosa mariología. Sólo me queda agradecer y felicitar al autor por darnos su ciencia y corazón para lo más tierno y seguro de nuestra devoción cristiana, María.

MAYOR INFORMACIÓN SOBRE LA OBRA Y MODO DE ADQUIRIRLA

 http://www.mariologia.info

José Antonio Benito