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En estos días de protestas del pueblo de Islay para abrogar la autorización de construcción que se dio al Proyecto minero Tía María y, que ahora se ha unido la ciudad de Arequipa, estamos percibiendo cómo la tranquilidad del pueblo mistiano está siendo amenazada cuando esta empresa minera utiliza a gentes que bajo un careto falso de dialogo levantan sutilmente las banderas del racismo como medio para dividir a la sociedad arequipeña y así debilitarla y lograr de esta manera ese mezquino e infame objetivo de imponer su “tajo abierto” a toda la población.
Interpretan ese viejo manual de “divide y vencerás” que se está aplicando en contra de la fuerte tradición de cohesión que existe en el pueblo arequipeño y que le ha caracterizado tanto a través de su historia valiéndole distintos adjetivos como aquel “León del sur”. Fue la unión de los arequipeños que hicieron posible sus revoluciones para lograr sus pedidos, casi siempre justos.
Estos rufianes utilizan el vil racismo y la exclusión como armas para dividir y enfrentar a la población arequipeña, y para esto, contratan a sus propios mercenarios, extraídos de los grupúsculos más conservadores, fundamentalistas y racistas que existen dentro de esta urbe, pero que, al final, son en su gran mayoría, personajes oscuros que no han logrado superar esos terribles traumas y complejos de descender de gente migrante de las partes altas de los Andes que fueron maltratado por una sociedad y gente muy racista y discriminadora, y esos recuerdos intrauterinos, lo trasmiten en un discurso que excluye a gran parte de la población mistiana sostenido a duras penas por una incongruente y enfermiza tesis sobre una supuesta ascendencia “pura” hispana y que aquí le dan el nombre huachafo de “arequipeño neto”, –que ya de por sí sería risible para un actual madrileño, imagínense la vergüenza ajena que despierta en un nativo ilustrado-.
En la plaza de Yanahuara –un distrito de la ciudad de Arequipa- se agruparon esta especie de extraviados "neonazis", de los cuales, algunos rostros también habían participado en esas conocidas marchas de "con mis hijos no te metas", uno de sus principales agitadores, antes de ser llevado a empellones por sus matones –algo nervioso- reveló que fue justamente esa minera la que estaba detrás de toda esa costosa y apabullante campaña que se vieron los últimos días en los medios.
La empresa Southern Cooper Corporation y sus estrategas de campaña, torpemente, una vez más, yerran al elegir los métodos para convencer a la población arequipeña de su ya muy desacreditado proyecto minero.
El caso lo amerita, y es bueno saberlo, hay unas frases muy conocidas dentro de las gentes que hemos nacido y vivimos en esta tierra y que flota en nuestra memoria como sinergia aquel: “Arequipeño ni grande ni pequeño, arequipeño”; o aquella de “lonccos y calas, sentados en una misma mesa de picantería”. Detrás de esas simples palabras está toda una identidad que refleja tradiciones que han hecho de los arequipeños, a pesar de sus diferencias, un pueblo unido y, que, la perfidia de una minera esperemos no lo destruya.
Los arequipeños vivimos diariamente respirando las cenizas que arroja un gigantesco volcán activo y dormimos todas las noches sabiendo que en cualquier momento puede producirse un fuerte terremoto, es que vivimos a salto de mata, no en vano se nace a los pies de un volcán, porque, todavía queda en la memoria colectiva cuando el montonero al escuchar el alboroto y el griterío de afuera, de un salto se levantaba de su litera y salía a ver qué ocurría profiriendo: ¡Por quién hay que luchar!
Esta tierra es especial, es tierra volcánica y de gente con esas características, y ante semejantes amenazas no nos queda otra que estar unidos, afuera le llaman pedantería, soberbia, regionalismo o lo que sea, pero solo es una actitud defensiva, y no creemos que esta tradición de dignidad lo pueda mellar una enfisematosa minera.
El negocio sucio global funciona de esta manera. Cuando un país va creciendo como Estado y en ese camino, casi siempre tortuoso, desarrolla condiciones que pueden volverlo en el mediano plazo algo autónomo, los que los mantuvieron con “inversiones” y se llevaron enormes ganancias, dejando inequidad e injusticias con sueldos paupérrimos para la mayoría de la población nativa; cuando esa bomba de tiempo está a punto de eclosionar, ahí, es el momento, para proceder con la siguiente etapa.
Ahora el objetivo será destruir ese Estado que a duras penas se construyó con los desechos que le dieron sus supuestos benefactores.
En la historia resiente muchos países fueron víctimas de estas operaciones. En la década de los setenta y ochenta fue Argentina la que sufrió esto; el Perú padeció algo parecido entre 1980 y 2000; y Siria, que desde el 2011, aun nos está dando grandes luces sobre este tipo de conflictos.
Estos poderosos grupos, para lograr sus objetivos pueden crear dentro de los territorios del país víctima y “huésped”, grupos como ISIS en el caso de Siria, o Sendero Luminoso en el caso del Perú, o los montoneros o la triple A en Argentina, valiéndose de caudillos y extremistas que se prestarán para atizar el fuego en sus respectivos países de origen.
Una vez que se desencadena la guerra interna, en la cual, se enfrenta el Estado con el engendro terrorista gestado dentro de su territorio, esta agrupación subversiva puede ser de rostro izquierdista o de derecha, eso no importa, lo real es que su único objetivo será desencadenar la guerra con el consiguiente desgaste de su población y la economía del país receptor.
Al final, los ganadores se harán dueños del territorio y las conciencias de la población del país que cobijó el conflicto y explotarán por las siguientes décadas sus recursos naturales, invirtiendo en aquellas infraestructuras que ayudarán en el expolio de esas ingentes materias primas.
En el entorno político peruano actual, en materia de show business, y claro, también en política, nada ni nadie se hace famoso si antes no tienen el visto bueno de los medios de comunicación cuyos hilos lo manejan grupos potentados, que al final deciden si merece o merecen notoriedad, para esto depende cuáles serán las ganancias y pérdidas que podrían obtener en el futuro, a corto, mediano o largo plazo.
A Antauro Humala lo han tenido todo este tiempo como reservado para algo especial. Durante sus años de reclusión, no ha dejado de tener cámaras, ni han escaseado los minutos de entrevistas en los principales medios locales, poniéndolo casi siempre, como el protagonista, claro, en su papel de amenaza, -que lo es- y hasta colocándolo dentro de esas encuestas como uno de los posibles candidatos presidenciables.
Después de haber hecho el análisis anterior y ponerlo todo en el asador, nos encontramos, con lo siguiente:
Primero: Antauro Humala no es un mesías andino, ni mucho menos. Para comenzar, no es andino. Él es como tantos otros, otro cholo que quiere “mejorar su raza” tratando de embarazar a una blanca, puede ser una rusa como la que encontró uno de su hermanos o podrá ser una “acriollada” de Miraflores, pero, está en la misma condición de aculturizado como una gran parte de peruanos.
Segundo: Antauro viene de una familia de “vende patrias” o de “apátridas”, su padre fue denunciado en Ayacucho de violar a su empleada quechua hablante, mientras su madre teniendo rasgos andinos, cuando lo pregona más resalta su apellido y su posible origen italiano y creo que dieron a conocer que hasta cuenta con un pasaporte de esa nacionalidad. Entonces, nos preguntamos: ¿Qué “nacionalista andino” puede salir de esa mezcla?
Tercero: Su hermano Ollanta, llegó la presidencia elevado por los medios con una falsa imagen de un valiente insurrecto, cuando esa misma prensa, destapó la cruda realidad que su supuesto levantamiento en Locumba fue todo armado ya que era un fiel seguidor de Vladimiro Montesinos y la dictadura fujimorista. Y Antauro fue parte de toda esa murga.
Cuarto: Antauro Humala reúne las condiciones necesarias que se acomoda con los que están detrás de esos medios para hacerlo famoso y llevarlo a la presidencia y provocar el caos y la violencia. Lo que quede de esta tierra arrasada servirá para afirmarnos que “en rio revuelto ganancia de pescadores”.
Hoy, nuevamente, esa prensa, esos medios, que promocionaron ese estado de miedo y terror con los abimaeles en pasamontañas, y que atormentó a la sociedad peruana durante los años ochenta y noventa, ahora, nos ponen a un Antauro Humala, un sicario, un mercenario del caos, un sanguinario y ruin apócrifo andino, que se ha atrevido a hurtar como el peor “choro”, para hacer mal uso, con los símbolos del Tahuantinsuyo y con nuestra cultura milenaria andina, y estos pendejos que mueven los hilos, lo quieren hacer famoso, como un burdo y torpe intento para acallar y desprestigiar este pacífico, natural e innato resurgimiento quechua que se va irradiando por el resto de estos territorios milenarios.
Había más pan de Oropesa por rebanar. Se está refundando el Perú. Los peruanos estamos viviendo en materia política, algo que nunca habíamos visto en todas esas lacras que nos han venido escupiendo en el rostro su abusiva, impune y decadente condición de politicastros. Ahí están toda esa generación de los Belaunde, los Bedoya, Los Alan García y el actual Congreso plagado de Fujimoristas y apristas, todo ese sector de políticos peruanos conniventes con la corrupción, la informalidad y la pendejada, y que arrastramos desde los inició de este proyecto llamado Perú.
Después de ver y escuchar el mensaje a la nación dado por el presidente Martín Vizcarra, solo nos queda sentirnos orgullosos de nuestra peruanidad. Un presidente peruano dando semejante discurso, uno que siempre habías esperado y que parecía hasta utópico su sola pronunciación, pero, hoy en la voz de este Presidente se hizo realidad.
Es que desde Fujimori ese mensaje a la nación del 28 de julio se había devaluado a un simple y aburrido bla, bla, bla, de un burócrata tercermundista más.
Pero ayer fue distinto, porque el Mandatario de la República, hablaba de construir una red de caminos, y nombrarlo como el Qhapac ñan del siglo XXI, es lo que los grandes estadistas proponen, construir vías de comunicación porque saben que son la base del desarrollo de los pueblos, y Vizcarra tomaba como inspiración las obras de nuestro pasado eficiente.
Meritocracia, sí, aquella que es tan común en los países desarrollados, hoy parece que está siendo la forma de gobiernar de este mandatario, provocando el ingreso en el aparato estatal a los más capaces, a los mejores, gente, quizas, nueva y eficiente con un ímpetu de cambio, seguro que mejorarán en el futuro cercano a los distintos órganos del estado, como tambien ha ocurrido en aquellos países que se ha instituido está forma de selección de los funcionarios públicos, trayendoles como consecuencia eficiencia y prosperidad.
Convocar a nuevas Elecciones Generales, significa en esta coyuntura para un presidente, un enorme don de desprendimiento del poder, cualidad pocas veces visto entre los gobernantes peruanos. Creíamos que esta virtud solo estaba reservada o lo poseían personas de otras latitudes que manejan una mejor dignidad, autoestima e inteligencia, pero no, porque después de haberlo escuchado ayer en las palabras del presidente Martin Vizcarra, sabemos que también puede ser propio de los peruanos y en estas épocas tan decadentes.
Después de oír este mensaje a la nación, nos hemos dado cuenta que estamos ante la presencia de un gran estadista, de aquellos que aparecen súbitamente, quizás, como aquel Pachacutec, cuando el crítico momento histórico lo ameritaba, y ya lo habían percibido algunos analistas, es quizás su pragmatismo, y también su lucidez, que este momento lo están colocando entre los grandes gobernantes que hemos tenido en la historia de nuestro país.
Ayer en su mensaje a la nación Martin Vizcarra pasó a las historia como un verdadero estadista que por el bien del país es capaz inclusive de desprenderse del poder.
Es un gran mensaje que da a la clase política, es el verdadero cambio, es una completa renovación a las maneras y formas de manejarse dentro de la política peruana, es ese paso de cambio para mejor, son los cimientos para comenzar a desarrollarnos como país.
Martín Vizcarra ha demostrado que, con políticos como los que él lidera, el país ira siempre para mejor.
El sistema democrático tiene el presidente que necesita para hacerlo sustentable, el siguiente paso será hacer a un lado a esos sectores que obstaculizan el triunfo de ese Perú con valores que quiere higienizar su bandera, el siguiente obstáculo, creemos, será expectorar de ese Congreso la infamia y la degradación. Es el momento de cerrar ese parlamento dominado por una mayoría que obstaculiza estos vientos de renovación de la política peruana.
Es tranquilizante saber que existe en el Perú este tipo de gobernantes, pero también, nos preocupa, porque sabemos que son minoría, y aquellos, a los que tiene que enfrentarse son más numerosos y ruines, pero creemos que el pueblo peruano estará de su lado y sabrá reconocerle estas virtudes, y darán la espalda a esos grupos corruptos que han tenido el poder en sus manos y son los principales culpables de que la frustración sea la palabra que más ha destacado en nuestra historia política.
Mientras la tirana y corrupta Lima están a punto de inaugurar sus juegos panamericanos, unas grises tanquetas mandadas desde esa urbe han puesto en estado de guerra todo el valle de Tambo, amenazando a su población por el solo hecho de defender su extenso y fértil oasis.
Dentro de los males que nos ha heredado el cleptócrata régimen de Alberto Fujimori (1990-2000) ha sido ese enfermizo centralismo limeño, que a pesar del daño que hace al país entero, ningún gobierno desde esa dictadura ha tenido la lucidez y el aplomo o la autonomía suficiente como para realizar alguna reforma y continuar con el proceso de regionalización que estaba desarrollando ese país soberano y peruano –sobre todo- hasta 1989 conforme lo estipulaba esa carta magna de 1979 y que fue destruido con el terrorismo y la implementación del neoliberalismo y esta cosmovisión actual que sigue el mandato de un grupo tirano de oligarcas.
A más de cuatro décadas de ese país autónomo y su constitución que defendía sus recursos naturales y a sus ciudadanos hoy solo ha quedado esas tanquetas apoyando a un mexicano y su minera toxica.
La corruptela muestra su podredumbre cuando no tiene nada sobresaliente que mostrar con su llama olímpica porque es sabido que de la decadencia no se puede exponer nada valioso menos aun victorias.
El sur peruano a través de la historia del Perú republicano, siempre ha sido la reserva de dignidad, sentido de pertenencia y fortaleza de este país, y en estos momentos se nota aún más estas características, porque sus pueblos se han unido en contra de este abuso que se ha venido dando desde que el dictador Fujimori entregó al país como si fuera este un mercadillo de baratijas.
Por estas razones, Lima hacinada, sedienta y tomada por el caos, la corrupción y la violencia, nunca podrán equipararse moralmente a los cuatro millones de sur peruanos que habitamos estas tierras y que pensamos completamente distinto a esa capital que hasta ahora no asume con responsabilidad la tarea de liderar eficientemente a este importante país milenario.
La población del valle del río Tambo se encuentra mayoritariamente opuesta al proyecto minero Tía María, pero el tema minero no es el único causante de estas protestas, sino, detrás está el hartazgo de una población al observar el estado de postergación al que se encuentra reducido todo el sur peruano desde el régimen de Fujimori, porque no existen grandes obras de envergadura. Es una completa utopía hablar en estas tierras de irrigaciones, plantas químicas, mega puertos, gaseoductos, estas terminologías solo se ha quedado en el diccionario, nada más.
En la época del ratero y asesino Alberto Fujimori, nuestros ferrocarriles fueron regalados. Lo que fue el más seguro medio de transporte de pasajeros en este montañoso territorio y comunicaba el Océano Pacifico con ciudades como Arequipa, Juliaca, Puno y Cusco, era la arteria principal del sur peruano, de todo ello hoy solo queda vetustas locomotoras pintadas con un azul oscuro que no logra cubrir a los ojos lucidos todo ese negociado que fue una estafa para toda la población. Hoy los sureños estamos prohibidos de utilizar esas importantes líneas férreas como medio de transporte porque en su lugar ese centralismo nos ha arrojado unas carreras mal hechas que son de las más peligrosas de Sudamérica por la cantidad de accidentes fatales que se producen cada mes. Esto no le interesa al centralismo limeño menos aun la vida de un habitante sur peruano, y este discurso lo manejan todos los burócratas que vienen de esa gris ciudad.
Es evidente que Lima ha fracasado como capital del Perú, y ahora con su torpe política entreguista y sus prejuicios hacia sus provincias que solo le hace ver por sobre el hombro a los pobladores del sur peruano y cree que lo que le conviene a Lima es lo mejor para el sur del Perú, ese pensamiento es al final lo que provoca toda esta agitación que se vive en esta parte del país.
En algunas horas Lima esa ciudad estado, inaugurará sus tan promocionados Juego Panamericanos, que al final es una intrascendente “fiestecita” deportiva, de una ciudad invivible y hacinada que hasta ahora no logra cohesionar el territorio peruano, solo continua hinchándose como los cadáveres más pestilentes y putrefactos y en ese suicidio arrastra a todo un país que debería tener otro destino por ser centro de un foco de civilización y de tanta creatividad e inteligencia, pero que la corrupción y la decadencia de esa Ciudad Estado no ha logrado percibir.
El mundo andino a retomado su territorio
Casi quinientos años de dominio occidental no ha bastado
Es que Wiracocha es más fuerte
El gran felino andino ayer caminaba por las calles de Arequipa como diciendo que está con el pueblo arequipeño acompañandonos en esta lucha milenaria para recuperar su naturaleza su habitad su tierra.
Está con nosotros. Pero se dieron cuenta otra vez los mercenarios del caos los asesinos los que intentan encubrir su adelantada derrota. Es que están en retroceso a la saga de esta fuerza que es muy superior. Es la fuerza que te da ser el habitante originario el que juega de local el que defiende su territorio.
El puma sigue vivo, el león andino sigue a nuestro lado como hace miles de años y verá nuestra victoria sobre ustedes hordas salvajes y foraneas...largaos de estos territorios que no les pertenecen.
Otra vez, el ciego centralismo limeño ataca a Arequipa, imponiendo lo que su visión cree que es lo mejor para el sur.
Ese mito o rotulo: “la minería trae desarrollo”, hoy en Arequipa, ha perdido sustento.
Y las razones son muchas. Solo basta comparar a estas dos ciudades: Arequipa, se supone, la principal urbe del sur peruano y Antofagasta el principal núcleo urbano del norte de Chile, ambas viven de la minería del cobre, está claro, que el desarrollo en infraestructura de la urbe mapocha le lleva años luz a la deprimente realidad arequipeña.
Aquella ciudad sureña peruana, su municipio se encuentra casi en la banca rota, además de contar con un transporte público obsoleto e inhumano, y una evidente falta de infraestructura vial, a pesar de rebasar el millón de habitantes su infraestructura solo alcanza a cubrir las necesidades de una tercera parte de su población; mientras, en Lima se construye la línea 2 del metro, que afirman será la más moderna de su tipo en Sudamérica y Maracaibo (segunda ciudad de Venezuela) y Valparaíso (segunda ciudad de Chile) sus poblaciones se movilizan en modernos metros, la ciudad mistiana desde hace varios años está condenada a escuchar las promesas de unos burócratas gobiernistas de la capital ofreciendo, primero con un monorriel, luego, fue un tren ligero, y ahora, hablan de un tranvía, pero al final todo eso quedó en nada.
Entretanto, a solo unos metros de los límites de la Ciudad Blanca la minera Cerro Verde rebosa de ganancias ya que factura, el peor año, más de mil millones de dólares.
A pesar de todos esos dividendos, en estos últimos años, solo le ha arrojado a su pobre vecina la ciudad de Arequipa unos 50 millones de soles para que se haga un inútil viaducto frente al hospital Honorio Delgado.
La ciudad de Arequipa no tendrá un lago paradisiaco pero cuenta a solo a pocos metros de sus límites con un extenso relave de varios kilómetros de diámetro propiedad de esa minera Cerro Verde.
El cáncer y otras enfermedades relacionadas con la contaminación de los alimentos, el suelo y el aire han aumentado dentro de la población de la ciudad de Arequipa, y esto lo denuncian todos los días los colegios médicos y los medios locales, mientras la minera Cerro Verde sigue facturando mil millones de dólares al año.
En resumen, la minería en Arequipa no ha significado desarrollo para la región, solo ha traído contaminación y conflictos sociales, y claro, un verdadero expolio de nuestra riqueza minera.
En esta coyuntura aparece el proyecto Tía maría. Si uno revisa el mapa de la costa sur peruana, se dará cuenta que el valle de Tambo es el área verde más extensa y fértil de toda la costa sur peruana, es en realidad un gran oasis en medio de toda esta extensa y árida prolongación del desierto de Atacama que es la costa sur peruana.
Aquí solo prima el sentido común, respetar la vida y el verdor, la naturaleza y no la toxicidad de esas actividades que no redundan en desarrollo sino en destrucción.
Leía y observé a algunos bustos parlantes y mercenarios asalariados de la toxina, y ahora estos, han sacado dentro de su perorata que oponerse a la minera Tía María significa no respetar el Estado de Derecho, cuando ni ellos mismos saben las fronteras y alcances de ese término.
El Estado de Derecho es regirse bajo el mandato de la Constitución, que es lo en este momento hacemos todos los peruanos, pero, en ningún momento esta constitución dice que la imposición de un gobierno y una minera está por encima de la voluntad de la mayoría de los pobladores de una zona directamente afectada por este problema.
Aquí está en juego ese debate que se da en muchos lugares del mundo y que hoy diferencia a un Estado-nación con instituciones consolidadas y democráticas con aquellos entes burocráticos débiles y permeables, manejados al antojo de grupos empresariales, oligarcas, que aprovechan esta condición de frágil institucionalidad para hacer lo que les venga en gana, inclusive, pasando por la voluntad de la mayoría de una población. Se zurran de los valores democráticos nacidos a finales del siglo XVIII en Francia, para apropiarse de lo que sus voceros denominan su “Estado de derecho”.
Rousseau y su contrato social, cuando menciona sobre lo que conocemos hoy como Estado de Derecho, él y el resto de ilustrados, no lo hacían para defender la arbitrariedad de una empresa ni de una multinacional, lo hacían para respetar la libertad del ser humano y su dignidad. Así que no me jodan, Tía María no va, manan señores.
Finalizó como terminan aquellas obras teatrales bien puestas, después de los resonantes gritos, insultos, amenazas y gestos de confrontación de supuestos grupos irreconciliables. Esta cuestión de confianza, concluyó como empezó, entre bambalinas y los protagonistas, saludándose y felicitándose, porque todo salió como se esperaba, siguiendo un libreto bien aprendido cuyo guion sigue estando muy alejado de los intereses de las grandes mayorías y favoreciendo a muy pocos.Mientras las aguas estaban agitadas por las discutidas decisiones del Congreso Apro-fujimorista y la consiguiente Cuestión de Confianza, el Estado Peruano continua perdiendo al año miles de millones de dólares porque simplemente aquellos “inversionistas” extranjeros no pagan sus impuestos como deberían, y para variar, en estos días, sus escuderos, aprovecharon la coyuntura para alarmar a la población con ese mito de que estos “capitales tan necesarios” serían ahuyentados con un supuesto cierre del Congreso, cosa que no ocurrió.
Este discurso aconchavado con este modelo político-económico implementado desde el régimen dictatorial de Alberto Fujimori y que martiriza al peruano de a pie por sus deplorables condiciones laborales, a pesar, de haberse cubierto con distintas capas de pintura, sigue siendo una de las principales causas de la actual inequidad y que la tuberculosis permanezca como un mal endémico dentro de la población peruana, y, mientras la actual Constitución Política continúe permitiendo, con sus vacíos legales, todo este expolio e injusticias, resulta siendo, al final, el caldo de cultivo para una corrupción nacida desde que cierto capital se impone sobre la ética y la moral de la sociedad.
Si mal no recuerdo, el actual presidente Martin Vizcarra, si está en ese cargo fue gracias a los votos de los grupos fujiapristas, y fueron justamente ellos, los que más festejaron su nombramiento como reemplazo al renunciante Pedro Pablo Kuczynski. Con estos antecedentes hubiera sido extraño verlo cerrar un legislativo plagado de sus supuestos “mentores” o promoviendo cambios sustanciales a todo lo anterior.
Con esta última obra teatral muy publicitada denominada ahora “cuestión de confianza”, nos dan, más o menos, la idea de qué nos tiene preparado para los peruanos estas dos caras de la misma moneda, este Ejecutivo y Legislativo, dominados ambos por las ideas pro oligarcas y brutal ajuste social. Ambos juegan para un mismo equipo que no viste la camiseta blanquirroja del trabajador peruano, más bien, está de acuerdo con esta política que solo beneficia al gran capital en desmedro de los recursos naturales y el bienestar de la mayoría de la población.
Los grandes oligarcas están sosegados porque todo continúa como está, sin ninguna reforma social que alivie el subempleo o acabe con este nulo “chorreo”, mientras esto ocurre, se crean estos enfrentamiento entre los supuestos “buenos” y “demócratas” y los “malos” y “totalitarios”, que al final termina en este tipo payasadas, en donde, se seguirá dilatando los grandes cambios que nuestro país necesita; en su lugar, se lían como cómicos ambulantes en discusiones bizantinas y reformas intrascendentes, al final, se distrae a la población con un circo dejándolo todo como al principio, y para tranquilizarlos, no hay nada mejor que un triunfo de la selección de fútbol justo la noche que finaliza toda esta murga.
Aparentemente el Ejecutivo y Legislativo están de acuerdo en llegar mediante todos los medios a las elecciones del 2021, claro que, este camino no será nada tranquilo, porque ambos protegen los intereses foráneos, la depredación, el no pago de impuestos de esas grandes mineras, las AFP que siguen "robando" parte de los sueldos de los millones de trabajadores peruanos, los servicios públicos que están en una situación deplorable. Estos grupos que dominan el legislativo y ejecutivo defienden esta especie de hoja de ruta y son los principales causantes de estos periodos de inestabilidad que sufre cada cierto tiempo nuestro país.
Los peruanos deberíamos tener el bienestar de los suizos con toda la riqueza que se explota en nuestro país y que no beneficia a las mayorías, salvo a esos pocos grandes "inversionistas" y oligarcas. Es esta política que incentiva la inequidad y la corrupción la que impide que los peruanos alcancemos ese bienestar y desarrollo general que por dignidad merecemos.
Después de esta Cuestión de Confianza solo queda incertidumbre hacia el futuro, y se cumple las directrices nada halagüeñas impuestas para estos territorios.
La única esperanza es que somos un pueblo milenario y creemos que en algún lugar del país deben estar surgiendo aquellos patriotas que seguramente acabaran con todas estas injusticias, ya que la esperanza es lo único que se pierde.
Lo estaban haciendo muy bien, es que tienen una historia plagada de victorias y gobernantes certeros y lucidos, que la enseñanza de esa historia, tenía que ser obligatoria para cualquier ser humano que quiere hacer crecer su autoestima, y construir un estado unido, porque contienen sucesos junto con personajes que harían a cualquier joven imbuirse de patriotismo y amor propio, es decir, hacer crecer ese sentido de pertenencia hacia su país, sí, ese nacionalismo que reniega la decadencia mercenaria y la doctrina puta de Mario Vargas Llosa.
Si hablamos de lo más cercano a Estado nación que tenemos en estos extensos territorios en litigio llamado Latinoamérica, Chile, ha sido y es el referente. En épocas decimonónicas, mientras aquí, se construían ferrocarriles siguiendo el mandato de los inversionistas británicos, en ese entonces, los vecinos del sur boliviano, tendían sus rieles de acuerdo a la visión e intereses de su propio país al interconectar sus futuros núcleos de cohesión. Ahora esa historia chilena no podrá ser conocida por sus propios estudiantes.
Hace algunas horas esta noticia pasó casi desapercibida en los medios chilenos, como ocurre siempre con este tipo de atentados, tan silenciosos como la caída de aquellas bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Ayer, el Consejo Nacional de Educación de Chile aprobó la modificación de su currículum, esto significa que a partir de 2020, se implementará la paulatina eliminación de la asignatura de Historia dentro de su currícula porque ya no será obligatoria.
Esta noticia es preocupante porque sabemos que, como las AFP, y tantos otros males que han infectado al Perú, nuestros gobernantes locales, tienen la disminuida costumbre de imitar a los chilenos para luego implementarlo en estas tierras, imponiéndonos a los peruanos. Estos experimentos con el tiempo terminan siendo perjudiciales para la mayoría de compatriotas.
Es obvio predecir que aplicar estas malsanas reformas educativas sólo crearán generaciones de humanos que desconocerán todos aquellos hechos históricos cuyo aprendizaje les hubieran servido para formarles desde jóvenes ese sentido de pertenencia tan necesarios y que les servirían para identificarse como parte integrante de su país, en su lugar, unos tecnócratas, que en realidad son mercenarios de pacotilla, están reemplazándolo con el burdo y caduco argumento "globalizador", que al final solo significa instruir a los pobladores de los “patios traseros” como supuestos “tolerantes” y “globalizados” acabando como estólidos conniventes con el dominio exterior no solo económico sino sobre todo cultural.
El chileno tiene pocas herramientas culturales como para hacerle frente, al final, será engullido, pero, lo preocupante, y es el objetivo central de este escrito, es que seguimos nosotros, los peruanos, descendientes de una cultura milenaria y aún desconocida en buena parte de nuestros compatriotas, quizás, no tarde en aparecer algún burócrata mercenario que intente afirmar que la asignatura de Historia que aquí se denomina Ciencias Sociales no sea obligatoria, esto sería, en definitiva, como una segunda invasión genocida sobre nuestra cultura, sería en suma, una abierta declaración de guerra al mundo andino y los millones de seres humanos que aún creen que la globalización también significa el respeto hacia otras culturas y no la imposición de una sola.
Porque las grandes potencias en acenso son países nacionalistas y crecen gracias a su capitalismo estatal y se defienden con sus ejércitos patriotas como Roma en los inicios de su poderío, mientras tanto, los que ahora están en decadencia son los estados dominados por sus oligarcas, y son amenazantes con sus ejércitos plagados de mercenarios, como también en su momento lo hizo Cartago.
Y solo la memoria histórica, solamente esa historia que en Chile hoy la están destruyendo y que en el Perú está en proceso de desaparición, nos dirá quién saldrá ganador en este enfrentamiento. Esa es la importancia de esta historia que unos hijos de puta nos quieren quitar a los latinoamericanos. La guerra está declarada hacia la memoria, hacia la historia del ser humano y que desde Heródoto su obligatoriedad de estudio se ha respetado. Se trata de una guerra de sobrevivencia cultural, una guerra sin sangre pero aniquiladora de mentes.
Esta campaña disociadora e insultante de los medios televisados en contra de nuestros compatriotas no acaba porque ahora a los canales privados aglutinados en la denominada prensa basura, también se ha unido TV PERÚ, porque vemos que algunos de sus noticieros y programas culturales siguen con esa costumbre anacrónica exageradamente hispanófila cuando dan publicidad a un intrascendente aventurero supuesto descendiente de Francisco Pizarro, que ya, de por sí, no guarda ninguna importancia, y hasta cuando contratan bonaerenses o peninsulares en lugar de periodistas locales.
Gracias a los prejuicios y estereotipos de los directivos del canal del estado y pagados con los impuestos de los propios contribuyentes peruanos, no meremos, escuchar y observar a comunicadores con nuestros propios acentos y rostros.
Latina, ATV, América TV, son los principales enemigos de la autoestima del peruano común y corriente, porque con su programación todos los días de forma subliminal golpea duro al amor propio y despersonaliza sistemáticamente a nuestros conciudadanos cuando les ponen acentos foráneos o prohibiéndoles exponer sus rostros andinos triunfadores, en su lugar, nos muestran como delincuentes o salvajes.
Dentro del mensaje también está, en aceptar los constantes insultos como: “indio”, “marginal”, “sucio” ,“tercermundista”, etc., y todos venidos desde alguien con acento extranjero mayormente español.
De nada sirvieron estos años de supuesta independencia de España porque todavía los peruanos seguimos recibiendo ofensas de parte de estos individuos venidos de la península ibérica en connivencia con los grupos elitistas apátridas que manejan dichos medios.
Es que esto no es producto de la casualidad, sino que está muy bien planificado.
Los poderosos que mantienen este establishment tienen a los medios locales como sus parlantes abiertos listos para atacar a toda la población, es como ocurre en Corea del norte, allá, desde los primeros rayos de sol, la población está sometida a himnos , canticos, oraciones, poemas dirigidos a Kim Jong-un, cada minuto, cada hora, toda la población escucha que debe amar a Kim Jong-un, y al final del día, no solo termina amando a Kim Jong-un, sino, también a su opresor régimen.
Aquí sucede algo parecido, desde la mañana se escucha un mensaje, pero no para despertar sentimientos a algún dictador, sino, con el objetivo de hacer sentir mal a muchos, “bajar el ánimo” a un país entero, con esos titulares, con esas letras de las canciones, con los insultos de sus personajes mediáticos, que les susurran a los oídos de los peruanos que es un “indio marginal”, y que no debe juntarse con sus congéneres, que no debe aceptar su etnia quechua y que debe sentir vergüenza del solo hecho de identificarse con su verdadera cultura que es milenaria, conminándoles a aceptar inermes, sumisos y agachados el insulto del extranjero, sobre todo, si este tiene acento ibérico, porque, es su superior, así que, es el modelo a imitar, sobre todo cuando se trata de insultar a tus propios compatriotas utilizando los mismos adjetivos y al final del día esos millones de escuchadores serán aquiescentes con el expolio, con el no pago de impuestos de parte de las mineras y sobre todo de Telefónica de España.
Y esto es a diario y lo realizan todos los medios de comunicación o la mayoría de ellos.
Sin lugar a dudas, uno de los grandes enemigos de la autoestima de nuestros compatriotas son estos medios de comunicación que, paradógicamente, funcionan desde su propio país; y en esta época, un buen gobernante peruano será aquel que logre detenerlos en su malsana tarea de continuar dañando el aspecto emocional de un país entero.
Ahora sí están por todos lados, y la gran mayoría de ellos quejándose de su situación en el Perú, mientras tanto, este país sigue compartiendo con ellos sus escasos empleos y los pocos recursos que cuentan, y que, igualmente, necesitan un buen sector de compatriotas, porque, recordemos, que nuestro país, antes de la llegada de los venezolanos ya disponía con más de 30% de pobres y un galopante subempleo.
Una economía débil como la nuestra limitada a la exportación de minerales históricamente baratos tiene que hacerse cargo de aproximadamente un millón de venezolanos, sin ninguna o poca ayuda exterior de parte de los verdaderos causantes de este éxodo, y que, según los cables, es consecuencia del pésimo manejo de la economía del régimen de Maduro y del brutal bloqueo económico estadounidense.
Muchos de los venezolanos estacionados aquí, cuando se les entrevista, se les nota, que aun guardan la esperanza de retornar pronto a su país, creen que su estadía en estos territorios andinos será por corto tiempo y los funcionarios gobiernistas junto con la prensa también maneja los mismos argumentos, que la presencia de estos paisanos de Bolívar será pasajero, incluso, aquellos que están cansados de ellos así lo creen.
Pero analizando la escena internacional, las capacidades reales de los beligerantes y el discurso de los implicados, etc., nos dan otra visión de este problema y nos dicen que los venezolanos estarán aquí por un buen tiempo, casi, como los años que llevan los exiliados cubanos radicando en los EEUU.
-¿Y por qué creemos que será así?
- Por estas razones:
Primero: el régimen de Maduro o “chavismo” como aquí lo conocemos, permanecerá casi como subsiste el régimen cubano que ya lleva más de cinco décadas de existencia.
Segundo: el actual régimen venezolano se sustenta militarmente por Rusia y económicamente por China.
Tercero: la eficiente reinversión rusa de aquellos jugosos recursos producidos por el “boom” petrolero de principios de la década del 2000 se utilizaron en la modernización de su enorme engranaje militar regresándolo de nuevo a la posición de superpotencia, así que, ya no volveremos a ver campañas como Kosovo, Serbia, Libia, en donde la OTAN se manejó al libre albedrío; el punto de inflexión fue la campaña de Georgia de 2008, y Siria fue la consolidación del nuevo poder ruso, como significó en su época Cavite y Santiago de Cuba en 1898 para EEUU y Puerto Arturo en 1905 para el Japón.
Cuarto: Venezuela no es un caso aislado en el mundo, porque forma parte de un todo, en donde, Rusia busca regresar a su posición geopolítica que tuvo con la ex URSS y dentro de ello está recuperar los territorios en Europa Oriental ocupados por la OTAN; claro qué, aún no está en la capacidad demográfica de hacer frente a los retos que se le van a presentar en los siguientes años, así que, mientras no logre recuperar sus 200 millones de habitantes que están en Ucrania y los países bálticos, seguirá en desventaja con los Estados Unidos y China.
Quinto: Si en la pasada Guerra Fría del siglo XX tener a Cuba dentro de la esfera soviética fue muy importante, hoy, con el contexto internacional actual, contar con un país sudamericano como aliado es de enorme valor geopolítico para Rusia y no lo dejará así fácilmente.
Sexto: La última intentona de Guaidó por hacerse con el poder fue un completo fracaso, así que por el momento no veremos en Venezuela alguna Primavera árabe, un Maidán, ni una que otra marcha anti brasileña como las que se produjeron previo al mundial 2014.
Séptimo: En la última entrevista entre el secretario de Estado de EEUU Mike Pompeo y el presidente de Rusia Vladímir Putin en el balneario de Sochi, dejaron la cosas de Venezuela como al inicio, o sea, como están congeladas hace ya casi setenta años el problema de las dos Coreas.
Es por estas razones que la presencia de los venezolanos en el Perú será por una estancia muy prolongada, y si es así, seguramente con el tiempo se irán mezclando con la población peruana y en una generación o quizás en dos, estarán completamente asimilados.
Así que, si vez, algún venezolano cerca, ya sabes que, con ellos será mejor que busques mecanismos positivos de convivencia, y si eres uno de ellos, no te quedará otra que sumir esta realidad y adaptarte a tu nuevo país.
Las mismas familias, los mismos círculos sociales, los mismos nombres se suceden uno tras otro cuando se trata de identificar quiénes dominan las distintas tientas políticas o quiénes se reparten los escaños del Congreso, de la alcaldía de la ciudad más importante, o hacen de opositores y también de gobiernistas.Pareciera que en estas familias “aristocráticas” eligen dentro de sus vástagos aquellos que cuentan con ciertas personalidades y habilidades para “infiltrarlos” dentro de las distintas hordas mercenarias que aquí están inscritas como agrupaciones políticas, para asumir en ellas la férrea defensa de sus privilegios en esta especie de huerta postergada.
Si Pablito tiene personalidad bonachona y tolerante con la empleada y las mascotas, seguramente, lo harán ingresar a alguna agrupación de izquierda como “topos” que vociferarán ese libreto progresista y social con ese limitado estribillo digitado que se resume a que el homosexual pueda casarse o no, pero su principal lucha será siempre jugar “bajo la mesa” el mantenimiento de toda esta inequidad y sistemas de castas que se sigue manteniendo en el Perú.
Si uno de los hijos es muy religioso, algo degeneradito, racista y ruin, seguro que el padre lo empadronará en alguna cofradía fujimorista, de Acción Popular, PPC, o quizás en una tribu independiente de color morado.
Este tipo de pendeja repartija no tendría nada de malo, si es que estos grupos no serían tan torpes o miserables.
Es que el problema está en que este estrato social que domina el Perú desde el inicio de la república, está degradado, está corrompido hasta el tuétano, y ya son tantas las generaciones que viven de esta forma que cualquier eugenesia sobre ellos es por ahora imposible, por eso es muy difícil que cambien toda esta podredumbre que dicho sea de paso difunden gracias a sus influencias a la hora de gobernar esta comarca.
Los Belaunde, los Diez Canseco, los Villarán, los Terry, los Gonzales Posada, Los Lets, etc. en decir, la lista es larga y sobre todo lúgubre.
La última de este oscuro linaje ha sido Susana Villarán, miembro de una de estas familias que describíamos y que los sociólogos e historiadores peruanos han escrito libros enteros que ahora están empolvados.
La izquierda está plagada de ellos y, ni qué decir, la derecha y también los de centro. Es que estas dinastías están podridas de racismo y una anómala autoestima inflada por una supuesta superioridad, sin ningún sentimiento de pertenencia con este suelo milenario, crían felones y vende patrias, y son “barateros” con su propia tierra, claro está, hay contadas excepciones, que al final solo queda en eufemismos.
Son un riesgo para este país que quiere desarrollar.
Y el drama se agudiza cuando vemos que las clases medias los miran como ejemplos y los imitan, deseando estar junto a ellos y hasta quieren llevar sus apellidos, ir a sus mismos clubes, arrastrando así a un enorme sector de nuestra sociedad.
Y el pueblo si se mantiene alejado y se instruye solo, seguro que se salvará de toda esta degradación.
No veo que con estas élites el país pueda desarrollar, a menos que yo esté hasta las orejas de alcohol, el futuro seguirá como ahora y como lo ha estado el siglo pasado.
Y todo esto es redundante porque ya lo dijo a finales del siglo XIX Gonzales Prada.
Estos grupos están fermentados en vicios muy alejados de la disciplina, eficiencia, cohesión, creatividad y autoestima inca y quechua.
Falta una completa renovación en la forma de pensamiento de toda esa élite que domina la clase política peruana, y esto no lo van a encontrar en un diplomado en el extranjero, sino en la lectura de nuestra propia historia; mientras no ocurra esto, seguirá toda esta tragicomedia.
Estamos hablando de rescatar esos valores milenarios dentro de cada una de nuestras familias peruanas. Un pensamiento de solidaridad, de respeto al bien común, a la norma y al estado; y un firme desprecio a la corrupción que lleva a la degradación humana y a la extinción de las sociedades.
Si de algo no se le puede acusar a Jorge del Castillo en todos estos años de vida política es que ha sido y sigue siendo un demócrata.
En esta opacidad es complicado otear y predecir lo que saldrá de todo esto, después del sorpresivo suicidio de Alan García.
Aunque el actual Legislativo esté dominado por un rancio e incapaz fujimorismo, con justa razón, se ha ganado detractores que son aun igual o peor que ellos, aunado a esto, cierto sector de la sociedad exigen orondos un cierre del Congreso, que en estos momentos sería descabellado porque debilitaría aún más a esta democracia. En lugar de este pedido, debería prevalecer la autonomía de poderes.
Es como un enfrentamiento entre áspides venenosas de la misma especie con sus conocidos tonos conservadores y derechistas, pero es lo que hay en este patio trasero y será por un buen tiempo, porque la izquierda esta desunida y desaforada, por continuar con ese libreto foráneo y extremista, plagado de ex curas como el tal Arana que ya es pedir mucho y de chiquillas hippies de la Católica, que es aún peor.
Con la muerte de García y los principales líderes politicastros presos, queda saber quiénes asumirán el nuevo protagonismo en las distintas tiendas políticas en este arrabal.
Mientras esto sucede, muchas veces, en nuestra desgraciada historia, un ciudadano poco instruido en valores democráticos, poco instruido en sí, cuando acumula demasiado poder casi siempre se convierte en un aprendiz de tirano y muchas veces hasta en el más sanguinario.
Hace algunas horas, un hecho tiñó con bálsamos dictatoriales al congreso, y no lo decimos por los “dinamiteros” fujimoristas que los hay y muchos, sino, nos referimos a un personaje que con sus gestos nos recordaron a esas posturas que exhibían aquellos que protagonizaron los casos de matanzas en las “mejores” épocas de la dictadura fujimorista. Fueron los años dorados de los bravucones, los que te “pecheaban” porque tienen los chalecos antibalas y los fusiles bien cargados, mataban y desaparecían gente opositora con total impunidad. Muchos de ellos fueron apresados pero se fugaban del mismo Poder Judicial brincando escaleras, esos rostros y esos gestos ayer los volvimos a ver en el Congreso de la República durante la sesión de la Comisión de Defensa que se realizó este último lunes en donde se citó a los policías que estuvieron a cargo de la intervención y allanamiento al expresidente Alan García.
Luego que el congresista Jorge del Castillo preguntara a uno de los citados por qué los efectivos utilizaron chalecos antibalas el día de aquella intervención, el interrogado, con una actitud prepotente, procedió a quitarse la casaca que tenía puesta, y desafiante, preguntó a del Castillo, si se notaba su chaleco o continuaba quitándose también el polo, cuando nadie le había pedido que haga todo ese acto de insolencia.
Como ya dijimos para uno que entiende que en democracia las Fuerzas Armadas y las Fuerzas Policiales están subordinadas a la autoridad civil, no se puede permitir que uno de sus efectivos se muestre frente a todo el Perú, como alguien que hace lo que le da la gana, frente a la autoridad civil, que en ese momento lo representaba la investidura del congresista Jorge del Castillo.
Fue una completa falta de respeto y el mensaje está claro, si ese efectivo se cree superior a un congresista y se siente intocable a las preguntas de la autoridad civil, es que estamos ingresando a unos terrenos pantanosos en donde las derechos fundamentales y la integridad de los ciudadanos puedan estar de nuevo en peligro cuando tengamos al frente a personajes como el que desafió al congresista Jorge De Castillo, y él, hizo muy bien, en invitarlo a que se retire de la sala.
Son dieciocho años de democracia, pero parece que aún no se entiende que este sistema debería dar cierto orden, y ese es el respeto al Estado de derecho dado por la autoridad civil, y creo que los que nos gobiernan actualmente necesitan regresar urgentemente a las aulas y recibir un curso intensivo de Desarrollo Personal, Ciudadanía y Cívica.
Por esos azares del destino, el único foco industrial verdaderamente importante en este país se salvó de ser rematado y desmantelado como tantas otras estratégicas empresas públicas durante la dictadura de Alberto Fujimori Fujimori.
Esta vez la providencia jugó a nuestro favor, porque después de salvarse de ser regalado a algún grupo privado con malas mañas, que lo hubiera desaparecido para dar paso a otro foráneo, el Servicio Industrial de la Marina (SIMA-PERÚ) con el correr de los años ha logrado desarrollar un nivel tecnológico y competitivo dentro de la industria naval, que lo colocan en una posición competitiva con otras de su tipo en el mundo.
La última botadura del BAP Pisco, un impresionante buque de asalto anfibio, completamente fabricado en nuestro país, nos demuestra que la industria y la tecnología naval peruana están en condiciones de construir buques aun de mayor manga y eslora.
El mar peruano, a pesar de la depredación por extraños, aún sigue siendo uno de los más ricos del mundo, y sus costas permanecen aún extensas, y como estas dos, hay muchas más razones como para que nuestro país ya posea un Portaaviones, pero uno construido en nuestros propios astilleros y con tecnología nacional, claro está, realizando previamente ciertos convenios con países expertos en el tema, que los hay.
Hace poco tiempo, esos corruptos, los constreñidos, los pusilánimes, los negociadores de mercachifles, esos que venden gato por liebre, y que siempre los hay por aquí y hasta en la misma China, estos desmedrados de patriotismo o vendedores de humo, estaban sugiriendo comprar chatarra (una costumbre tan común en Latinoamérica) como el portaaviones ligero español Príncipe de Asturias (R11) dado de baja en el año 2013, y creo a estas alturas desguazado.
Comprar un buque usado, está demostrado que sería nefasto para el Perú, porque no ayudaría al crecimiento de nuestra industria nacional y, sobre todo, no daría esos numerosos empleos que acostumbra dar la construcción de este tipo de naves.
Cuando los españoles navegaron por primera vez las costas del Tahuantinsuyo, las huestes de Pizarro confundieron algunas embarcaciones incas con europeas, demostrando los antiguos peruanos los avances que en materia de navegación habían logrado.
Hoy se desconoce que las élites del señorío Chincha fueron grandes comerciantes y esto les llevó a utilizar el mar como principal vía de comunicación y a construir embarcaciones para llevar sus productos; dichas naves necesitaron constantes mejoras que, con el tiempo y el esfuerzo, los llevó a alcanzar distancias cada vez más lejanas como la misma Centroamérica.
Los Chincha, fueron los fenicios del antiguo Perú, que al fusionarse con los incas, les heredaron esos conocimientos en navegación, y estos, lo desarrollaron aún más, llevando al Inca Túpac Yupanqui a organizar una expedición a la Polinesia en el siglo XV.
Durante la época colonial, los barcos del Callao llegaron a fondear constantemente en Manila, y durante la República, si el Perú no hubiera caído en el caudillismo y su caos, seguramente las Galápagos y las Marquesas serían parte de nuestra influencia en el Pacifico sur.
La Guerra del Pacifico significó la destrucción de aquella Armada que con gran esfuerzo organizó el almirante Martín Guise. Tuvimos que esperar hasta la década de los setenta del siglo XX para ver recuperada a nuestra flota naval; luego, siguió un periodo de estancamiento, hasta que en la segunda década de este nuevo siglo se comenzó a ver de nuevo cierta actividad.
Cómo ya hemos visto, la construcción naviera en el Perú es una actividad tradicional, y siguiendo con esta tradición, nuestra armada debería contar con un Portaaviones de alrededor de 11,000 toneladas de desplazamiento, este sería el tipo de buque insignia que estaría a la altura de la grandeza de nuestra historia naval, pero este debe ser construido en los astilleros del SIMA - PERÚ, los mejores en esta parte del Pacífico.
Y si hacemos algo de memoria, en la anterior dictadura de Alberto Fujimori, según la Pontificia Universidad Católica del Perú, se desaparecieron mas de 6 mil millones de dólares; y PPK, en 1969 entregó 2,000 mil millones de soles de dinero peruano a la IPC; entonces, antes que esto vuelva a ocurrir, por qué, con una cifra mucho menor que las anteriores, no hacemos realidad el primer portaaviones peruano.
Qué apetecible debe ser el Perú para los que se lo llevan a montones. Los atrae como la miel a la mosca, o mejor dicho, como el veneno atrae a las moscas. Es una seducción tan enfermiza que los empuja a volver como los culpables regresan al escenario de sus crímenes.
En el pasado cayeron en la tentación Almagro y Pizarro, que no lograron disfrutar de todo el botín inca sino que comenzaron una disputa que los llevaría a matarse entre ellos.
Varios han caído en esta peligrosa provocación, desde conquistadores, políticos, dictadores y traficantes de influencias; recientemente ha sido PPK, otro de los que se aventuraron en estas expediciones por estos territorios aparentemente dóciles.
En la segunda mitad del siglo XX, mientras el mundo era testigo de las protestas de mayo de 1968 en Paris y en México el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz con sus matanzas de la plaza de Tlatelolco finalizaba ese importante periodo progresista y desarrollista que algunos denominaron el “milagro mexicano”; aquí en el Perú, no hubieron protestas de este tipo y no porque la gente no estuviera descontenta, sino, porque era muy conservadora y religiosa, y ese tipo de pedidos no calaba en esas almas pías y desinformadas, así que, no se enteraban de estos acontecimientos o simplemente no les llamaba la atención, pero, eso no significaba que las aguas de la política no estuvieran muy movidas.
Bueno, pero no nos desviemos del tema, aquí lo que se trata es hacer un recuento de cómo fue la travesía de PPK por estas territorios peruanos.
Ese año de 1969 PPK salió huyendo del país por la puerta falsa, escondido, no como hace tres días ese misterioso personaje en el asiento de atrás de la camioneta de Alan García, sino que, fugó del Perú por la frontera con Ecuador dentro de la maletera de un Volkswagen. La justicia peruana de esos años buscaba a PPK por ser uno de los responsables de que se haya remesado a la IPC S/2.000 millones del erario público, una exorbitante cantidad de dinero de aquella época.
Obviamente, PPK no se quedó zaceado con todo esta orgíaorgía de dinero, sino que, regresó al Perú para seguir haciendo sus negocios, ahora con el beneplácito del gobierno de Fernando Belaunde Terry del cual fue uno de sus ministros.
Durante el gobierno de Alan y la dictadura de Fujimori no se supo mucho de él, pero fue en el gobierno de Alejandro Toledo que regresa a Lima para ser de nuevo protagonista.
Estamos hablando de que este personaje dominó o tuvo enorme influencia en el Perú en materia económica y transacciones comerciales durante los últimos casi sesenta años.
Parece que sus exitosos negocios en este país, en todos estos años, lo hubieran sacado de la realidad, tanto que, lo hacía ver a esta comarca como un feudo al que debería gobernar formalmente dejando los papeles secundarios para ser la cabeza visible presidiendo un gobierno, y se confió, y como tantos otros, es atraido por ese embrujante canto de sirena, y así, postuló a las últimas Elecciones Generales.
Fue elegido presidente del país que tanta dicha y dividendos le había regalado, pero él solo lo veía como una tierra conquistada, como Walker miraba a Nicaragua en 1856, y la boca de PPK lo traicionó, no juramentando por plata como ese congresista ya fenecido, sino, llamando al Perú como un simple “Perro Simpático”.
Es paradójico, saber que la justicia y la democracia de ese país que despectivamente denominó “perro simpático” hoy esté a punto de tenerlo entre rejas.
Definitivamente, estamos pasando por un periodo muy importante en nuestra historia quizás sea de transición y de lucha de poderes, así como se encuentra el resto del mundo. El tiempo nos dirá a dónde nos llevarán estos vientos, tal vez a seguir el mismo camino de antes o esta vez quizás será una ruta algo distinta.
Este país no deja de sorprendernos, ahora con la muerte del personaje Alan García, que junto con Abimael Guzmán y Alberto Fujimori, formó parte de esta especie de trilogía del mal, causantes directos del recrudecimiento de los principales problemas que arrastramos los peruanos hace buen tiempo. Bueno, a estas horas después de los comunicados oficiales, y todo ese conocido ajetreo de los medios que ya de por sí han perdido total credibilidad, solo quedan preguntas sin contestar y respuestas vagas e incoherentes.
Pero, lo que sí es real, es que este personaje político creado a comienzos de los ochenta por los mismos medios que hoy lo están enterrando ha cumplido su ciclo. Así que ya no tendremos las peroratas desequilibradas apoyando el fanatismo ágrafo religioso, la corrupción como modus operandi, y el racismo incoherente y bobo.
Una solitaria amputa flor, y hasta creo de plástico, tirada ayer en la tarde en la puerta de su domicilio, reflejaba ese rechazo mayoritario de la población peruana hacia este personaje que siempre confundió a sus compatriotas con párvulos a los que se podía timar y patear. Tenía orígenes andinos, del Cusco, y, paradójicamente, fue un encarnizado difamador de personajes del incanato, fue un visceral racista que no se quedó solo en insultos, en conversaciones o burlas, sino, que lo puso en práctica con los nativos que masacró en la zona de Bagua.
Los últimos años sus problemas mentales le pasaron factura a tal punto que comenzó a patear y llamar imbécil hasta a su sombra.
Su final fue tan medroso como tantos otros personajes despreciados por la población que cuando están acorralados eligen siempre el suicido antes de ser expuestos al juicio de los que burlaron y maltrataron con total impunidad, anteriormente ya lo hicieron Hitler y tantos otros sanguinarios delincuentes.
Su triunfo casi “milagroso” en las Elecciones Generales del 2006 lo volvieron mucho más supersticioso tanto que se convirtió en un fundamentalista religioso, ese fanatismo, le llevó a cometer flagrantes errores, como aquella vez, ebrio de fervor, habló en público sobre sus amigos brasileños que le dieron el dinero para construir su Cristo del Pacífico, torpeza que a la larga le perseguiría hasta sus últimos minutos de vida.
Alan García no quiso darle gusto a esos millones de peruanos que querían verlo entre rejas, es que para su desmesurado ego la corrupción no era uno de los más grandes problemas del país, para él, era una forma de vida, era su mayor convicción; tanto que, hasta después de muerto sigue obstaculizando las investigaciones sobre esta enorme red que alcanzaría hasta jueces, periodistas, políticos, testaferros, concubinas, discípulos, es decir, una enorme población que seguramente al escuchar su fallecimiento estarán respirado más tranquilos.
Alan al final se inmoló por toda esa corrupción que aún sigue vivita y coleando, y todos los miles de corruptos que aún están ocupando un cargo importante y depredando nuestros recursos y difundiendo todo este cochambre con su impune accionar.
Ellos, justamente, los que viven bajo el mandato de la corrupción lo beatificarán como uno de sus principales patronos que nunca pagó sus culpas ante la justicia.
Alan García refleja un país y una generación de sinvergüenzas que se han venido manejando por la coima por lo ilícito y que hicieron fortuna gracias, no a un trabajo honesto, sino, de beneficiarse de este entorno con instituciones débiles, justicia corrupta, oligarcas corruptos, periodistas corruptos, curas corruptos, y una población ignorante, que al final por su enorme número siguen manteniendo este subdesarrollo y tercermundismo.
Su desaparición debería significar para los peruanos el inicio del fin de toda esta corruptela o al menos el compromiso para acabar con esta forma de hacer política, esta corrupción generalizada, que al final solo trae subdesarrollo y para sus protagonistas infiernos permanentes y finales trágicos.
El siglo XXI para el Perú debería comenzar hoy, estos hechos debería significar el nacimiento de un país distinto uno que busque la prosperidad en democracia en base al trabajo limpio, creativo e inteligente.
Ya no se debería seguir con esta corrupción que viene desde el mismo nacimiento de la República y que ha continuado hasta nuestros días y en el que han destacado este tipo de personajes que hunden a todo el país junto con su biografía.
Lima, sí, esa cloaca de casi 9 millones de habitantes ha llegado a un nivel de degradación que es un peligro para un lucido arequipeño acercarse a pocos metros de alguno de sus pobladores.
Es el mayor lugar de quechua hablantes y son a la vez los mayores y más viscerales opositores a que el idioma nacional e histórico de los peruanos sea enseñado en sus escuelas.
La gran mayoría de ellos podrán tener la piel clara o más oscura pero se homogenizan cuando buscamos y encontramos en sus rostros rasgos indígenas, lo cual, les sigue pareciendo un insulto. Patéticos.
Adoran ser como blancos, se sienten tan disminuidos que siguen con esos prejuicios y torpezas de sentirse pertenecientes a una supuesta “raza inferior” así que la única lotería para acabar con su desdicha será buscar la manera de verse lo más “blanco” posible o por lo menos parecerse algo, aunque esto signifique pasar por el quirófano y arriesgar su propia vida en un improvisado mesón sanguinolento de esas clínicas privadas de cirugía plástica.
Perecía que el hecho de tener internet les ayudaría a leer algo más de lo acostumbrado, pero, no ha sido así, porque la red solo lo utilizan para seguir en el Facebook al pelotero de turno o al santo o la virgen de la semana. Se han vuelto más idiotas que antes, y una muestra de ello, es que siguen fielmente lo que dice la prensa basura y toda esa letrina que bota la “caja boba” como cuando en la última elección municipal se dejaron influir para votar al candidato Muñoz que ahora se está llevando con sus contratos sobrevaluados una enorme tajada de esta juerga descomunal de corrupción que se sigue manteniendo.
Esos prejuicios y estereotipos de que todo lo blanco y “gringo” es mejor, no se les ha quitado con esta era de la información, todo lo contrario, siguen con estas primitivas conductas y pensamientos de los pasados siglos XIX y XX.
Ahora el último de estos personajes que hacen famoso y colocan como candidato protagonista esa prensa basura ha sido al ex pelotero George Forsyth, un mediocre ex portero, un cero a la izquierda en el estudio, un inútil en las canchas, pero eso sí, tuvo y tiene la suerte de tener un papa político y ex congresista.
Lo único que ha hecho es supuestamente limpiar el emporio de Gamarra de la ciudad de Lima, cuando lo real es que todo ese desorden lo a reubicado a otras calles circundantes o a los distritos aledaños. Pero esto nadie lo nota.
Esta erradicación de ambulantes o iniciativas parecidas en una ciudad como Lima o de cualquiera en el Perú es solo un burdo maquillaje al problema, porque estos comerciantes ambulantes son solo la expresión de una sociedad que tiene la particularidad de ser descendientes de una cultura milenaria como la peruana o la persa, por ejemplo, en donde este tipo de mercadillos son parte de nuestras culturas.
Lima no es Santiago ni Buenos Aires, menos una urbe mediterránea del sur de Europa, Lima es una ciudad andina, chola, india mayormente, no es occidental, y si quisiéramos buscar alguna ciudad parecida a ella tendríamos –aunque les duela a muchos- que buscarlo en medio oriente o en el sudeste asiático porque la supuesta Ciudad de los Reyes está más cerca a una urbe Indú que a Montevideo.
Así que este tipo de iniciativas de supuesto orden occidental en una sociedad milenaria y andina como la nuestra será como querer que Bangalore tenga el rostro de Bristol, y eso es una completa locura.
Aquí lo que ocurre es que los oligarcas que mantienen esta juerga están desesperados porque se acerca el 2021 y como por el momento están colaborando con esta democracia y aunque esto les cueste mucho, saben que han sido descubiertos por la gente que no quiere seguir manteniendo esta inequidad, el subempleo, el robo de las AFP, y tanto expolio que está ocurriendo en este momento; así que, seguirán jugando con el público y, como así también lo hicieron con Muñoz, les buscaran ese tipo de candidato o aquella agrupación política que se acomoden a sus intereses, y así, con mayor seguridad, puedan continuar con toda esta murga decadente. Ahora muestran a Del solar, Belaunde, Forsyth o Guzmán, y, este mediocre listado seguirá creciendo intentando reemplazar a sus mercenarios apristas y fujimoristas que hoy están más desprestigiados que los asesinos en serie.
Está claro entonces, algo positivo tenía que salir con la polémica desatada por la carta de AMLO exigiendo un justo perdón a los herederos de los que hace 500 años mataron a 60 millones de seres humanos.
Y quién mejor para darnos luces sobre este problema que las palabras de uno de los españoles actualmente de mayor solvencia y seriedad intelectual, Arturo Pérez Reverte, que a raíz de esa misiva, el escritor respondió, textualmente: “Que se disculpe él, que tiene apellidos españoles y vive allí. Si este individuo se cree de verdad lo que dice, es un imbécil. Si no se lo cree, es un sinvergüenza.”
Si interpretamos las palabras del autor de la serie “El capitán Alatriste”, tiene justa razón.
¿Cómo en estos temas puedes criticar a España o defender a tus nativos americanos, cuando llevas un apellido español?
Y es cierto, no puedes estar en desacuerdo, completamente, con esa carnicería, si sigues llevando esos apellidos de origen español.
Muchos de los que criticaron a AMLO en México y Perú, tenían apellidos de origen español lo cual les hacían identificarse más con los conquistadores españoles que con los indígenas y a pesar que muchos de ellos tienen dentro de su ADN un gran contenido amerindio. Lo que debería ser la indignación de un continente se reduce a pocos porque pocos han desarrollado una identidad coherente con el suelo que pisan y en donde –dicho sea de paso- han nacido.
Esos apellidos de origen hispano son un lastre cuando se quiere formar una nación en México como en el Perú. Esos apellidos hispanos manteniéndolos como signo de identificación en los Andes y dentro de la población mestiza, nativa o andina, es como seguir manteniendo esas antiguas cadenas o esas marcas en la piel que le hacían a sus antepasados los indios, hechas con el hierro fundido del español.
A través de la historia de Latinoamérica y, del Perú sobre todo, esas iniciativas que han intentado crear una identidad nacional o poner la primera piedra para nuestro desarrollo soberano han tenido grandes probabilidades de caer en un completo fracaso cuando él que lo hacía llevaba ese apellido español, o han existido los aculturizados, como Humala, que a pesar de tener apellidos aborígenes detestan cualquier vínculo con sus ancestros y su cultura y se han comportado como verdaderos lacayos.
Un tártaro con apellido ruso, el negro con apellido inglés o francés, el kurdo con apellido turco y el quechua con apellido español, siempre serán serán seres humano débiles y proclives de traicionar a su verdadera nación. En el Perú el 75 % de la población debería tener un apellido de origen quechua como hace más de 100 años, pero esto no ocurre por una campaña sistemática que obliga a nuestros compatriotas a cambiarse el apellido a uno occidental (español mayormente), asiático y hasta se ha visto el caso de ponerse uno hindú. Pero no hay mal que dure cien años (o quizás doscientos), de eso estamos seguros.
La pena, el desequilibrio, el estrés o como le llames, como peste endémica han cubierto al Perú, y el dinero como ansiolítico no lo está calmando. Esta pandemia ataca más a los aculturizados, a los débiles, a los que no pueden fortalecer su autoestima asumiendo su verdadera identidad étnica, son enormes grupos de indefensas crías que están por todos lados. Y son a los que el occidental mira por sobre el hombro y los consideran unos “imbéciles” porque esto a pesar de estar tan claro, se niegan a aceptarlo.
Hasta que se escuchó algo que valga la pena y que salga de ese trillado libreto de fantoche que últimamente caracteriza a los mandatarios de la Alianza del Pacífico.
Desde la época de Lázaro Cárdenas del Río no se veía algo parecido. Hoy México ha dado un giro de 360° con Andrés Manuel López Obrador, liderando al hemisferio latinoamericano al levantar la poca dignidad que aún queda al sur del Río Grande hasta Tierra del fuego.
Exigir disculpas al Papa o al Rey de España por el genocidio de los pueblos originarios en México o en el Perú, es como pedir peras al olmo, pero al menos hay que recordarles lo que hicieron sus antecesores o a los que ahora representan.
Es entendible la reticencia del Vaticano conocidos en el mundo por ser connivente con sus numerosos acusados de pedofilia. Si por estas razones no se disculpan menos lo harían por esos millones de nativos que eliminaron al imponerles su religión.
Lo mismo ocurre con el nuevo rey de España, Felipe VI, el rostro de una monarquía que por su accionar se parece más a un califato magrebí. Coronado a espaldas del pueblo español, blindado en su palacio mientras afuera las cabezas rotas de jóvenes exigían un referéndum democrático para consultar al pueblo si continuaba o no ese régimen heredero del franquismo. La represión antidemocrática sobre Cataluña y la proliferación de la censura habla claramente que el régimen monárquico español no es un buen referente para aprender lo que debería ser una democracia.
Es que el daño ha sido enorme y no forma parte de una leyenda negra sino que es muy real y aún está vigente carcomiendo las iniciativas para que algún día brote una verdadera identidad nacional dentro de los pueblos latinoamericanos.
Y no es solo porque destruyeron a dos culturas (aztecas e incas) que son la admiración en el mundo entero sino que pareciera que la actual España es una “mala influencia” para todos los que hablamos este idioma a este lado del charco.
Nos afectó mucho su papel disociador que nos heredaron y que fueron las causantes directas para que no siguiéramos el ejemplo de federación y descentralización de las trece colonias inglesas.
Deben disculparse por su histórico fundamentalismo religioso que ahoga la ciencia y la creatividad del ser humano.
Pedir perdón por sus torpezas para gobernar al no tener los cojones para realizar las reformas debidas que lleven a sus pueblos a la modernidad, la misma pusilanimidad, retraimiento y subordinación que han transmitido a tantos grupos gobernantes en Latinoamérica para no atreverse a sacar del subdesarrollo a sus respectivos países.
Sí, están obligados a disculparse con México y con toda Latinoamérica porque son un mal ejemplo, pero también nos dan ese manual de qué no se debe hacer para que un país avance.
Muy distinto sería si fuese una República Federal. Parece sencillo. Son esa lucidez y sensatez, elementos escasos en la cultura hispana, pero eso sí la corrida de toros, el relajo, y la improvisación, son los ingredientes que nunca faltarán en esa paella ibérica.
La puerta está bien cerrada con llave, nadie saldrá esta noche.
En esta juerga no pueden faltar las culonas ni las rubias “al pomo” ni los proveedores de la cerveza.
El guachimán está alerta para que no se filtre ningún “paracaidista” menos los soplones en ese último piso del municipio de José Luis Abascal y Picoy, es que es la juerga de la típica institución corrupta. La pollada en el patio trasero está en su mejor momento, revuelta y con grandes parlantes chuponeándolo todo. La música de Maricarmen Marín acompaña las carcajadas de Magaly Medina mientras publica el lento proceso de extinción de la modelo Angie Jibaja.
Esa nueva crisis ministerial provocada por la renuncia de Cesar Villanueva no tuvo tanto eco como el protagonizado por el congresista puneño Yonhy Lescano que, paradójicamente, detesta el idioma aymara y prefiere siempre el producto importado; parece que se dio cuenta que necesitaba de un escándalo para ser presidenciable porque no le bastó interpretar el mismo papel que también lo hizo en vida Henry Pease haciéndose pasar como un “rojo” izquierdista, cuando es uno de los más conservadores, macerado en las filas grisáceas y arcaicas del derechismo hipócrita y colonial de Acción Popular, ahora gracias a sus “patas” le quieren dar la imagen del semental y acosador.
Un año del gobierno de Vizcarra y su imagen como presidente sigue cayendo como esas fotografías de mandatarios intrascendentes que cuelgan sobre clavos oxidados en esa pared de quincha y barro de una sucia UGEL. Desde Felipillo no se vio semejante ridiculez, un presidente moqueguano con ese frac amarillo, mientras el país sigue en piloto automático y con un personaje sin luces aferrándose en el cargo.
A dos años del bicentenario debería de adelantarse las Elecciones Generales para que esas fiestas tengan algo de coherencia con lo que espera la población.
Y a propósito del nuevo gabinete, este, no sorprendió a nadie, porque sigue teniendo esa imagen frívola y teatral, y que mejor rostro que represente todo esto que el nuevo premier Salvador del Solar.
El único momento aterrador lo sufrimos en Arequipa cuando nos enteramos que dentro de las voceadas para integrar el nuevo gabinete estaba el nombre de una ex gobernadora regional, para tranquilidad de todos, solo fue una falsa alarma.
El Perú no es ni será occidental, a pesar de la enorme influencia que sufrimos desde hace quinientos años, así que aquellos alcaldes de apellidos nórdicos y con meninges de peloteros, deberían respetar estas características dentro de la población peruana una de cuyas manifestaciones es sobrevivir mediante el pequeño comercio ambulatorio, obligado porque han sido abandonados por el estado, cuyos gobiernos permiten sueldos bajos, y en donde, las condiciones laborales son de las más deprimidas de la región.
El hollín y la grasa se han mezclado mucho y han cubierto toda la comarca y ahuyenta caminar por sus calles. Mientras tanto Guaidó sigue "resistiendo" y aquí sus representantes son bien vistos solo por los grupos fujimoristas y apristas.
Esos tres siglos de colonialismos español y los casi 200 años de república criolla le han sacado la mierda al indio, al cholo, al nativo; tanto que los sobrevivientes quedaron tan desorientados y con un enorme conflicto interior. Es una lucha entre reconocerse con una identidad originaria pero a la vez entra en conflicto porque aun arrastran conductas heredadas de aquellos que los mantuvieron oprimidos por centurias.
Como muchos asalariados de los que mueven los hilos, en estos últimos años el nombre de Walter Aduviri ha estado al lado de las protestas y la toma de carreteras, como un “Evo Morales” pero “bamba” creado para el único fin de minar con violencia y división el resurgimiento andino.
Parecían que sus reclamos eran justos, viniendo de una región como Puno que sufre tan marcada pobreza y desnutrición infantil, Aduviri, escandalosamente y levantando las banderas de la reivindicación de lo andino de lo aimara, hasta ahí, parecía creíble ver que estaba apareciendo ese líder que el abandonado altiplano necesitaba; pero estábamos equivocados porque apenas se estableció en el poder formal como gobernador sus acciones nos han mostrado a una especie de “topo” puesto como protagonista para atacar y destruir este resurgimiento andino que se está viviendo en esta época.
Y esto Aduviri lo hizo notar los últimos días al mostrarse necio y hostil frente a Cáceres Llica cuando la situación solo le exigía buscar ese consenso que beneficie al grupo de población que ellos representan y que sufren el centralismo limeño.
Aquí no se trata de quedarse sin agua o liarse a golpes en esta especie de conflicto limítrofe creado por torpes caciques que han heredado la ambición y desunión de sus antiguos amos españoles.
El mundo andino se ha caracterizado desde hace miles de años por su reciprocidad, por el vínculo, por buscar siempre la unión de los pueblos que habitan estos territorios, ese ha sido el camino histórico, hasta que llegaron los españoles y trajeron su cultura egoísta miserable, desligada, esa que trajeron desde la península, la desmembración que proponen los califas en sus taifas que hasta ahora divide España y a esa parte de América que habla castellano y que ha sido una de las razones por la que no prosperaron los planes de Bolívar o Santa Cruz y tantos otros proyectos lucidos para unir a los pueblos latinoamericanos.
Aduviri actuó de la misma manera que llevó a Pumacahua aliarse a los españoles para luchar contra el propio Tupac Amarú II.
Es esa mala herencia hispana de pelearnos entre connacionales y Aduviri es uno de ellos, un poblador altiplánico aculturizado que en el fondo no piensa ni siente como aimara y que solo realiza sus actos con chamanes y pagos a la tierra con el mismo histrionismo de PPK cuando habló en quechua durante su mensaje del 28 de julio.
Politicastros, que levantan la Wiphala aprovechando el contexto, pero son un fraude, demagogos de los que muchos han aparecido aprovechando la desesperanza del pueblo y su espera de ver concretizado ese mesianismo andino, llegan al poder solo para para beneficiarse a costa del caos que originan, el subdesarrollo y la corrupción.
Walter Aduvir no es un antisistema porque es parte del sistema, juega a su favor cuando busca desprestigiar con violencia de mercenario la cultura andina cumpliendo un papel disociador con sus pares, mientras tanto, se olvida descontaminar el lago Titicaca, pensando más en la violencia antes que construir solidariamente un pensamiento que rescate la cultura andina milenaria al que debería pertenecer.
Es que es solo eso, otro mercenario del caos que Puno y el altiplano pagarán las consecuencias.
Parece que esta etapa de la vida de Mario Vargas Llosa lo cubrirá con una atmosfera espesa y gris de frivolidad y huachafo conservadurismo.
Es que el premio nobel se muestra renuente a aceptar una realidad que se observa sobre todo en la ciudad que pone jactancioso como su lugar de nacimiento.
El día de ayer en Madrid, en la inauguración de una feria de arte contemporáneo, el autor de El pez en el agua afirmó, según El país, y textualmente, que el indigenismo como visión dogmática que reivindica el Perú autóctono ajeno a las influencias externas, “está muerto”.
Descomunal superchería que pregona sin escrúpulos al censurar o negar lo que está ocurriendo en el Perú los últimos años, esa revaloración de la cultura andina, claro que esta especie de resurgimiento andino se da silenciosamente, de forma oral, resguardada entre catacumbas, en la redes sociales o dentro de las familias, entre cuatro paredes, alejados por seguridad de Palacio de Gobierno y del Congreso, distanciados y ajenos a los grandes medios de comunicación.
Ese indigenismo o la valoración de esta cultura milenaria que a estas alturas se sabe por las evidencias encontradas que fue superior a la traída por los forasteros en sus carabelas, está más viva que nunca pero ya no se muestra quizás como lo vivió y observó Vargas Llosa con sus prejuicios en la primera mitad del siglo XX porque ahora es más sofisticada.
En el último censo nacional más del 20 % de peruanos se identificaron como pertenecientes a la etnia quechua y cada vez crece en gran parte de la población nacional el pedido de la enseñanza del idioma quechua en las escuelas de todo el país.
Hablar quechua es sinónimo de orgullo.
Incluso en la región Arequipa hace algunos meses en las últimas Elecciones para Gobernador triunfó en las urnas el candidato que levantó las banderas de lo indígena, de lo precolombino, de lo nativo, de lo autóctono, superponiéndolo a lo hispano y occidental.
La tolerancia de Mario Vargas Llosa llega hasta su Rubicón. Su civilizado respeto finaliza cuando se enfrenta a sus prejuicios que aprendió desde niño, ese racismo y menosprecio a la auténtica cultura peruana, que hipócritamente lo oculta pero que aflora cuando tiene que tocar estos temas. Es el mal de una importante minoría por acá, que los vuelve ciegos y sordos como el más extremista yihaidista y obtusos como los más tercos del politburó comunista antes del desplome soviético o como el fundamentalista racista e hispanófilo director del diario El Pueblo de esta ciudad andina llamada Arequipa.
Es un pesado muerto que arrastran toda esta gente, son los infelices “boers” que viven en medio de los Andes, que les apesta el entorno originario y que preferirían mil veces estar como Vargas Llosa mirando y oliendo los pedos de los que ellos en su degradación consideran superiores.
Ahora que el histórico triunfo de Andrés Manuel López Obrador lo hace ver mucho mejor a México, su cine, como era lógico, tenía que impregnarse de algún rasgo de conciencia social desempolvando aunque sea tímidamente el racismo, la misoginia, los grupos paramilitares conservadores y las gigantescas diferencias económicas y sociales que sufre la sociedad mejicana.
Para comenzar, el cartel que eligieron para esta película te recuerda a Luperca amamantando a los gemelos Rómulo y Remo, pero cuando te vas acercando, te das cuenta que eran solo unos niños jugando en la playa y, que de italiano esa película mejicana solo iba a tener el nombre. Podría haber parecido otra obra más de Cantinflas haciendo de los tres mosqueteros, representando a un México (como podría ser también Guatemala o Perú) sin identidad, queriendo ser inútilmente ese occidente que profesa tanto, una novela trillada de un país “indio” que sueña con un rostro caucásico. No llegó a tanto.
Será que vivo en el Perú y estoy harto de su cine mediocre usurpado por una minoría alba y analfabeta, que sigue manteniendo a la empleada como una ilusa india iletrada que a duras penas se comunica con un indescifrable idioma en un ambiente sórdido, mientras los “blanquiñosos” son los buenos y caritativos, los civilizados, pero tan torpes que viven alejados de la idea de nación, unos extranjeros en su propio país desconociendo la cultura de su tierra, reduciéndose a ser verdugos de su auténtica cultura precolombina. Algo parecido se encuentra en esta film, prolijo en silencios. Mutismo que sufre también algunas realizaciones peruanas, quizás se debe a una cuestión cultural, porque gran parte de los peruanos como los mexicanos, desde su memoria intrauterina no olvidan que durante miles de años se comunicaron con otro idioma y por eso les cuesta ahora leer y hablar ese castellano impuesto a golpe de látigos y garrote.
Esperé un guion agresivo, uno que despierte revancha o por lo menos la indignación nacional por los atentados de lesa humanidad que ocurrieron en ese País como las matanzas de Tlatelolco, pero solo dejó remanentes para tratar el tema desde la cómoda visión de Alfonso Cuarón, un mejicano clase mediero que sufre todos los días su propio “American Dream”. Lo más repulsivo de la reciente historia mexicana se tocó de forma apresurada casi al final de la película. Lo que quizás hubiera despertado la indignación en el espectador hasta exigir que se reabran los casos de atentados a los derechos humanos en México hábilmente quedó en segundo plano para resaltar el abuso en contra de la mujer, que no diferencia clases sociales, porque lo pueden sufrir tanto la profesional blanca como la indígena analfabeta y pobre.
La película, en sí misma, es larga, tediosa y casi muda, sobrevalorada, un grito tímido de protesta tratando de rescatar aquellos conocidos sectores maltratados en un país o de cualquier otro país al sur del Río Grande, que es la raíz del problema, según Trump, y que, para alejarlos les está construyendo un enorme muro.
Lo sobresaliente del film fue la destacada participación de Yalitza Aparicio. El momento del parto frustrado con sus escalofriantes gemidos traspasó la pantalla, y quién mejor para expresar fielmente el dolor humano que el rostro de un indio latinoamericano.
Un final predecible en donde el blanco es el bueno y protege al sufrido indio, desperdiciando la oportunidad de atreverse a reclamar que estos prejuicios y falta de sentido de pertenencia con su cultura precolombina es la principal causa de que estos países estén condenados a la degradación y la subordinación.
Transcurrido el tiempo prudente llegamos a la conclusión que este gobierno no da más. Este ansiolítico tuvo corta duración, fue efímero, porque solo hizo efecto mientras rodó la cabeza de keiko, faltó Alan el premio mayor, pero el Idi Amin del aprismo tuvo el tiempo suficiente en la embajada de Uruguay para organizar a su poderoso séquito y cavilar lo que estamos viendo, la desestabilización de este régimen fortuito nacido de la improvisación.
Un gobierno vulnerable porque nadie lo eligió era lógico que tenía que mostrar pocas luces teniendo los recursos.
Hay dos países dentro del territorio peruano: uno representado por el ejecutivo y el legislativo, y el otro el que vive la mayoría de peruanos. Es la llamada República de indios y la Republica de los españoles de la época colonial y que seguimos sufriendo, lo que nos demuestra que a pesar de los dos siglos transcurridos desde la independencia política del yugo español seguimos con el mismo problema.
Dos mundos paralelos muy distantes uno del otro.
Y esto se nota en la política, puesto que, cada decreto, cada acción, solo se hace para favorecer a todos menos a los peruanos que estamos aún en esa República de indios desfavorecidos. La preocupación y la ayuda son siempre para todo el mundo menos para los connacionales que están sufriendo el desempleo, el hambre y la enfermedad.
Comenzando este nuevo año, un hacinado gueto de la capital fue anegado por un mar de aguas servidas y, el ejecutivo y legislativo con sus diplomáticos, más se preocupaban en buscarles cobijo y empleo a los refugiados venezolanos mientras que los pobladores de San Juan de Lurigancho estuvieron casi tres semanas sin agua potable en medio de un ambiente nauseabundo.
Es una atmosfera rala, espesa y toxica este capricho de las grandes mineras y los demás potentados grupos económicos que han convertido al Perú en lo que es ahora una "terra nullius" un territorio sin futuro.
Desde 1992 los peruanos sufrimos un mismo guión que a estas alturas ha perdido todo sustento ya que no encuentra solución a nuestros principales problemas, los únicos que están felices y contentos en esta juerga descomunal son los chicos realitys y los grandes grupos económicos que han puesto bustos parlantes en el gobierno que no han encontrado la manera de por lo menos no hacerse notar lo torpes que son.
Pero la esperanza es lo último que se pierde y los peruanos lo sabemos muy bien.
México hoy es un gran referente para el Perú, porque ellos estuvieron igual sometidos a los mismos tipos de gobiernos mediocres y corruptos que debilitaban el sistema democrático y el año pasado eligieron una alternativa distinta con AMLO.
No soy izquierdista ni lo seré tampoco, pero viendo este entorno putrefacto y sin salida llegamos a la conclusión que solo un gobierno progresista o de izquierda puede sacarnos de esta desmoralizada situación.
Si el pueblo mexicano lo hizo por qué nosotros los peruanos no podemos hacerlo. Ya basta de tanto sometimiento a estos inútiles “chicago boys”, basta de este ambiente derrotista.
Basta de toda esta mediocridad y corrupción generalizada.
Definitivamente no se puede pedir peras al olmo con este gobierno de Vizcarra porque no da más, es por eso, y es urgente que deje las acciones lúdicas de creerse el paladín de la justicia y convoque a nuevas Elecciones Generales, de lo contrario esta democracia al estilo “polvos azules” terminará como siempre ha acabado en esta patética historia de la comarca.
Este periodo de transición al pasar de un mundo unipolar liderado por los EEUU a otro en donde Rusia y China buscan su tajada en el pastel, ha provocado esta crisis y amenaza al descubierto y vulnerable abdomen de algunos países sudamericanos.
Los peruanos desde nuestra barbarie, pobreza y desventajosa posición, los estragos del primer gran conflicto global, los pocos que lo sabían en ese momento, lo leyeron en los diarios; mientras tanto, la Segunda Guerra Mundial lo escucharon a través de las dos únicas radios que existían, pero, siempre muy alejados de los combates y devastaciones que se producían en Europa, salvo los enfrentamientos navales frente a las costas de Chile y el de las Islas Malvinas de 1914.
Hoy no sucede lo mismo, porque la puja entre los actuales hegemones ha atravesado las fronteras del Perú y lo vemos con ese millón de venezolanos que han ingresado. Su gran numero en un país pobre como el nuestro tan escaso de empleo y con una tercera parte de su población sumida por debajo de la línea de pobreza significa un importante agente desestabilizador y muestra lo peligroso que significa contar con una diplomacia ingenua o exageradamente torpe.
Lo que podríamos llamar como la Tercera Guerra Mundial se puede iniciar tanto en Europa Oriental, el Medio Oriente, Taiwán, Corea del Norte, o aquí cerca, en Venezuela.
Los bloques enfrentados del Atlántico norte y la zona Euroasiática se encuentran en una situación similar a la Entente y los imperios centrales de finales del siglo XIX y comienzos del XX, cuando en un conflicto encontrábamos dentro de sus causas la posesión de los recursos y los mercados. Ahora, no existen ideologías de por medio como en la época soviética, ahora prima la ganancia del dinero al poseer el dominio de aquellos lugares en donde se explota el petróleo o pasa ese oleoducto. Por estas razones los diferentes tipos de conflictos que se produzcan pueden desencadenarse hasta en el mismo patio de tu casa y, lo sensato, para un país como el nuestro que ha sufrido terribles épocas de violencia que no se diferencian mucho de lo que ha pasado en Siria, sería intentar alejarse de estos focos de tensión, en este caso Venezuela.
Colombia ha traído a Sudamérica el enfrentamiento de los actuales bloques beligerantes al formar parte de la OTAN como “socio global”, rótulo rimbombante para un televidente acostumbrado a los realitys y que no percibe cuando un país subdesarrollado se encuentra ocupado sin derechos a reclamo, obligado a ceder su territorio y sus soldados para una posible invasión de un país vecino y latinoamericano.
En el pasado siglo XX surgieron los países no alineados y el Perú fue uno de los abanderados, hoy no se habla de ello.
Cómo se puede tomar partido exageradamente por uno de los bandos cuando nuestro país mantiene buenas relaciones tanto con China, EEUU o Rusia, sobre todo en el ámbito comercial y sin olvidar su triste realidad de sediento importador de petróleo.
Es que los diplomáticos peruanos que dan la cara cuando se presentan en el Grupo de Lima no se pueden apartar de esa atmósfera de subordinación al apoyar un discurso promovido por los que insultan constantemente a los latinoamericanos al querer construir un muro.
La historia juzgará a aquellos que están a favor de la guerra en un país latinoamericano, un conflicto en donde se juegan los mezquinos intereses de las grandes potencias mundiales.
Es que lo vemos desde una posición cultural milenaria, como quizás lo vería el Siam del siglo XIX, cuando negociaba con las amenazantes potencias occidentales que presionaban sus fronteras.
El Perú es un país milenario y creemos que sus más de 5000 años de antigüedad debería darles sensatez y autoestima a los que manejan su diplomacia para no dar el patético espectáculo que estamos viendo, otra vergüenza más, como cuando Leguía entregó el trapecio amazónico por presión externa.
Han pasado diez años desde que escribimos el primer post de este blog. Diez años que para ser honestos, se han ido volando. Ese 11 de enero de 2009 comenzamos tímidamente denunciando el problema de Gaza y mucha agua ha pasado bajo del puente, y no siempre deseándonos lo mejor, ya que nuestros escritos, han despertado la incomodidad de muchos, los odios y los insultos, tanto que nos vimos en la necesidad de moderar los comentarios para no hacerlos famosos.
Después de diez años esta página ha terminado por ser censurada en el ciberespacio peruano ya que es automáticamente bloqueada por los filtros anti pornográficos de las cabinas de internet, así que los jóvenes con escasos recursos les serán muy difícil acceder a estos artículos.
Bueno no solo eso, también en estos diez años he sido víctima de la crítica familiar y hasta he despertado el resentimiento y el rencor rastrero de uno de los pocos amigos que me quedaba, nunca hubiera pensado que lo que escribo lo había convertido en un virulento enemigo y anónimo acostumbrado a teclear insultos en los comentarios de este humilde blog.
Y también he perdido empleos, como no, al dedicarle largas veladas cuando se me ocurría escribir sobre un tema.
En fin, este blog ha contribuido para que estos diez años hayan sido agitados y divertidos, sin lugar a dudas; en donde, hemos conocido más el Perú y sus problemas y los problemas del mundo, encontrando sucesos que nos tienta hacerlos públicos, pero creemos que nos es el momento por la coyunta que estamos viviendo y porque sería echar más leña al fuego.
En estos años agradezco a mis seguidores y lectores que son los que nos motivan a escribir y que se encuentran dispersos por distintas partes del mundo sobre todo en el Perú.
En estos diez años también hemos inspirado ideas y tendencias, como no. Como cuando auguramos el triunfo de Humala, o la influencia del fujimorismo dentro de la política y el estado peruano.
Otras veces por reclamar tolerancia y respeto a la diversidad étnica en nuestro país, esa pequeña bolita de fango dentro de las redes sociales se fue convirtiendo en un huayco de críticas sobre personajes faranduleros como el caso de Raúl Romero o Johanna San Miguel, o cuando criticamos el tinte racista del censo de población que hizo eco en el resto de medios.
O cuando comenzamos a nombrar como quechua a la etnia mayoritaria en el Perú.
Algunas de nuestras frases han servido igualmente para que lo repita alguno que otro político o autoridad, como aquella vez que lo escuche de boca de Humala o de kuczynski en su mensaje a la nación, o en el último triunfo del gobernador de la Región Arequipa.
Sí, vale recordar y celebrar, que si escribimos es por una causa, porque no en vano hemos leído algo y queremos compartirlo para que estas ideas no se queden olvidados en algún rincón polvoriento en una biblioteca abandonada sino, que mejor, que siga flotando en el ciberespacio, aunque aquí esté bloqueado por los filtros antiporn.
En muchos países del mundo se ha dado este enfrentamiento entre grupos que quieren mejorar el país y otros que luchan por mantenerlo como está congelado en el tiempo; lo mismo está ocurriendo en el Perú. Aquellos grupos que no quieren realizar esos cambios, frustran cualquier intento de aseo utilizando hasta métodos delincuenciales como el secuestro de niños.
En estos diez años la sobrevivencia de la democracia peruana ha sido casi milagrosa teniendo un pueblo desinteresado por inculto y antidemocrático y una clase política del mismo nivel junto a unas instituciones lentas, podridas y burocráticas y de una religiosidad bizantina, que no ayudan para el fortalecimiento del estado de derecho.
Son diez años en los que ha habido momentos y ganas de cerrar este blog pero no lo hicimos, porque a estas alturas sabemos que es algo de lo que nos sentimos orgullosos.