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Notaréis estos últimos tiempos mi tono pesimista. Después de años desconectada por motivos personales e importantes, vuelvo a una red que iba cuesta abajo y sin frenos, pero que parece que va llegando ya al final. Primero el maná envenenado del trashtubing y los influencers, el aborregamiento de unos jóvenes prometedores, después, la progresiva e imparable mercantilización de una web en la que crecen, incluso de la mano crypto que tanto prometía como moneda democrática, el spam, el phishing, los scams y las estafas.
Andaba escribiendo todo esto, grabando el video de 27 min. sobre la Sociedad migaja que viene después, cuando leía a Jack Dorsey, fundador de twitter al respecto:
«the days of usenet, irc, the web…even email (w PGP)…were amazing. centralizing discovery and identity into corporations really damaged the internet. I realize I’m partially to blame, and regret it.»
Traduzco:
«Los días de Usenet, los IRC, la web, eran maravillosos. Centralizar el descubrimiento y la identidad en manos de las corporaciones dañó internet. Soy en parte responsable.»
En resumen, nos dirigimos hacia un futuro aterrador, centrado en los siguientes elementos:
-Aumento de la desigualdad: 50 empresas concentran hoy el 25 por ciento del capital mundial y la ratio va en aumento. La población se va empobreciendo, la clase media – baja tiende a la desaparición, decía el economista Niño Becerra al que cito en los videos y escuchaba recientemente. Sobreviven, según el autor, algunos trabajadores muy tecnificados de los nuevos y omnipotentes poderes de la información, de la inteligencia artificial, que relegan a la mayoría al paro cuando inventan cada vez más robots sustituyendo la mano de obra humana.
Y añado: vuelven las castas inamovibles en lugar de clases: o somos parias obnubilados ante el espejismo de la riqueza fácil (youtubers célebres, pelotazos en criptomonedas) o ricos ausentes de los problemas mundanos que controlan la libre expresión de los pobres (usuarios de redes, pequeños creadores) desde sus paraísos de cristal.
-Escasez, muy en línea de la Sociedad Migaja de la que siempre hablamos, también creciente (esta misma semana se planteaba en España una ley que limitase la compra de productos en el supermercado) y que se resume, en pocas palabras, en el logro de beneficios sociales, sanitarios, de empoderamiento y libertad, etc. hasta un mínimo de bienestar insuficiente, que no logró salvarnos de millones de muertos durante la pandemia, que nos silencia cada día más en redes, etc.
Y no parece, de nuevo según Niño Becerra, que vaya a haber una revolución, no parece que vayamos a cambiar las cosas. El sistema, a base de renta básica, marihuana y ocio gratis (o low cost), nos mantendrá conformados.
Lo anticipábamos también al hablar del metaverso mercantilizado que viene, ejemplificado en la película Ready player one y previsto en las más variadas pesadillas ciberpunk.
Propongo estrategias para lidiar con ello, para desde las redes, dejar de dormir, acelerar el despertar que necesitamos, centrándolo en el video en tres aspectos:
-Esquivar el algoritmo, elegir de forma proactiva lo alternativo:
Con todos con voz en redes pero silenciada por los algoritmos de las más masivas, nos toca buscar alternativas.
La competitividad nos va a favor… Observo estos días, por ejemplo, cómo Twitter, una de las redes que nos dio más volumen en otros tiempos, no lo hace en la misma medida (a no ser que compres publicidad) ahora. ¿Será que en su formato de texto no tiene demasiada competencia? La visibilidad de un microvideo en reels, tiktok, instagram es muchísimo mayor, tema que hay que aprovechar para obtener la visibilidad de nuestro mensaje imparcial y por lo tanto más crítico.
-Fraternidad entre pequeños creadores, generosidad radical:
«Ante un panorama de cada día más monopolio de los grandes medios y marcas en las redes sociales mayoritarias, queda como única solución la solidaridad entre microcreadores. Me propongo desde ya, escribir sobre el tema y dar ejemplo.» twiteaba hace unos días (lo profundizamos en el video). Pues eso…
-Mantenernos sanos, cuidarnos y mantenernos sanos, física y emocionalmente:
Lo comentaba con un compañero en Tiktok y escribiré en breve al respecto: la pandemia, la guerra ahora, nos han dejado en un estado de precariedad emocional brutal que se acrecienta con el individualismo que vivimos en las calles, la antipatía y falta de soporte emocional de nuestros congéneres que las situaciones de crisis a veces generan (incluso las sonrisas o los afectos escasean). Son dos los caminos posibles: el primero, el de un afecto, un soporte emocional institucionalizado (la psicología, la terapia, son hoy los negocios más prometedores, la teoría sueca del amor es una interesantísima película que habla de ello), el segundo, un compromiso por el cuidado emocional propio y ajeno, es el que puede salvarnos. De todo ello hablaremos en breve.
Os dejo el video:
* La foto libre de alta resolución de Cyberpunk 2077, Judy Alvarez, CD Projekt RED, tatuaje, Nightcity https://wallhere.com/es/wallpaper/1969035
Son muchas las cosas que han cambiado desde la Internet principios de siglo, desde el momento de emergencia de las redes sociales como fenómeno que había de convertir internet en algo como la luz, como el agua, como una «commodity» más. En cuanto a los blogs, somos pocos/as los que resistimos aún, los que escribimos aún entradas largas y concienzudas en lugar de optar por la fácil opción de los twits, de los vídeos cortos, de las stories, de los tiktoks y demás miembros de la especie de lo que hoy quería comentar aquí: los micromedios sociales.
Vaya por delante un ejemplo de las entradas que hemos realizado estos días sobre este tema en Twitter, Tiktok, Youtube Shorts o Instagram (pronto dedicaremos una entrada exclusivamente a Tiktok, una red que me ha sorprendido positivamente):
ENTRADA EN TWITTER:
Tiktok, Twitter son las redes realistas de hoy, las que democratizan el talento: son muchas las voces que merecen atención y muy pocas las que la merecen más de un minuto o 140 caracteres
— dreig (Dolors Reig)
(@dreig) March 25, 2022
ENTRADA EN TIKTOK
Abundancia, democratización del talento y en paralelo, escasez de la atención, cuando cada vez son más numerosas las voces graciosas, intelectuales, culturales, etc. que escuchar, si algo he notado cambiado en la Internet de hoy con respecto a la mucho más social y ligada a valores que conocimos hace unos años (Socionomía hablaba de ello) es lo que titula esta entrada: la atención, cada día más y en mayor medida cuando queramos que nos la presten durante más de unos segundos o minutos, se compra.
No son buenas noticias, pero tampoco es nada muy distinto de lo que suponía antes que vendiesen más libros, más periódicos, más cultura, quienes tuviesen mayores presupuestos disponibles en campañas de promoción en televisión, carteles en la calle, etc. Nada que ver con la era de los blogs, del periodismo ciudadano o la del manido prosumidor omnipotente, pero el panorama es, en todo caso, algo mejor ahora que cuando eran solo cuatro los agentes masivos de comunicación.
Hemos vuelto, de algún modo, al principio de la historia, con los medios de comunicación masivos, controlados por los poderosos de siempre, que son quienes tienen presupuestos para marketing, publicidad, etc, en redes, copando el 80 % de la atención disponible. No fue posible la revolución pero como casi siempre sí la evolución.
De nuevo la Sociedad de las migajas…
Y el signo de los tiempos se dibuja en las microredes que os mencionaba, en las que no es fácil pero sí posible que sea el mérito, el simple talento el que, eso sí, formulado en los pocos caracteres o pocos segundos de vídeo que se nos conceden, pueda ayudar a que las buenas ideas, las de la buena gente, esas que necesitamos para llevar a buen puerto este mundo, emerjan.
Con media sonrisa solo, pero seguimos… ;)
Os dejo extracto del vídeo Noticias tecnosociales del conflicto Rusia – Ucrania, 5a semana, publicado en Youtube. Como temas, hablamos de los últimos avances en las acciones de Anonymous (publicando miles de archivos del Banco Central Ruso), iniciativas de conocidos de distintos ámbitos, como David Beckam o Dimitri Muratov donando recursos a la pacificación, el papel de cosas como la Inteligencia Artificial o los NFT en la ciberguerra paralela a la física que vivimos, etc.
Espero que os guste :)
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Es probable que muchos/as de vosotros/as no sepáis, inmersos como estamos en amalgamas infinitas de información, el motivo por el que este blog ha estado, conmigo, casi inactivo durante bastante tiempo desde su auge entre 2007 y 2018. El tema, el accidente y lenta superación de las consecuencias del mismo por parte de mi persona más querida, tiene relación con lo que quería plantear hoy: la superación de situaciones vitales difíciles, las claves para lograr o mejorar la cualidad de la gestión emocional, que creo, a estas alturas de la película y después de lo aprendido tanto de mi hija como de todos/as los seres humanos maravillosos conocidos durante el proceso, la más importante.
No vivimos tiempos fáciles. Pensaba y escribía recientemente acerca de los jóvenes de hoy, otrora denominados generación de algodón y que deberíamos ir bautizando como generación de acero, sobre cómo están cultivando a pasos agigantados mecanismos de resiliencia, de fuerza emocional que les han permitido lidiar con una pandemia y ahora les facilitan afrontar la idea (en Ucrania ya la realidad) de guerra mundial. Debemos hoy, más que nunca, desde la escuela, en nuestros contextos íntimos o familiares, potenciar el proceso y seguir cultivando, con la mayor fuerza posible, los siguientes (y los que se os ocurran), elementos:
1. A sufrir, se aprende, más en primera persona pero también hay algo transmisible
Si el ser humano vive buscando sentido, en ocasiones el aprendizaje que proporcionan ciertas situaciones difíciles, parece ser el único. Hay mucho de aprendizaje, en algunos puntos transmisible pero no en otros, en la vivencia del sufrimiento. Es por ello que tenemos mucho que aprender de los que han vivido situaciones difíciles. Como ejemplo contemporáneo, convivimos hoy con congéneres Ucranianos que huyen de la guerra en sus países. Dejarles hablar, escucharles, no solo hará que se sientan mejor, más acompañados en el sufrimiento, más útiles al enseñarnos importantes lecciones de vida, sino que nos proporcionará importantes aprendizajes a quienes no hemos vivido sus experiencias. Escuchar, apoyar e intentar no prejuzgar, desde posiciones a veces lejanas, sus experiencias, será enriquecedor para todos. Y es importante este último punto: una de las cosas más importantes que he aprendido es a no sobrevalorar la empatía. Si bien se agradecen todos los esfuerzos, cuando se sufre, de los demás en ponerse en nuestro lugar, resulta que al 100 por cien es imposible. A sufrir, se aprende y en este caso los maestros en la universidad más importante, la universidad de la vida, son y serán siempre los que han vivido las situaciones extremas en primera persona. Resulta imposible ponerse en su lugar, así que amarles y respetarles es la mejor forma de empatizar y aprender de ellos.
Así que si estás sufriendo, si has sufrido, recibe mi más sincera admiración. Es cierto aquello de que sufrir nos hace más fuertes, es algo que nos proporcionará mayor capacidad para ser felices, para resistir, ser más resilientes después.
Correr un tupido velo, ignorar, pasar por alto las oportunidades de educar emocionalmente a los nuestros (hijos, hermanos, amigos), solo llevará a la baja tolerancia a la frustración y al sufrimiento emocional de todos ellos después.
El tema ha significado, si os fijáis, un problema de la educación en otras épocas, sobre todo en cuanto a la casi nula exposición a temas de conflicto emocional, psicológico de los chicos. Si en el caso de las chicas, se las exponía a los problemas familiares con mayor facilidad (la madre que mostraba sus sentimientos o expresaba su malestar emocional en mayor medida con ellas), lo típico en cuanto a los varones era el «deja jugar al niño» y no le agobies con ese tipo de cuestiones. Todo ello no ha resultado en hombres más «duros» sino en todo lo contrario, en un género masculino mucho más vulnerable en temas de gestión emocional.
2. Ir estableciendo METAS, superarse, sin prisas, a uno/a mismo/a
Es el único tipo de competitividad que tiene sentido: aquella que establecemos con nuestros propios, variadísimos límites. No hay retos universales más allá del de superarse a uno mismo ni trabajo con más sentido que el de hacerlo, en el sentido que decidamos, paso a paso. Sea el reto escalar el Everest, dejar de fumar, volver a andar o aceptar espiritualmente la adversidad, el reto es crecer siempre, aunque sea poco, cada día. No hay metas imposibles cuando cada día las logramos un poco más.
3. Flexibilidad
Y a veces, en algunos temas, no podemos crecer más. Es hora de no vivirlo como fracaso sino como señal de que ya hemos llegado, de que es tiempo de cambiar de meta, de transportarnos a cualquier otra línea de salida, en cualquier otro lugar. Lo decía en una letra memorable la canción de Revólver…. «El peligro no es cuestión de un par de golpes, el peligro es no saber a dónde ir», así que será esencial, sin olvidar el punto siguiente, lo que viene a continuación.
4. Competencia autolúdica, motivación
Lo obviamos a menudo pero resulta esencial el poder del agradecimiento para la salud mental. Simples actos de bondad, de ser compasivos con uno mismo y con los demás liberan oxitocina en el cerebro y nos hacen más abiertos unos a otros y al aprendizaje. En el ámbito de la enseñanza, los entornos de aprendizaje que promueven la bondad y la compasión también promueven la toma de riesgos académicos y la innovación. Olvidamos también, en el sentido que íbamos relatando, agradecernos, premiarnos a nosotros mismos por haber logrado cada una de las metas que nos vamos planteando antes de ir a por la siguiente. Se habla mucho de Gamificación, de premiar de formas diversas para motivar a alumnos, hijos, etc. cuando creo que lo importante es enseñar a que se motiven a sí mismos. Ser más generosos con los demás pero también darnos regalos cuando lo merecemos, aprender a automotivarnos ante tareas pesadas o difíciles, es esencial. Work hard, party (o cualquier otra cosa que nos apasione) hard, ya sabéis :)
5. A ser también se aprende: objetivos, autorealización ligada a valores
No puedo obviar la anécdota de Victor Frankl (*), uno de los padres de ls Psicología existencialista que escribía su obra en servilletas desde un campo de concentración nazi. En algún momento, los soldados le requisaron las servilletas y las quemaron y Frankl empezó otra vez. Como vivo ejemplo de su teoría, la del ser humano en busca de sentido, lo más importante para ser felices es tener objetivos, metas que vayan más allá de nosotros mismos. Si es importante tener metas, aún lo es más si estas van ligadas a valores. Y los valores van ligados, una vez más, a la educación y el autoconocimiento. Ocurre que en muchos casos, de nuevo en la infancia o por falta de ocasiones o trabajo de introspección después, no se ha trabajado en establecer un sistema de valores que dé sentido a la vida. Dicho en otras palabras, a ser también se aprende. Establecer una identidad centrada en valores, definiéndolos como aquello que nos guía más allá de nosotros mismos y nuestras necesidades más primarias, es algo fundamental para la fuerza emocional. ¿Os resuena estos días la idea de que los Ucranianos están resistiendo porque creen firmemente en su paz y en la de sus hijos/as? Los soldados rusos, a pesar de los esfuerzos adoctrinadores de Putin y compañía, no obedecen a la misma lógica.
6. Eliminar la culpabilidad, no la responsabilidad
No creo en personas buenas pero sí en las que, según lo que hemos visto en el punto anterior, intentan serlo día a día. Y cuando se tiene la bondad, la responsabilidad de ser buena persona, el compromiso de ser útil a la evolución positiva de esta sociedad, como principio, como objetivo, como valor o como meta, la culpabilidad no tiene ningún tipo de cabida. Debemos sentirnos afortunados/as y orgullosos si nos identificamos con lo anterior, eliminando la propia culpa e intentando, de paso, en la medida de lo posible, entender que muchos/as otros/as no han tenido esa suerte. Leía hace poco un estudio que hablaba de cómo un solo evento traumático puede alterar el cerebro de cualquiera de forma a veces irresoluble. Nadie puede ponerse, como veíamos, al 100 por cien en el lugar de nadie, así que culpar solo tiene sentido si eso puede servir para provocar alguna mejora.
7. Equilibrio razón emoción: podría ser peor….
Vivir de espaldas a las emociones nos lleva a sociedades gobernadas por individuos enfermos, hastiados, ahogados de sentimientos que no saben manejar. Reconocer el sufrimiento, no temer hablar del dolor sin acallar tampoco la razón, que también es parte importante de lo humano. Es la base de las terapias cognitivas, controlar las emociones para conservar el máximo posible de objetividad. Mirar hacia la guerra en estos momentos puede abrumarnos emocionalmente, pero también puede ayudar a relativizar nuestras a veces sobredimensionadas situaciones o circunstancias adversas.
8. Aprender a desmenuzar, a dividir los grandes problemas en otros más pequeños.
Resulta también un recurso, como forma más racional de afrontar los problemas, intentar aplicarles análisis. La emoción es global, abrumadora, un ovillo enredado, mientras que la razón puede ir deshaciendo cada nudo, entregarnos a las pequeñas metas de las que hablábamos más arriba, hasta que todo se calme.
9. Aprender a descansar, a desconectar
No hemos comentado hasta ahora la archiconocida teoría del flujo (aquella que viene a afirmar que la felicidad está en aquellas cosas que hacen que el tiempo pase volando), si bien está en mucho de lo tratado hasta ahora. Nada es tan motivador como para mantenernos en flujo el 100 por cien del tiempo así que incluso si nos dedicamos a aquello que nos gusta, descansar es necesario. Se habla incluso últimamente de jornadas laborales más cortas que inciden en rendimientos laborales mayores. También la variedad, en sí misma, nos hace más fuertes.
10. Aprender a pedir ayuda
A veces llevados por la fuerza de estereotipos de anti-debilidad, también es la carencia típica del resiliente, del que sí ha aprendido a gestionarse, pensar que nunca se necesitará el apoyo de los demás. Somos animales sociales y en ocasiones, la mera presencia de los demás nos hace sentir mejor. En el caso de Ucrania, acogerles, mostrarnos presentes en redes, estar ahí, resultan armas potentísimas para la fuerza que necesitan para restablecer la paz.
* Entrada El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl, en Wikipedia.
(Publicaremos en breve en el canal de Youtube el equivalente audio-visual a este posteo. Por si pensáis en suscribiros, dejo allí resúmenes de noticias, actualidad y reservo el blog para reflexiones, a pesar de que comparto en ambos canales lo que voy publicando)
Hackers, intentos de reprimir la libertad de expresión y la libre información sobre la guerra en Rusia, bloqueos a la organización popular antibelicista, el gobierno Ruso está muy cerca de dividir la red, terminar con la internet global que conocemos y crear un mundo propio, aislado, una cárcel informativa que no beneficia en absoluto el desarrollo de la humanidad. Comentamos esta y otras noticias alrededor del conflicto esta cuarta semana en el canal de Youtube:
Jóvenes aprendiendo a ser superhéroes en los videojuegos, micropoderes en las redes. Una pandemia les ha enseñado responsabilidad, una guerra les está enseñando resiliencia… ¿Y si lo que viene es una generación de acero que definitivamente cambie este mundo?
Lo prometido es deuda, os dejo el video correspondiente al posteo anterior:
Quienes me seguís desde hace años sabéis que no era fácil minar el optimismo racional, argumentado, que siempre ha caracterizado mi discurso y el de este sitio. Las redes sociales, la evolución de internet y el intercambio entre seres humanos que ha potenciado (sociedad aumentada, redes sociables, etc), habían de evidenciar la bondad, la prevalencia de los valores más elevados del ser humano, de la humanidad, como nunca antes en la historia.
Sabíamos y continuamos comprobando día a día que la paz, la solidaridad, el bien común, la democracia, la libertad, etc. no son los valores máximos del poder, de nuestros dirigentes, muchas veces vencidos por lógicas capitalistas y ególatras indestructibles. Internet prometía, no obstante, el micropoder de todos/as, que cada uno de nosotros se convirtiera en un micromedio de comunicación de masas, logrando cambiar valores y mentes en favor de unas éticas, las del pueblo, mucho más afines, de nuevo, a los valores humanos más nobles.
Parecía posible durante los primeros años de la red, culminando en un 15 de Marzo de 2011 apoteósico en España, un Noviembre de 2011 casi utópico en Nueva York, una primavera árabe, etc. cuando éramos muchos/as los/as ilusos organizando en las redes, celebrando en las calles que un nuevo sistema, un nuevo mundo era posible.
Temblaron gobiernos y estructuras estáticas, inamovibles en siglos y se pusieron en marcha todo tipo de mecanismos, desde el control de las redes por parte de corporaciones y gobiernos, hasta estrategias más sutiles como la cooptación, la puesta en marcha de aquella idea en la que «si no puedes con tu enemigo, únete a él» … y el monstruo capitalista transmutó a unos jóvenes activos y comprometidos con el cambio, en borregos adocenados detrás de líderes (influencers) empapados de olor a dólar.
La inercia autodestructiva siguió su curso… desde un cambio climático lento pero imparable, hasta males entonces olvidados y que nos han acechado durante los últimos tiempos: una pandemia improbable y sí… incluso una tercera guerra mundial como la que hoy asoma las orejas.
Pensaba en todo ello ayer, buscando una salida intelectual al pesimismo, un refugio mental ante la amenaza que vivimos…. y caí en la cuenta de aquello que tanto me gusta, desde siempre, analizar: los contrastes y contradicciones. ¿Puede haber algo más contradictorio que un meme en tik-tok en el que aparece alguien vestido de soldado, sonando bombas de fondo y con una metralleta riendo y bailando en actitud absurda?
Lo que demuestran ese tipo de entradas en redes, tan numerosas como las mismas bombas que destruyen estos días los edificios Ucranianos, es la resiliencia de un pueblo, de una generación, de los jóvenes de un pueblo que, simple y llanamente, no entienden absolutamente nada de nada. Así que se ríen, aplican esa bendita muestra de la inteligencia humana que se llama sentido del humor, como toda mente humana hace cuando no entiende algo.
Buscando una solución al conflicto, intentando recuperar la fe en la humanidad, voy a centrarme en los factores que creo que pueden suponer lo que titula esta entrada: una nueva generación de Acero, ahora sí, capaz de cambiar el mundo. Necesitaría un libro entero para describir los superpoderes de estos nuevos héroes, pero me gustaría, solo por si consigo aportar un poco de esperanza, citarlos aquí:
(Editado 15 de Marzo, 2022. En la imagen, Marina Ovsiannikova, antibelicista Rusa ahora detenida, ejemplo de la Generación de Acero)

-El poder de la organización sin organizaciones, la capacidad de cada individuo, a través de sus redes sociales, sus micromedios de comunicación al mundo y una idea lo suficientemente potente, de movilizar a las masas. Era algo exclusivo de partidos políticos, entidades, instituciones y otros lobbies de poder en otras épocas, pero las redes sociales lo democratizan. En términos del conflicto actual, llevo semanas diciendo en redes que hacer que sigan vivas en Rusia posibilitaría la organización de revueltas potentes (la #russianrevolution que podría parar a Putin) y más difíciles de controlar por parte de las autoridades rusas.
-Los valores aprendidos en las redes sociales, a través de la autenticidad, la libertad y el contacto y soporte emocional entre minorías que han potenciado, consolidan la tendencia actual a que la población manifieste valores más elevados que los de sus dirigentes. Profundizaremos en ello en otra entrada pero vivimos hoy un extremo de ello. Así, parece evidente que el valor de la vida, el respeto a la vida del prójimo, no es uno de los valores que mueve a los dirigentes rusos en este momento.
-La información libre, la inteligencia colectiva: La publicación (con ejemplo paradigmático en Wikileaks) y difusión de las más variadas injusticias, la capacidad de filtrar información veraz, de forma colectiva, en foros, comunidades de internet (aunque se hable mucho de fakes, nunca hemos tenido la posibilidad de ser tan libres en cuanto a información se refiere, como ahora), podría contribuir a la formación de un criterio más sólido.
-El excedente cognitivo mostrado por la generación Gamer: Todo lo anterior constituía en 2007, época en la empezamos aquí a vislumbrar el potencial de las redes, la base para la esperanza. Ocurrían sin embargo, los mecanismos de cooptación de los que hablábamos más arriba, convirtiendo la promesa en hastío y decepción ante una generación de jóvenes que lidiaban con una «realidad rota *» alienándose en videojuegos y cegándose al brillo del dinero fácil. Hemos hablado mucho aquí de las capacidades que entrenan los videojuegos y la participación temprana en redes sociales. Imaginemos el potencial de todo el talento construido organizando o participando en equipos, ejerciendo de héroes y salvando mundos, durante tantísimas hora entrenadas en los videojuegos, de nuestros jóvenes, si les permitiéramos reparar este mundo que se nos cae en pedazos…
-La responsabilidad aprendida durante la pandemia: No se piensa en cambiar el mundo, sin embargo, si se sabe un cometido lejano en el tiempo, responsabilidad de los mayores, si no se tiene la responsabilidad, un poco las riendas del futuro de todos. Y sí, les hemos cedido las riendas, aunque solo sea un poco, durante la pandemia, desarrollando de forma más temprana que nunca los mecanismos evolutivos de la responsabilidad. Les hemos requerido y necesitado, cuando nuestra escasa pericia con las herramientas lo ha precisado, para conectar con los mayores confinados y aislados en residencias y hospitales, les hemos pedido y agradecido que renunciaran a salir de casa con sus amigos, a socializar, a ejercer su juventud en favor de la salud de los mayores, del bien común.
-Y además no tienen miedo, son resilientes: Consecuencia en parte también de la pandemia, creo que se trata de una generación de Acero, precisamente por ser capaz de neutralizar el miedo. Con sentido del humor y compartiendo, como hemos visto al principio de esta entrada cuando hablábamos de bombas vs. memes o siendo capaces, directamente, de seguir viviendo el día a día sin alarmismo, los jóvenes actuales y los que están por venir han crecido aprendiendo a dominar los miedos esenciales del ser humano a la enfermedad, a la muerte. Considerando, como lo hago en la esfera más privada, que el sufrimiento es una escuela extraordinaria de vida, estamos ante una generación emocionalmente más valiente (resiliente si queréis), más preparada que muchas de las anteriores para cambiar las cosas.
Olvido, seguro, algunos factores más de los que configuran la que creo que podemos llamar, desde ya, Generación de Acero, pero considero que, solamente con la suma de los presentados, deberíamos albergar fuertes motivos para la esperanza.
Hay que mirar arriba, si me permitís el paralelismo con la interesante película (*), para identificar las amenazas, los problemas que, día a día más graves, no paran de acecharnos. Pero es al lado, a nuestros iguales, a nuestros hijos, a nuestros jóvenes, a nosotros mismos, donde hay que mirar si queremos encontrar la solución.
* Reality is broken (2011), Jane Mc Gonigal sobre cómo los videojuegos nos hacen mejores y sobre cómo podrían cambiar el mundo.
* No mires arriba (2021), sobre la manipulación mediática y política para que no veamos la realidad.
(Publicaremos en breve en el canal de Youtube el equivalente audio-visual a este posteo. Por si pensáis en suscribiros, dejo allí resúmenes de noticias, actualidad y reservo el blog para reflexiones, a pesar de que comparto en ambos canales lo que voy publicando)
Os dejo nuevo vídeo:
Desde el anuncio de Meta sobre la no censura de los discursos de odio anti-rusos hasta los avances de los hacktivistas a través de las rendijas del sistema, pasando por los rasgos generacionales que se ponen en marcha en los videos de Zelenski y los cortos de Tik tok, comentamos en esta ocasión algunos datos para la esperanza en el pueblo y su revolución antibélica. Análisis de las noticias sobre el papel de las redes sociales, las infotecnologías, internet en general, en el conflicto o guerra que declaraba Rusia a Ucrania en febrero de 2022. Forma parte de una lista de reproducción a la que podéis acceder aquí: Resumen noticias sobre tecnosociedad en la guerra Rusia – Ucrania.
Os dejo resumen de las noticias de la segunda semana. Veréis el canal renovado…. el proyecto sigue adelante :)
Análisis de las noticias sobre el papel de las redes sociales, las infotecnologías, internet en general, en el conflicto o guerra que declaraba Rusia a Ucrania hace pocos días (febrero de 2022).
También observamos el uso de Tik Tok como parte de la campaña de justificación de la invasión desde Rusia, así como el trabajo de hackers, también de uno y otro bando, atacando cuentas corporativas y de medios de comunicación. Aclaramos el tema de las fake news, abundantes ahora, y de cómo identificarlas.
Destacamos, por su novedad, el papel de las criptomonedas como opción para donativos, promovida por el propio gobierno Ucraniano.
Os dejo hoy un nuevo capítulo de «El caparazón Inside», en el que realizo un análisis sobre el Metaverso desde un punto de vista crítico. La «Meta» de verdad debería ser, en momentos en que la distopía amenaza, que las tecnologías contribuyesen a la creación de un mundo mejor, no a la evasión a los paraísos artificiales de videojuegos, metaversos y otras pararealidades virtuales, de un talento que nos es vital.
No ayuda la mercantilización de la web en general y especialmente de la web 3.0 (criptomonedas como única manifestación popular de blockchain, etc.) que vivimos. El escenario de las distopías Ciberpunk, ejemplificadas en el videojuego Ciberpunk 2077 o en la película Ready Player One (2018) que os recomiendo especialmente, en la que la población decide abandonar toda esperanza de mejorar o reparar un mundo roto para mudarse a un videojuego masivo (un MMORPG llamado «Oasis»), está hoy, en plena guerra de Rusia contra Ucrania, más cerca que nunca.
Hemos renovado equipos y software para hacer mejores videos y seguir aportando contenido relevante sobre los temas de El caparazón. Os invito a seguirnos también en la comunidad, de casi 3000 que somos ya allí :)
Dejo la presentación realizada hace unos días porque pienso que puede ser de interés para los/as lectores/as del blog. Trata de resumir algo de mi experiencia e investigación en el tema de presentaciones virtuales (Zoom, Teams, Meet….), de consejos desde la psicología de la atención, del aprendizaje, social, acerca de lo que en esta era post-covid se convierte en una herramienta fundamental.