¿Cómo decidiste, con un par de premios y reconocimientos literarios a cuestas, usar los blogs como medio para difundir tus creaciones?
En principio no tuve esa intención. Descubrí que existían los blogs a través de un reportaje del diario El País, aquí en España, y una semana más tarde abrí una bitácora en "Blogger". Lo hice como quien abre una nueva cuenta de email de esas que jamás usará. Para curiosear. Esto ocurrió en septiembre de 2003. Una vez que entendí de qué iba la cosa, que había un campo para título, otro para el texto y un botón que decía “enviar”, no le encontré grandes diferencias a lo de siempre, que era abrir un cuaderno y escribir un cuento. En realidad, sigo sin encontrarle grandes diferencias. Las mismas 27 letras, el mismo idioma, las mismas ganas de contar historias. Lo que cambia es que, al contrario que en un cuaderno o un libro tradicional, aquí estás jugando en directo. Escribes y publicas; escribes y publicas. Y la gente va leyendo “mientras tanto”. El mientras tanto, en la literatura tradicional, era una discutible ventaja que sólo tenían tus amigos, tu mujer, tu editor. Aquí en cambio la obra cobra vida diariamente, o semanalmente, como ocurría en el siglo diecinueve con los folletines. En resumen, me conmovió que hayamos llegado tecnológicamente tan lejos para acabar regresando a lo de siempre: a las historias por entregas que leían nuestros abuelos. Me gustó esa fusión entre lo moderno y lo clásico. Por eso mi primer personaje de ficción fue un ama de casa y no un geek, y no un posmoderno. El primer blog de ficción lo escribía Mirta, una señora que sólo sabía escribir sobre su barrio, y que sólo sabía darle al botón de "enviar". Una analfabeta digital de mi pueblo.
Folletines, blogonovelas, en cierto sentido la vida también es un historieta por entregas, y nadie lo sabe mejor que esas amas de casa que todos los días tienen algo que contarse con la vecina, o la gente que jornada tras jornada se encuentra en las oficinas y siempre se están contando cosas, aunque la vida moderna ha ido eliminando (y sigue haciéndolo) este tipo de contactos. ¿Tu crees que la llamada “blogósfera” es un sucedáneo al antiguo “barrio” del que muchos ya no gozamos?
No diría barrios, sino bares o livings. Pero no hablo de los blogs; creo que internet en general logra aquello que el refranero antes adjudicaba al viento. “Dios los cría y el viento los junta”. En estas comunidades las personas encuentran un sitio común; llámese chicas que gustan de cierta literatura, o gente que quiere conocer gente, o señores que gustan de ver niños desnudos, etcétera. Igual que en la vida, pero de un modo más cómodo. Si te interesa algo absurdo, lo pones en Google y seguro encontrarás una asociación de gente que tiene las mismas taras que tú. Pero esto no es un atributo de los blogs.
La construcción de personajes es lo que más me ha llamado la atención de tus blogs, los haces creibles, auténticos, entrañables, quizás un poco tirados al dramón, sobre todo en la mujer gorda, pero personalmente valoro el no haber apelado a elitismos o snobismos ni al morbo barato (porno) para captar lectores. La pregunta es sincera ¿Cómo lo haces?
La credibilidad de los personajes (lo que literariamente se llama la 'carnadura') es un recurso necesario si lo que vas a escribir es costumbrista, como en el caso de "Mujer Gorda". Lo es porque, en definitiva, lo que enganchará al lector será reconocerse en esas historias. Esto se consigue, me imagino, con práctica y oficio. Como el carpintero consigue hacer sillas, y el cerrajero duplicar llaves. No hay ninguna magia, ni truco alguno: solamente es tu oficio, y confías en él. Con respecto al morbo, o la utilización de la pornografía, yo creo que Internet ya tiene bastante de eso como para incluirlo también en la ficción literaria. Además, no podría escribir algo que le diera vergüenza a mi madre, que es lectora de mis blogs.
Hace un rato hablaste de tu barrio, ahora de tu madre, ¿Debo entender que para caracterizar a tus personajes te inspiras o basas en gente que conoces?
Sin duda. De los 35 personajes de “Mujer Gorda” hay ocho que incluso tienen el mismo nombre y apellido de personas de mi barrio, en Mercedes. Otros tantos son mezclas de gente real, y algunos están basados estrictamente en la imaginación. Pero sí. No sólo los personajes; también muchas de las historias tienen una base real, que ha sido subrayada hasta conseguir un grotesco que las diluya en la literatura.
Una cosa que me intriga de la Mujer Gorda, ¿cómo lograste que esa forma de hablar tan porteña sea aceptada, sobre en todo en España, tan reacia a veces al habla de los paises sudamericanos?
En un principio utilicé mucho el hipertexto (ese tag que pones en determinadas palabras y que, al pasar el ratón, te sale un cartel con información añadida). Entonces, por ejemplo, cuando usaba un argentinismo, ésta venía con un tenue subrayado que indicaba al lector extranjero que podía encontrar una definición que lo orientara. De este modo intentaba no perder la coloquialidad de los personajes, y tampoco alejar al público foráneo de una historia que, más allá de los regionalismos, quería ser universal. Más tarde, cuando el grupo de lectores y comentaristas trabaron amistad, dejé de utilizar estos añadidos porque me resultaba mucho más enriquecedor espiar sus charlas en los comments, preguntándose cosas y respondiéndose entre ellos. Una española preguntaba: "¿Qué quiere decir pochoclo?". Un argentino le contestaba: "Es lo que ustedes llaman palomitas". Un mexicano añadía: "Aquí les decimos popcorn". Etcétera. En un momento dado, alrededor de Mirta, comenzaron a convivir culturas alejadas, personas de diversas edades y condiciones sociales, con costumbres y léxicos diferentes. Pero eran personas que tenían dos cosas en común: la raíz del castellano y, sobre todo, las ganas de leer un cuento. Eso ha sido, siempre, lo más gratificante de los Bertotti.
El nivel de detalle y la variada gama de cosas de las que hablan tus personajes me da la impresión que te pasas todo el tiempo dedicado a ellos ¿Hacer a los Bertotti es un trabajo a tiempo completo o cuentas con personal de apoyo?
En realidad da la impresión de que le dedico mucho tiempo a mis bitácoras, pero no es verdad, aunque la proliferación del mito me gusta. Los capítulos de Mujer Gorda, de Orsai, de Dámaso, etc., no me llevan más de una hora al día. Y como más o menos aparecen una vez a la semana, pareciera que es una especie de malabarismo, pero es sólo un espejismo. Casi todo el truco está en la velocidad de tipeo.
Tu experiencia con la Mujer Gorda ha sido imitada pero no igualada, ahora que la segunda temporada está en ciernes ¿Qué tan diferente encuentras el panorama de blogs de cuando apareció? ¿Influye en algo ésto?
En lo personal, me alegra muchísimo ver, hoy en día, cientos de bitácoras de ficción. Hay algunas excelentes, y disiento con la postura de que Mirta haya sido imitada. Yo no he visto imitaciones, sino una continuidad lógica dentro de un formato que es riquísimo para este tipo de creación. En este momento, ocurre lo mismo que hace dos siglos con el cuento policial. Al principio el lector no estaba acostumbrado al cuento policial (porque no existía como tal), y por eso en 1887 resultó sorprendente una trama en donde un crimen fuera paulatinamente revelado por un personaje que, en primera persona, seguía las mismas pistas con las que contaba el lector, para llegar, ambos, a una resolución natural que estaba "en las narices de todo el mundo". Este invento magistral, que debemos a Edgar Allan Poe, fue tomado durante mucho tiempo como "trama" en sí misma, pero el tiempo indicó que no se trataba de "trama", sino de "género". Al convertirse el cuento policial en un género, el lector dejó de ser ingenuo ante su presencia, y comenzó a consumir esta literatura sabiendo de antemano que se encontraría con un hilo conductor de características deductivas. Con la blogonovela, o el folletín interactivo, ha ocurrido algo similar. En un principio todos quienes escribían un blog eran personas reales. La primera vez que surgió un personaje de ficción en esa marabunta de seres verdaderos, inicialmente se lo confundió con una persona real, y la extravagancia de sus vivencias resultaron doblemente encantadoras, por intuirse probables. Luego se descorrió el velo, y el lector debió corregir la mirada como la tierra se adapta a las grietas después de un terremoto. Ahora ya estamos en los tiempos en que la blogonovela se ha convertido en un género: el lector está "avisado" y sabe a dónde va. Estamos en el tiempo en donde, quienes escribimos ficción, no podemos descansar más en la sorpresa, sino en el enriquecimiento de una trama cautivadora. La segunda temporada de Mujer Gorda (que ocurrirá en agosto de este año) estará menos centrada en la ingenuidad del lector distraído, y más abocada a "encantar", con nuevos recursos, a un lector que ya ha crecido y no se deja engañar fácilmente. Y eso es muy bueno, porque requiere de un nuevo esfuerzo de creatividad.
Supongo que andas en la “pre producción” de esta nueva etapa, sin embargo estas charlas en los comentarios de las que hace un rato hablabas pueden plantear nuevas líneas de desarrollo para la historia, así mismo los fans pueden presionar por desenlaces que no serán los que consideras adecuados ¿Cómo manejas esto?
Con naturalidad. En general los lectores son los que llevan las riendas de las historias. Lo hacen de un modo indirecto, con algo que no está a la vista pero se puede oler. Es “la temperatura”, o la reacción ante la continuidad. Lo peor que puede hacer un escritor al probar suerte en una bitácora, es tener todo escrito de antemano. No porque sea trampa, sino porque se perdería lo mejor, que es no saber lo que ocurrirá mañana.
No desaprovechas casi ninguna herramienta de marketing ni tecnológica para promocionar y enriquecer tus textos. Esto obviamente no encuadra con la figura tradicional del escritor, generalmente alejado de la tecnología, y por lo general renuente a marketearse (labor que suelen hacer las editoriales). En lo que respecta a medios de promoción ¿Qué no harías?
Creo que la utilización de recursos externos no debe estar reñida con la creación literaria. De hecho, la sangría es un recurso gráfico (no literario) que se utiliza para reforzar lo estrictamente argumental. También la negrita, y la cursiva, y las notas al pie. En algún momento del siglo diecinueve, todos estos artilugios debieron de resultar extremadamente modernos y descolocados. Pero hoy en día ya son tan naturales que el escritor los utiliza normalmente, como utiliza el guión o la letra erre. ¿Qué quiero decir con esto? Que estos tiempos han incorporado nuevos artilugios, nuevas herramientas, y que seríamos estúpidos si no comenzáramos a utilizarlas en pos de enriquecer nuestra creación. Hablo del marketing (dar a conocer lo que hacemos para que más gente lo disfrute), y de la tecnología multimedia (agregar complementos de audio, imagen e hipertexto a nuestras historias). Claro que esto, en principio, no encuadra con la figura tradicional del escritor; pero es que nos encontramos al inicio de un cambio evolutivo, y el escritor tradicional morirá cuando nosotros tengamos cuarenta años. Es decir, cuando nosotros estemos en nuestra plentitud artística. ¿Nuestro deber es volver a la Olivetti de carro ancho, nuestro deber es volver a enviar tristemente manuscritos a editoriales, nuestro deber es encerrarnos en apartamentos a escribir durante años la novela de nuestra vida, de espaldas a todo el mundo, sin saber si es de verdad un texto decente? Yo creo que no. Creo que mucho más saludable empuñar las nuevas herramientas. Alguna vez un valiente debe haber dicho: "Me importa una mierda lo que digan mis maestros, yo voy a escribir con sangría, que mejora la definición visual del párrafo". La valentía es una idiotez, en realidad. Es sólo sensatez y sentido común. Lo mejor es tener sentido común, no ser pacatos, y lograr que lo que contamos sea leído por la mayor cantidad de gente, porque creemos en eso que estamos escribiendo. Y porque escribimos para gustar.
¿Ves al autor de los próximos años como un hombre orquesta? ¿Escritor, diseñador, editor, marketero, etc?
Más bien veo equipos de personas coordinadas y con sinergia creativa. En Mujer Gorda trabajo con Bernardo Erlich, un humorista gráfico que realiza los dibujos de cada capítulo. La sociedad ha surgido de un modo espontáneo y nos divierte mucho intercambiar ideas media hora antes dela pubicación de cada capítulo. Me encantaría, por ejemplo, no tener que programar en php, porque lo odio y he debido aprender a consecuencia de la necesidad, no por gusto. En un nuevo proyecto de blog que aparecerá en septiembre, por ejemplo, sólo me encargo de los contenidos, y hay alrededor de diez personas haciendo el trabajo duro. Ese debería ser el ideal del escritor online.
Cuando llevabas Orbitácora, más de una vez hablaste de ficción no lineal. Quizás no todos estén al tanto de qué significa, pero ¿te parece una opción fuerte para el futuro de la ficción?
Definitivamente, creo que en los próximos diez años, el noventa por ciento de las editoriales evaluará sus próximas apuestas literarias leyendo blogs. Muchos debaten de forma estúpida sobre la muerte del libro, cosa que me parece irrelevante, además de improbable. Lo que sí creo que morirá, dentro de no más de una década y por muerte natural, es el envío de manuscritos a las editoriales. Ya no se evaluará de ese modo a los autores que deseen publicar. Los editores estarán pendientes de los éxitos de los blogs. Y no será más que sentido común por parte de las corporaciones.
El tema de la tenue división entre lo inventado y la realidad que se dá en el juego con los lectores también fue tocado en Orbitácora, ¿Alguna vez tus personajes intentaron salir del blog? Por ejemplo, ¿darías una entrevista como Mirta?
Si eso sirviese para algo (es decir, si esa entrevista lograra indirectamente que más gente acudiese después a la historia de la pantalla), sí, claro que lo haría. Es otra estrategia de marketing como cualquiera. De hecho lo hago ahora mismo con otro personaje de ficción que se llama Juan Dámaso, y es vidente. Los jueves por la tarde, el personaje (no yo) es entrevistado en directo en MTV España. Hay toda una pacatería en el mundo hispano de las bitácoras con respecto a la audiencia, a lo que debe o no debe hacerse con el fin de conseguir audiencia. Se trata de un malentendido que, tarde o temprano, disminuirá. El malentendido consiste en que todavía nadie logra ponerse de acuerdo en si la palabra "esfuerzo creativo" es sinónimo de "placer" o de "comercio". Por lo tanto, muchos suelen confundir promoción con prostitución. La diferencia es clara, y algún día les llegará en forma de pregunta: "lo que hacés, ¿lo hacés porque te gusta o porque te pagan?". A mí, por suerte, ya me pagan por escribir blogs. Pero hacía lo mismo cuando no me pagaban, y seguiría haciéndolo si dejaran de pagarme mañana. La respuesta está en el placer.
A muchos les van a brillar los ojos con eso que dices que te pagan por hacer blogs, sin querer inmiscuirme en tus asuntos privados ¿Es un pago directo, por publicidad o qué?
En el caso de Mujer Gorda el rédito ha sido indirecto: una gran editorial española me ha comprado los derechos de la historia para publicar un libro, que aparecerá en España en septiembre de este año, y aún no tiene fecha de publicación en Latinoamérica. En el caso de Juan Dámaso, el rédito es más natural: los ingresos de publicidad por parte de Adsense Google, y la aparición del personaje en la MTV, que ocurre los días jueves. Y en este momento estoy abocado directamente en un pedido puntual (la creación de un blog para publicitar un producto de ficción multimedia) por la que productora me paga un sueldo.
Personalmente no he logrado conectar con el Juani, ¿Con qué intención lo creaste?
Tenía curiosidad por ver si podía trabajar un humor estrictamente para españoles. Después de Mujer Gorda (técnicamente enfocado a argentinos), necesitaba saber si contaba con reflejos para divertir a otra clase de personas, de una edad diferente y una cultura que no conozco demasiado.
Además de escritor eres periodista, los blogs periodísticos en esta parte del mundo suelen ser un bluff, ¿Qué bitácora realmente periodística podrías nombrar en el ámbito latinoamericano?
Sinceramente, leo sólo unos cinco o seis blogs con asiduidad, es decir, a diario. Y son los que aparecen en el ángulo superior derecho de Orsai. Leo a Nacho Escolar y a José Luis Orihuela porque me parecen dos grandes profesionales. Los leería si no tuvieran un blog. Me importa una mierda que usen el blog para informar. Es lo de menos. Leo el chiste diario de Bernardo Erlich y la columna de Esteban Podeti porque tienen un gran sentido del humor y son muy buenos creativos. Me importa un carajo que usen un blog para expresarse. Leo a Xtian Rodríguez y a Eduardo Allende porque son escritores. Si no escribieran un blog los buscaría por otro lado, o nos iríamos a tomar una cerveza.
Hablando de cervezas ¿Te has reunido con otra gente que escribe blogs en lo que le suelen llamar quedadas o Blogs & Beer?
No, nunca. Conozco, por supuesto, a algunas personas que tienen una bitácora, e incluso tengo amigos que escriben con este formato. Pero cada vez que me reúno con ellos es por razones completamente alejadas al mundo blog, e incluso raramente hablamos del tema. Sigo pensando que tener un blog no es excusa para coincidir profundamente con alguien. Es como si se juntaran personas a conversar por el solo hecho de tener microondas, y no por el gusto de comer caliente.
Entonces, ¿el blog es un género en sí o es tan sólo el medio?
No es un género, porque contiene géneros (literatura, periodismo, lo que fuere). No es un medio porque vive dentro de un medio (que es Internet). El blog es un formato de publicación que facilita la gestión de tus ideas, que te pone fácil la comunicación con tus lectores, y que te permite no depender de nadie para inventar tus mundos. Un blog es un bolígrafo eficaz. Eso es exactamente. Pero sin tu mano, y sin papel, y sin 27 letras, y sin nada nuevo para contar, sería un bolígrafo inútil.