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¿Por qué el libro de Éxodo menciona ciudades egipcias que no existían en la época que describe?
Alvaro Rodriguez
Profesor Universitario en Universidad de A Coruña
La pregunta se refiere a que en la Biblia, los lugares en Egipto, y en la ruta tomada por los israelitas, reflejan la geografía del primer milenio AC (cuando se escribió el texto) y no del segundo milenio AC (cuando se supone que sucedieron los hechos). Varios lugares que se nombran en la ruta del Éxodo han sido identificados como desocupados en el momento de la supuesta travesía por el desierto [1]. Por ejemplo, la primera ocupación de Ezion-Geber data del siglo VIII AC, más de 500 años después de lo que se dice que ocurrió en el Éxodo [2]. Del mismo modo, los nombres Goshen, Pithom, Succoth, Ramesses y Kadesh Barnea apuntan a la geografía del primer milenio y no del segundo.
¿A que se debe esto?
Muy sencillo, es un error de continuidad. Y de hecho existen otros muchos errores de este tipo en los libros de la Biblia. Uno de los más notables es que los camellos se mencionan frecuentemente como animales de carga en las historias de Abraham, José y Jacob en la Biblia. Pero los arqueólogos han demostrado que los camellos no fueron domesticados en la Tierra de Israel hasta siglos después de los Patriarcas [3]. Otro ejemplo notable por ejemplo es que los arameos se mencionan con frecuencia en el Génesis, pero el consenso de los historiadores y arqueólogos es que estos no existían como grupo étnico distinto hasta alrededor del 1100 AC [4].
Además de poner en duda la historicidad de la Biblia, estos y las decenas de otros anacronismos de la Biblia demuestran que el texto se redactó después de los acontecimientos que describe y que estos no fueron retratados con veracidad.
Tenga en cuenta que en la antigüedad no era tan sencillo como ahora documentarse sobre una región o determinado periodo histórico cuando uno está escribiendo ficición.
De hecho, que los textos Bíblicos que narran las historias desde el Génesis hasta la fundación de Israel son ficción, no es en absoluto una opinión controvertida o objeto de discusión. En particular todos los historiadores modernos coinciden en que en el libro del Éxodo no se describen acontecimientos históricos.
La historia egipcia, y en particular la historia de Ramsés está extraordinariamente bien documentada, y de esa época se conservan numerosas crónicas, descripciones de la vida cotidiana y yacimientos arqueológicos. Sin embargo, no hay una sola referencia documental o arqueológica de los acontecimientos que se narran en el libro o de sus consecuencias: ninguna mención o evidencia de la esclavitud del pueblo judío en Egipto o de su llegada a Israel, o de la conquista Canaan o el genocidio de sus gentes. O si quiera de la existencia de ninguno de los protagonistas de esas historias.
Y por supuesto, tampoco existe ninguna mención o evidencia histórica de las plagas Bíblicas, de la muerte de todos los primigénitos de Egipto, de la destrucción de gran parte del ejercito Egipto devorado por el mar Rojo, de la muerte de una generación entera de Hebreos en el desierto, del Sol congelado en el cielo para permitir a los Hebreos masacrar a los canaanitas, ni de ninguno de los acontecimientos sobrenaturales y divinos del relato Bíblico.

De hecho, el problema más grave con la narración del libro del Exodo es la inexistencia de cualquier prueba de la invasión cananea, la destrucción de decenas de ciudades, y el desplazamiento de una cultura por otra a través del genocidio de los canaanitas por los Israelitas que se narra en el libro, y que daría lugar a la fundación de Israel según la Biblia. Precisamente donde la arqueología debería poder ofrecer un registro incontrovertible de estos hechos. Pero no importa cuán flexibles seamos con la datación, simplemente no hay evidencia de una invasión y conquista de Canaán. En cambio, la evidencia arqueológica muestra una lenta transición de una sociedad agrícola a la de la ciudades-reino.
Así, el consenso de los académicos de acuerdo a las evidencias arqueológicas, es que el pueblo Israelita evolucionó a partir de la cultura local de la península de Canaan entre los años 1200-1000 AC. La Torah, donde se cuenta la historia de este origen, fue escrita siglos más tarde alrededor del siglo V AC, y en ella se narra una versión mítica que responde al deseo de construirse una identidad épica como nación que no se corresponde en modo alguno con la realidad.
En otras palabras, la narración del éxodo es probablemente uno de los mitos mejor contrastados como tales de la historia.
Fuentes primarias
- [1] J. Van Seters (2001). ‘The geography of the Exodus’. In: The Land that I Will Show You: Essays on the history and archaeology of the ancient Near East in honor of J. Maxwell Miller. Edited by J. A. Deadman and M. P. Graham. Sheffield, England: Sheffield Academic Press, pp.255–276.
- [2] G. D. Pratico (1985). Nelson Glueck’s 1938–1940 excavations at Tell el-Kheleifeh: A reappraisal. Bulletin of the American Schools of Oriental Research 259, 1–32.
- [3] Sapir-Hen, Lidar, and Erez Ben-Yosef. "The introduction of domestic camels to the southern Levant: evidence from the Aravah Valley." Tel Aviv 40.2 (2013): 277-285.
- [4] N. A. Silberman and I. Finkelstein (2001). The Bible unearthed: Archaeology’s new vision of ancient Israel and the origin of its sacred texts. New York, USA: Free Press, p.39.
Breves apuntes bibliográficos adicionales:
Según el relato arqueológico moderno, los israelitas y su cultura se separaron de los pueblos cananeos y sus culturas mediante el desarrollo de una cultura monolatría y más tarde monoteísta centrada en el dios nacional Yahvé. Hablaban una forma arcaica de la lengua hebrea, que era una variedad regional de la lengua cananea, conocida hoy como hebreo bíblico.
- Smith, Mark (2002) "The Early History of God: Yahweh and Other Deities of Ancient Israel" (Eerdman's), pp 6–7.
La mayoría de los eruditos modernos están de acuerdo en que la Torá no proporciona un relato auténtico de los orígenes de los israelitas y, en cambio, consideran que constituye su mito nacional.
- Faust, Avraham (2015). "The Emergence of Iron Age Israel: On Origins and Habitus". In Thomas E. Levy; Thomas Schneider; William H.C. Propp (eds.). Israel's Exodus in Transdisciplinary Perspective: Text, Archaeology, Culture, and Geoscience. Springer. pp. 467–482.
Después de un siglo de investigación exhaustiva, todos los arqueólogos respetables han perdido la esperanza de recuperar cualquier contexto que hiciera de Abraham, Isaac o Jacob "figuras históricas" creíbles [...] la investigación arqueológica de Moisés y el Éxodo se ha descartado igualmente como infructuosa.
- Dever, William (2001). What Did the Biblical Writers Know, and When Did They Know It?. Eerdmans. pp. 98–99. ISBN 3-927120-37-5.
Fuentes online:
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SOLO QUIERO LLORAR....HASTA SIEMPRE MI SINEAD...
NO SE PUEDE DECIR MÁS NADA...
NADA SE COMPARARA A TI...
Ver algunos detalles de su tortuosa vida en:
https://www.clarin.com/internacional/dolor-vida-sinead-connor-infancia-abusos-demonios-personales-golpe-duro_0_0yPnWC7Jz.amp.html
https://es.wikipedia.org/wiki/Sinéad_O%27Connor
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El Síndrome del Tercer Hombre: lo que le sucede a los montañeros durante experiencias traumáticas de vida o muerte
CARLOS PREGO @CarlosPrego1
26 Febrero 2023
No todas las aventuras tienen que resolverse con éxito para convertirse en épicas. Ocurrió con la conocida como Transantártica Imperial, la expedición que partió de Inglaterra en agosto de 1914 bajo las órdenes del explorador Ernest Shackleton con un propósito descomunal y no apto para corazones débiles: atravesar la Antártida, desde Vahsel, en el Mar de Weddell, hasta la isla de Ross, al otro extremo.
Debido a las duras condiciones del Polo Sur, el buque Endurance acabó atrapado entre el hielo y Shackleton vio cómo sus planes se complicaban hasta arrastrarle a una auténtica gesta que llevó su aguante y el de sus colegas a una cota límite solo alcanzable entre témpanos, temperaturas glaciares y un agotamiento extremo.
La hazaña del explorador sirvió también para algo que él probablemente no sospechaba siquiera: acuñar la expresión "factor o síndrome del tercer hombre". Bien conocida por los alpinistas y que supone, aún hoy, un fenómeno fascinante.
"¿Quién es el tercero que camina a tu lado?"
Ernest Shackleton (izquierda) junto a Robert Falcon Scott y Edward Wilson en la Antártida, en 1902.
El fenómeno lo describió Shackleton cuando recordaba los durísimos dos días y medio durante los que avanzó —junto a Frank Worseley y Tom Cream— hacia una estación ballenera situada en la costa norte de Georgia del Sur. El grupo caminó 36 largas horas entre unas condiciones pésimas, sin apenas material y esquivando la muerte. Sobre sus hombros cargaban además la responsabilidad de tener que ayudar al resto de sus compañeros de la malograda Trasantártica Imperial.
Por la desolada Antártida vagaban solo los tres, Ernest, Frank y Tom, aunque si alguien les hubiera preguntado cuántas personas componían aquella desesperada comitiva es probable que respondieran algo distinto: que con ellos iba otra persona, un cuarto integrante, sin nombre, sin rostro... pero innegable.
"Sé que durante esa larga y tormentosa marcha sobre montañas y glaciares sin nombre, a menudo me parecía que éramos cuatro, no tres", escribió el explorador. Aquella sensación común, precisa The Guardian, embargó a los tres hombres que emprendieron el viaje: la presencia de un "cuarto" que los acompañaba.
Semejante expresión debió de sorprender al poeta T.S. Eliot, quien tiempo después, en 1922, tras leer el relato de Shackleton, recogía la idea para plasmarla en su popular poema The Waste Land: "¿Quién es el tercero que camina siempre a tu lado? Cuando cuento, solo estamos tú y yo juntos, pero cuando miro hacia adelante en el camino blanco siempre hay otro caminando a tu lado".
La licencia de Eliot, que cambió "el cuarto" hombre de Shackleton por un "tercero" tuvo éxito y desde entonces solemos hablar del "síndrome del tercer hombre" para referirnos a eso: la sensación de un compañero fantasma, una presencia que en cierto modo reconforta a personas que afrontan una sensación límite.
Shackleton no fue el única en describirla. Varios años después de su muerte, en 1933, Frank Smythe, británico y explorador al igual que él, relataba una vivencia similar mientras intentaba coronar la cima del Monte Everest. "Todo el tiempo que estuve escalando solo tuve la fuerte sensación de que estaba acompañado por una segunda persona. Era tan fuerte que eliminó por completo toda la soledad que de otro modo podría haber sentido”, escribía el explorador en su diario.
Tan vivida era la sensación que, explica Smythe, en un momento del ascenso rebuscó en su bolsillo, sacó un pedazo de Kendal Mint Cake, lo partió y se giró para ofrecerle una de las mitades a aquel compañero que tan próximo sentía.
No vio a nadie, claro.
No hay que remontarse tanto en el tiempo. Ni tan lejos. El montañero madrileño Fernando Garrido escribía en su cuaderno la sensación que le embargó cuando, a principios de 1986, pasó más de dos meses en la solitaria cumbre del Aconcagua, a casi 7.000 metros, para lograr el récord de supervivencia en altitud.
"Hoy, como otras veces, me he despertado con la sensación de que había alguien fuera, junto a la tienda. ¿Ha pasado allí la noche? ¿Por qué no me habrá llamado para que lo dejase entrar? [...] —relataba el montañista en declaraciones recogidas por el El Confindencial— ¡Es mi hermano, mi hermano Javier! ¡Javi, despierta, venga, despierta! Lo vuelvo hacia mí. Está muerto, su cabeza es una calavera".
Sobre el fenómeno se han escrito un buen puñado de artículos y referencias, algunos en medios del alcance de The Guardian o NPR, y en 2008 el escritor John Geiger llegó a dedicarle un libro monográfico, ‘The Third Man Factor: Surviving the Impossible’ tras pasarse un lustro rastreando historias parecidas.
Más complicado que recopilar experiencias resulta sin embargo darles una explicación plausible. Hace años, durante una charla con el periodista Guy Raz, de NPR, Geiger relataba que hay quien recurre a la espiritualidad, si bien él insiste en que el síndrome puede explicarse por "una ciencia sólida". "Muchos escépticos y no creyentes han tenido esta experiencia y la atribuyen a otras causas", reivindica el autor, que en su volumen recoge incluso el caso de un superviviente del 11S.
En 2009 Geiger apuntaba explicaciones como reacciones bioquímicas o simplemente fallas en la actividad cerebral. "Si entendemos que el factor del tercer hombre es parte de nosotros, como lo es la adrenalina... entonces podemos acceder a él más fácilmente. No es una alucinación en el sentido de que las alucinaciones son desordenadas. Esta es una guía muy útil y ordenada", reflexionaba.
Hace años los investigadores Ben Alderson-Day y David Smailes comentaban el fenómeno y explicaban que "los fuertes sentimientos de presencia" no se dan solo en circunstancias dramáticas. Se han registrado casos después del duelo, durante la parálisis del sueño o en casos de trastornos neurológicos, como la enfermedad de Parkinson o cuadros de daño cerebral. "Los diferentes contextos en los que ocurren nos dan algunas pistas sobre qué podría estar sucediendo", zanjan.
"Comprender más acerca de cómo y por qué ocurren las presencias sentidas tiene el potencial de decirnos muchas cosas sobre nosotros mismos: cómo reaccionamos bajo un intenso estrés mental o físico, cómo lidiamos con el peligro y la amenaza, y cómo reconocemos la forma y la posición de nuestro propio cuerpo".
"Una cosa que también puede hacer es arrojar luz sobre otras experiencias inusuales que son difíciles de entender", zanjan los expertos en su artículo de 2015: "El tercer hombre no solo nos habla de nuestras mentes o cuerpos; nos ofrece una forma de ayudar y comprender a los demás, como lo hizo con Shackleton".
El paso del tiempo no ha hecho el fenómeno más fascinante, ni le ha restado interés para los expertos, que trabajan por ejemplo para conocer mejor peligros que acechan a los alpinistas más allá de los glaciares, las ventiscas o las simas, amenazas que están en su propia cabeza, como la psicosis por altura aislada.
Fuente: https://www.xataka.com/magnet/sindrome-tercer-hombre-que-le-sucede-a-montaneros-durante-experiencias-traumaticas-vida-muerte
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A PETICION DEL PUBLICO EL 30 DE JULIO REPETIMOS LA VISITA A LA SEDE DE LA MASONERIA ARGENTINA.
POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA LA MASONERÍA ABRE SUS PUERTAS A TODO PUBLICO, CON VISITAS ARANCELADAS.
TENDREMOS EL HONOR DE ENCABEZARLAS JUNTO A JUAN BAUTISTA TINGUELI.
PARA INFORMES Y RESERVAS DIRIGIRSE AL CORREO QUE FIGURA AL PIE DEL FLYER.
LOS ESPERAMOS. MUCHAS GRACIAS.

A continuación la información y los detalles sobre la actividad que llevaremos adelante el día sábado 30 de Julio de 2023 a las 11 horas: "Visita guiada especial a la sede la Masonería Argentina".
Por primera vez en su historia la Masonería Argentina abre sus puertas para un recorrido especial bajo la guía del periodista e investigador, Daniel Pena, y el escritor, Juan Bautista Tingueli.
Esta visita guiada tendrá una duración aproximada de 2 horas, y llevará a sus asistentes a través de la sede de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, por su hall de entrada, pasillos, escaleras, Gran Templo, y oficinas principales, entre las que se destaca la Gran Maestría, donde centraliza sus labores y actividades el Muy Respetable Gran Maestre.
Una experiencia única e imperdible.
Lugar de encuentro: Tte. Gral. Juan Domingo Perón 1242, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fecha: 30 de Julio de 2023.
Horario: 11 horas (puntual).
Miembros de la institución y menores de 16 años: entrada libre y gratuita.
Se requiere inscripción y reserva previa: cupos limitados.
Cualquier duda o pregunta adicional, estamos a disposición.
Muchas gracias, saludos cordiales,
Tours Masónicos
Fotos de los días de la visita:


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LA PRIMERA SERA EL VIERNES 21 DE JULIO.
INFORMES AL CORREO QUE SALE EN EL FLYER.
LA REPETIREMOS EL DOMINGO 30 DE JULIO
Foto y video del recorrido del 15/7/2023
Tingueli y dp. Recoleta 30/7/2023
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El Conscripto Bernardi, un héroe entrerriano una leyenda para nosotros: El Conscripto Anacleto Bernardi nació en la zona rural de San Gustavo, en el Departamento La Paz el 13 de junio de 1906. El servicio militar lo cumplió lejos de su pago. Le tocó prestar servicio en la Base Naval de Puerto Belgrano, adonde arribó en enero de 1927. Bernardi se destacó enseguida por ser un gran nadador.
Además, su desempeño como soldado conscripto fue ejemplar. No pasó inadvertido para sus superiores, por lo que fue premiado por algo esperado por todo conscripto naval. Hacer el viaje de la vuelta al mundo a bordo de la “Fragata Sarmiento”, buque escuela de la Armada Argentina, en compañía de los 40 cadetes recibidos. Allí se desempeñó con su acostumbrado entusiasmo, en ese velero poseedor de 21 velas de 24.000 pies cuadrados. El barco navegaba a una velocidad de 13 nudos, por lo que el viaje se hizo largo para Bernardi, pasando mucho frío y recibiendo mucho viento marino.
Comenzó a tener una tos persistente, que se transformó luego en un dolor en el tórax que le dificultaba respirar cuando aún no habían arribado a Italia. El médico de a bordo le diagnosticó una pulmonía, por lo que le indicaron descanso y su regreso a la Argentina, en cuanto le fuera posible. Cuando la fragata arribó a Génova, el Capitán de la fragata le consiguió allí pasaje para regresar a Buenos Aires en el “Principessa Mafalda” próximo a partir. Esta era una nave de lujo italiana y que desarrollaba una velocidad de 18 nudos. Fue designado para acompañarlo en el viaje el cabo artillero Juan Santororo. El nombre del buque, homenajeaba a la princesa Mafalda de Saboya, hija del rey Víctor Manuel III y de la reina Elena.
Ese barco era un veterano de los muelles de Buenos Aires, ya que llevaba casi 20 años uniendo las costas ligures con nuestra capital.
Es cierto que este hermoso buque había sido superado por naves más modernas, pero muchos viajeros seguían siendo fieles a esta suntuosa nave. Sin embargo, en ese octubre de 1927 se preparaba para realizar el último viaje, que lo fue en realidad, aunque no por decisión propia. El Principessa Mafalda estaba a cargo del Capitán Simón Gulli de 55 años de edad.
La partida estaba establecida para el 11 de octubre, pero el Capitán Gulli estaba preocupado por las máquinas de propulsión y por las reparaciones realizadas de apuro, para alistar su partida en fecha. Pero pasó la hora de partida sin que el Mafalda se moviera del puerto de Génova. Lo que sucedía era que un grupo de mecánicos trabajaba en las entrañas de la nave. Finalmente, al atardecer de ese día desembarcaron a los sudorosos mecánicos, pero que al Cabo naval Santororo, no le pasó desapercibido que algo no andaba bien en el Mafalda. Al Capitán Gulli se le dio la orden de zarpar a velocidad de crucero corriente y pronto perdieron de vista las costas de la Liguria.

Llegaron con bastante atraso a Barcelona porque la vibración del barco no era normal, por lo que redujo la marcha. En Barcelona estuvieron detenidos 24 horas para arreglar una bomba. No hubo en cambio mejora en la vibración, eran anormales y tan intensas que molestaban a los pasajeros alojados en popa del lado de estribor, llegando a ser una tortura para ellos. Dejaron atrás el Mediterráneo y ya habían pasado Gibraltar, cuando la máquina de babor dejó de funcionar. Trataron de repararla, pero no lo consiguieron y el Mafalda siguió viaje con una sola máquina durante un día entero hasta arribar a las islas Cabo Verde.
Allí repararon la máquina y el Mafalda abandonó las islas portuguesas enfilando a las costas de Brasil, iniciando el cruce del Atlántico. Pero las vibraciones seguían, pisos, techos y mamparas trepidaban visiblemente. La máquina de babor seguía funcionando mal, hasta que dejaba de hacerlo por completo, escorando el barco y avanzando en zigzag mientras perdía velocidad. Llegó finalmente a las costas del Brasil.
El día 24 estaba frente a Porto Seguro, y ese mismo día, el carguero Alhena procedente de Rotterdam con destino a Buenos Aires se adelantó al “Principessa Mafalda”, perdiéndose hacia el sur.
El Capitán Gulli tenía cierta preocupación por las peligrosas costas de Abrolhos. Esa palabra es un apocope del portugués Abre Olhos, Abre Ojos, y con razón porque allí hay una maraña de islas, islotes, peñascos y rocas sumergidas que se extienden por 32 km mar adentro. Solo un faro colocado en una de ellas que emerge, señala con su haz luminoso la peligrosa zona. Sabiendo eso, el Principessa Mafalda navegaba a 8 millas más afuera. Tal vez por eso el Capitán Gulli ordenó aumentar la velocidad del barco. A las 15.10 el italiano volvía a pasar al Alhena. El capitán del barco holandés de apellido Smoolenaars veía pasar al transatlántico y le llamó la atención que no marchara en línea recta y el casco inclinado, pero no le dio importancia a esa anomalía.
Ya atardecía y los mozos del Mafalda preparaban las mesas para la cena. La gente paseaba por las cubiertas y desde tercera clase se oía música de acordeones y guitarras.
Pero hacia las 19 un ruido sacude al barco. Calla la música y el estupor es generalizado. Además, el barco se ha detenido. El Capitán comienza a reunir datos de lo sucedido, y no tarda en enterarse. Se ha partido el árbol de la hélice izquierda y se salió. Las enormes palas continuaron el movimiento giratorio y chocaron con el casco produciéndole un enorme desgarrón. El Capitán ordenó detener la máquina restante, abrir las válvulas y apagar las calderas. Como medida de precaución ordenó a los telegrafistas pedir auxilio.
Comenzaron a sonar las sirenas y la tripulación comienza a bajar los botes y repartir salvavidas. A todo esto, el capitán ordenó cerrar todos los ojos de buey, lo que no fue cumplido y comienza a entrar agua a raudales. Le informan al capitán que el agua ya inundó la sala de máquinas. Gulli hasta ese momento creyó posible salvar la nave, pero con esta nueva entiende que está perdida.
El Principessa Mafalda se hunde sin remedio.
Ya se percibe que se está hundiendo la popa. El sonido de los silbatos, el rechinar de las roldanas de los botes y la inclinación de la nave es percibida por los pasajeros. Comienzan a caer los objetos, muebles, anaqueles se van deslizando y caen con estrépito. Los despavoridos pasajeros de la tercera clase invaden todos los sitios buscando la salvación. El orden con el que se estaban realizando las tareas de salvamento, se transformó en un sálvese quien pueda. El pánico es contagioso.
Los botes estaban a medio bajar cuando llegó el pánico y todos querían subir a la vez. Los tripulantes por disposición de la empresa, no portaban armas.
El Cabo Santororo le dijo a Bernardi que busque salvarse.
¿Y Ud. qué va a hacer mi Cabo? ―
Me voy a poner a disposición del Capitán― le dijo Santororo. ―
Me quedo con Ud.― fue la contestación.
Ambos se presentaron al Capitán para ponerse a sus órdenes.
Dos barcos recibieron el SOS del Mafalda y como estaban en las inmediaciones, lo tenían a la vista. Uno era el holandés Alhena y el otro el buque Empire Star, nave inglesa que se acomodó a estribor del transatlántico. Varias naves no tan cercanas acudieron al llamado y todos comenzaron a arrojar salvavidas y proceder al rescate.
Pero como el barco ya estaba muy inclinado, los pasajeros se apretujaban en la borda sin atreverse a arrojarse al mar oscuro.
El Conscripto Bernardi y el Cabo Santororo empujaban al mar a los indecisos. El radiotelegrafista y su segundo, recién abandonaron su tarea cuando el barco quedó sin energía. Ya era tarde para salvarse y decidieron ir al puente y acompañar al Capitán Gulli quien fumaba un cigarro, decidido a morir en su nave.
Simón Gulli pareció presentir el instante final del Principessa Mafalda, arrojó lejos su cigarro y llevándose el silbato a la boca dio dos largas pitadas que vibraron en la noche y desapareció.
Con el buque desaparecieron 295 personas, entre ellos su Capitán.
El Cabo Santororo y el Conscripto Bernardi ayudaron a innumerables náufragos a salvarse y llegar a los botes, hasta que Bernardi sucumbió atrapado por un enorme tiburón. Así murió este héroe de Entre Ríos, el Conscripto Anacleto Bernardi. Hoy hay una estación del ferrocarril Gral. Urquiza y una localidad con su nombre a 30 km de Federal. Hay también muchas calles y paseos que lo recuerdan. En la ciudad de La Paz hay una plazoleta con su nombre. En la Base Naval de Puerto Belgrano hay un busto que homenajea en él al conscripto naval. Murió el 25 de octubre de 1927 a los 21 años.
Es por eso que todos los 25 de octubre nuestra Armada conmemora El día del Conscripto Naval, por la entrega desinteresada del Conscripto Bernardi que, pese a estar enfermo nunca dejó de lado su vocación.
En su honor y reconocimiento, se instituyó dicha celebración en su Homenaje.
Historias poco conocidas.
Fuente: https://www.elheraldo.com.ar
Aporte: Vicente Félix Artuso para
W/65 - Promocion XXIII FAA ESFAE
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Desfile por Buenos Aires
El héroe de la aviación argentina que los astronautas del Apolo 11 admiraban y quisieron conocer durante su viaje a la Argentina
Ángel María Zuloaga fue el primero en cruzar la cordillera de Los Andes en globo, de Chile hacia Argentina en 1916. Su prestigio, que había trascendido las fronteras, fue lo que motivó que Armstrong y Collins organizaran una visita a su departamento apenas pisaron suelo argentino, a solo dos meses y medio del histórico alunizaje.
Por Adrián Pignatelli
23 Jul, 2019
"Llegan los héroes del espacio", titularon los diarios. El miércoles 1 de octubre de 1969, los astronautas Neil Armstrong y Michael Collins arribaron a Buenos Aires, acompañados de sus esposas.
El 20 de julio, habían sido protagonistas de una verdadera hazaña: el hombre había caminado por la Luna. El periodismo los describía como "los conquistadores del espacio". Si bien Edwin Aldrin también era de la partida, estando en Bogotá debió regresar a los Estados Unidos: lo representó su esposa.
Habían sido invitados por la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales y por la Asociación Argentina de Ciencias Aeroespaciales. Coincidía con la apertura del XX Congreso de la Federación Internacional de Aeronáutica. Argentina había sido incluida en una extensa gira de 22 países en los que los astronautas participarían de charlas y de conferencias de prensa.
Pero los astronautas tenían una motivación extra, en especial Neil Armstrong, quien deseaba conocer a alguien que había hecho mucho por la aviación y que su nombre ya se había ganado un lugar en la historia de las hazañas.
Los tripulantes del Apolo 11 habían arribado al Aeropuerto Internacional de Ezeiza a las 19 horas. De ahí se dirigieron en otra aeronave al Aeroparque Metropolitano, donde una multitud se había dado cita para ver de cerca a los héroes del momento. En la pista misma, el intendente de la ciudad de Buenos Aires, general Manuel Iricíbar, les otorgó las medallas de bronce que los acreditaban como "huéspedes del país y ciudadanos de Buenos Aires".
Al pie mismo de la escarelilla del avión, Armstrong –quien ya había estado en nuestro país tres años atrás- leyó en español un breve mensaje de agradecimiento y transmitió el saludo especial del presidente Richard Nixon. "Estamos contentos de encontrarnos con el magnífico pueblo argentino", expresó.
Por su parte, Michael Collins explicó que "hemos leído y estudiado por muchos años todo lo relacionado con vuestro gran país. Lo he admirado estando en órbita alrededor de la Tierra y también mientras estábamos en camino hacia la Luna".
Neil Armstrong y Michael Collins junto al presidente de facto Juan Carlos Onganía en la Casa Rosada
El embajador norteamericano John Davis Lodge agasajó, esa misma noche a la extensa comitiva de 27 personas, en la residencia de la embajada, el Palacio Bosch, sobre avenida del Libertador.
Allí, una multitud de invitados esperaban su turno para estrechar las manos de los astronautas. Armstrong le regaló al embajador una fotografía de ellos sobre la superficie lunar.
Uno de los que se acercó a los astronautas fue Héctor Rodríguez, secretario de Cultura y Relaciones Públicas del Club Independiente, a quien se le había ocurrido, antes del vuelo a la luna, nombrarlos socios honorarios del club. Les había enviado a Estados Unidos camisetas y banderines junto con los carnets números 80.399, 80.400 y 80.401. Armstrong le dijo a Rodríguez que el banderín los había acompañado en el viaje a la Luna (Nota de dp: debido severas restricciones sobre cosas que podían acompañar a los astronautas, considero que esto es altamente improbable).
Pero antes de la recepción, los astronautas fueron llevados a la Casa Rosada, donde los recibió el presidente de facto, Juan Carlos Onganía. Cuentan que durante el encuentro, los astronautas se mostraron impacientes. ¿Qué era lo que ocurría? No querían llegar tarde a su próxima cita, la que realmente les importaba: querían conocer al brigadier retirado Angel Zuloaga, un anciano de 86 años, y que era considerado un héroe y precursor de la aeronáutica argentina.
¿Quién era Zuloaga?
Ángel María Zuloaga había nacido en Mendoza el 21 de mayo de 1885. Luego de estudiar en el Colegio Militar, ingresó a la Escuela de Aviación. El destino quiso que, siendo teniente primero, se cruzara con Eduardo Bradley, un platense piloto de aviones y de globos.
En una época donde todos los récords estaban para ser alcanzados, ambos se propusieron cruzar la cordillera de Los Andes en globo. Como la creencia de entonces era que los vientos iban de este a oeste, ellos decidieron hacer la travesía desde Chile hacia Argentina, con el fin de demostrar que también habían corrientes de aire en el otro sentido.
Muchos se burlaron, les costó conseguir ayuda y hasta el experimentado aviador brasileño Santos Dumont les dijo: "Están locos, la corriente los va a llevar hacia el Océano Pacífico".
"Adiós, cabezas duras!"
Finalmente, el 24 de junio de 1916 a las 8:30 despegaron en el globo Eduardo Newbery (aludía al hermano de Jorge, que había desaparecido con su globo Pampero el 17 de octubre de 1908) desde Putaendo, Chile.
La vestimenta que llevaban para soportar bajas temperaturas, ya que ascenderían a más de 5000 metros, se limitaba a un sobretodo, bufanda, sombrero, guantes y una precaria máscara de oxígeno. Para inflar el globo, usaron el gas de alumbrado chileno, que era más rico en hidrógeno.
Al momento del despegue, la despedida no fue muy alentadora. "Adiós, cabezas duras!", les gritaron. Rápidamente el globo tomó altura y emprendió la travesía rumbo a la cordillera, que le impondría el mayor desafío: sortear sus máximas alturas.
Los dos tripulantes del globo, posando para Caras y Caretas
Zuloaga y Bradley pronto comprendieron que si no se libraban del lastre, se estrellarían contra la imponente muralla rocosa. Se desprendieron de provisiones, de armas, de municiones y de valioso instrumental científico. Todo fue arrojado por la borda. Sólo les quedó el barógrafo, que mide la altura y la temperatura, que antes de la partida había sido soldado a la estructura del globo por las autoridades chilenas.
Pasaron a pocos metros de la cumbre del Aconcagua y del Tupungato, con una temperatura de 33 grados bajo cero. Al mediodía lograron aterrizar en Uspallata, casi al borde de un abismo.
En Buenos Aires fueron recibidos como héroes. Tuvieron sus reconocimientos, medallas, distinciones, hasta una estampilla. Zuloaga continuó su carrera militar, estrechamente ligada a la aviación. Fue agregado militar argentino en Francia, donde en 1919 obtuvo el brevet de aviador militar de ese país; también fue director de la Escuela Militar de Aviación y agregado militar en Estados Unidos. En 1945 pasó a revistar en la Fuerza Aérea, con el grado de brigadier. En 1956 sería ascendido a brigadier general, cuando ya era una leyenda viviente. Fallecería el 29 de agosto de 1975.
Zuloaga y Bradley, en el globo Eduardo Newbery (Archivo General de la Nación)
Los astronautas se apuraron en llegar al domicilio de Zuloaga, en Florida al 900. Era una visita fuera del protocolo. Sabían que a las 20 el oficial de 84 años se retiraba a descansar. Tocaron timbre en el departamento del 7 piso.
Infobae pudo conocer detalles del encuentro gracias al testimonio de uno de los familiares de Zuloaga, Dolores Uriburu.
La que abrió la puerta a los visitantes fue Esther, la hija del brigadier, quien era su mano derecha, y que con los años sería la madrina del Regimiento de Granaderos a Caballo y de la Plaza San Martín.
Acompañaron a Zuloaga su esposa, a la que familiarmente la llamaban "Nena", y las dos hijas del matrimonio. El propio Zuloaga era llamado "Papatí".
Los astronautas fueron recibidos donde Zuloaga solía conversar con Antoine de Saint Exupery, el famoso aviador, autor de "El Principito", cuando vivió en Argentina entre 1929 y 1931, en un departamento sobre la galería Güemes, en la calle Florida.
Croquis de la trayectoria del globo (Revista Caras y Caretas)
A los Armostrong y Collins les llamó la atención el carácter reservado del aviador, así como la forma particular de dirigirse a ellos, como "m'hijito" o "mi querido", que había incorporado ya desde su infancia en su Mendoza natal.
Hablaron en inglés, idioma que el aviador manejaba a la perfección desde los tiempos en los que se había desempeñado como agregado militar en Washington.
Zuloaga no lo sabía entonces, pero para Neil Armstrong, un fanático de la aviación, el experimentado piloto era su ídolo y su vida y trayectoria habría sido una de las motivaciones en su elección de la carrera en la aeronáutica. Seguramente esa fue la razón de las lágrimas de emoción que los presentes vieron en el rostro de quien, unos meses antes, había cumplido la hazaña de llegar a la Luna.
La llegada a Uspallata y el abrazo con quienes los recibieron. Zuloaga y Bradley soportaron temperaturas de 33 grados bajo cero cuando cruzaron Los Andes
"¿Por qué lo queríamos conocer? Porque nosotros sabíamos adónde íbamos, y cómo volveríamos; pero ellos no", dicen que fueron los motivos de los astronautas por conocer a Zuloaga, cuya proeza era estudiada en la NASA.
Antes de retirarse, los astronautas reclamaron un souvenir. Zuloaga les obsequió a los dos un ejemplar de su libro "La victoria de las alas. Historia de la aviación argentina". Al mismo tiempo, se le ocurrió darles los pocillos donde momentos antes les había servido café. Esos pocillos tenían grabado, de un lado, el escudo nacional y del otro el globo Eduardo Newbery, con el que había cruzado la cordillera de los Andes.
La partida
Al día siguiente, los astronautas se levantaron a las 6 de la mañana. Pat, la esposa de Collins, fue de paseo por la calle Florida. Compró dos carteras de cuero y un sacón de piel gamuzada de cabra. A las 11 horas, Onganía volvió a recibirlos en la Casa de Gobierno. A las 13:30 brindaron una conferencia de prensa en el Plaza Hotel, de la que participaron más de 100 periodistas.
Finalmente, integrando una extensa caravana de automóviles, emprendieron viaje al Aeroparque. Recorrieron las calles y avenidas de la ciudad saludando a la gente. Los esperaba una última escala, en Río de Janeiro y, de ahí, vacaciones en las Islas Canarias.
En el Museo Espacial de Estados Unidos, se exhiben los pocillos de café, aunque falta uno. Es el de Armstrong, que está en su casa, en la habitación donde conservaba su más preciados recuerdos.
Fuente : https://www.infobae.com/sociedad/2019/07/23/el-heroe-de-la-aviacion-argentina-que-los-astronautas-del-apolo-11-admiraban-y-quisieron-conocer-durante-su-viaje-a-la-argentina/
dp
Nota de dp: "Balada para un loco" es un tango compuesto por el músico argentino Astor Piazzolla con letra del poeta uruguayo Horacio Ferrer, cantada por Amelita Baltar, fue dedicado a los astronautas de la Apolo 11.
Una estrofa de este tango “psicodélico” se refiere a Neil Armstrong, el astronauta que había pisado la luna el 20 de julio, cuando llegó a Buenos Aires tres meses después invitado por el Congreso de la Nación.
El poeta Horacio Ferrer se inspiró en el desfile del astronauta por la ciudad. "Cuando dice: 'No ves que va la luna rodando por Callao”, es porque Armstrong paseó en un auto descapotable. Lo traían parado con motos adelante y motos atrás. Era mediodía y venía por Callao. Y las madres le decían a los chicos: 'Ese hombre es el que subió a la luna'. Lo saludaban y todos los chicos se quedaban con la boca abierta. De ahí sale: 'un corso de astronautas y niños con un vals, me baila alrededor'. De ahí viene", cuenta Amelita, que sabe de memoria la cocina del tema.
(Crónica del diario La Nación del 23 de noviembre de 2019, escrita por Gabriel Plaza.
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SERA EL DOMINGO 16 DE JULIO, A LAS 15 HS.
Por pedido del público y ante el éxito del recorrido del día 8 de julio con 50 personas, repetimos este circuito el domingo 16/7
Recorrido 8/7/2023
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El 30 de junio de 1908, una roca espacial de aproximadamente 37 metros (120 pies) de ancho, penetró la atmósfera terrestre y detonó en el cielo liberando energía equivalente a alrededor de 185 bombas de Hiroshima.
Junio 30, 2008: Es el año 1908 y apenas transcurrieron algunos segundos de las siete de la mañana. Un hombre yace sentado en el balcón de un solitario establecimiento comercial en Vanavara, Siberia. No se imagina que, en sólo unos instantes, será arrancado de su silla y el calor será tan intenso que sentirá como si su camisa estuviera envuelta en llamas.
Así es como se sintió el llamado evento de Tunguska a 64 kilómetros (40 millas) del epicentro.
Hoy, 30 de junio de 2008, se cumple el aniversario número 100 de aquel feroz impacto cerca del Río Podkamennaya Tunguska, en la remota Siberia (y aún hoy, a cien años del acontecimiento, los científicos continúan hablando del tema).
"Si se desea iniciar una conversación con alguien dentro del ambiente de los asteroides, lo único que se debe mencionar es Tunguska", dice Don Yeomans, director de la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra (NEO, por su sigla en idioma inglés), en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. "Es la única entrada de un meteoroide en tiempos modernos de la cual tenemos narraciones presenciales".
A pesar de que el impacto ocurrió en 1908, la primera expedición científica que llegó al área lo hizo 19 años después. En 1921, Leonid Kulik, el conservador principal de la colección de meteoritos del Museo de San Petersburgo condujo una expedición a Tunguska. No obstante, las duras condiciones de la zona del interior de Siberia impidieron al equipo alcanzar el área de la explosión. En 1927, una nueva expedición, liderada otra vez por Kulik, logró finalmente alcanzar la meta.
"Al principio, los habitantes de la zona se mostraban renuentes a contarle a Kulik acerca del evento", dijo Yeomans. "Ellos creían que la explosión había sido una visita del dios Ogdy, que le había echado una maldición al área derribando árboles y matando animales".
Aunque se hizo muy difícil obtener testimonios de lo sucedido, la evidencia abundaba alrededor. Aproximadamente 2.100 kilómetros cuadrados (ochocientas millas cuadradas) de bosque quedaron partidas en dos. Ochenta millones de árboles yacían a ambos lados, derribados en un patrón radial sobre el suelo.
"Esos árboles sirvieron como marcadores ya que señalaban la dirección directamente opuesta al epicentro de la explosión", dijo Yeomans. "Más tarde, cuando el equipo llegó al lugar del epicentro, descubrió que los árboles estaban de pie, pero con sus ramas y sus cortezas completamente removidas. Parecía un bosque de postes de teléfono". |
Eso requiere ondas de expansión de rápido movimiento capaces de romper las ramas de un árbol antes de que éstas puedan transferir el impulso del impacto al tronco. Treinta y siete años después de la explosión de Tunguska, se encontrarían árboles sin ramas en el lugar de otra fuerte explosión: Hiroshima, Japón.
Las expediciones de Kulik (quien viajó a Tunguska en tres ocasiones distintas) lograron hacer, finalmente, que algunos vecinos de la localidad hablaran. Uno de ellos fue el hombre del establecimiento en Vanavara, quien fue testigo de la explosión de calor mientras era despedido de su silla. Su testimonio:
De pronto, en el cielo norteño... el cielo se partió en dos y, sobre el bosque, toda la parte norte del firmamento parecía cubierta por fuego... En ese momento, hubo un estallido en el cielo y un gran estrépito... Al estrépito lo siguió un sonido como de piedras que caían desde el cielo o de pistolas que disparaban. La tierra tembló.


La magnitud de la explosión fue como una paliza. La onda expansiva que se produjo como resultado pudo ser registrada por barómetros sensibles en lugares tan lejanos al epicentro como Inglaterra. Se formaron nubes densas sobre la región, a grandes altitudes, las cuales reflejaban la luz solar desde detrás del horizonte. Los cielos nocturnos brillaban y se recibieron informes de personas que vivían en lugares tan lejanos como Asia, quienes afirmaban que podían leer el periódico afuera a la medianoche. En la localidad, cientos de renos, que constituyen el sustento de muchos ganaderos del lugar, resultaron muertos, pero no hubo evidencia directa de que alguna persona pereciera en la explosión.
"Luego de transcurrido un siglo, algunos todavía debaten la causa del suceso y proponen distintos escenarios que podrían haber causado la explosión", dijo Yeomans. "Pero la teoría sobre la cual la mayoría concuerda es que en la mañana del 30 de junio de 1908, una roca espacial muy grande, de aproximadamente 37 metros (120 pies) de diámetro, penetró la atmósfera de Siberia y luego detonó en el cielo".
Se estima que el asteroide hizo su entrada a la atmósfera de la Tierra viajando a una velocidad de aproximadamente 53.900 kilómetros (33.500 millas) por hora. Durante su rápida caída, la roca espacial de casi 110.000 toneladas (220 millones de libras) calentó el aire a su alrededor hasta alcanzar una temperatura de 24.700 grados Celcius (44.500 grados en la escala Fahrenheit). A las 7:17 a.m. (hora local de Siberia), a una altitud cercana a los 8.500 metros (28.000 pies), la combinación de presión y calor provocó que el asteroide se fragmentara y se destruyera, produciendo de este modo una bola de fuego y liberando energía equivalente a alrededor de 185 bombas de Hiroshima.
"Es por eso que no hay un cráter de impacto", dijo Yeomans. "La mayor parte del asteroide se consume en la explosión".
Yeomans y sus colegas, en la Oficina de Objetos Cercanos a la Tierra, del Laboratorio de Propulsión a Chorro, tienen la tarea de trazar las órbitas de los cometas y asteroides que cruzan la trayectoria de la Tierra en el presente y que podrían resultar perjudiciales para nuestro planeta. Yeomans estima que, en promedio, un asteroide del tamaño del de Tunguska penetrará la atmósfera de la Tierra una vez cada 300 años.
"Yo pienso en Tunguska todo el tiempo, desde un punto de vista científico", admite el investigador. Poniéndolo todo en perspectiva, sin embargo, "la idea de otro Tunguska no me quita el sueño".
Fuente: https://ciencia.nasa.gov/science-at-nasa/2008/30jun_tunguska
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Contraste entre el pasado y la zona de impacto directo el día de hoy
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Trazado plano básico de la ciudad
La Ciudad de La Plata fue declarada CIUDAD MASÓNICA por las autoridades de dicha ciudad. Un logro trascendental de todo el equipo de trabajo en cabeza de nuestro Gran Consejero zonal RH.·. Nicolas Salvi. Hecho histórico sin lugar a dudas. Seguimos construyendo con la enorme Alegría y orgullo de trabajar para la institución que amamos. Vamos para adelante! Con todo ! Todos juntos.
PABLO LAZARO
Gran Maestre de la Masonería Argentina
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LAS MANOS DE JUAN DOMINGO PERÓN, LA PISTA ESOTÉRICA DE UN ENIGMA SIN RESOLVER
Por Juan Bautista Tingueli
Publicado el 03 Feb 2021
Juan Domingo Perón, quien fuera tres veces Presidente de la Nación Argentina, desencarnaba, dejando una doctrina, un legado y un movimiento político tras su fallecimiento, que representaría un quiebre en la historia política nacional.
A «13» años de su deceso, más precisamente en el mes de junio de 1987, los argentinos tomarían contacto con una noticia escalofriante: las manos del General Perón habían sido seccionadas con una sierra eléctrica.
La situación fue advertida a través de una nota remitida a Saúl Ubaldini, Secretario General de la Confederación General del Trabajo (CGT), Carlos Grosso, Presidente del Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires, y Vicente Leónidas Saadi, Presidente del Partido Justicialista Nacional, firmada por «Hermes IAI y los 13», que exigía un rescate de 8 millones de dólares. El hecho fue verdaderamente sorpresivo y el contenido de la nota recibida por los dirigentes peronistas mencionados, descabellada para algunos, y determinante para otros a los fines de establecer las conexiones con los presuntos autores de semejante profanación.
La clave estaba en la condición de iniciado de Juan Domingo Perón y en el simbolismo cifrado contenido en la comunicación enviada por quienes llevaron a cabo la macabra intervención en el Cementerio de la Chacarita de la Ciudad de Buenos Aires, en pos de concretar su espeluznante plan.
En efecto, fue el siniestro empresario Licio Gelli quien en una entrevista reconoció que Perón era masón, y que lo había iniciado él mismo en Madrid, en Puerta de Hierro, en junio de 1973.[1]
Recordemos que Gelli ocupó el cargo de Venerable Maestro de la Logia Propaganda Due (P2), organización que traicionó los principios masónicos tradicionales volcándose al crimen organizado, al delito transnacional y al tráfico de influencias (Nota de dp: Por eso fue expulsada de la Gran Logia de Italia).
Para entender la pista esotérica de la profanación de las manos de Perón y su conexión con la logia masónica P2, debemos remontarnos al año 1982, cuando en el mes de junio aparecería colgado en el río Támesis el banquero italiano Roberto Calvi, también miembro de la P2, cuyos intereses había indudablemente amedrentado en el marco de la crisis del Banco Ambrosiano.
No se trataba de una muerte común, sino de una muerte ceremonial. La puesta en escena era impactante, Calvi colgado de un andamio, debajo del puente londinense Blackfriers («frailes negros»), con ladrillos en sus bolsillos, y el cuerpo cubierto por el agua hasta las axilas, la conjunción de la tierra, el agua y el aire, y la apariencia de un suicidio que no sería tal, como luego de comprobaría en la reapertura de aquella investigación.
Perón, en su tercera y última presidencia, condecorando a Licio Gelli
Hay quienes sostienen que este habría sido un asesinato perpetrado por Licio Gelli y los frailes negros (como se autodenominaban los miembros de Propaganda Due), y los ladrillos una clara referencia al contenido masónico de la organización. Cuatro años después volveríamos a saber de la P2 en la República Argentina.
La investigación por el robo de las manos de Perón apuntaría directamente al entramado de poder forjado por esta agrupación criminal, que le achacaría a Perón una promesa incumplida. Pero si el ex Presidente de la Nación Argentina ya estaba muerto, qué más podrían hacer estos criminales para cobrar venganza por la presunta deuda: matar su alma en términos esotéricos.
Hermes, IAI y los 13, una clara referencia vinculada a la mitología egipcia, juntamente con la amenaza inserta en aquella nota de dejar a Juan Domingo Perón incompleto para toda la eternidad. Sin duda alguna, otro crimen ritual.
Recordemos el mito egipcio de Osiris, quien, habiendo sido seccionado en 14 pedazos por Seth, sería reconstruido por Isis a partir de la búsqueda y posterior hallazgo de «13» de esos fragmentos de humanidad y de la implantación del falo sustituto que se había perdido para siempre a manos de un pez que lo devoraría en el río Nilo.
De allí la consolidación de aquella creencia egipcia que sostiene que el cuerpo debe permanecer intacto y completo para que el alma transite el camino a la eternidad. Thot (Hermes en la mitología griega) es quien guía y acompaña a las almas a la otra vida, y su inclusión en la nota que dejaron los autores de la profanación sería determinante. Era evidente que, en esa ceremonia ritual, al separar las manos del cuerpo de Juan Domingo Perón, lo que se pretendió hacer es, lisa y llanamente, matar su alma, impedir que se dirija hacia la eternidad. El número 13 era una clara alusión a los pedazos recobrados del cuerpo de Osiris y a la hora de la eternidad en la mitología egipcia, mientras que el término «IAI» se correspondía con el de una deidad que en el Papiro 3024 , texto poético del antiguo Egipto, conforme surge de la notable investigación de los periodistas David Cox y Damián Nabot en su libro «La Segunda Muerte», Editorial Planeta, 1° Edición, Año 2006, decía «Más profundo que la muerte, yo destruyo el alma en su propia cáscara. De esa manera, tú nunca llegarás».[2]

Una promesa incumplida relacionada con el control de las exportaciones argentinas a Europa, según algunos, favores impagos vinculados a la recuperación del cuerpo de Eva Perón y al retorno del mismísimo Perón a la Presidencia de la Nación Argentina, según otros, habrían sido los detonantes para la venganza ritual presuntamente orquestada por Licio Gelli.
A todo esto, vale decir que las manos de Perón jamás fueron recobradas resultando un verdadero misterio qué es lo que sucedió con ellas.
[1] https://www.perfil.com/noticias/politica/licio-gelli-cuenta-como-inicio-a-peron-en-la-masoneria-20080831-0019.phtml
[2] «Deeper tan Death I destroy the Soul en its husk. Thus you will never arrive». Bika Reed, Rebel in the Soul, Inner Traditions, Rochester, Vermont, 1978, pág. 41.
Te recomendamos leer: Juan Bautista Tingueli Autor Abogado graduado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Cursó estudios de Posgrado en "La Psicología Analítica de Carl Gustav Jung" por ante la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Experto en órdenes iniciáticas de la antigüedad, mitología y simbología, el autor se propone abordar en su novela "El Gran Maestre" la conexión entre "La Divina Comedia" y la República Argentina. Un apasionado por la obra de Dante Alighieri, avanza hacia lugares insospechados, entintando la pluma para contar una historia que merece ser contada y merece ser leída. www.elgranmaestre.com
Este artículo ha sido copiado del sitio web https://codigooculto.com - Puede leer más en: https://codigooculto.com/enigmas/manos-peron-pista-esoterica-enigma-sin-resolver
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Nota de dp: en este artículo Licio Gelli cuenta como inició a Perón en la Masonería https://www.perfil.com/noticias/politica/licio-gelli-cuenta-como-inicio-a-peron-en-la-masoneria-20080831-0019.phtml (copiar este link y pegar en una nueva página).
Frente de la bóveda de Perón en el Cementerio de la Chacarita
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Javier Sierra publicó en 2002 su «novela de investigación» El secreto egipcio de Napoleón. En este texto él mismo nos desvela algunas de las claves documentales de su trabajo que, una vez más, abunda en un enigma histórico de gran alcance: ¿por qué Napoleón Bonaparte decidió pasar una noche entera en el interior de la Gran Pirámide? ¿Por qué siguió las huellas de Jesús hasta las puertas de la mismísima Nazaret? ¿Y por qué abandonó precipitadamente Egipto después de aquella intensa noche…?
¿Fue Napoleón iniciado en la Gran Pirámide?
Al amanecer del 13 de agosto de 1799, Napoleón Bonaparte, empapado en polvo y sudor, emergió de entre los bloques de la Gran Pirámide, cerca de El Cairo. Sus hombres debieron sentirse aliviados al verle, de nuevo, sano y salvo entre ellos.
El héroe corso –todo un mito ya para sus soldados– había decidido pasar sólo una noche en el vientre del más emblemático monumento faraónico, la única de las Siete Maravillas del mundo antiguo aún en pie, movido por un oscuro propósito. Un móvil que habría de quedar sepultado para siempre aquella mañana en la memoria de Bonaparte. Y es que, tras regresar pálido y desencajado de su aventura, el entonces aún prometedor general revolucionario jamás reveló qué fue a hacer entre aquellas piedras milenarias.
¿Qué sucedió allá dentro, durante las largas y oscuras horas que duró su encierro? «Aunque lo contara, no lo creeríais», fue lo único que respondió entonces. Y durante el resto de su vida, Bonaparte evitó volver sobre el asunto.
¿Por qué?
La aventura más extraña
Mi último libro, titulado con justicia El secreto egipcio de Napoleón , trata de resolver este enigma histórico. Durante meses, reuní toda la documentación existente sobre la poco conocida invasión napoleónica de Egipto, tratando de reconstruir un escenario plausible que explicara algunos de mis interrogantes: ¿por qué este prometedor y jovencísimo general francés –de apenas 29 años–, se embarcó en una operación militar contra Egipto? ¿Por qué una vez en el Delta del Nilo desplegó sus fuerzas y se lanzó a la conquista de Tierra Santa, como si tratara de emular a los antiguos cruzados? ¿Obedecía a alguna obsesión inconfesable su afán de dominar aquellas míticas regiones, de escaso interés estratégico en su época?
Y así, poco a poco, con la paciencia de uno de los antiguos escribas faraónicos, comencé a reunir las piezas de tan insondable misterio.
La gran epopeya de juventud de Napoleón había comenzado, en realidad, el 19 de mayo de 1798, en el puerto francés de Toulon. El Directorio posrevolucionario de París le había puesto al frente de una flota de 328 embarcaciones y más de treinta mil hombres, cuya misión fue considerada secreta hasta bien entradas las primeras semanas de navegación. Casi nadie abordo sabía cuál era el destino de aquella operación, aunque después de conquistar Malta y desposeerla de sus riquezas, los rumores se dispararon: el rumbo fijado era… ¡Egipto!
En efecto. Después de desembarcar en el Delta del Nilo el primero de julio de 1798, los acontecimientos se precipitaron. Sólo veinte días después, cerca de las célebres pirámides de Giza, los hombres de Napoleón tuvieron su primer enfrentamiento con los mamelucos que gobernaban entonces el país. Aliados de los británicos, los hombres de Murad Bey sumaban seis mil jinetes, doce mil fellahs y una multitud de tropas no regulares armadas con sables y lanzas. Sin embargo, su superioridad numérica –Napoleón había dividido ya a sus hombres en varios frentes–, se vendría abajo ante las tácticas de los franceses.
Tras su espectacular victoria, el corso puso rumbo a aquellas tres montañas de piedra que dominaban el paisaje, y ordenó a varios de sus hombres y sabios que las exploraran a fondo.
Aquella fue, que se sepa, la primera vez que un grupo tan abultado de europeos penetró en la Gran Pirámide. Curiosamente, no todos eran militares. En otra de sus decisiones sin precedentes, Bonaparte había embarcado en su flota a 167 sabios de las más variadas disciplinas, con el propósito de radiografiar Egipto de arriba abajo y arrancarle sus milenarios secretos. Pues bien: fue uno de aquellos científicos, un jovencísimo François Jomard, quien descubrió que las galerías de acceso al corazón de la Gran Pirámide eran empinadas, pequeñas y estaban prácticamente bloqueadas por excrementos de murciélago. Allá dentro apestaba, era difícil respirar y –para colmo de males– no parecía existir nada de valor. Los franceses alcanzaron la Gran Galería de la pirámide en busca de tesoros inexistentes y en su interior dispararon sus armas, sobrecogiéndose ante la resonancia del lugar.
En aquellos días de fuertes calores, los franceses despejaron también parte de la plataforma sobre la que hoy se levanta la Gran Pirámide, calcularon sus dimensiones originales y la escalaron. Jomard se quedó lívido al comprobar que los egipcios emplearon en su construcción medidas como el estadio, el codo o el pie, que eran fracciones exactas del tamaño de la Tierra . «Nos han transmitido el patrón exacto de la dimensión del globo terráqueo y la inapreciable noción de la invariabilidad del Polo» , escribió.
Pero, ¿conocían los antiguos arquitectos de aquellas moles las dimensiones de nuestro planeta? Ni que decir tiene que sus conclusiones levantaron agrias polémicas entre los sabios del grupo, sobre todo cuando Jomard planteó que la Cámara del Rey del monumento tal vez no sirvió nunca de tumba, sino de «patrón de medida» destinado a conservar algún remoto conocimiento matemático…
Napoleón, absorto por tantos descubrimientos, se entretuvo en cálculos más prácticos: con las piedras de la Gran Pirámide y de las dos grandes moles vecinas, podría construir un muro de tres metros de altura por casi uno de espesor, que rodeara toda Francia. Además, se maravilló por la precisa orientación de sus caras a los cuatro puntos cardinales. Los egipcios parecían conocerlo todo…
La experiencia mística
Desgraciadamente, apenas existen datos precisos sobre lo que hizo exactamente el general Bonaparte en aquellos remotos días en Giza. Los expertos que consulté entraban en frecuentes contradicciones y aportaban fechas equívocas para un hecho que –desde mi punto de vista– tuvo consecuencias trascendentales en la vida de Napoleón: su noche en el interior de la Gran Pirámide.
Según explica Peter Tompkins en su clásico Secretos de la Gran Pirámide, Bonaparte no entró en ese monumento hasta casi un año después de vencer a los mamelucos de Murad Bey. Fue el 12 de agosto de 1799, a su regreso de una breve campaña bélica por tierras de Siria y Palestina, cuando el general aceptó sumergirse en sus entrañas. «En un determinado momento –explica Tompkins –, Bonaparte quiso quedarse solo en la Cámara del Rey, como hiciera Alejandro Magno, según se decía, antes que él.»
Sin quererlo, Tompkins daba una clave preciosa para deshacer el enigma. En efecto, como el corso, otros grandes militares de la historia habían decidido pasar una noche entre aquellas piedras. Seducido por las leyendas locales –incomprobables, por otra parte– que sugerían que Julio César y Alejandro pasaron la prueba de pernoctar en la Gran Pirámide, Napoleón terminó con sus huesos dentro del monumento. Bob Brier, paleopatólogo y uno de los más prestigiosos egiptólogos de nuestros días, reduce el problema a que el corso «por lo visto, creía en las propiedades mágicas de la pirámide».
El propio Brier, en su ensayo Secretos del Antiguo Egipto mágico, aclara qué propiedades eran ésas. Según los Textos de las Pirámides, grabados sobre monumentos de la V Dinastía, apenas un siglo más modernos que la Gran Pirámide, esos monumentos eran una especie de «máquinas para la resurrección» de los faraones. Este proceso –dicen esos antiguos salmos religiosos– se componían de tres fases: la primera, el despertar del difunto en la pirámide; la segunda, su ascensión al más allá, atravesando los cielos, y la tercera, su ingreso en la cofradía de los dioses . ¿Buscaron, pues, César, Alejandro y Napoleón esa peculiar iniciación faraónica?
Sueños de masones
En el caso de este último, no es difícil afirmarlo. Cuando Bonaparte llegó a Egipto, había devorado ya toda clase de literatura de la época, en la que se mitificaba la sabiduría de los antiguos constructores de pirámides. Incluso había escrito algún que otro cuento de indudable tufillo oriental . El corso consultó, sin duda, la obra del abad Terrasson Sethos ou vire tirée des monuments et anecdotes de l’ancienne Egypte (1733), un bestseller de su tiempo en el que se imaginan las pruebas iniciáticas a las que el faraón Seti debió someterse en la Gran Pirámide. Lo curioso es que semejante creencia venía de muy antiguo, y aunque Terrasson la magnificó, reflejaba algo indudablemente real: que el interior de la Gran Pirámide había sido frecuentado por reyes posteriores a Keops, probablemente para participar en extraños ceremoniales.
Hoy sabemos que uno de los más famosos fue el llamado Hebsed, una fiesta en la que se creía que el faraón se rejuvenecía accediendo a los secretos de la vida eterna, y que se celebraba cada treinta años de reinado o cada vez que la salud del monarca flaqueaba. Casualmente, Napoleón, aquella noche del 12 de agosto, estaba a sólo tres días de cumplir esa edad. Mi duda es, pues, más que pertinente: ¿fue iniciado como los faraones cuando se acercaba su trigésimo cumpleaños?
Se trata de algo más que una especulación. No en vano, junto a Napoleón viajaron a Egipto un buen número de masones, algunos de los cuales eran destacados generales como Jean Baptiste Kléber o Joachin Murat. Gérard Galtier, el más concienzudo de los historiadores modernos de la francmasonería, señala que los franceses exportaron los ritos masónicos a Egipto durante la campaña napoleónica, especialmente del llamado Rito de Menfis . Él mismo cita un documento de puño y letra de uno de los Grandes Maestres de ese Rito, Solutore Zola, pariente del famoso escritor galo del mismo apellido, en el que afirma que Bonaparte y Kléber «recibieron la iniciación y la filiación del Rito de Menfis de un hombre de edad venerable, muy sabio en la doctrina y las costumbres, que se decía descendiente de los antiguos sabios de Egipto». Y añade: «La iniciación tuvo lugar en la pirámide de Keops y recibieron como única investidura un anillo».
Este documento, fechado en 1863 (seis décadas después de los hechos), no es, desde luego, probatorio. Pero aun cuando no puede afirmarse con seguridad que Napoleón fuera masón, sí es cierto que siempre estuvo rodeado de ellos. Su padre lo fue, su hermano mayor José –que llegó a ser rey de España– también, e incluso su esposa Josefina fue Gran Maestre de una logia femenina. A ese respecto, sabemos que fue iniciada en Estrasburgo en compañía de su marido de entonces, Alejandro de Beauharnais.
Visto así, no es extraño que a Napoleón se le señalara como militante de una misteriosa logia conocida como Hermes Egipcio, o que a muchos de los sabios que le acompañaron –como Monge, Norry, Saint-Hilaire y otros– se les acusara de pertenecer a la logia de los sophisiens, que anualmente se reunían en París para celebrar cierto «banquete egipcio» . Incluso en obras contemporáneas al corso, como las Mémoires historiques et secrets de l’impératrice Joséphine, publicada en 1820 por cierta señora Lenormand, se recoge una confesión de Bonaparte a su esposa: «He consumido mi vida entre movimientos continuos», dice, «que no me han dejado ni un solo minuto para cumplir mis deberes de iniciado a la secta de los egipcios» .
¿Puede caber ya alguna duda?
Ahora bien, en el caso de Napoleón, de lo que podemos estar completamente seguros es de que no sólo conocía los símbolos de la masonería egipcia, sino que se los trajo a casa, a la vuelta de su expedición. Autores como Robert Charroux o Jean-Michel Angebert describen, por ejemplo, un amuleto egipcio que Bonaparte recibió de una cofradía de sacerdotes egipcios y que le protegió de todo mal hasta que lo extravió en Rusia. Al parecer, aquel collar-pantáculo pasó de Rusia a Niza en 1947, y en 1956 acabó en manos del general israelí Moshe Dayan que, a su muerte, lo legó al Israel Museum de Jerusalén.
La nueva Tebas
Aquello no fue lo único que el corso se trajo de Egipto. Ya en tiempos de Napoleón, para muchos era evidente que la antigua París había sido una ciudad consagrada a la diosa Isis. El historiador lituano Jurgis Baltrusaitis consiguió reunir documentación que demostraba que el cambio de nombre de Lutecia a París obedecía a que la ciudad fue consagrada a esa diosa egipcia, como demuestra su designación actual: Par-Isis (el trono de Isis) .
El corso, naturalmente, conocía esa historia. Como sabía también que el escudo de armas de la urbe, una barca sobre un río, guiada por una estrella de cinco puntas, era una clara alusión a la diosa. Para los antiguos egipcios, la estrella de cinco puntas era la representación de Sirio, y ésta, a su vez, el reflejo cósmico de la mismísima Isis. Sin embargo, cuando Napoleón regresó de su campaña faraónica y dio el golpe de estado que terminaría llevándole a dominar Europa, añadió dos detalles más al escudo: en un documento de 1811, adjunto a la llamada Carta de Napoleón de esa fecha, la barca luce en la en proa una estatua de Isis, y sobre ésta y la estrella ordenó grabar tres abejas. La abeja, para quien no lo sepa, era uno de los emblemas reales más apreciados por los antiguos faraones.
Aquí no caben especulaciones: Napoleón se trajo de Egipto sus símbolos más sagrados y los añadió al blasón de su capital. ¿Un tributo a aquella iniciación piramidal del verano de 1799? Es más que probable. Sólo así se explica que el corso, convertido ya en dueño y señor de Francia, nombre ministro de Bellas Artes a Vivant Denon, uno de los más destacados sabios de su expedición egipcia, que hará de París una especie de nueva Tebas.
Veamos: hasta 1806, seis de las quince nuevas fuentes de la ciudad fueron de inspiración egipcia, e incluso sus propios grabados, extraídos del libro de Denon, Voyage dans la Basse et la Haute-Égypte, servirán para ilustrar juegos de porcelanas y relieves de lugares ilustres. Napoleón convirtió su capital en un reflejo de Egipto, quiso instaurar una religión de inspiración faraónica que fracasó, y hasta su muerte soñó una y otra vez con ese país. ¿Qué fue lo que tanto le impresionó? ¿Acaso su hoy olvidada iniciación en la Gran Pirámide?
Yo así lo creo.
Autor: Javier Sierra
Publicado en: https://www.javiersierra.com/biografia/periodismo/mis-reportajes/napoleon-en-la-gran-piramide/
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El día 29 de Julio de 2023, a partir de las 15 hs., recorreremos el circuito dedicado al Dante Alighieri y su Divina Comedia y relataremos, además, parte de la riquísima historia de la ciudad de Buenos Aires.
Con el historiador y escritor Juan Bautista Tingueli visitaremos hitos relacionados con el Dante, como la iglesia de San Francisco de Asís, el Palacio Barolo y la escultura de El Pensador de August Rodin emplazada en la Plaza Mariano Moreno (parte del complejo de la Plaza Congreso), desentrañando así los vínculos entre Dante Alighieri y la República Argentina, en una historia increíble y cargada de esoterismo, que suma como ingrediente la actuación de sociedades secretas.
Juan Bautista Tingueli es el autor del libro “El Gran Maestre”, que plantea la hipótesis consistente en que los restos mortales del poeta florentino se encuentran en la República Argentina, poniendo a la ciudad de Buenos Aires como una de las urbes más esotéricas y ricas en historia en todo el mundo.
Punto de encuentro. Puerta principal de la Basílica de San Francisco de Asís, en las calles Alsina y Defensa.
Se suspende por lluvia. Llevar calzado cómodo y algo para beber. Duración del recorrido de unas dos horas, aproximadamente.
Informes: historiasiniciaticas@gmail.com
EL EVENTO PUEDE SER ABONADO POR MERCADO PAGO
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POR PRIMERA VEZ EN LA HISTORIA LA MASONERÍA ABRE SUS PUERTAS A TODO PUBLICO, CON VISITAS ARANCELADAS.
TENDREMOS EL HONOR DE ENCABEZARLAS JUNTO A JUAN BAUTISTA TINGUELI.
PARA INFORMES Y RESERVAS DIRIGIRSE AL CORREO QUE FIGURA AL PIE DEL FLYER.
LOS ESPERAMOS. MUCHAS GRACIAS.

A continuación la información y los detalles sobre la actividad que llevaremos adelante el día sábado 22 de Julio de 2023 a las 15 horas: "Visita guiada especial a la sede la Masonería Argentina".
Por primera vez en su historia la Masonería Argentina abre sus puertas para un recorrido especial bajo la guía del periodista e investigador, Daniel Pena, y el escritor, Juan Bautista Tingueli.
Esta visita guiada tendrá una duración aproximada de 2 horas, y llevará a sus asistentes a través de la sede de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones, por su hall de entrada, pasillos, escaleras, Gran Templo, y oficinas principales, entre las que se destaca la Gran Maestría, donde centraliza sus labores y actividades el Muy Respetable Gran Maestre.
Una experiencia única e imperdible.
Lugar de encuentro: Tte. Gral. Juan Domingo Perón 1242, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Fecha: 22 de Julio de 2023.
Horario: 15 horas (puntual).
Miembros de la institución y menores de 16 años: entrada libre y gratuita.
Se requiere inscripción y reserva previa: cupos limitados.
Cualquier duda o pregunta adicional, estamos a disposición.
Muchas gracias, saludos cordiales,
Tours Masónicos
Fotos de los días de la visita:



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SERA EL SABADO 8 DE JULIO, A LAS 15 HS.
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A continuación la información y los detalles sobre la actividad que llevaremos adelante el día 15 de Julio de 2023 a las 15 horas: "Las Huellas de las Sociedades Secretas en Buenos Aires - Argentum".
"Historias Iniciaticas" abre sus puertas para un recorrido especial bajo la guía del periodista e investigador, Daniel Pena, y el escritor, Dr. Juan Bautista Tingueli.
Esta visita guiada tendrá una duración aproximada de 2 horas, y llevará a sus asistentes a través de LA PLAZA DE MAYO, LA CATEDRAL METROPOLITANA Y EL MAUSOLEO DEL GRAL. SAN MARTIN, LA BASÍLICA Y CONVENTO DE SAN FRANCISCO DE ASÍS, para terminar en LA IGLESIA DE SANTO DOMINGO, donde descansa el Gral. Belgrano, bajo el norte de descifrar los mensajes ocultos que se encuentran allí para ser develados: Simbología iniciática, esoterismo, y sociedades secretas (Masonería, Templarios, Fede Santa, etc.) serán los temas a abordar en cada uno de los sitios a visitar.
Misterios y enigmas revelados que nos harán repensar la historia.
Una experiencia única e imperdible.
Lugar de encuentro: Pirámide de Mayo.
Fecha: 15 de Julio de 2023.
Horario: 15 horas (puntual).
Se requiere inscripción y reserva previa: Cupos limitados.
Arancel: cancelar a través del siguiente link:
https://mpago.la/2gfxug7
Cualquier duda o pregunta adicional, a disposición.
Muchas gracias,
Saludos cordiales,
Equipo de Historias Iniciáticas
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SU DERROCAMIENTO EN 1930 MARCO EL QUIEBRE INSTITUCIONAL DE LA ARGENTINA, QUE AUN AL DIA DE HOY SIGUE TENIENDO CONSECUENCIAS.
LO RECORDAMOS COMO EL ADALID DEL PUEBLO, DEL SUFRAGIO UNIVERSAL Y EJEMPLO DE HUMILDAD Y HONRADEZ, A 90 AÑOS DE SU FALLECIMIENTO.
QUE SE ROMPA PERO QUE NO SE DOBLE.
LUNES 3 DE JULIO, 11:30 HS., HOMENAJE NACIONAL EN EL CEMENTERIO DE LA RECOLETA.
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GRACIAS...GRACIAS...GRACIAS...
ESTE BLOG, NACIDO EN 2006, LLEGÓ A UNA CANTIDAD DE VISITANTES QUE NUNCA IMAGINE...
750.000...
(este número se puede verificar en el contador visible del blog, que aparece en el margen derecho del mismo)
ESTO ALIENTA A SEGUIR...
Y UDS. ME PUEDEN AYUDAR PARA SEGUIR ADELANTE, EN:
Infinitas gracias a todos los que ya lo hicieron.
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John Dee, el ridiculizado erudito que le dio a James Bond su 007 e introdujo los signos matemáticos.
- Revista BBC HistoryExtra. 17 octubre 2021
¿Quién era John Dee?
Sus contemporáneos, como los marinos, corsarios y políticos ingleses Sir Walter Raleigh y Sir Francis Drake o el dramaturgo William Shakespeare -de quien se dice que basó al mago Prospero en "La tempestad" en Dee- tienen un lugar fijo en la historia británica.
Dee, astrólogo y confidente de la reina Isabel I, no goza de tal reconocimiento.
Ha sido pintado como un iluso que buscó en las estrellas su guía, incursionó en la alquimia y se comunicó con ángeles.
Pero una visión alternativa es que fue uno de los hombres más brillantes del Renacimiento, cuya contribución ha sido enturbiada por siglos de calumnias.
Era un erudito, comprometido con la ciencia más vanguardista de su época, que en ese momento estaba entrelazada con la magia y lo oculto.
John Dee nació el 13 de julio de 1527 en Londres. Su padre era un cortesano menor que envió a su hijo a Cambridge a los 15 años.
Por su voraz apetito de conocimiento dormía solo cuatro horas por noche, pasando sus horas de vigilia estudiando griego, latín, geometría, matemáticas, astronomía, navegación, escrituras, derecho, medicina y criptografía: el arte de escribir códigos.
Cuando tenía apenas 20 años, Dee fue invitado a dar una conferencia sobre álgebra en la universidad de París. Rápidamente se convirtió en el conferencista más exitoso del continente, llenó las aulas y le presentó al público los signos de suma (+), resta (-), multiplicación (x) y división (÷) por primera vez.
Era el científico más destacado de Inglaterra, respetuoso, si no defensor, de la controvertida teoría del heliocentrismo (el modelo astronómico en el que todos los planetas giran alrededor del Sol).
Dee sacó la astronomía de la oscuridad, enseñó matemáticas y desarrolló sistemas de navegación que luego ayudarían a establecer la superioridad naval de Inglaterra.
Escribió más de 80 trabajos académicos y participó en la reforma del calendario, describió cometas y elaboró descripciones geográficas de territorios recién explorados.
Mientras estaba en la Universidad de Lovaina en los Países Bajos, estudió ocultismo. Eso no era raro para los intelectuales de la época, para quienes la ciencia y la magia eran parte de la investigación para comprender a Dios.
Una tormenta sobre los españoles
Cuando Isabel I tomó el trono inglés en 1558, consultó a Dee de forma regular sobre cuestiones médicas y legales, entre otras más. Incluso fue él quien eligió la fecha de su coronación.
Se dijo que lanzó un hechizo sobre la Armada Española en 1588, cuando enormes olas que se alzaron sobre sus barcos, aunque una explicación más probable es que debido a que sabía sobre meteorología, pudo anticipar la tormenta.
Cuando los barcos españoles se acercaron a Inglaterra, Dee sugirió esperar, prediciendo correctamente que la flota española se vería gravemente afectada por las tormentas, por lo que sería mejor mantener a los barcos ingleses en la bahía.
La mayoría de los barcos españoles se perdieron o averiaron y, cuando las tormentas amainaron, los barcos ingleses se deshicieron del resto. Fue el mejor momento de Dee.
Sólo para tus ojos
Isabel sabía que Dee podía hacer más por ella y la nación.
La reina necesitaba un espía que pudiera recopilar información sobre sus enemigos, y el leal y viajero Dee era el indicado.
Utilizó su puesto como asesor científico y astrológico para armar la biblioteca más grande de Inglaterra en su casa de Mortlake -que llegó a contar con unos 2.670 manuscritos, en comparación con el 451 de Cambridge y el 379 de Oxford- y para construir una red de científicos, intelectuales y cortesanos en toda Europa, que probablemente usó para la recopilación de inteligencia.
Dee firmaba sus cartas a Isabel I como '007'
Los dos círculos simbolizaban los ojos de la reina ("sólo para sus ojos") y el siete era el número de la suerte del alquimista.
El erudito jugó un papel esencial en lo que un día se convirtió en el servicio de inteligencia británico, tanto en la versión real como en la ficticia; y siglos después, su firma fue adoptada por el creador de James Bond, Ian Fleming.
Ángeles y demonios
En sus últimos años, Dee pasó su tiempo tratando de comunicarse con los ángeles por motivos prácticos: quería descubrir nuevos conocimientos que no estaban disponibles en los libros ni en las mentes de sus contemporáneos.
Y aunque ahora eso nos puede parecer absurdo, en esa época era considerada como una forma viable de acceder a toda clase de información.
Intentó aplicar su conocimiento de la óptica para adivinar o conjurar espíritus con la ayuda de un espejo hecho de obsidiana (vidrio volcánico), traído de México a Europa tras la conquista de la región por Hernando Cortés.
Los sacerdotes aztecas usaban espejos para conjurar visiones y hacer profecías. Estaban conectados con Tezcatlipoca, dios de la obsidiana y la hechicería, cuyo nombre puede traducirse del idioma náhuatl como 'Espejo humeante'.
Sus experimentos adquirieron una nueva dimensión en 1582, cuando un extraño personaje entró en su vida. Se trataba de un alcohólico de 26 años con las orejas cortadas (un castigo por falsificar monedas), llamado Edward Kelley quien era un vidente con reputación de hechicero. La esposa de Dee, Jane, lo detestaba, pero Dee, creyendo que Kelley tenía el don, lo contrató.
Durante los siguientes diez años, la pareja procedió a invocar una sucesión de ángeles y espíritus. Hubo visiones, fábulas e instrucciones.
Cuando aparecían los espíritus, supuestamente transmitían profecías y se pronunciaban sobre la naturaleza espiritual de la humanidad, que Dee registraba en su "Liber mysteriorum".
Desafortunadamente, todo lo que sobrevive de estas sesiones son 'diarios espirituales', parte de los cuales fueron desenterrados en un campo una década después de la muerte de Dee.
Contenían un lenguaje completamente nuevo, con su propia gramática y sintaxis.
¿Sería jerga celestial o, como sugirió el científico del siglo XVII Robert Hooke, un código que Dee usó para enviar información política ultrasecreta a Inglaterra?
En cualquier caso, gran parte de lo recuperado fue transcrito y publicado por el académico Meric Casaubon en 1659, en un libro con un título larguísimo (¡178 palabras!) que empieza así:
"Una relación verdadera y fiel de lo que pasó durante muchos años entre el Dr. John Dee (un matemático de gran fama en los reinados de la reina Isabel y el rey Jacobo) y algunos espíritus: tendiendo (si hubiera resultado bien) a una alteración general de la mayoría de los estados y reinos del mundo...".
Tormenta personal
En la década de 1580, Dee se fue de Inglaterra a Polonia, confiando su casa y biblioteca al cuidado de su cuñado. Mientras estaba fuera, su casa fue saqueada y sus manuscritos quemados o robados.
Luego, poco después de que Dee regresara a Inglaterra, la peste azotó el país, de la que fue culpado. La plaga se llevó a su esposa y a cuatro de sus ocho hijos.
Cuando Isabel I murió en 1603, Dee perdió la capacidad de defenderse de sus muchos enemigos, incluido el sucesor de la reina, Jacobo I de Inglaterra y VI de Escocia, a quien le gustaba supervisar personalmente la tortura de mujeres acusadas de brujería.
Dee pasó sus últimos días solo en la pobreza, vendiendo sus libros y elaborando cartas astrológicas.
Murió a la considerable edad de 82 años y fue enterrado en Mortlake. Su lápida, sin embargo, desapareció, por lo que no hay ningún monumento que marque la vida de este erudito tan instruido e inusual.
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-58873678
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Extraordinaria moneda dedicada a John Dee. Isla de Niue, Oceanía
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La letra G es de suma importancia en estudio relacionados con esoterismo, ocultismo y sociedades iniciáticas.
Su uso en distintos símbolos casi siempre está relacionado con la abreviatura de palabras significativas, como ser God (Dios), Gnosis (conocimiento), GADU (sigla muy usada por la Masonería cuyo significado es Gran Arquitecto del Universo, usado como síntesis del concepto de Dios), Geometría (concepto también empleado en la Masonería en términos filosóficos), Geómetra (relacionado al anterior concepto), y Génesis (creación).
La autora de la saga, J.K. Rowling, estudiosa de la masonería (según loreconoció públicamente) domina perfectamente el significado e importancia que juega la letra G en los temas que desarrollamos.
Por esto es llamativo el uso masivo de esta letra en los nombres de los personajes o de lugares usados. En muchos de estos casos se usa para personajes claves o lugares de suma importancia en las tramas.
Interpetar y poner en su justo lugar este dato sobre la letra G, es clara señal del "meta mensaje" que se quiere transmitir. Aquellos que pueden descifrar este verdadero "código encriptado" pueden dimensionar en una escala superior el contenido "oculto" de la obra en conjunto.
La saga Harry Potter es mucho más que lectura pasatista, infantíl, superficial y "pochoclera" de algo que termina por seducirnos y meternos en nuevos estratos de sabiduría. Claro, para el que quiera incursionar en estos nuevos territorios, de no fácil comprensión.
Espero esto despierte su curiosidad y espíritu de aventuras para descubir lo nuevo y oculto. Para todos es nueva fuente de entusiasmo para seguir investigando y maravillándonos por una obra fantástica y de calidad superior.
A continuación agregamos una lista que contiene la letra G (en el inicio de las palabras principales) en toda saga de libros y películas de Harry Potter.
Valle de Godric: lugar de nacimiento de Harry Potter y donde murieron sus padres.
Grimmauld Place : cuartel general de la Orden del Fénix (en el número 12 de esta calle).
Griphook : duende malo que quiere la espada de Grifindor.
Gran Hagleton: residencia familiar Riddle. Su hijo fue Voldemort. Ahí éste asesino a su padre y abuelos.
Fhagaunt: residencia de Slytherin (co-fundador de Hogwarts).
Godric Griffindor: Co-fundador de Howgarts. Una de las casas de estudiantes también lo recuerda.
Hermione Granger: co-protagonista de la saga.
Hellert Grindelwald: mago obscuro. Amigo y amor de Dumbledor.
Gringotts: banco administrado por los duendes, que guarda los tesoros de los magos.
Gilderoy Lockhart: Mago impostor. Escritor. Típico charlatán.
Ginny Wesley: esposa de Harry Potter y hermana de Ron.
Gambor y Hapes: tienda de chascos mágicos.
George Wesley: hermano de Ron.
Casa de los Gritos: la casa más embrujada de Inglaterra.
Minerva McGonagall: profesora de Hogwarts y directora.
Estación de Goathland: estación de tren de Hogwarts. Adopta el nombre de Hogsmeade.
Viaducto Glenfinnan: viaducto que toma el tren de Hogwarts.
Fenrir Greyvack: hombre lobo que infectó a Remus Lupin.
Gomuk: duende asesinado por carroñeros.
Gideon Prewett: Hermano de la madre de Ron.
Sorvolo Gaunt: abuelo de Voldemort .
Merope Gaunt: madre de Voldemort.
Morfin Gaunt: hijo de Sorvolo.
Anthony Goldstein: estudiante de Rovenclaw.
Gregory Goyle: amigo y secuaz de Draco Malfoy.
Astoria Greegrass: esposa de Malfoy.
Daphne Greegrass: hermana de Astoria.
Mikew Gregorovitch: fabricante de varitas mágicas.
Wilhelmina Grubby-Plank: profesora de Hogwarts.
Grawp: hermano gigante de Hagrid.
Garrick Ollivander: fabricante de varitas mágicas y dueño de la legendaria y milenaria tienda de ventas.
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La erupción del volcán Krakatoa, en agosto de 1883, fue una de las más mortíferas de la historia moderna. Se calcula que murieron más de 36.000 personas. Muchas fallecieron por las explosiones y muchas otras por los tsunamis que siguieron al colapso del volcán.
Por FRANCISCO MORAL
Detalle de una litografía de 1888 sobre la erupción del volcán Krakatoa en 1883.
La isla de Krakatoa se encuentra en el estrecho de Sunda, entre Java y Sumatra. Es parte del arco de islas de Indonesia. La actividad volcánica aquí se debe a la subducción de la placa tectónica indoaustraliana, a medida que avanza hacia el norte, hacia el continente asiático. La isla tiene unos cinco kilómetros de ancho y nueve de largo. Antes de la erupción histórica, tenía tres picos volcánicos vinculados: Perboewatan, el más septentrional y el más activo; Danan en el medio; y el más grande, Rakata, formando el extremo sur de la isla. Krakatoa y las dos islas cercanas, Lang y Verlatan, son restos de una gran erupción anterior que dejó una caldera submarina entre ellos.
En mayo de 1883, el capitán del Elizabeth, un buque de guerra alemán, informó haber visto nubes de ceniza sobre Krakatoa. Estimó que tenían más de 9,6 kilómetros de altura. Durante los siguientes dos meses, barcos comerciales y barcos turísticos alquilados frecuentaron el estrecho e informaron de ruidos atronadores y nubes incandescentes.
La gente de las islas cercanas organizó festivales para celebrar los fuegos artificiales naturales que iluminaban el cielo nocturno. La fiesta se detendría trágicamente el 27 de agosto.
A las 12:53 pm del domingo 26 de agosto, la explosión inicial de la erupción envió una nube de gas y escombros a una distancia estimada de 24 kilómetros en el aire sobre Perboewatan. Se cree que los escombros de la actividad eruptiva anterior debieron haber tapado el cuello del cono, lo que permitió que se acumulara presión en la cámara de magma.
En la mañana del día 27, cuatro tremendas explosiones, que se escucharon tan lejos como en Perth, Australia, a unos 4.500 kilómetros de distancia, sumergieron tanto a Perboewatan como a Danan bajo del mar.
La explosión inicial rompió la cámara de magma y permitió que el agua de mar entrara en contacto con la lava caliente. El resultado se conoce como un evento freatomagmático. El agua hirvió rápidamente, creando un colchón de vapor sobrecalentado, que llevó los flujos piroclásticos hasta 40 kilómetros a velocidades superiores a 62 mph (100 kph).
A esta erupción se le ha asignado una calificación de 6 en el Índice de Explosión Volcánica y se estima que tuvo la fuerza explosiva de 200 megatones de TNT. A modo de comparación, la bomba que devastó Hiroshima tenía una fuerza de 20 kilotones, casi diez mil veces menos explosiva que la erupción del Krakatoa.
Muchas personas en el oeste de Java y Sumatra fallecieron como consecuencia de los fragmentos de roca volcánica y los gases volcánicos calientes, pero también a causa del devastador tsunami.
UN TSUNAMI DEVASTADOR
La pared de agua aniquiló por completo a las pequeñas islas cercanas. Los habitantes de las ciudades costeras de Java y Sumatra huyeron hacia tierras más altas. Ciento sesenta y cinco pueblos costeros fueron destruidos. El barco de vapor Berouw fue llevado casi una milla tierra adentro en Sumatra; los 28 miembros de la tripulación murieron. Otro barco, el Loudon, estaba anclado cerca. El capitán, Lindemann, logró girar la proa para enfrentar la ola y pudo pasar por encima de la cresta. Al mirar hacia atrás, la tripulación y los pasajeros vieron que no quedaba nada del bonito pueblo donde habían estado anclados.
Las explosiones arrojaron aproximadamente 45 kilómetros cúbicos de escombros a la atmósfera, oscureciendo los cielos. En las inmediaciones, el amanecer no volvió durante tres días. Las cenizas cayeron a una distancia de 6.076 kilómetros.
Los barógrafos de todo el mundo documentaron que las ondas de choque en la atmósfera dieron la vuelta al planeta al menos siete veces. En 13 días, una capa de dióxido de azufre y otros gases comenzaron a filtrar la cantidad de luz solar capaz de llegar a la Tierra.
Los efectos atmosféricos crearon puestas de sol espectaculares en toda Europa y los Estados Unidos. Las temperaturas globales promedio fueron hasta 1,2 grados más bajas durante los siguientes cinco años.
EL NIÑO DE KRAKATOA
En 1927, algunos pescadores javaneses se sorprendieron cuando una columna de vapor y escombros comenzó a salir de la caldera colapsada.
Nubes de humo sobre Anak Krakatoa. Foto: IStock. Actualidad.
Krakatoa había despertado después de 44 años de calma. En cuestión de semanas, el borde de un nuevo cono apareció sobre el nivel del mar. En un año, se convirtió en una pequeña isla, que se llamó Anak Krakatoa, o Niño de Krakatoa. Anak Krakatoa ha seguido entrando en erupción periódicamente, aunque levemente y con poco peligro para las islas circundantes.
Fuente: Livescience.
Publicado en: https://www.autopista.es/planeta2030/tragica-erupcion-volcan-krakatoa-en-1883
Nota de dp: esta erupción provocó el sonido más potente que alguna vez fuera escuchado en el planeta.
dp
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El hombre es la más elevada de las criaturas.
La mujer es el más sublime de los ideales.
Dios hizo para el hombre un trono;
para la mujer un altar.
El trono exalta; el altar santifica.
El hombre es el cerebro, la mujer el corazón;
el cerebro fabrica luz; el corazón produce amor.
La luz fecunda; el amor resucita.
El hombre es fuerte por la razón;
la mujer es invencible por las lágrimas.
La razón convence; las lagrimas conmueven.
El hombre es capaz de todos los heroísmos;
la mujer de todos los martirios.
el heroísmo ennoblece; el martirio sublimiza.
El hombre tiene la supremacía;
la mujer la preferencia.
La supremacía significa la fuerza;
la preferencia representa el derecho.
El hombre es un genio; la mujer un ángel.
El genio es inmensurable; el ángel indefinible.
La aspiración del hombre es la suprema gloria;
la aspiración de la mujer es la virtud extrema;
la gloria lo hace todo grande;
la virtud hace todo divino.
El hombre es un código; la mujer un evangelio.
El código corrige; el evangelio perfecciona.
El hombre piensa; la mujer sueña.
Pensar es tener en el cráneo una larva;
soñar es tener en la frente una aureola.
El hombre es un océano; la mujer es un lago.
El océano tiene la perla que adorna;
el lago la poesía que deslumbra.
El hombre es el águila que vuela;
la mujer es el ruiseñor que canta.
Volar es dominar el espacio;
cantar es conquistar el alma.
El hombre es un templo; la mujer el sagrario.
Ante el templo nos descubrimos;
ante el sagrario nos arrodillamos.
En fin...
El hombre esta colocado donde termina la tierra;
la mujer donde comienza el cielo.
Victor Hugo.
Del muro de Fb de mi amiga Macarena Perrone.
dp
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La Representación Central Ucrania en La República Argentina y todas las instituciones que la componen, repudian el acto terrorista perpetrado a las 2,30 horas de Ucrania del 6 de junio, por la Federación Rusa al volar la represa de la Central Hidroeléctrica de Kajovka, que se encuentra cerca de la ciudad de Novå Kajovka, en el territorio temporalmente ocupado por Rusia, de la región de Kherson.
La explosión de la represa de la Central Hidroeléctrica de Kajovka es un acto de terrorismo con terribles consecuencias humanas, ecológicas, materiales, es otra manifestación del genocidio por parte de Rusia contra los ucranianos. Que ha obligado a evacuar a miles de personas y fauna en razón de las inundaciones.
Existe otro riesgo por la disminución en el nivel de agua en el embalse de Kajovka, puede surgir el peligro de un incidente en otro objetivo de infraestructura critica ocupado por Rusia: la Central Nuclear de Zaporizhzhia.
Instamos a las autoridades nacionales, provinciales y municipales, y a la población en general, a repudiar estos actos de terrorismo perpetrados por la Federación Rusa en contra de la población civil y en general de Ucrania y acompañar en el proceso de negociaciones por la paz, donde la única forma posible es con el retiro de las tropas rusas de Ucrania. Y se apliquen sanciones a la Federación Rusa.
Solicitamos nos acompañen en la difusión de este acto terrorista, uno más de los que está haciendo Rusia en territorio ucranio desde el año 2014 e incrementado a partir del 24 de febrero de 2022 con la invasión de la Federación Rusa a Ucrania.
dp
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Antes de que el comunismo fuera ideado e impulsado por el sociólogo del Reino de Prusia, Karl Marx, el filósofo griego, Platón, en su obra “La República”, hizo la primera descripción en uno de sus diálogos de lo que se conocería como protocomunismo. Este comunismo platónico supone la limitación de la familia con la educación colectiva de los niños, y la entrega de toda propiedad privada a la ciudad.
Muchos años y pensadores después, la Iglesia Cristiana dejó entrever mensajes que pudieran leerse como “colectivistas”, pero no como “comunistas”, pues debe tomarse en cuenta el tamaño y la organización de las sociedades en aquel entonces; a partir de ello se fueron desarrollando doctrinas de pensamiento de prominentes individuos, que nunca llegaron a alcanzar una potencia como el argumento general desarrollado por Marx, pero que pudo influir sus teorías, tales como el filósofo suizo Jean Jacques Rousseau o el líder de la Revolución francesa Maximilien Robespierre.
En esa misma Europa tan revoltosa por aquellos años, la señora Henrietta Pressburg daría a luz a su tercer hijo un 5 de mayo de 1818, a quién llamaría Carl, pero un error en el registro lo asentaría como Karl, y así pasaría a adoptar el nombre por el que años después se haría mundialmente conocido: Karl Marx. El pensador tras la ideología del desastre había nacido en el Reino de Prusia (actual Alemania), fue este quien teorizó sobre la “necesidad” de sustituir al sistema capitalista con la “democracia obrera”, lo que abriría paso al socialismo, el cual a su vez, tras desarrollarse debería culminar en una sociedad sin Estado y sin clases, a la cual denominó “comunismo”; algo totalmente absurdo y descabellado, tomando en cuenta que un Estado jamás propiciaría su propia desintegración, perdiendo así todos los privilegios de la clase gobernante.
A raíz de las ideas de Marx, creció el discurso de un hombrecito de estatura baja y perspicaz llamado Vladimir Ilich, mejor conocido como “Lenin”, quien durante años conspiró para derrocar a la dinastía rusa de los Romanov, y a través del partido bolchevique tomó el control de Rusia luego de que se ordenase la ejecución del Zar Nicolás II, en compañía de su esposa la Zarina Alejandra Fiódorovna, su hijo Alexis, sus hijas Olga, Tatiana, María y Anastasia, y algunos de sus empleados.
Tras la ejecución sangrienta y a quemarropa ocurrida en el sótano de la casa donde se encontraban “resguardados”, Lenin volvió a Rusia de inmediato después de su largo exilio y estableció las bases del socialismo, que sería continuado por Stalin, y traería la muerte por hambruna de unos 8 millones de habitantes en sus primeros años. Las razones de esta catástrofe económica son notorias, nada más el número de muertes por hambre es indicio suficiente para catalogar de auténtico fracaso el impulso del marxismo, sin embargo, a pesar de ello, hasta el día de hoy siguen existiendo movimientos políticos, grupos sociales y gobiernos, intentando aplicar un modelo de Estado con suficiente evidencia de ser una guillotina.

Animado por las teorías del sociólogo prusiano, Lenin siguió también muy de cerca la economía de guerra alemana durante la Primera Guerra Mundial, admirado por el control de cadenas de suministro por parte de los comités de empresarios industriales y el racionamiento de materias primas a precios fijos.
El fin de lo que ellos mismos denominarían en su momento “comunismo de guerra”, era la movilización, producción, acumulación y expansión de la Unión Soviética, la cual llegó a conformarse en su momento de mayor auge por Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Estonia, Georgia, Kazajistán, Kirguistán, Letonia, Lituania, Moldavia, Rusia, Tayikistán, Turkmenistán, Ucrania y Uzbekistán, ocupando 1/6 partes del planeta tierra.
Para garantizar el expansionismo y las prácticas socialistas al pie de la letra, se conformó una policía secreta con labores de vigilancia sobre la ciudadanía, quienes debían cumplir a cabalidad los ordenamientos del partido bolchevique impulsados por el miedo.
En Rusia, la renta per cápita en 1916, mientras se desarrollaba la Primera Guerra Mundial y con el zarismo aún en el poder, se encontraba en los 1.235 dólares internacionales, valor que llegó a disminuir hasta los 526 dólares internacionales para 1921 ante el fracaso del mandato de Lenin. Esto se traducía en un colapso del 58 % de la economía rusa en cuestión de 5 años, no en vano, hombres, mujeres y niños morían de hambre por montones. Durante este lamentable episodio, la producción agraria se contrajo en un 40 %, y la industrial en un 69 %, esta fue la antesala del famoso Holodomor ocurrido en Ucrania.
Años después, con Lenin muerto y Stalin en el poder, se decidió forzar la colectivización del agro soviético, lo que no era otra cosa que una burda expropiación de tierras (algo similar a lo ocurrido recientemente en Venezuela); esto con el propósito de alimentar el ejército y los trabajadores industriales, mientras se le prohibía a los trabajadores del agro, consumir los alimentos que ellos mismos producían, bajo pena de fusilamiento.
El Estado soviético comenzó entonces a requisar y a fijar precios bajos a las cosechas (algo que también ocurrió en Venezuela a partir del gobierno de Chávez), estas políticas condicionaron una disminución todavía peor en el ya empobrecido agro ruso a comienzo de los años 30, lo que siguió generando hambrunas y represión. En definitiva, era una política de Estado, Stalin había decidido matar de hambre a millones de ucranianos, con el fin de poder abastecer de alimentos a la fuerza laboral industrializada rusa, tras el descalabro de la economía.
A pesar de estos absurdos, el régimen soviético logró mantenerse en pie e incluso resistir a la Segunda Guerra Mundial, todo esto gracias a su férreo control policial, la represión, el miedo, a la utilización de diversas tácticas políticas por parte de Stalin y sus predecesores, como formar y manejar sus propias “oposiciones políticas”, y al incremento constante de sus fuerzas militares motivado a “enemigos externos”.
Cuando Gorbachov asume la secretaría general del Comité Central Partido Comunista de la Unión Soviética en 1985, el consumo per cápita de la URSS era aproximadamente 72 % inferior al de los estadounidenses, lo que deja constancia de la enorme distorsión y diferencias entre la calidad de vida de los soviéticos y su modelo socialista, y los estadounidenses con el modelo capitalista.
Aun así, en el siglo pasado, el marxismo con sus diferentes aristas, pero mayoritariamente el marxismo-leninismo fue aplicado en diferentes países del mundo, como es el caso de China, Vietnam, Corea del Norte, Mongolia, Yugoslavia, Albania, Etiopia, Camboya, Alemania Oriental, Hungría, Chile, Checoslovaquia, Bulgaria, Rumania, Yemen del Sur, Laos, Yemen, Somalia, Mozambique, Congo-Brazzaville, Guinea-Bisáu, Birmania, Nicaragua, Granada, Afganistán, Polonia y Cuba; en todos estos Estados ha sido necesaria la imposición de fuertes regímenes policiales completamente represivos para el sostenimiento de sus políticas, las cuales además, en ningún caso han generado beneficios económicos o en la calidad de vida de sus ciudadanos, por el contrario han quebrado el aparato productor de las naciones, han masacrado, torturado y asesinado ciudadanos para imponer sus políticas sociales, han producido migraciones y deserciones multitudinarias hacia países con modelos de economía de libre mercado, han exterminado sus propios pueblos provocando genocidios (caso Camboya), y han terminado por optar en abandonar las políticas socialistas para alcanzar el desarrollo de sus sociedades (caso China, Chile, Vietnam) que se han convertido en economías capitalistas; se han disuelto (caso Yugoslavia, Alemania Oriental); o han continuado bajo la dinámica de los abusos, la tiranía y el empobrecimiento hasta hoy (caso Corea del Norte, Cuba, y actualmente Venezuela).
La criatura de Marx casi nunca llegó a desarrollarse por completo, pues en sus nociones el comunismo era la etapa siguiente al socialismo, que al menos en la teoría debía carecer de un Estado. Contrario a lo que muchos piensan el comunismo y socialismo no se excluyen, sencillamente, el socialismo es un interín hasta alcanzar esa “sociedad utópica comunista” que tan solo se dio a medias durante un par de años en la época comunista de guerra bajo Lenin, y en el “Gran salto adelante” en China a fines de la década de los 50. Por eso, hablar hoy día de comunismo en Cuba resulta incorrecto, lo que predomina en Estados autoritarios como el cubano o venezolano, es precisamente el socialismo, solo que la izquierda mundial ha intentando atribuir a todo lo pestilente y nocivo para su ideología al “comunismo” para intentar sanear la imagen del “socialismo”, cuando lo cierto es que, son el mismo monstruo, solo que al último no le ha crecido la última pata (la destrucción del Estado) porque nunca convendrá a sus jerarcas.
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Autor: Emmanuel Rincón
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Los avatares de la historia muchas veces parecen un horizonte perpetuo de incertidumbres, pero el halo místico que arrojan algunos acontecimientos o personajes es el elixir para seguir una búsqueda infinita.
En este sentido, una de las cuestiones donde más se manifiestan las incógnitas tiene que ver con la filiación de San Martín en escuelas de conocimiento moral, ético, filosófico y esotérico. De ahí, nace una pregunta clave: ¿era masón o templario?
Algunas fuentes remarcan que San Martín fue el “gran iniciado”. Aseguran que, en su llegada a Buenos Aires en 1812, se fundó la Logia Lautaro, que fue integrada por referentes de la talla de Carlos María de Alvear.
Una tradición amplia rememora a la máxima figura independentista en cada rincón masónico. Si bien otros íconos como Sarmiento, Belgrano, los patriotas de mayo y hasta 14 presidentes pertenecieron a la institución y son honrados hasta el día de hoy, con San Martín se revela un círculo particular.
La aproximación a una respuesta puede hallarse en el mausoleo del Padre de la Patria. Y para tratar de correr el velo hay que entender que San Martín tuvo varias condenas. Una, data de 1816, por ser dirigente del movimiento emancipador. También tuvo dos condenas personales en el Alto Perú por parte de obispos y otra por ser masón.
En su testamento, dejó explícito que quería que su corazón descanse en el centro de Buenos Aires. Se dice que cuando repatriaron sus restos en 1880, los masones tuvieron la idea de elegir a la Catedral Metropolitana como el lugar de descanso eterno. El problema era que no podía estar ahí un excomulgado.
Según algunos historiadores, llegan a un acuerdo para que se dispusiera de ese modo, aunque fuera de la nave. Hay un discurso de Sarmiento que habla de las cenizas de San Martín, pero aducen que es un relato poético, porque en realidad su cuerpo fue embalsamado. Se lo puso levemente inclinado, mirando hacia abajo, como símbolo de que quienes están en contra de la Iglesia van al infierno.
Sin embargo, aunque todo parece tener lógica, otra teoría marca un rumbo distinto: San Martín habría sido templario.
La primera tumba donde descansó el cuerpo de San Martín, en una de las capillas de Notre-Dame de Boulogne
Para comprender, la Orden de los Pobres Compañeros de Cristo del Templo de Salomón, en latín Pauperes Commilitones Christi Templique Salomonici, también llamada la Orden del Temple, fue creada por 8 caballeros y 1 fundador, es decir, 9 personas. En 1118, llegan a Jerusalén cuando estaba tomada por la primera cruzada, al mando de Godofredo de Bouillón.
Estos caballeros forman la orden y el rey les asignó el predio que configura la actual caballeriza del viejo Templo de Salomón, destruido por el General Tito en el 66 D.C, 33 años posteriores a la crucifixión de Cristo. Un sitio simbólico y sagrado para las tres grandes religiones monoteístas.
Se cree que el primer templario argentino fue San Martín. Si bien siempre se lo ligó a la Masonería, una teoría afirma que en realidad apoyaba a un miembro de su máxima confianza que pertenecía a la Logia Lautaro. Y, aunque es muy común relacionar la Masonería y la Orden del Temple, son dos cosas distintas.
El proceso emancipador de América estuvo fuertemente ligado a la Masonería. En las banderas de los países que fueron atravesados por la gesta emancipadora liderada por San Martín y Simón Bolívar, tienen colores masónicos o símbolos específicos. Pero también hay vestigios del Temple: el gorro frigio, por ejemplo. Algunos templarios eran seguidores del culto a Mitra y el distintivo de este dios era el gorro frigio. Bolívar era masón, grado 33. San Martín, para algunos, era en realidad templario.
Pero el dato más curioso indica que hasta que los restos de San Martín fueron repatriados, descansaban en Francia, en la tumba de la familia de Godofredo de Bouillón, rey de Jerusalén que justamente funda o cofunda a los Templarios. Según esta visión, San Martín nunca podría haber sido masón, ya que jamás un masón estaría en una tumba templaria.
¿Se puede arribar a una conclusión concreta? No. Y quizá nunca se pueda. El devenir de la existencia ha demostrado que, aunque se documenten hechos, siempre quedan rezagos en los secretos más herméticos del universo. Sin embargo, pensar en el mausoleo actual al menos motiva aspectos reveladores si se los piensa más allá de las fundamentaciones oficiales: a San Martín lo cuidan 7 granaderos y los cambios de guardia se hacen en “horarios impares”.
Autor: Nicolás Gatica
Fuente: https://www.eldiariodelarepublica.com/nota/2023-6-1-7-59-0-san-martin-mason-o-templario
Nota de dp: ¿y si San Martín fue las dos cosas?
dp
Panteón donde estuvo San Martín en Brunoy (segunda bóveda), de la Familia Balcarce, su yerno. Lugar también cercano a París. Ahí descansó entre 1861 y 1880.
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