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Sophie tardaba. Mientras esperaba, admirando la ciudad desde las escalinatas del Sacré Coeur, recordaba en silencio la canción de Brassens que habíamos repetido tantas veces la noche anterior: Au village, sans prétention / J'ai mauvaise réputation / Qu'je me démène ou que je reste coi / Je passe pour un je-ne-sais-quoi / Je ne fait pourtant de tort à personne / En suivant mon chemin de petit
Hace algunos años, casi cuarentaicinco, me encontraba disfrutando un café en el Tívoli (quedaba en la Colmena, a media cuadra de la plaza San Martín) cuando un amigo, medio en broma medio en serio, me preguntó por qué no participaba en torneos de «Vale tudo» (una forma antecesora de las actuales competencias de artes marciales mixtas). Asombrado, le pregunté: –¿Quieres que me maten? Extrañado me
Me encontraba de visita cuando quise beber un poco de agua. Pregunté entonces, a mi anfitriona, si el agua del caño procedía directamente del medidor del servicio. Al preguntarme el porqué, le dije que tenía sed. Lamentando no tener agua hervida, me ofreció salir a comprar una gaseosa. Como yo insistí en mi pregunta, me dijo que sí, que la red de su domicilio se surtía directamente de la red
Podría decirse que por un año (poco más, poco menos), nos vimos forzados al aislamiento, a la virtualidad; así que, volver a ver a la familia, los amigos; volver a algunas actividades cotidianas: el trabajo presencial, los estudios en equipo, el ocio compartido; nos devolvió la vida, aún no plena, pero si auspiciosa.Impulsado por tanta vida contenida me aventuré a algunos reencuentros. Algunos,
Me han escrito solicitando guías, trucos, tips, de lectura veloz.En un primer momento decidí desentenderme del asunto; pero como el correo electrónico traía anexado un volante que publicitaba unas lecciones de lectura cuántica, intrigado, respondí preguntando “cuántico” costaba el curso.Mientras llegaba la respuesta; un par de cuestiones comenzó a darme vueltas en la cabeza: qué estudios sobre el
Con unos amigos, alrededor de unos vinos, queso y pan, conversaba sobre estos tiempos del C19. Recordábamos a los que se fueron, felicitábamos a los que se recuperaron y nos congratulábamos de estar, ya, vacunados. Pero uno, un muchachón de unos cuarenta, haciendo un gesto de desaprobación, dijo: yo no me vacuno.No acostumbro hacer proselitismo, así que no sé qué me llevo a
darle mis razones
Una persona que piensa todo el tiempo, no tiene más en qué pensar que en los pensamientos mismos, de esta manera pierde el contacto con la realidad y está destinado a vivir en un mundo de ilusiones.Alan Watts.Toda mi época escolar usé el llamado uniforme comando, aquél de dril sanforizado y color caqui. Tenía sólo uno, así que los sábados por la tarde lo lavaba y almidonaba; lo planchaba el
Ésta no es una lección.Es mi manera de aprender.Hace unos años, en un colegio, vi a dos niños leyendo un libro durante el recreo. De pronto, uno de ellos comenzó a picar con el dedo, repetidamente, en una página. Al detenerse dijo: no abre el link, y se echaron a reír. Esta broma portaba una verdad: los niños de ahora leen de manera omnidireccional.TESTIMONIOHace poco me preguntaban cómo me iba
Ayer, un
par de amigos, a quienes conozco desde mi “cercana” infancia, se enfrascaron en
una discusión a gritos frente a mi casa. Se decían de todo, como enemigos. Al
principio me dije: deben estar borrachos; pero no, no lo estaban. ¿Sobre qué el
asunto? Una nimiedad. ¿Quién tenía razón? Ninguno; según yo. Todo era ajos,
cebolla, pimienta, harto ají e invocaciones a la madre del otro.
Eran
En un grupo de amigos solía bromear con quienes evocaban con nostalgia aquella copla de Jorge Manrique: “Cualquier tiempo pasado fue mejor”. No lo volveré a hacer. Cansado del pésimo servicio de Movistar cancelé mi contrato con esa empresa, activé la TDT en mi televisor y me dispuse a ver un programa sobre deportes. Lo hice con mi mejor ánimo, pero los encargados de presentarlo rápidamente me
Y es que en el mundo traidornada hay verdad ni mentiratodo es según el colordel cristal con que se mira.Ramón de CampoamorAllá por los años 80, comenzando la década, dictaba clases en el Club de Teatro. Un día comenté que necesitaba cortarme el cabello. Zarelita, muy solicita, me dijo que por ahí cerca ofrecía sus servicios una muy buena peluquera. Tomé nota de la dirección y fui. Realmente era
Siendo estudiante, allá por los años setenta, tuve ocasión de
conocer al maestro Soo Nam Yoo en casa de unos amigos. Al principio no sabía quién era él. Por su parte, el maestro Yoo, creyendo
que yo era oriental, me preguntó si estudiaba algún arte marcial. Le dije que
era peruano, que había practicado Gông Fu, pero que lo había dejado y que por
entonces estaba estudiando. Me habló entonces del
Todo el mundo experimenta mucho más de lo que
entiende. Sin embargo, es la experiencia, más que la comprensión, lo que
influye en el comportamiento. Herbert Marshall McLuhan
Tendría unos 10 años, transitaba por un costado de lo que era el Mercado Mayorista “La Parada”, serían las 3 ó 4 de la tarde. A la altura del Jr. Pisagua un charlatán formaba un ruedo; curioso me integré a su corro. Comenzó
Pasada la primera vuelta, ha recomenzado el acoso agorero de
los “opinólogos” de siempre. ¿Opi… qué? Opinólogos. Etimológicamente, algo así
como los que estudian las opiniones; pero, en el lenguaje coloquial: los que
opinan. Yo preferiría opinantes; pero me abstendré porque podrían decirme:
oye tú, mimo, cállate.
Bueno, como el opinólogo no es alguien que estudia las
opiniones sino alguien que
Por
estos tiempos se ha hecho común escuchar decir a nuestras autoridades que
estamos en guerra, refiriéndose a la circunstancia de encontrarnos en medio de
una urgencia sanitaria en la que nos hemos constituido como el país con la peor
respuesta a la pandemia y, como consecuencia, con más víctimas.
No
faltan voces que culpan a la población de esto. Son necios, dicen; no
entienden, afirman; en
Un día, hace mucho, se me ocurrió
preguntarle a mi papá por qué me llamo Juan. Se ensimismó, busco un poco entre
sus recuerdos y me respondió que porque en la familia no había ninguno con ese
nombre. Imagino que me vio con cara de insatisfecho; entonces me detalló: insinué
mi nombre, tu mamá dijo que no porque después, al llamar, nos íbamos a
confundir con a quién. Ella propuso el de su padre y
Hoy, muy temprano, Tito Lugo me
informó que el maestro Ráez había fallecido. Un buen rato me quedé pensando en
nada, hasta que recordé que él me celebraba una pantomima. Me puse de pie,
respiré profundo y mimé, solo. Después vinieron otros recuerdos; de entre
ellos, tal vez el primero y el último:
Estaba en una de las primeras
clases con él, allá por los setenta, no recuerdo el tema; nos examinó
Estaba…
Estaba
acostumbrado, al llegar a casa,
a
recibir el saludo de la mesa de trabajo y el abrazo de mi cama;
algunas
veces:
el
barullo de niños, fiestas y riñas ajenas;
otras,
el
café solitario y la silla vecina siempre vacía.
Así
discurría...
Y
de pronto me vi actuando en una plaza pública, como hace un montón de años,
pero no me reconocía. Mi camiseta rayada había sido
Ayer, después de visitar el Museo de Arte, paseé por el Parque de la Exposición. El lugar parece un pequeño vergel: prados bien cuidados, una fuente hermosa, amplios paseos; un remanso de paz y sosiego en esta Lima caótica; pero no. Bastó que tomara asiento en una de las bancas, que me reclinara a disfrutar el rumor a naturaleza cuando irrumpió, a través de unas bocinas, el espíritu de las combis
Coincido con quienes sostienen que uno es libre de vestir y andar como quiera. Pero una cosa es la postura personal y otra encontrarse frente al “encargo” de sostener lo contrario.
Por favor, explícale a esta "señorita" el porqué no puede salir a la calle vestida así.
¿Yo, por qué?
Porque a ti te escucha.
"La señorita", una jovencita de 19 años viviendo el boom del streetxstyle, con, según
Hace algún tiempo leí en un diario local que anualmente se registran en nuestro país más de veintisiete mil casos de tuberculosis que ubican a Perú entre los primeros que sufren este mal en América. Lo recordé hoy, mientras charlaba con un amigo médico. Me contó que camino a nuestro encuentro, mientras viajaba en una combi, en hora punta, se encontró, lado a lado, con uno de sus pacientes. La
Cuando participo en reuniones suelo no discutir de futbol ni de religión porque son asuntos en los que no prima la razón. El primero, una pasión; el segundo, una cuestión de fe. Así que, para qué. Ahora, tampoco hablo de política; no porque piensen distinto, sino porque sin conocer los hechos, basados sólo en "argumentos de autoridad" o “noticia sin confirmar” se discute con una seguridad rayana
Iba conduciendo por la Av. México cuando, a la altura del mercado Metro, el semáforo cambió a rojo; entonces me detuve en segunda fila, detrás de un taxi. Una mujer policía, en motocicleta, avanzó esquivando los autos y se detuvo a la derecha del taxi. Esperamos. Al encenderse la luz verde: la policía partió girando inesperadamente a la izquierda; el taxista frenó abruptamente; ella siguió su
Hace algún tiempo compré un televisor para ver fútbol Asistir a un estadio se había convertido en un riesgo que no valía la pena correr.
Con los años el control remoto se hizo inservible y poco después los botones del televisor. No importaba, volumen en cero y ya. Así disfruté del mundial de Alemania y Sudáfrica, éste último sin vuvuzelas.
Hasta el día que conseguí subir el volumen para
Reenviada por un amigo, recibí una de esas cadenas que nos alertan sobre "un futuro sin agua". No sé si cansado de recibir cadenas o por el tema, le contesté:Mi estimado amigo, por estos tiempos vemos y leemos casi constantemente sobre este asunto. Permíteme por unos minutos asumir una posición cínica al respecto. ¿Se acaba el agua? ¡Qué se acabe! Tal vez así el planeta pueda librarse de esta