miércoles, 11 de junio de 2008

DE GUIDO VON LIST A HEINRICH HIMMLER DEL ARMANENSCHAFT A LAS SS


El 5 de octubre de 1848 nació Guido Karl Anton List, casi veinticinco años antes de que H.P. Blavatsky fundara la Sociedad Teosófica que tanto influiría en la vida de este burgués medio vienés. Guido List, por curiosa coincidencia, se sintió atraído por el dibujo, la pintura y la arquitectura como aquel otro austriaco nacido medio siglo después que se llamaría Adolf Hitler.
Cuando apenas tenía catorce años, en plena pubertad, sufrió una experiencia que lo marcó para toda su vida: las catacumbas de la Catedral de San Esteban le produjeron tal impresión que juró consagrar su vida a la rehabilitación de la fe pagana; creyó percibir que antes de que aquellas catacumbas estuvieran consagradas a Cristo, lo habían estado a Wotan. Allí empezó su conversión.

Por supuesto otros factores de su ecuación individual le reforzaron en esa dirección: alpinista recalcitrante, amaba estar en contacto con lo que denominaba "las fuerzas elementales de la naturaleza" que reconocía en cada accidente geográfico. Se sentía atraído por la naturaleza y experimentaba una sensación de hartazgo e insatisfacción en la capital austriaca. Odiaba todo lo que era y representaba el asfalto: egoísmo, economicismo, materialismo, hedonismo... La naturaleza era lo puro, casto y virginal que había que conservar y con la que se podía gozar reposadamente. Si excluimos su precoz wotanismo este retrato podría corresponder perfectamente a cualquier ecologista moderno.

En el solsticio de verano de 1875 recibió una nueva revelación: en el bosque de los Carnutos tuvo la impresión de que dos mil años antes un ejército germánico había abatido a las legiones romanas. De esta "intuición ancestral" nacería un relato novelado -"Carnutum"- en el que con grandes dosis de imaginación relataba la vida cotidiana de los germanos precristianos. Su imaginación se veía reforzada por sus estudios de historia y arte.

Sus primeros escritos políticos datan de 1883 cuando publica un semanario nacionalista pangermanista que clama por la segregación de las naciones germanas del resto del conjunto eslavo. En los veinte años siguientes, List y el círculo al que pertenece puede ser calificado de nacionalista-romántico. Hasta llegar a 1902...

Como muchos "grandes inspirados" -Homero, San Pablo, Wotan- Guido List sufre ceguera durante un año, esto cambiará fundamentalmente su carácter y la orientación de su obra; será a partir de ese momento cuando incluirá elementos teosóficos y ocultistas en sus planteamientos pangermanistas.

Aprovechando ese año de ceguera Guido List elabora un modesto manuscrito relativo a la antigua lengua germánica y a su grafía, mezclando en el análisis elementos procedentes de diversas gnosis ocultistas. Y si bien la Academia Imperial de Ciencias no concede gran importancia a la monografía de List, una revista teosófica, Die Gnosis, le abre sus puertas de par en par, escribiendo regularmente en sus columnas a partir de entonces. En 1904 un grupo de 15 intelectuales pangermanistas, fuertemente influenciados por el teosofismo elabora un escrito de solidaridad con List protestando por la indiferencia con que la Academia acogió su trabajo sobre la antigua lengua germánica y las runas. Para ayudar a List a proseguir sus estudios, los firmantes del manifiesto promovieron la creación de una fundación: la Guido- von-List Gesellschaft.

Entre los miembros prominentes de la sociedad se encuentran diversos activistas "völkisch", exponentes de la intelectualidad antisemita, pangermanistas notorios y finalmente teósofos como Franz Hartmann, Arthur Weber, Karl Hilm y buena parte de los miembros de la Sociedad Teosófica y de sus grupos periféricos de carácter naturista y vegetariano.

Con este apoyo List -que ha incorporado a su nombre la partícula "von" atribuyéndose un título de nobleza que muchos cuestionaron- aborda la publicación de una serie de cuadernos descriptivos sobre la antigua civilización "ario-germánica". Aparecidos entre 1908 y 1911 estas monografías cuyos títulos fueron:

- Magia de las runas.
- El sacerdocio entre las tribus germánicas
- Papel dirigente de los sacerdotes en las tribus germánicas.
- Esoterismo del folklore germánico.
- Esoterismo de la toponimia germánica.
- Esoterismo de los hieroglifos y la heráldica germánica.
- Simbolismo y lingüística ocultista.

Estos trabajos -que ningún especialista podía tomarse en serio- tuvieron gran eco en los medios pangermanistas y ocultistas, hasta el punto de que el teósofo alemán Franz Hartmann comparó la obra de List a la de H.P.Blavatsky...

Nicholas Goodrick-Clarke en su libro sobre "las raíces ocultistas del nazismo" (no traducido al castellano y de quien hemos extraído parte de la información sobre Guido List) establece que estas delirantes teorías se difundieron, con posteridad a su enunciado a través de tres canales:
- el primero los medios "völkisch" y en particular la "Orden de los Germanos" y, por esa vía, la "Sociedad Thule".

- el segundo canal son individualidades alemanas no vinculados a organizaciones de ningún tipo, frecuentemente se trataba de visionarios "lectores de la memoria genética" (sobre los que insistiremos más adelante). Alguno de estos -un tal Tarnhari- estuvo ligado a Dietrch Eckart, mentor de Hitler.

- el tercer canal es la corriente ariosófica que, aun estando inspirada por Jörg Lanz von Liebensfels, era altamente tributaria de los trabajos de List en temas como la antigüedad germánica, la runología y las mancias derivadas de ella. Estos ariósofos que actuaron en la entreguerra tuvieron -en 1935- parte destacada en la elaboración del simbolismo y del ritual de las SS (N. Goodrick, ob. cit., pág. 50).

En 1911 se constituye en el seno de la Sociedad List un "círculo interior": la Orden Superior de los Armanes, jamás tendrá más de un centenar de miembros; pero al estallar la guerra europea, muchos de estos irán al frente, desde las trincheras seguirán manteniendo relación con List que profetizaba la victoria alemana y la consiguiente apertura -atención al concepto- del "milenium". Cuando esta no se produjo, List preveyó graves catástrofes para la nación: estas no tardaron en suceder y los hombres de la Sociedad List y de su Círculo Interior no se sorprendieron, consideraron que debían afrontar pruebas "purificadoras" y no debían rehuir lo que "la providencia" (que ellos consideraban construida por fuerzas cosmológicas en acción) les había deparado: de los frentes del Oeste marcharon a los Cuerpos Francos del Báltico, en su macuto solían llevar los opúsculos de List, la revista Prana, selecciones de textos de H. P. Blavatsky, junto a literatura "völkisch". Estos hombres, el 19 de mayo de 1919 pudieron leer una necrológica con la que el "Munchener Beobachter" daba cuenta de la muerte de Guido von List. Este periódico, entonces dirigido por Rudolf von Sebottendorf, iba a convertirse en el diario oficial del NSDAP. Nicholas Goodrick termina la biografía de List con estas acertadas palabras: "si List no pudo conocer al Partido Nazi, fue honrado por sus precursores inmediatos". Himmler y Karl Maria Willigut que ha sido considerado como "su Rasputín", conocían la obra de List. Puede decirse incluso que fueron los encargados de poner en práctica desde el poder lo que List había teorizado casi desde la nada. El resultado fueron las SS.

* * *
En 1938 el conocido esoterista italiano, discípulo de Guenon, Julius Evola, escribía en "La vida Italiana" (n1 309, diciembre de 1938):

"Las SS son doscientos mil hombres unidos por el inquebrantable juramento de honor y fidelidad, organizados -según las palabras de su mismo jefe, Reichführer Himmler- como "una orden guerrera nacional-socialista". Sus aspiraciones se remontan a lo orígenes: quieren ser una comunidad en la cual se recupera el contacto con las fuerzas originarias de la estirpe y con los mitos de la gran civilización nórdico primordial,que se traducen en forma de una nueva, indomable vida; y en la cual el nuevo sentido de la sangre debe establecer misteriosos contactos con los antepasados y con los muertos y hacer superar al sujeto su aislamiento individualista, para integrarlo en la continuidad de una corriente de vida que abra nuevas vías hacia el futuro".

Todo esto recuerda a List. Y sigue Evola en el mismo artículo:

"La idea-base es la creación de una nueva élite, de una nueva nobleza. Preguntándose quien, en los antiguos Estados, estaba dispuesto a darlo todo por su príncipe para defenderlo, sostenerlo y protegerlo, Himmler termina reconociendo fácilmente que tal función fue siempre propia de la nobleza, de una élite..."

Efectivamente, de eso se trataba para Himmler: de constituir una orden. El mismo Himmler en 1934 convocó una conferencia en Munich que muy poco o nada tenía que ver con otros actos similares protagonizados por los jerarcas nazis. Sin embargo Himmler sorprendió a su auditorio lanzando un llamamiento para "posibilitar la fusión de las diversas corrientes tradicionales con las SS". Los asistentes -gentes bien relacionadas e influyentes en la sociedad muniquesa- se afiliaron en masa a las SS. Himmler les había motivado con estas palabras:

"Todo Estado necesita una élite. En la Alemania nacionalsocialista, esa élite está representada por los Escalones de Protección, pero éstos solo podrán desempeñar su función cuando las tradiciones auténticamente castrenses, los nobles sentimientos, actitudes y distinción de la aristocracia alemana, así como la fuerza creadora de los industriales, se conjuguen en el plano de la selectividad racial con las exigencias de nuestro tiempo".

Himmler logró su propósito: las SS fueron la élite indiscutible del régimen nacionalsocialista y esto era unánimemente admitido en la sociedad alemana. El jefe del SD Walter Schellenberg afirmó -y no exageraba un ápice- que "las gentes que solemos llamar "distinguidas" prefirieron las SS a cualquier otra organización". Y el arzobispo católico de Friburgo le dió la razón: "Entre nosotros la organización SS pasa por ser la más decente del partido".

No es raro que un jerarca católico viera en las SS una "organización decente". En el folleto titulado "Cincuenta preguntas y respuestas para el hombre de las SS", la cuestión que se plantea tras el juramento de lealtad y servicio es "¿Crees en un Dios?", respuesta: "Sí, creo en un Dios soberano y considero que quien no cree, siendo un presuntuoso y estúpido no está adaptado para formar en nuestras filas". Solo que no se explicitaba de qué dios se estaba hablando... pero no había ninguna duda de que en su forma y en su fondo las SS representaban la "alternativa pagana" del nacionalsocialismo. En el mismo cuaderno, la pregunta siguiente era "¿Por qué creemos en Alemania y en el Führer? Porque creemos en un Dios Todopoderoso que ha creado Alemania en su mundo y nos ha enviado al caudillo Adolf Hitler". Esto equivalía a considerar al führer como un "enviado de Dios", rodearlo de una aureola mística casi equivalente a un "eón", un "mediador" entre el Cielo y la Tierra.

Esto, inicialmente, parecía importar poco a quienes ingresaban en las SS, la mayoría no estaban influidos por Las concepciones ocultistas que la alimentaban, sino que se trataba de brillantes profesionales, economistas, ingenieros y médicos, prestigiosos militares multicondecorados, profesores universitarios y, exponentes de la nobleza. Se decía que las SS eran en el único instituto nacional-socialista en el que un noble se podía sentir cómodo. Y la captación en este ambiente dió sus frutos: en 1938 los nobles representaban el 18'7% de los Obergruppenführer, el 9'8% de los Grupenfuhrer, el 14'3% de los brigadenfuhrer y el 8,8% de los oberführer y standartenführer, entre ellos se encontraba el príncipe Von Hohenzollern-Emden, de la casa Sigmaringen. El historiador Heinz Höhne ironiza a este respecto: "el anuario jerárquico de las SS semejaba más bien una edición del Gotha. Pocos nombres esclarecidos de la historia militar prusiana faltaban allí..."

Las SS no fueron la élite del nacionalsocialismo, fueron la élite de Alemania. El 1934 el fenómeno nazi parecía irreversible y buena parte de los "notables" alemanes decidieron cooperar con el régimen, pero hacerlo )desde dónde? sin duda desde aquel instituto que tenía vocación de élite, las SS.

A pesar de la presencia de profesionales de diversos ramos (economistas, historiadores, arqueólogos, médicos, etc.), de un contingente notable de campesinos, las SS fueron, ante todo, una orden guerrera. No es por casualidad que Himmler se sintiera atraído -sin duda por la influencia de un familiar próximo- por los jesuitas y, calcara en parte algunos métodos de esta orden en la que el contenido "militar" no iba muy lejos del religioso. Los modelos históricos para quienes diseñaron el "cuerpo negro" fueron las grandes órdenes guerreras de la Edad Media: la Orden de los Caballeros Teutónicos, defensores de las marcas del Este y conquistadores de Prusia y del Báltico, pero sobre todo la Orden de los Caballeros Templarios.

Llama la atención que los ocultistas alemanas de principios de siglo se preocuparan extraordinariamente del fenómeno templario toda vez que tuvo mucha menor influencia en Alemania que la orden teutónica. Pero se trata de una tendencia general del ocultismo y no puede extrañarnos que los miembros de la Orden del Nuevo Temple (ariosófica) y la Orden del Temple de Oriente (crowleyana) miraran con buenos ojos al nazismo e incluso participaran de él.
Los caballeros templarios eran identificados con los "caballeros del Grial". Adolf Joseph Lanz había llegado a esta conclusión en 1907; conocía perfectamente la temática templaria y sus orígenes que había tenido ocasión de estudiar durante el período de su vida en que fue monje cisterciense. Como se sabe, cisterciense fue también San Bernardo de Claraval, redactor de la regla templario e inspirador del fenómeno.

Hasta aquí todo es normal, pero entre 1910 y 1913 Lanz introduce en la temática templaria un elemento alógeno: la gnosis racista.

El Grial para Lanz, no sería un estado de conciencia diferenciado equivalente a la Gracia cristiana, sino un elemento material -acaso una copa- fuente de los poderes "pan-psíquicos" al servicio de la raza ario-germánica. La "búsqueda del Grial pasa de ser un concepto metafísico-existencial a ser -utilizando las exactas palabras de Lanz en "Ostara"- "una metáfora con la que se designaban las prácticas eugenésicas de los caballeros templarios destinadas a engendrar hombres-dioses"... En consecuencia, la destrucción de la orden templaria suponía el triunfo de las razas telúricas y ginecocráticas, es decir, inferiores.

En el monumental compendio doctrinal en el que Lanz expuso todas estas abrakadabrantes ideas se percibe perfectamente como extrapola conceptos metafísicos al plano puramente físico, como su concepción racista es física hasta el momento en que, utilizando la ley -bien conocida en ambientes ocultistas- de las correspondencias entre el mundo físico y el espiritual, asciende del primero al segundo, pero dando evidente primacía a la forma -"la raza"- sobre el fondo -"el espíritu"-. Olvidaba Lanz que, metafísicamente, es imposible que de lo bajo -la materia- se forme lo alto -el espíritu-, pero esta, evidentemente, no es la única falla de su sistema que puede ser calificado como una gnosis racista.

Por disparatadas que fueran los contenidos enunciados por Lanz puede percibirse que influyeron, siquiera indirectamente en la constitución de las SS.

En primer lugar la élite SS tendía a ser una élite biológica. Sus miembros debían estar dotados de una serie de condiciones físicas definitorias de un origen ario -que más adelante habría que certificar mediante documentación genealógica, como veremos- según un canon de proporciones, estatura, líneas, etc. que estuviera lo más próximo posible al que se retenía como "tipo nórdico". Esta selección biológico-racial no se limitaba solamente al sujeto SS, sino que se extendía a su familia y descendientes. Julius Evola escribe al respecto:

"Un hombre de las SS no es libre de esposar a quien quiera. Según una ley promulgada por Himmler en 1931, es preciso que un instituto creado al efecto certifique que la mujer por él seleccionado ofrecerá suficientes garantías para una descendencia conforme al tipo y a la raza. Sobre esta base las SS se consideran como una "Sippenorden", es decir, una "orden de la estirpe".

En segundo lugar el SS "racialmente puro" debía demostrar particulares cualidades de tipo guerrero; es en este lugar donde hay que encuadrar determinadas pruebas que realizaban los aspirantes para ser admitidos en la Orden SS. Los aspirantes debían colocarse una granada mano sobre el casco de acero con la anilla de la espoleta desprendida. Podían suceder tres situaciones: el futuro SS mantenía la granada en equilibrio sobre el casco de tal manera que al estallar solamente le producía un atontamiento pasajero; o bien la granada caía al suelo en cuyo caso podían suceder dos cosas: o bien el aspirante se protegía, en cuyo caso era expulsado, o bien seguía inmóvil, lo que equivalía a resultar mutilado en las piernas, en ese caso era licenciado con una pensión de por vida. También se sabe que otras pruebas consistían en luchar contra perros lobos sin otra arma que las manos. Ahora bien, todo esto que ha sido expuesto y repetido en múltiples ocasiones, parece que era privativo de determinados cuerpos especiales dentro de las SS; la selección física del SS medio se reducía a una serie de ejercicios y pruebas físicas de singular dureza.

Selección biológica, selección física, selección del carácter. A Himmler le gustaba repetir que trataba de forjar una orden en la que ninguno de sus miembros se agachara, ni siquiera de manera refleja, para recocer una moneda de oro del suelo. También solía sorprender a sus contertulios ajenos a la orden explicándoles que la fidelidad a la palabra dada -como entre la caballería del Grial- es el valor supremo; decía: "Puede prohibirse a un SS el alcohol. Si promete y luego no cumple, no le queda otra vía que la pistola -el suicidio-, si rechaza prometer es expulsado". Hitler el 30 de junio de 1934 se dirigió a las SS: "Hombre de la SS, tu honor es la fidelidad" que sintonizaba con el lema de la antigua saga nórdica "la fidelidad es más fuerte que el fuego". Himmler explicaba al respecto: "Se peca contra la fidelidad y el honor no solo cuando se ofende al propio honor o al de otro SS, sino también y sobre todo cuando no se respeta el honor de otros, cuando se alguien se burla de cosas que para otros son sagradas o cuando no se interviene virilmente en favor de los ausentes, los débiles y los indefensos".

Y finalmente, la obediencia. Si los jesuitas son los soldados de Cristo, los SS son los soldados de Hitler; han jurado sobre el estandarte con la svástica, con la mano derecha alzada y los dedos índice y medio dirigidos hacia el cielo, mientras el anular y el meñique se orientan hacia la tierra, "lo que está arriba es como lo que está abajo"; a partir del momento en que juraron ya no poseen nada suyo. En las SS como en todos los cuerpos de élite la efectividad se logra anulando al individuo, borrando el principio de individuación y creando una especie de "yo colectivo" (el "esprit de corps") que hace reaccionar a los miembros del colectivo solidaria y uniformememente.

Este tipo de educación se ha dado en la legión, los marines, los paracaidistas y cualquier cuerpo especial: en primer lugar se despoja al soldado de sus vestimentas civiles, con ellas empieza a "morir el hombre viejo". Luego se le corta el pelo, a todos por igual; sus superiores empiezan a insultarlos, también a golpearlos; pero no es al "hombre nuevo" al que golpean sino que exorcizan al burgués, al estudiante, al intelectual que había antes, procuran que se avergüence de su personalidad (en griego personalidad procedía de máscara), que la olvide: el instructor procurará que el combatiente aprenda a reaccionar automáticamente sin que su cerebro actúe para nada ()recordáis aquellas imágenes medievales de hombres decapitados que sostienen bajo el brazo sus sonrientes cabezas?), aprenderán a moverse por automatismos. Finalmente la instrucción terminará cuando el nuevo guerrero carezca de orgullo, de ambición individualista, cuando sea un todo con sus camaradas. Esta educación será drástica y brutal en las SS, el producto final será un guerrero fiero y bien entrenado que probará su efectividad durante la guerra.

La vida del SS debía discurrir por senderos reglamentados por la dirección. En tanto que organización influenciada por las tesis ariosóficas se daba excepcional importancia a la progenie. El SS debía contraer matrimonio y se le permitía -"para beneficio de la raza"- mantener relaciones extraconyugales cuyo fruto era reconocido por la organización. Parece ser que solamente se computaron 135 hijos naturales de entre los casi 15.000 producto de matrimonios SS. Las ceremonias de boda y bautismo revestían especial solemnidad y riqueza simbólica.
La sala en la que se celebraba la ceremonia estaba presidida por una gigantesca banderola negra con la S rúnica en plata. Previamente los cónyuges habían realizado su matrimonio civil y en el curso del acto, su oficial superior les entregaba el pan y la sal. Durante el bautismo del hijo de un afiliado a la orden, el oficial superior -Himmler en el caso del hijo del General SS Karl Wolff, jefe de su Estado Mayor Personal- entregaba una medalla con signos rúnicos para el recién nacido y pronunciaba la fórmula de ingreso del recién nacido en la comunidad SS...

Para Himmler se trataba de sustraer progresivamente a las SS de las influencia y los ritos de la Iglesia católica. Le preocupaba sobremanera que ni en el nacimiento ni en la muerte estuviera presente un sacerdote.

Así mismo Himmler y su Estado Mayor Personal constituido por hombres de su más absoluta confianza concibieron un calendario festivo para la orden que establecía unas fechas a lo largo del año en las que el SS renovaba sus compromisos de honor y lealtad para con el führer y con la orden. Estas festividades albergaban una doble intención: de un lado sustituir a las fiestas cristianas por otras que estuvieran más próximas a la tradición germánico-pagana. De otro lado estas celebraciones marcaban los hitos en la "iniciación" SS.

Entre las del primer tipo la navidad era, sin duda, la fiesta que había recibido más atención por parte de Himmler y de sus mistagogos era la navidad. Para contrarrestar la fecha de celebración del nacimiento de Cristo, se proclamó la Julfeste que tenía desde la más remota antigüedad un carácter solar. Efectivamente, en el 25 de diciembre se conmemoraba el "día del nacimiento del sol invencible" (entre los romanos el natalicio de Mithra), es decir, el día en el que el sol, después de ir acortando su presencia de día en día desde el solsticio de verano, parecía recobrar nuevas fuerzas y alumbrar de nuevo a la tierra tras el período agónico del otoño y la muerte invernal. Otros períodos del año habían sido igualmente reciclados en forma de fiestas neopaganas. La pascua se transformó en la fiesta de Ostara, por ejemplo. Pero lo más importante en el calendario SS eran las fiestas que estaban relacionadas con la entrada de nuevos adeptos en la orden. Tales celebraciones eran:

- 9 de noviembre: aniversario del "golpe de Munich". Los aspirantes a las SS eran reconocidos como tales y vestían por vez primera el uniforme sin distintivos. Eran "aprendices".
- 30 de Enero: aniversario de la toma del poder por el NSDAP, los aspirantes o "aprendices" recibían la credencial de "miembro SS" y alcanzaban el grado de cadete. Era el segundo grado de iniciación equivalente en cualquier organización ocultista al grado de "compañero".
- 20 de abril: aniversario del führer, el "cadete" recibía finalmente sus insígneas rúnicas y la credencial definitiva. Tras pronunciar colectivamente el juramento devenían "maestros".
El juramento será para el SS algo más que un acto protocolario. Himmler procuró revestirlo de una gran solemnidad, transformándolo en lo más parecido a una ceremonia iniciática. Aún hoy, escuchando las cintas magnetofónicas y contemplando las filmaciones de los juramentos, uno no puede evitar el sentirse impresionado por la austeridad del acto.

"Te juro Adolfo Hitler Führer y canciller del Reich alemán,comportarme con fidelidad y valentía.Prometo solemnemente obedecerle y cumplir tus preceptos,de lo cual pongo a Dios por testigo".

Tras el juramento, el servicio militar, inicialmente realizado en las filas del ejército regular, tras un período de permanencia en el Servicio del Trabajo. En este período se daba gran importancia a su formación deportiva y se le exigían éxitos en este terreno. Si la Wehrmacht daba emitía un informe favorable ingresaba en breve de manera definitiva en las SS. Nuevamente juraba, pero este acto no le afectaba a él solamente, sino también a su familia presente y futura. Por ley de 31 de diciembre de 1931 Himmler debía aprobar personalmente -a través de un gabinete agregado a su Estado Mayor Personal- cada matrimonio.

Al pronunciar ese juramento definitivo se le entregaba la daga SS y a partir de ahí estaba en posesión de todos los derechos y de las innumerables obligaciones que emanaban de su pertenencia a la Orden. Dicha daga había sido diseñada por antiguos discípulos de Guido von List y mostraba diversas incisiones en su empuñadura y en su hoja con imágenes extraídas del alfabeto rúnico. El SS estaba física y mentalmente preparado para dar y recibir la muerte. No es extraño que se le reconociera estatutariamente el derecho a disponer de su vida y el mismo Himmler solía hacer referencia -como hemos visto- al derecho y deber de suicidio para el SS. Como el estoico, o el samurai, como el cátaro, el SS recurría al suicidio para limpiar su honor. Se conocen documentalmente muchos casos de oficiales de las SS condenados por delitos, que en la milicia regular apenas le hubieran deparado arrestos de escasa importancia, que aceptaban el suicidio para limpiar su hoja de servicios. El oficial superior dejaba una pistola durante seis horas en su celda. Si la utilizaban se decía que habían caído "en acto de servicio".

Dentro del grado de "maestro" SS, no terminaba la selección interior. Como en el caso del templarismo no puede generalizarse. Efectivamente, organizaciones como las SS y la Orden del Temple alcanzaron tal extensión y difusión que se correría un grave error si considerásemos que tras cada templario o miembro de las SS se encontraba un iniciado en sentido estricto. Las SS llegaron a tener al terminar la guerra un millón de miembros, de los cuales casi la mitad perecieron en combate o fueron gravemente heridos y esto en el plazo de catorce años, de los cuales seis fueron de guerra despiadada que absorbió buena parte de los esfuerzos de la organización.

Dentro de las SS existió un primer "círculo interior" y, sin duda, un segundo y un tercero: en ocasiones las jerarquías interiores no tenían nada que ver con las exteriores de la orden. La pertenencia al primer círculo interior venía determinada por el tiempo de permanencia en la orden y su talismán era un anillo de plata, extraordinariamente austero en que estaba grabada una calavera. En un principio los miembros de esta "primer círculo" fueron los 10.000 afiliados iniciales de la orden. Pero más tarde se fue ampliando a todos aquellos SS que por un motivo u otro se habían distinguido en el cumplimiento de servicios.

El segundo círculo tenía como talismán distintivo un espadín con las runas de la victoria incisas. Solamente los procedentes de la casta prusiana de los "junkers" recibían directamente el espadín una vez salidos de la escuela de cadetes. Quienes no eran nobles de origen debían de recibirlo por aprobación personal y directa de Heinrich Himmler. Y no todos, ni siquiera entre los altos grados militares de las SS, lo recibieron. Heinz Höhne, en su libro sobre las SS subraya: "Cuanto mayor era el rango, mayor era la espesura de las dagas. Al terminar la guerra poseía daga 362 de los 621 Standartenführer, 230 de los 276 Oberführer, 88 de los 96 Gruppenführer, 91 de los 92 Obergruppenführer y los cuatro Oberstgruppenführer".

Un Tercer círculo unía a los talismanes de los dos anteriores y a las runas SS, el propio blasón familiar. Estos eran los "elegidos", el centro de la orden. Fueron 12 SS sentados en torno a Himmler, como fueron 12 los caballeros de la Mesa Redonda, en torno a Arturo. Wewelsburg fue su Camelot.

Nos fue dado conocer a un coronel de las SS, afincado en España y dedicado a negocios inmobiliarios que rondó estos círculos superiores de las SS. Recordamos todavía la impresión que nos produjo aquel hombre, ciertamente versado en esoterismo, afable conversador y de una gran prestancia visible aun en su tercera edad y que para nada asociábamos con la "leyenda negra" de las SS. Durante la guerra, desde el primer momento hasta el último, nuestro coronel, había combatido en todos los frentes. Y sin embargo no parecía excesivamente impresionado por la experiencia bélica de la que hablaba con mesura y concisión. En la puerta de su chalet tenía grabada en madera un escudo divido en cuatro partes, en la primera se encontraba el emblema de su división SS la llave-, en la segunda, la S rúnica, en la tercera una cruz céltica (círculo sobre una cruz de brazos iguales) con una curiosa particularidad: en el círculo estaban marcados doce puntos y uno más señalando el centro. Finalmente, la última división albergaba el blasón familiar. Este hombre estaba en posesión, del anillo y del espadín (que se había hecho fabricar en tanto que los aliados los requisaron). Otto Skorzeny, por el contrario, notorio héroe de guerra que jamás abjuró de sus ideas y que hasta última hora de su vida -desde la madrileña calle de la Montera- siguió combatiendo por ellas, era alguién impermeable al esoterismo. No daba la imagen de un "caballero del Grial", sino más bien de un condottiero renacentista; otro amigo suyo, y personaje suficientemente conocido, Klaus Altman (a) "Barbie", por su parte, -actualmente encarcelado en Lyon tras su detención en Bolivia-, antiguo capitán de las SS, tenía una sólida formación esotérico y ocultista. No es por casualidad que a partir de 1979 existió en Bolivia una "Logia Thule", sociedad secreta compuesta por militares y miembros de la clase dirigente boliviana; dicha sociedad había nacido como transformación de la "Logia del Cóndor Negro" a modo de círculo interior de una sociedad pública, la Sociedad Los Andes. La similitud de nombres entre la logia boliviana y aquella otra de la que emanó el NSDAP, la posición preponderante de los miembros de la logia boliviana y del mismo Altman en la sociedad pazeña y el interés de éste por el esoterismo, nos inducen a pensar que la logia boliviana fue influida de cerca o de lejos por el antiguo SS. Y sin embargo, Klaus Altman no había escalado muy alto en la jerarquía SS.

Estos tres casos muestran la diversidad interna del material humano con que contaban las SS. Era evidente que Himmler buscaba patrones uniformizadores -no igualitarios- para dar una creencia creciente a las SS. Uno de ellos eran las "escuelas de cuadros". Estas escuelas se establecían en antiguos castillos reacondicionados por arquitectos SS. La fortaleza de Wewelsburg no era solo eso, era, ante todo, el "Mittelpunkt der Welt", el "Centro del Mundo". El 27 de julio de 1934 Himmler tomó posesión de Wewelsburg, arrendado por la cantidad simbólica de un marco al año al ayuntamiento de Büren, Westfalia. La fortaleza se encontraba en un penoso estado de conservación. Su reconstrucción fue financiada por el Ministerio de Hacienda del Reich que aceptó la idea de Himmler de convertir el viejo castillo en algo parecido a lo que fue Marienburgo para los Caballeros Teutónicos. Sigfried Taubert, miembro del Estado Mayor Personal de Himler fue nombrado comandante de la fortaleza y Hermann Bartels arquitecto jefe encargado de la reconstrucción.

Bartels, conocía la obra de Viollet le Duc, arquitecto francés reconstructor de la fortaleza de Carcasona y de las catedrales de Notre Dame de París, Chartres y Arras. Amigo de Fernando de Lesseps y del alquimista que actuó bajo el nombre de "Fulcanelli", Emmanuel Viollet le Duc, revalorizó el arte gótico y se convirtió en punto de referencia obligado para todos aquellos que pretendían restaurar el esplendor de las viejas construcciones medievales.

¿Por qué se eligió Wewelsburg? Se cuentan diversas versiones sobre los motivos que condujeron a esta destartalada fortaleza como centro de las SS. La más creíble quiere que Karl Maria Willigut, en estado de trance, profetizó que "cuando sobrevenga la invasión de los hunos, solo resistirá un castillo de Westfalia". Himmler encargó un estudio sobre las fortalezas de aquella región y sus relaciones con la geografía sagrada y las "fuerzas telúricas subterráneas" que, según los geomantes adscritos a su Estado Mayor Personal, determinarían las zonas "favorables" para los emplazamientos místicos; de tal estudio y por reducción ad absurdum se concluyó que Wewelsburg cumplía las determinaciones geománticas y proféticas requeridas.

Se trataba de una vieja fortaleza cuyos muros habían sido desbaratados por los hunos y que en otro tiempo perteneció a un señor feudal, Wewel von Büren. En el siglo XVII la fortaleza reverdeció para deteriorarse progresivamente a lo largo del siglo XIX. De forma triangular dominaba todo el paisaje en varios kilómetros a la redonda y se comprendía que en otro tiempo hubiera sido considerada como prácticamente inexpugnable.

"Me propongo reconstruir Wewelsburg para convertirlo en escuela de jefes SS", había dicho Himmler que tras dos años de trabajos acelerados protagonizados por artífices voluntarios de las SS, tomó posesión de la fortaleza. En el ala sur se encontraban las habitaciones privadas del Reichfuhrer, entre las que se encontraba una gigantesca sala habilitada como biblioteca que contó, de partida, con 12.000 volúmenes. Otras habitaciones estaban reservadas a Hitler, quien jamás se acercó a la fortaleza. Y en la segunda planta una monumental sala albergaba al Tribunal Supremo de las SS.

En el norte de la fortaleza se emplazó el gigantesco comedor de 35 por 15 metros. Y en el centro una gran mesa redonda de roble macizo doce butacones tapizados con piel de cerdo con el blasón del Oberfhürer que debía ocuparlo, era el centro de decisiones de la orden negra.

Bajo los muros del castillo, en la cripta, una sala abovedada y circular albergaba en su centro una pira y en los muros doce habitáculos en los que debían colocarse las cenizas de los Oberführers muertos. En el techo de la bóveda, justo encima de la pira, se encuentra todavía una esvástica y cuatro aspilleras por las que el humo del ritual fúnebre debía ascender formando una columna.
Wewelsburg, hemos dicho, estaba destinado a ser el "centro del mundo" en sentido mítico y en la práctica, la capital del "Estado SS". La reconstrucción del castillo con forma triangular era solo una parte de los kolosales planes que Himmler deparaba a aquel villorrio desconocido de Westfalia. Una recta carretera llegaba hasta el castillo. En el plano podía percibirse perfectamente la intencionalidad de todo el conjunto: la fortaleza era la punta de una lanza, cuya hasta era la carretera. Y esa lanza marcaba el centro de una circunferencia perfecta formada por otra carrera - esta circular- que rodeaba el castillo, con un radio de 1 km. Estadio para competiciones, zonas ajardinadas e instalaciones asistenciales completaban el conjunto. La punta misma de la lanza coincidía con el torreón bajo el cual se encontraba la cripta destinada a albergar las cenizas de los jerarcas de la orden. Ese punto era "el centro del centro", el centro del futuro "imperio SS".

* * *
Es el momento de regresar a Guido von List: en sus opúsculos sobre "cultura ario germánica" List marcaba los lineamientos que luego serían recuperados por Himmler para diseñar los objetivos, estructura y ritos de la Orden Negra: la sociedad germánica había estado gobernada por los reyes-sacerdotes, su autoridad se justificaba en relación a la referencia que hacían a lo sagrado. Extrapolando este concepto al siglo XX esto significaba una teocracia como forma de gobierno. Himmler dos décadas después no propondría otra cosa.

List establecía que el futuro estado teocrático ario-germano debía de establecer una separación radical -apartheid se diría hoy- entre arios y no arios y solamente a los segundos les estarían destinados los trabajos más bajos e indignos. Así pues, al entender de List se imponían medidas legislativas radicales que garantizasen este proyecto:

- leyes raciales que regularan el matrimonio.
- carácter patriarcal de la legislación familiar.
- derechos de ciudadanía reservados a los ario-germanos.
- obligación de establecer la genealogía con una antigüedad de cuatro generaciones para quien ostente cargos públicos.
- indisolubilidad del patrimonio familiar reservado siempre al primogénito.

Muchos de estos puntos recuerdan las leyes raciales de Nuremberg, pero también pueden encontrarse un reflejo en el libro -para algunos apócrifo- atribuido a Hitler, "Raza y Destino" en cuyo primer capítulo se insiste en la importancia de la primogenitura. Sería absurdo no establecer una correlación -no una subordinación en tanto que los nazis fueron autónomos y no obedecieron a nadie más que a su propia conciencia- entre los enunciados de List y la práctica nacional-socialista. Efectivamente, las similitudes llegan más lejos y ya hemos dicho en su momento que gentes próximas a List participaron en la elaboración de la simbologíoa y ritual SS; quizás la diferencia fue que List y los suyos teorizaron aquello que -aun sin reconocer oficialmente su paternidad- los nazis llevaron a la práctica. No es extraño pues que mientras List hablaba de "idealismo heroico", las SS propusieron un "realismo heroico".

Es en aras de ese realismo que Himmler no estuvo siempre de acuerdo con la marcha de la orden negra: a partir de 1935 se sucedieron las purgas en el interior de la organización, se intentó por todos los medios excluir a los homosexuales, la necesidad de presentar documentos que acreditasen el origen ario de los SS supuso una nueva criba que llegó a afectar incluso a militantes afectos al Estado Mayor Personal de Himmler; a pesar de que se insistía en que las SS debían autorizar los matrimonios de sus miembros, lo cierto es que más de 300 afiliados fueron excluidos por no solicitar el pertinente permiso de sus superiores. A esto había que unir las purgas por distintos motivos: la sospecha de infidelidad política, las desviaciones ideológicas, la sospecha de oportunismo, defectos físicos no computados... (60.000 afiliados fueron expulsados de las SS!
Y a esto había que añadir algo peor: muchos afiliados -como también ocurrió en la masonería- habían ingresado en la organización por mero oportunismo, considerando que era la forma más fácil de escalar en la sociedad nacional-socialista. Cuando hubieron conseguido un puesto y una influencia preponderante abandonaban la organización y se dedicaban a la industria privada. 44 altos mandos solo en 1938, como señala Heinz Höhne.

Esto no dice mucho a favor de la supuesta "élite SS". Más aún, en algunos informes interiores se hace constar que los cadetes se dormían literalmente durante las clases teóricas de sus adoctrinadores políticos. Esto enfurecía a Himmler. Más aún se encolerizó cuando más de dos terceras partes de sus huestes seguían practicando distintas confesiones cristianas (evangélicos o católicos).

La guerra vino en ayuda del Reichführer. A partir de entonces ser SS suponía ser, más que en cualquier otro cuerpo, un "novio de la muerte". Entrar en las SS, a partir de entonces, suponía entrar en un cuerpo guerrero a cuyos hombres venían encomendadas siempre las misiones más difíciles y peligrosas. Y nunca a lo largo de aquella guerra existió un cuerpo que sufriera más bajas y que fuera más condecorado. Al mismo tiempo, no ha existido jamás un cuerpo que resultara más odiado y denostado en la postguerra. En Nuremberg, cuando se hizo evidente que nada salvaría de la horca a los altos jerarcas de las SS, los abogados defensores de los escalones más bajos acordaron que se cargara sobre ellos todas las responsabilidades de los excesos cometidos.

Por que se cometieron excesos: sobre un millón de afiliados, solo cincuenta mil participaron en tareas represivas. Llama la atención que fue precisamente en las SS en donde el considerado "problema judío" era tratado con más -por así decirlo- "suavidad". Heydrich y su buró, encargado del problema judío, intentaba por todos los medios "exportar" hebreos a cualquier otro país. Estos esfuerzos chocaban con la política británica de frenar la inmigración a Palestina evidenciada en 1937. En ese año, por curioso que parezca enviados del Mossad -Pino Ginzburg y Moshe Auerbach- entraron en contacto con la SD a fin de establecer un puente de inmigración judía a Palestina. El historiador de las SS Höhne reconoce: "el SD se confabuló con el sionismo contra los radicales de la AA y del Partido y no menos contra Inglaterra que reforzaba su Flota ante la costa de Palestina y hacía detener todo barco ilegal de emigrantes". Cuando se produjo la "noche del cristal", los miembros de las SS que participaron en el saqueo de establecimientos judíos, fueron duramente censurados por sus superiores.

Muchos de los jerarcas nazis no eran ingenuos mitómanos, ni creían en la existencia de una "conspiración judeo-masónico- comunista". El mismo Goebels reconoció públicamente en múltiples ocasiones que el problema judío "era diferente y más complicado de lo que suele creerse" y añadía "probablemente el judío capitalista y el judío comunista no son uno y el mismo como muchos creen". Algunos sectores de las SS consideraban a Julius Streicher como un "pornógrafo" e ironizaban sobre la puerilidad de sus argumentos antisemitas. En una organización de élite como las SS compuesta por gentes brillantes y "de mundo", la simplicidad de la teoría conspiratoria anti-semita era poco menos que increible. Podían aceptar -y de hecho aceptaban- que la historia de la humanidad era la historia de los conflictos raciales, podían aceptar -como hacían- que la raza "aria" -indo- aria para unos, indogermánica para otros, indo-europea para otros más- era una raza superior a las demás y que, por tanto, debía dominar... aceptaban incluso que el espíritu judío -como el führer había señalado en "Mi Lucha" era la antítesis de "lo ario". Incluso es posible que entre sus filas hubieran antisemitas fanáticos, pero ni eran los más, ni copaban la totalidad de los cargos superiores...

La lucha de las SS contra los judíos se inicia meses después del comienzo de la campaña de Rusia, hacia mediados de 1941. En las zonas ocupadas se estructura la resistencia al invasor nazi, mientras se restablece el culto en las iglesias, mientras las poblaciones bálticas se prestan en masa a colaborar con el nuevo ocupante -considerado como "libertador"-, la fama antisemita que precedía a los nazis, de un lado y el tradicional antisemitismo de las poblaciones que colaboraron con los ocupantes, fueron los elementos objetivos que facilitaron el hecho de que los grupos de resistencia anti-nazi pasaran a ser compuestos y liderados por judíos. En el momento en que las SS comprobaron que este hecho era una constante,se decidieron a actuar preventivamente deportando a todas las poblaciones de origen judío: era una forma de aplastar a la resistencia en su origen.

Sería absurdo negar que se cometieron excesos. Tales excesos, con todo no fueron una constante, y hoy, ningún historiador serio se atreve a afirmar que fueron seis millones los judíos exterminados, de la misma forma que existen serias dudas de que se tratase de un genocidio premeditado. Si lo hubiera sido, probablemente hoy la raza judía se habría extinguido de la faz de la tierra, como los romanos borraron de Etruria hasta el lenguaje... El plan de las SS era otro. Y la misión para la que Himmler creó a la orden negra era, así mismo otra.

* * *
A principios de marzo de 1923 surgió el primer núcleo de las SS. Se trataba de veteranos combatientes del NSDAP y de los Freikorps que juraron defender a Hitler aun a riesgo de sus vidas. Se autotitularon "Guardia de plana mayor" y vistieron por vez primera el uniforme negro. Y en su cinturón colocaron la calavera plateada; su brazal rojo con la svástika fue rodeado de dos orlas negras. El 9 de noviembre de 1923, durante el golpe de Munich, 5 hombres de la guardia personal de Hitler perdieron la vida en el tiroteo.

El 30 de abril de 1945, Adolf Hitler se suicidaba en el bunker de la Cancillería de Berlín. Habían pasado 21 años, los que en la antigua milicia medieval eran necesarios para superar los tres ciclos de siete años: paje, escudero y caballero. Doscientos mil caballeros de las SS habían entregado su vida al proyecto de Himmler.

El siglo XX no vió nunca nada semejante.

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