Blog de un Limeño en Madrid, que disfruta del cocido madrileño y de la paella pero extraña nuestro cebiche y esos miles de recuerdos de Lima

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Regresando a la Patria


Han pasado más de dos años desde que partí de Lima hacía Madrid, con una maleta cargada de esperanzas y muchas ilusiones, en este tiempo mi vida ha cambiando, tal vez es cierto que el emigrar nos endurece, tal vez sea cierto que haya madurado aunque sea un poco. Regreso a la Patria pero sé que ya no va a ser "mi ciudad", ese recuerdo de esa Lima que dejé en el 2005, según me dicen está mucho mejor, hay mucha inversión y con el Foro de la APEC y los TLC con USA, China, Canada, etc. la económia crece, pero no es lo mismo, no soy el mismo, han sido años de muchos cambios personales y familiares, ahora trabajo en una oficina y tengo el aprecio y respeto de mis jefes y (al menos) el respeto de los trabajadores a mi cargo.
Cuando llegué pasé muchos malos ratos, quien piensa que vivir en el extranjero es el paraiso se equivoca, se sufre mucho no sólo al buscar trabajo, sino inclusive con tus familiares aquí, cómo sea luego de dos meses empecé a trabajar en una residencia de ancianos privada, como auxiliar de enfermería. Me levantaba a las 5.30am para coger dos metros y un bus para entrar a trabajar a las 8.00 y luego a las 15.30 lo mismo para regresar a casa en horario rotativo en las tardes de 15.30 a 23.00 de la noche.
Sabes de que trabaja un auxiliar de enfermería en una residencia de ancianos? Cambiando pañales de los abuelos de 80 kilos, limpiandoles la caca y esquivando sus golpes (en especial los que tienen alzheimer, divertido no? por el módico precio 790€ mensuales soportas vomitos, cacas, gritos y ataques, si pagas 250€ por una habitación y tienes que enviar dinero a Lima es un trabajo muy duro, pero bueno todos los inicios son así y de allí he adquirido mucha experiencia, dice un refrán "la forja se obtiene cuando se pasa por el fuego" muchas buenas amistades, un plato de huevo frito con arroz nunca me faltaba, y muchas alegrias.
Además de la experiencia (muchos de nosotros nunca realizaríamos ese trabajo en Lima) conocí nuevamente el amor, y no es que no haya amado o que no me hayan amado (no sé por qué, no creo merecerlo), esto supuso una ruptura y un antes y un después, como sea Antonio Machado decía con razón "Caminante no hay camino, se hace camino al andar".
Sea como sea, al final la vida me ha sonreido, en todo este tiempo no me ha faltado para enviarle dinero a mi hija, he ido ascendiendo en la empresa, hasta ser considerado persona de confianza (o al menos eso me hacen creer jeje!) y ahora toca el momento del regreso al terruño. Puede que me llamen egoista o hasta H. de P. pero no me arrepiento de las decisiones que tomé, cada día aprendo cosas nuevas en los negocios, me siento realizado en todos los aspectos de mi vida, y aunque hay cosas que me faltan por concretar doy gracias al de arriba por "echarme un cable" más de una vez.
Nos vemos en Lima Limón con un par de chelas (cusqueñas evidentemente) un chilcano donde Cesar el Piurano y un buen cebiche de conchas negras y Viva el Perú! Carajo!

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