jueves, julio 31, 2008

Guerra de mudos. Por Carlos Iván Degregori

Carlos Iván Degregori opina sobre el conflicto entre la Municipalidad de Lima y la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, desatado por la construcción del intercambio vial en dos avenidas limeñas que bordean la ciudad universitaria de San Marcos. La ciudad de Lima y la Universidad San Marcos, como nos recuerda Degregori, tienen casi 500 años y se ven enfrentadas en una "guerra de mudos".

Guerra de mudos
Por Carlos Iván Degregori

Es evidente a estas alturas que el alcalde Luis Castañeda encuentra serias dificultades para pasar de escaleritas amarillas a anillos viales y otros proyectos de envergadura metropolitana. Es también indudable que su mutismo resulta cada vez más insostenible.

En estos días, el alcalde mudo se enfrenta sin decir palabra al rector mudo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. El motivo: las obras del intercambio vial entre las avenidas Universitaria y Venezuela.

Es triste reconocerlo pero, en el plano legal, el principal responsable de la situación en la que se encuentra San Marcos, que pierde amplios terrenos de su campus y queda en los últimos días desguarnecida y sin muro perimétrico, es el rector Luis Izquierdo, exitoso oftalmólogo que en mala hora tuvo la ocurrencia de adornar su currículo con el título de rector de San Marcos, sin tener idea de cómo gobernarla.

EL RESULTADO: una crisis administrativa generalizada; un desastre académico en muchas facultades; el desmontaje de mucho de lo logrado durante la anterior administración del historiador Manuel Burga, entre ello la desaparición de San Marcos de la escena pública y el debate nacional. Y en lo que se refiere al conflicto con el municipio, una negociación débil, que no supo tomar en cuenta ni los derechos de la universidad ni la sensibilidad de estudiantes y profesores, y la firma de convenios de espaldas no solo a esa sensibilidad sino al asesoramiento de instituciones especializadas como la Universidad Nacional de Ingeniería.

Es cierto que en situaciones normales las diferencias deben resolverse a través del diálogo y por los cauces legales. Pero cómo dialogan el alcalde mudo, que mete tractor un domingo de madrugada -cuando ya sabe que la situación se ha tornado explosiva-, con el rector balbuceante que dos días antes huye de una Asamblea Universitaria para no tratar el problema y que cree resolver los cuestionamientos a su gestión incorporándose a una amplia movilización de sanmarquinos. Recién entonces, Izquierdo pide públicamente el diálogo mientras la comunidad universitaria vive el suspenso de no saber cómo dialogará un gobierno universitario mudo y sordo a los reclamos de sus representados.

LOS PAGANOS: la comunidad universitaria y, en especial, la inmensa mayoría de estudiantes, para los cuales que los tilden de "terroristas" debe sonar tan exótico como si los llamaran pierolistas o realistas; los trabajadores de las obras, que en defensa de sus puestos de trabajo acaban haciéndole el trabajo sucio al mudo del Palacio Municipal; y, por supuesto, los vecinos y los limeños en general, que ven cómo las obras de San Marcos se suman a las revisiones técnicas, el zanjón y la cantidad de obras sin terminar o a medio hacer, que revelan la ineficacia y las maneras autoritarias de la alcaldía metropolitana.

Ojalá la invocación de la Defensoría del Pueblo y del Colegio de Ingenieros de Lima haga el milagro y las máximas autoridades de una ciudad y una universidad con casi cinco siglos de existencia se pongan, por una vez, a la altura de las circunstancias y logren una reformulación del proyecto que sea satisfactoria para todas las partes.

http://peru21.pe/impresa/noticia/guerra-mudos/2008-07-08/2318