domingo, 13 de septiembre de 2009

LA MESA REDONDA DE LAS ENTIDADES “MENSAJERAS” DE LA CONSCIENCIA SUPREMA, LOS “ILUMINADOS” DE LA NUEVA ERA, ESCOJIDOS PARA CAMBIAR LA HUMANIDAD Y EL PLANETA

Aquello que no tiene forma ni nombre, Absoluto, que la mayor parte de la humanidad llama Dios, esta y no está en sus manifestaciones transitorias e ilusorias, como aquello que observa y controla la mente finita de los mundos, universos, de las especies, de la naturaleza, y del hombre en este planeta llamado tierra.


Sin embargo hay una nueva corriente creada por el hombre en este siglo XXI, que dice que el colectivo de consciencias superiores con nombres exóticos y conocidas, han escogido personas de diferentes latitudes de este planeta, para dar sus mensajes, como “iluminados” de la nueva era, y que de esta manera la humanidad entrara en un cambio, que erradicara la pobreza, y entraremos en un nuevo siglo de bonanza, donde todos seremos “iguales” socialmente y economicamente.


Han pasado muchos siglos, aunque la ciencia y la tecnología han evolucionado, y le ha dado el confort a los que están en buena situación económica, y a los ricos. Los pobres miserables de este mundo, no tienen esta opción, porque son la mano de obra que se debe explotar, y deben estar siempre marginados, en la inopia, en el oscurantismo secular, manipulados para engrosar las arcas de los ricos de este mundo, y de las creencias como cocos (Cerebros).


Si aquello que la mayoría llama Dios, el poder supremo, la consciencia suprema, no ha logrado cambiar este mundo caótico, donde cunde el pánico de estar en una realidad que hace estremecer, y cala hasta los huesos de pensar que este planeta se degrada por el sistema corrupto, que no respeta la naturaleza, a la humanidad, sobre todo la clase marginada, que está en peores condiciones de pobreza, de miseria, sufriendo los estragos de la intolerancia, la indiferencia, abandonados a su suerte.


Muchos dicen que no es aquello que llaman Dios, la causa de todo el sufrimiento, la explotación, y la miseria de la humanidad, una salida, el sentido común de los que no quieren enfrentarse a este poder supremo, y descubrir el misterio de cómo este poder, esta divinidad está implicada en el desarrollo, la evolución de este mundo y de otros esparcidos en los confines de los universos finitos, porque la mayoría de la humanidad, no están suficientemente fogueados, capacitados para enfrentarse a sí mismos, a su divinidad, porque tienen miedo a lo desconocido, por las barreras estereotipadas por las creencias, y las religiones antagónicas, en las mentes frágiles del colectivo planetario.


Como vuelvo a repetir, si aquello que llaman Dios, no pude cambiar el rumbo de este mundo, anular el caos, o derogar sus leyes pre establecidas. Algunos piensan que él podría hacerlo, cambiando el estado mental de la humanidad, y en un instante este mundo sería un paraíso, una unidad de paz, y de armonía espiritual. 


Si Dios la consciencia suprema no cambia este mundo, menos lo podrán hacer aquellos que dicen ser iluminados, mensajeros de estas entidades “superiores” de otras dimensiones, también “mensajeros” de la suprema consciencia, de la tabla redonda en la dimensión desconocida.


El espíritu de la verdad, Dios o como quieran llamarle, está en nuestro interior, y cuando lo descubrimos, somos nosotros, y en este instante en que descorremos el velo del misterio, toda nuestra naturaleza cambia, la máscara del ego-mente se modifica, se hace más transparente, los esquemas, los paradigmas, y las creencias obsoletas, antagónicas, se diluyen en el fuego de la razón, del discernimiento, la reflexión, a la luz del espíritu de la verdad que no se contradice. Es que acaso este Dios necesita de canales, mensajeros para cambiar, y hacer más llevadera la vida en este mundo material?


El miedo, los problemas existenciales, las emociones, los sentimientos, la situación económica, la ignorancia, hace que busquemos otros refugios, religiones, porque lo que llamamos Dios, no escucha las plegarias de los que sufren, porque este Dios está dentro de nosotros, que nos responde cuando lo vivenciamos, porque nosotros somos esta divinidad, y en este cambio radica el equilibrio del “bien y del mal” que debemos realizar en el camino del medio de un Budha.


Creer en la ilusión, en las mentiras de aquellos que nos quieren comer el cerebro, lo único que estamos haciendo es volver de nuevo al círculo vicioso de las religiones, y creencias que nos apartan de nuestra divinidad, y crean un dios inalcanzable, recibiendo las “bendiciones” de sus representantes iluminados de este mundo material, que no tienen problemas económicos, porque viven de la fe y de la credulidad del vulgo.


Vulgo que no hace el esfuerzo de sacudirse del yugo, y de la máscara que la sociedad les ha impuesto. Acaso no observan, que cada creencia es un imperio de poder, donde se cocinan nuevas formas de manipulación de una manera sofisticada, para que el vulgo timorato no se dé cuenta, que están siendo utilizados como marionetas, bailando al ritmo de los más hábiles, y astutos de este mundo.


Si las leyes del mundo material no se derogan, las leyes del mundo espiritual, de nuestro interior, si pueden derogarse, porque somos nosotros los espíritus encarnados, los amos y señores de estas leyes, que repercuten en las leyes del mundo de la tercera dimensión material, y de esto depende el equilibrio y la armonía de este mundo y de la humanidad. Entonces seremos conscientes de la materia, y la materia de la consciencia.

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