Los Mejores Cómics de la Década (2010-2019) - Parte 3: Manga

Primero, una advertencia. No soy un ávido lector de manga. No leo los mil y un volúmenes que hay de One Piece o Naruto y al igual que en el cómic, el fandom y la moda me parece lo menos atractivo del medio. Siento que hay una ausencia de ojo crítico sobre la mayoría de trabajos y que todas las opiniones suelen venir de un lugar donde la prioridad se lo lleva lo más cool y por consecuencia, lo más superfluo. De ahí a que cuando uno busca cuáles son los ‘mejores mangas de la historia’, el 95% son historias de acción y fantasía. No que estos géneros carezcan de un motor para generar historias interesantes, pero es el equivalente de solo nombre títulos de superhéroes cuando se habla de los mejores cómics de la historia. Mi objetivo a la hora de elaborar esta lista es el de ahondar en material y quizás encontrar un listado más variopinto.

Y antes de empezar, la aclaración obligatoria: Esta es una lista y toda lista es inútil en su propósito. A lo más que puedo apuntar es a que descubran algo que no conocían y a que compartan sus gustos. Está claro también que no he leído todo lo que se ha publicado en los últimos 10 años así que si tienen otros títulos por favor digan cuáles son en los comentarios. Y en caso les interese, las últimas entregas hablaron sobre:

- Los 10 Mejores Cómics de Superhéroes de la década pasada
- Los 10 Mejores Cómics Mudos de la década

Y sin más preámbulo...

10 - El Bosque Milenario de Jiro Taniguchi

Esta es una obra sumamente especial. Antes de hablar de ella, quiero confesar que es un poco de trampa ponerla en esta lista ya que no es un manga propiamente dicho. Lo que tenemos aquí es una obra inconclusa de uno de los mangakas más brillantes que hayan existido y que lamentablemente murió antes de poder terminarla. Son solo 44 páginas terminadas de algo que estaba originalmente planteado como un opus de 5 volúmenes. Pero estas 44 páginas que hablan sobre el respeto a la naturaleza y como un niño descubre luego de mudarse con sus abuelos que es capaz de comunicarse con ella, son no solo un regalo, pero una remembranza a un autor que como ningún otro fue capaz de transmitir su espíritu y vigor con su pluma. Y es que cuando uno lee las obras de Taniguchi, uno entiende lo que son los valores humanos y lo que es la paz espiritual. Sé que suena un poco zen y quizás new age, pero no deja de ser cierto. Taniguchi es de esos autores que cambian vidas. Si nunca han leído una obra suya, los envidio con desmesura.

9 - Goodnight Punpun de Inio Asano


Mientras más lo pienso, más me sorprendo de la forma en la que Inio Asano ha fabricado un coming of age manga que nada tiene que envidiarle al trabajo de autores como Junot Diaz o Stephen Chbosky; obras que aparte de conmover, saben mezclar el humor con lo bizarro y la inocencia juvenil con un sentido de propósito casi universal. En Goodnight Punpun, seguimos la vida de Punpun desde su infancia hasta su adultez. Vemos la tristeza de un hogar dominado por una madre alcohólica y un padre abusivo y cómo la única fuente de esperanza para un niño es el afecto por una compañera escolar. Cada volumen está enfocado en una etapa determinada de su vida (inicial, secundaria, universidad, etc.) y lo curioso es que Punpun no es una persona. O mejor dicho, no está dibujado como una persona. Asano tomó la curiosa decisión de retratar siempre a Punpun como una especie pájaro mal dibujado, uno que a medida crece pase de ser un pichón a un ave robusta de plumaje oscuro. Lo interesante está en ver cómo el autor emplea este y otros elementos que lindan en el surrealismo para construir una historia sobre familia, amigos y lo difícil que es para un joven encontrar su lugar en el mundo.

8 - Last Man de Bastien Vives, Balak y Michael Sanlaville
¡Un manga francés! Tengo la firme creencia que la idea y concepto de manga no tiene por qué estar amarrado a un país y una nacionalidad. El manga no es simplemente ‘un cómic japonés’. Es una sensibilidad y un acercamiento a la narrativa donde se sobredimensionan las emociones, todo bajo un enfoque visual y muy particular. Bajo esta noción, Last Man es una serie de tankobons que juega con la clásica fórmula de ‘torneos de artes marciales’ y propone un mundo en el que la magia existe y en el que un niño entrena toda su vida para participar en un torneo, solo para verse obligado en el último segundo a colaborar con un extraño que quizás venga… ¿de otro mundo? Es todo muy familiar y los códigos que manejan los autores son reconocidos casi por instinto nostálgico.

Pero donde en verdad brilla esta serie es en su dinamismo gráfico. Y es que Bastièn Vives es una de los autores más versátiles que han aparecido en los últimos 10 años. Su trabajo en este manga tiene una soltura y una expresividad envidiable, algo que se nota especialmente a la hora de dibujar escenas de acción. El hombre no inventa la rueda, pero sabe lo que hace y emplea técnicas muy atractivas: Arma composiciones diagonales para crear tomas de reacción, usa las piezas de un espejo roto como paneles y hasta reduce el dibujo a casi bocetos para acelerar el ritmo. Pero lo más importante: todo siempre es emocionalmente resonante. Funciona porque es endemoniadamente bueno, logrando esa perfecta armonía entre texto y arte que hace que las páginas pasen volando.

7 - Reproducción por Mitosis y Otras Historias de Shintaro Kago


El manga de terror merece una mención especial, ya que a estas alturas ha dejado de ser un género y se ha convertido en su propio lenguaje con códigos y elementos intrínsecos a su lectura. Si bien hay maestros como Junji Ito o Hideshi Hino, no cabe duda que la década pasada le perteneció a Shintaro Kago, artista cuyas imágenes trascienden lo nauseabundo y ofensivo para convertirse en portales a mundos inexplicables, nunca antes vistos. Y Reproducción por Mitosis es un excelente ejemplo de cómo un género gastado es capaz de cobrar nueva vida, rompiendo esquemas preestablecidos de lo que creíamos se consideraba un cómic o manga. En esta colección de cuentos altamente repulsivos, Kago experimenta con la composición de las páginas, le otorga una tercera dimensión a viñetas bidimensionales e incluso multiplica paneles exponencialmente de página en página hasta llegar a un laberinto visual de tiempo circular. No existen muchas mentes como la de Kago y si su estómago puede tolerar un poco de escatología, descubrirán una mente fascinante y transgresora.

6 - El Perro Enamorado de las Estrellas de Haruki Murakami



Por algún motivo, los cómics sobre relaciones entre personas y mascotas tocan una fibra sentimental muy fuerte en los corazones de la mayoría. Quizás se deba al sentido de lealtad que se desarrolla con el tiempo o al instinto puro de protección mutua, no lo sé. Lo que me queda claro es que en este libro se explora la amistad que se crea entre perros y sus distintos dueños. Son cuatro historias autoconclusivas (pero unidas de cierta forma descorazonadora que prefiero no revelar) que evocan gran tristeza y donde la cruda realidad de la vida de ciertos animales se ve reflejada en los problemas emocionales y económicos de sus dueños. Al fin y al cabo, ¿qué tan importante es tener a alguien que nos acompañe en los peores momentos de nuestras vidas? ¿Alguien que no nos juzgue y que lo único que busque a cambio es una sonrisa y un cariño detrás de las orejas? Estén advertidos, este manga los hará llorar.

5 - Yotsuba de Kiyohiko Azuma


Me encanta Yotsuba. Es un manga para todas las edades y a pesar que es una serie con varios tomos, es uno de los pocos donde puedes empezar en cualquier punto. No hay una gran narrativa omnipresente que nos obligue a empezar desde el 1er número y esto juega mucho a su favor al ser un ventarrón de aire fresco dentro de tanta manga épico y pomposo. Lo único que tienes que saber es que es la historia de una niña curiosa e inteligente de cinco años que vive su día a día descubriendo cosas y haciendo nuevas amistades.

Yotsuba es una serie especial que dentro de tanto título cínico, trata a la vida como algo positivo sin caer nunca en lo azucarado o cliché. ¿Lo mejor de todo? Su espíritu honesto y edificante que en todo momento es capaz de sacarnos una sonrisa y hacernos sentir bien con nosotros mismos. ¿Tienen idea de lo difícil que es eso? Entre nos, cualquiera puede escribir cien páginas sobre adolescentes con poderes que se enfrentan a un mal ancestral y que tienen que salvarnos del fin del mundo. ¿Pero un manga sobre una niña que descubre cómo funcionan las escaleras eléctricas? Tsss, ¡ahí los quiero ver!

4 - La pequeña forastera: Siúil a Run de Nagabe
¿Saben lo difícil que es hacer un cuento de hadas? Me refiero a encontrar ese punto de fantasía que se balancea entre lo completamente ajeno y familiar a la vez, esa voz que con un nivel de simpleza extremo es capaz de calar en los corazones de tantos pequeños como adultos. Traten y vean qué les sale, es casi imposible. Pero Nagabé lo ha logrado con la Pequeña Forastera, un manga gentil y pensativo en el que una niña y una figura demoniaca desarrollan una amistad improbable mientras surcan su destino entre un mundo externo poblado por seres malditos y uno interno poblado por humanos.

Mangas como este no abundan. La mayoría viven en el eterno presente, siempre hay una misión o una gran amenaza que acecha. Pero en La Pequeña Forastera, el autor obliga al lector a detenerse y admirar con tranquilidad el aislamiento melancólico de los personajes. Y es que la tensión no está en el diálogo ni en la acción física, pero en el conflicto interno y el proceso de autodescubrimiento. Es curioso cómo a veces mientras más texto le quitas a un cómic o manga, más fácil es para el arte el transmitir una verdad pura y limpia. A veces el solo hecho de ver cómo la lluvia choca contra la hierba mientras una niña camina bajo un paraguas dice todo lo que necesitamos saber.

3 - Garden de Yuichi Yokoyama

Más que un mangaka, Yuichi Yokoyama es una especie de artista plástico. Emplea conceptos narrativos que provienen de sitios totalmente ajenos al manga tradicional y se diferencia del resto al ser uno de los pocos dispuestos a experimentar con el medio y tratarlo con sensatez y flexibilidad. La historia sobre un grupo de amigos que quieren entrar a una especie de Edén, solo para descubrir que es un laberinto caótico de máquinas frías y figuras geométricas, es como una cebolla con varias capas que van revelando distintos tonos y enfoques visuales a medida uno pasa las páginas. En algún momento, leí a alguien describir el trabajo de Yokoyama como ‘abstracción audiovisual’ y uno definitivamente puede ver que va por ese lado. Les puedo asegurar que no hay otra experiencia como esta y si están interesados en el potencial del manga como medio gráfico, harían bien en darle toda su atención. Como dice Paul Tumey, Garden no es solo importante dentro del ámbito del manga y comic. Su importancia trasciende al plano literario y artístico.

2 - Vagabond de Takehiko Inoue


Existe una anécdota conocida de la vez en la que Roger Ebert, el crítico de cine, entrevistó por primera vez a Hayao Miyazaki, la leyenda de la animación japonesa. Ebert mencionó que amaba la forma en la que Miyazaki animaba no solo los momentos dictados por la historia, pero también aquellos que se enfocaban en elementos separados. A veces las personas solo se sentaban en una silla, a veces solo suspiraban, a veces miraban cómo corría un río, no para avanzar la historia, pero para dar una sensación de tiempo, espacio y de quiénes son. “Tenemos una palabra para eso en japonés”, dijo Miyazaki. “Se llama Ma. El vacío. Está ahí intencionalmente.” Miyazaki entonces aplaudió tres veces. “El tiempo entre cada aplauso es Ma. Si solo tienes acción sin parar, nunca tendrás tiempo para respirar. Pero si logras tomarte un momento, entonces la tensión aumentará y tu historia podrá crecer en otras dimensiones.”

Cuento todo esto solo para decir que Vagabond es Ma. Takehiko Inoue ha creado un manga sobre espadachines sangrientos que en vez de violencia, prefiere enfocarse en elementos como la respiración de los personajes o la forma en la que el viento mueve las hojas de un árbol. Como todo buen autor, Inoue sabe que el silencio dice mucho más de lo que podría decir cualquier agresión física y partiendo desde este punto, emplea el silencio como plantilla para narrar la historia de un guerrero en búsqueda de iluminación espiritual. De que hay sangre y violencia, los hay a mares. Pero Inoue ha sabido cómo convertir esto en poesía. En una oportunidad, un entrevistador le preguntó sobre la importancia de la historia. A esto, el creador de Vagabond respondió: “Para mí, la historia y su desarrollo no son tan importantes y no sostienen mi interés. El drama sucederá sin importar cómo la historia avance, si lo que ocurre es fiel al personaje y es una evolución necesaria.”

Nota: Se que Vagabond empezó en el 2002 pero confieso que no lo descubrí hasta esta década. Así que aprovecho el tecnicismo que 7 volúmenes de los 37 publicados hasta la fecha salieron en esta década para contarlo en la lista.

Y antes de llegar al número uno, las menciones honrosas: I am a hero, Sadboi, Jojo’s Bizarre Adventure, My lesbian experience with loneliness, My brother’s husband

1 - Sunny de Taiyo Matsumoto


Matsumoto es un campeón indiscutible del manga como soporte artístico, pero rara vez ha llegado a estos niveles de melancolía y existencialismo en su trabajo. Si bien ya había demostrado en obras como Tekkonkinkreet que era más que capaz de contar una historia con niños como protagonistas, en Sunny deja el surrealismo un poco de lado y se enfoca en el abandono infantil y en el escapismo imaginario. Tenemos aquí la historia de un grupo de niños que viven en un orfanato, pequeños que han sido abandonados por sus padres y que conviven en un perpetuo estado de confusión, incertidumbre y desengaño. Pero lo que podría ser una tragedia de desilusión infantil, es en realidad un manifiesto sobre el valor del contacto humano y lo importante que es para un niño el formar lazos y encontrar cualquier elemento que provea un sentido de estabilidad emocional.

Mención aparte merece el arte de Matsumoto. Es atractivo en el sentido que es inmediatamente placentero al ojo, pero debajo de su trazo medio ensortijado y anárquico, hay una textura serena que obedece a una sensibilidad onírica y taciturna. He aquí un artista que invierte su tiempo en hacer crosshatch para el rubor de las mejillas o la forma en la que los mocos caen de la nariz, elementos frecuentemente olvidados por otros artistas. Sunny maneja un tono inherentemente soñador y hasta se podría decir romántico. Cada volumen está enfocado en un niño distinto y lo que hace este libro es encontrar la belleza en todos lados, desde una mancha de orina en el piso hasta el brillo de un carro destartalado que funciona como vehículo para la imaginación. Al fin y al cabo, esta es la historia de niños en busca de su identidad; niños que solo quieren la seguridad de una familia y la sensación que pertenecen y que son amados. Rara vez un tema tan fuerte ha sido retratado con tanta hermosura.

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