Batman, cuando el bien y el mal viven en ti.

Hablar de Batman es hablar de un súper héroe como pocos, porque aunque no cuente con una visión calorífica, la capacidad de volar, o comunicarse con los seres del mar, posee otras características que lo colocan dentro de esa categoría, la más importante es precisamente su condición humana.

Bruce Wayne es un hombre que se conoce a sí mismo, y para Sócrates eso ya sería suficiente para ser un héroe, ya que conoce sus debilidades y temores, lo que le permitió superarlos, creando a partir de hechos traumáticos como la muerte de sus padres y su quiroptofobia (temor a los murciélagos) un personaje que imparte justicia de una manera un tanto particular, ya que pese a sus profundos deseos de venganza y querer acabar con el mal de ciudad Gótica de forma radical, su conciencia moral, asistida muchas veces por el teniente Gordon o su mayordomo Alfred no se lo permiten, haciendo de él un ser en conflicto constante consigo mismo, luchando por mantener su propio equilibrio, y esa no es una tarea nada fácil, sino pregúntenle a Anakin Skywalker en Star Wars.

En “Batman, El Caballero Oscuro” aparece otro personaje bastante polémico, me refiero al Joker, aquél ser sin identidad, sin un pasado claro, que comparte una infancia traumática al igual que su contraparte y que además disfruta haciendo el mal, haciéndolo notar a través de su macabra sonrisa. Aquél payaso infernal es el temor de ciudad Gótica, tanto de civiles como de malvados. Entonces, si no está con los buenos y no está con los malos, de qué lado juega. Si lo vemos con ojos de humanos comunes y silvestres no entenderíamos, si lo vemos más allá de las formas nos daremos cuenta que él no juega para nadie, él juega por él, juega por el CAOS, aquél caos que tampoco es bueno ni malo, sólo es. El Joker, no quiere ni gloria, ni fama, ni mucho menos dinero, el es un agente con una misión, una misión que sólo en un mundo de absolutos se puede entender, y no en un mundo de dualidades y antagonismos como el nuestro.

Batman entiende esta situación, y el tener un grado de comprensión de las cosas más elevado, quizás gracias a su entrenamiento en el Tíbet, hace que sólo detenga al Joker, pero no que acabe con él, algo así cuando uno se pregunta, ¿por qué Dios no acaba con el Diablo?, pues porque son complementarios y por encima de todo, son uno, donde los opuestos no existen. Difícil de entender quizás, pero para los fanáticos de los comics es lo mejor que puede pasar, ya que eso permite que existan superhéroes para rato, e innumerables historias y películas con precuelas y secuelas, ya que la lucha entre el bien y el mal, es un cuento de nunca acabar.

2 comentarios:

Kiara dijo...

Algo no me quedó muy claro: ¿cómo pueden Batman y el Joker ser enteramente iguales cuando uno desordena y el otro ordena? Pero en fin, no es eso lo que quería mencionar.
Los ciudadanos góticos tienen un "plan" a seguir. El Joker sólo se dedica a no seguir ese plan (con minúscula). Él y Batman obedecen a otro Orden (con mayúscula), uno que parece caos pero que en realidad obedece a una Ley real y no a una impuesta, impostada.
El Joker y Batman, así como ciudad gótica son seres que, en mi opinión, viven todos dentro de cada uno de nosotros en mayor o menor medida. Esto conlleva que cada uno de nosotros siga, también en mayor o menor medida, un orden falso o un Orden verdadero, lo cual determina en última instancia nuestro nivel de (verdadera) libertad.

Julia C.M. dijo...

Saludos del Club Batman, nos ha encantado el blog y la reseña sobre el personaje.
Te invitamos a visitar nuestro blog, y si te gusta intercambiamos links.

Julia

http://club-batman.blogspot.com