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Ultimos post del blog El Drac | ¿Quién me enlaza?
(BETA)


Etiquetas: [Extraños en la noche]  
Fecha Publicación: 2022-11-11T04:55:00.009-05:00

En noches como esta,
solía desatarse 
el dulce hechizo del amor.
Un universo distinto
amanecía cada mañana,
justo en esta habitación.

Aún danzan al rededor
un soliloquio de tertulias y chanzas;
risas y miradas,
y esa ansia inacabable 
de tocarte 
a través de la pantalla . . .
aún palpita en mí
como núbil obsesión.

La piedra del destino rodaba
demoliendo ilusiones y esperanzas.
Nosotros, 
ajenos a eso,
juntábamos nuestras historias
para incinerarlas, sin pena,
en la tierna ara del amor.

A espaldas de todo
caminábamos lejos del fin del mundo, 
bañados a contraluz,
por un cálido sol . . .

¿Qué importaba
la oscuridad para lo que
nacimos destinados?
si podía verte y podías verme;
si podíamos despedirnos 
confiando en que mañana
tú estarías,
yo vendría;
y tendríamos unas horas
para tocarnos el alma
a miles de kilómetros de distancia . . . ?

Pero, 
¿quién ama la abnegación del otro
o el querer formar un hogar?
¿Quién ama las emociones
que desbordan en lágrimas,
o lluvia menuda cayendo
tras un cristal?

Aún danzan vaporosas
cada una de las promesas,
que la vida, 
a pedradas destrozó;
porque lo doloroso,
no es sufrir constantemente,
sino, el anatema artero
de quien, un día, nos amó.

La noche es la misma de siempre;
es sólo, 
esta demencia
que ciñe las sienes;
esta asfixia que se enrosca cual sierpe,
hasta enmudecer al corazón.

Hoy, somos, dos extraños
que pasan sin conocerse;
sin ver que nuestras sombras,
al cruzarnos, 
se entrelazan jubilosas
cuál si fuéramos perfectos, 
jóvenes;
hechos, el uno para el otro.

Porque hay amores 
que están condenados
a no existir jamás en nuestras vidas;
que, sólo pueden, ser felices
en la imaginación.








Fecha Publicación: 2022-10-16T05:37:00.001-05:00


La noche,
con su pedrería de gala
traza cientos de regresos
a casa.

Un séquito
de topacios gualdas
anteceden, en lo oscuro,
una esmeralda redonda
que desata en el pecho
todas las ansias.

Rubíes al rojo vivo
iluminan mi cara
cuando te recuerdo;
cuando me duelo de ti hondamente,
con un dolor ausente,
mientras 
todo el tráfico de la ciudad
se detiene.

La musa
atraviesa la ciudad 
en bus o en bicicleta,
regresa a casa;
en un mar de viento
y horizontes caóticos de urbe,
sin mí.

Su mirada de alma buena,
está vacía de mí;
su alegre rebeldía
y sus manos largas, 
siempre frías,
huelgan de caricias sobre mí.

Tuve que convertirme en noche,
para verla a todas horas,
tras el cristal del bus que la transporta,
tras la vívida atención
de las personas 
que la ven pasar como saeta.

Hube de ser oscuridad azul,
para memorizar sus afanes
y contemplar su olvido 
para los que
no tenemos dónde regresar.

Repasar sus cosas,
es ir deshojando
sonrisas tristes sobre instantáneas;
es ver con serendipia
ilusiones 
que nunca dejaron el éter;
jugar a ser Dios
mirando el ayer
y decir, 
cuál si fuera un vaticinio,
"no puede ser"



Etiquetas: [Soliloquio]  
Fecha Publicación: 2022-09-25T21:41:00.002-05:00


Es la posesión oscura
la que me lleva a mirar de lejos,
cómo desatas en soledad,
los nudos de tu sed,
los pliegues de tu amor.

Tus cabellos 
se desbordan por tu tibia espalda, 
como la arena
donde solía imaginar tendido al sol,
cuál serían tus besos,
delectando el capullo de mi amor.

Más, cuando quise descubrir en tu boca,
la dulce miel que prometió la vida,
me alojaste en ella,
saboreando mi desesperado intento
con lengua mórbida 
y labios hambrientos.

¡Ay! tu húmeda respiración
llenado de pasión mis pulmones;
y las quejas en tu aliento, 
embriagándome más de sed . . .!

Borrachas ya, 
todas mis emociones,
dejé mis manos
aprehender la excitante 
carne, 
que contemplaba antes
desde mi celda,
a tu celda,
en silencio,
tu lascivia,
fruición núbil de mujer.

¡Ay! el perfume de tu piel
a canela y misterioso incienso;
y el follaje que crepitaba
suavemente,
a la caricia que dabas con tus manos, 
y mis pupilas, también.

Intuitiva,
chafaste tus frutos
luminosos,
sorprendidos;
y enajenada,
tomaste por los bordes
tu bóveda celeste
cual un cántaro,
tornándolo indefenso, 
vulnerable,
paraíso de manjar
ansioso de pecar.

¡Oh, Dulcinea! 
derrama en mí 
el néctar dulce de tus sufrimientos.
(Aquél sueño que dejaste
dormido,
esperando un mejor momento)
desata tus amaneceres
a un tiempo
y bendíceme con 
tu mirada;
permíte que me acerque
hasta el fondo,
hasta tocar tu alma,
y acariciar hondamente
con mi timidez, 
la soledad de tus entrañas;
amolda la sonrisa umbria de tu jardín
a mi tuero enardecido
por sembrar en ti, primaveras;  
alójalo bajo tu vientre
hasta que estalle en magma ardiente
y bravía marejada de amor.

Habrá esencias de jazmines
cuando con frenesí
busque mi boca,
el mórbido y exquisito pez de tu boca;
el vapor anhelado de tu aliento,
oloroso de la esencia
de tus adentros,
saciando a grandes sorbos
mi sórdida pasión.

¡Ay! el forcejeo vital
en que la tierna presa en mis brazos,
se desespera;
porque la fiera que crece en mí, 
abalanzada,
la muerda, 
la hiera.
¡oh! dejarla devastada,
con sólo su respiración,
llenando de fresca libertad de vida
la oblonga rutina de sus pechos,
su delicado tórax,
el rosanieve de su piel
que tras las caricias de mis manos toscas,
se rubora y contorsiona
imprecisa.

Quiero dejar ardiendo
tu pequeña estrella,
encenderla de pasión con mi lengua,
colmarla de loca ternura
con mi ariete,
bajo tus colinas,
llenarla del icor intimo
de mis deseos.

Destruye tus libidinosas fantasías
contra el férreo tesón de mi madero,
quema de "te quieros"
lo imposible de mi amor, 
quememos para siempre 
nuestros pasados inconclusos,
con desvergonzada lujuria,
con el incienso perfumado 
de nuestros sexos.

Ven, acomódate en mí
y destruye todo "no puede ser"
con tu blanda fragilidad de mujer;
yo te llenaré de mi carne,
golpe a golpe,
hasta que palpite dentro tuyo
la sensación de estar siempre en ti, 
siempre;
como una flama
como una aureola
como la caricia que te recorre,
bajo la lluvia
mientras miccionas;
que no te deja en paz
¡ah, mujer!
ser la persecusión tenaz,
de tu sombra.




Etiquetas: [Lluvia]  
Fecha Publicación: 2022-09-04T17:47:00.012-05:00


Siluetas 
se entrecruzan
en la noche gélida.
Con alegres chispitas,
una llovizna,
cae insistente sobre Lima.

En mi universo de cosas
y tristezas,
reina la soledad indolora.

Fuertes destellos
de la ciudad
estrellan su algarabía 
en mis retinas.
Débil llega su resplandor 
a la conciencia oscura;
a esta pacífica adicción
de zurcir cada instante
con cada recuerdo que dejaste. 

La noche esplende
su ola gigantesca,
tenebrosa y negra;
empero,
un hechizo de amor
repta la lobreguez temible 
de las sombras.

Se marchan las siluetas
de las calles, a pie;
otras,
en enormes máquinas
Las avenidas acaban
en un puñado de vehículos,
pugnando por escabuirse.

Rubíes y esmeraldas,
se agolpan
bajo ictericios rosarios
de amatistas
¿ves
la oscura daga que trazan?
¿ves los credos y horizontes
que apuñala?

En los jardines y plazas,
furtivos enamorados
se adentran sin miedos
entre sombras y ramajes.
La vida se torna hermosa
recordando cuando volteaste,
y miraste,
y sonreíste.
Tus manos volaron hacia mí;
y en la despedida,
heriste de claveles mis blasones,
yéndote para siempre,
una noche.

Ahí se hicieron los  abismos del alma,
ahí comenzamos a negarnos a vivir
y a sonreír, cada mañana;
porque hay un cielo esperando
que volvamos a caminar juntos;
y una tumba que nos espera,
seguramente,
mucho antes del amor
y antes de conocernos.

¡Pero, hay que ver 
cómo llueve en Lima!
esta bella y triste,
noche gélida . . .







Etiquetas: [Mama Cas]  
Fecha Publicación: 2022-06-06T04:19:00.008-05:00


Cuando el sol brilla, allá, 
en lo alto,
la urbe, se enciende de alegrías.
Esplende a toda luz,
recortando el cielo,
su caótica geometría.

Vívidas pupilas dicen, 
ruegan, invitan;
nos miran destellantes,
empinadas,
sobre ominosa mascarilla.

En el pensamiento luminoso de Dios 
todo luce esplendoroso;
justo en este momento,
que omitimos el ciclo horrendo 
de comernos,
unos a otros.

Imagino a los humanos, 
tiernos y queribles,
cuando los veo transitar bajo el éter;
a toda hora,
salir monótonos de las oficinas,
y tú, 
arropada hasta la ternura, 
en Argentina,
soportas con calefacción,
4 grados de frío,
lejos del amor.

Me hace bien evocarte en tardes de sol,
como ésta.
Mama Cas canta la canción 
que Lala, me enseñó.
¿Dónde estará ahora?
¿habrá regresado a Madrid
o a Barcelona . . .?

Recuerdo su selfie posando 
al lado de una Inca Kola, 
sólo por probarme 
que había pasado por Lima, Perú.

La vida es maravillosa ahora,
pero podría ser mejor;
con una esposa esperándome 
en casa, a toda hora.
Compartir la vida 
y las noches, con su amor.

Muchas almas desasidas, 
andan por el mundo,
increíblemente solas.
La noche encendió
su romántico azul.
Miles de zafiros, rubíes y esmeraldas
recorren, inquietos, las avenidas;
y en la rivera,
la gente tornan
sus pupilas y su piel cansada,
al hogar.

"Dulces sueños
hasta que los rayos del sol 
te encuentren;
dulces sueños,
que desvanezcan 
todas las preocupaciones".

"Dulces sueños"
es lo que nos dedican con ternura,
un destino de muerte
y Mama Cas.




Fecha Publicación: 2022-02-20T14:31:00.005-05:00


 Al esfumarse la bruma de los sueños,

entraron por el ventanal abierto

la brisa fresca y clara,

de resplandor celestial.

 

En medio de la vida hermosa,

estaba ella,

acicalada y buena,

dándome los buenos días con un “¡Hola!”

mientras doblaba con eficiencia,

limpias sábanas para guardar.

 

¡Qué bueno es vivir . . .!

sentir su protectora bondad

reafirmarme su amor con una sonrisa,

besándome el alma con su sólo mirar.

 

A los lejos sentí abrirse la puerta

y frases de papá buscando a mis hermanas;

las llamaba y comentaba algo con ironía

caminando a pasos calmos por la sala.

 

Entonces . . .

¿toda esa vida de miseria e infortunios

 enfermedades e ignorancias . . .?

Madre tenía el rostro lozano

en sus mejillas se recreaba joven, la luz;

en nadie había signos de sufrimientos

y nada nos impedía ascender peldaños

hacia el fiat lux.

 

¡No tuve más remedio que sonreír . . .!

En medio del bisbiseo de la ropa de cama,

me incorporé

para besar a mi madre

y mientras la abrazaba,

le dije:

-  ven mami que, quiero contarte lo que soñé -

más,

al pasar mi brazo por sus hombros,

todo se volvió oscuro

y la claridad  de la mañana hirió mis ojos

con su luz.

Abrazado a mi almohada lloraba,

y madre había partido

para no volver.

 

Porque no hay bueno ni malo,

ni odio ni amor;

porque la justicia no existe

en la absoluta matrix de Dios.

 

 

 


 

 

 

 


Fecha Publicación: 2022-01-01T02:57:00.002-05:00




Ella siempre anunció que se iría.

Con sus manos de pan un día,
quiso desbaratar de mi rostro 
la tristeza amarga de no verla;
pero al cerrarse la puerta, 
como esa vez, 
en mis pupilas 
ha comenzado, 
profusamente a llover .  . .

En los domingos vacíos de horizonte, 
traía enojada un periódico,
entre regaños y malas palabras;
lo traía hasta lo alto de mi cama 
para que en los clasificados, buscara 
cómo salir al mundo a luchar.

Más ahora 
¿Cómo será Navidad sin ella?
Ella, que tanto hizo 
para traernos en Noche Buena, 
siempre algo de comer;
ella que alumbraba con milagros inesperados
nuestras caritas de sombría espera.
Ella, 
nuestra causa y referente,
esta Navidad,
no estará. . .

Últimamente 
se dedicó a contemplar cómo iban por la vida sus hijos, 
y los hijos de sus hijos.
Últimamente
dejaba que el paso redoblado del tiempo 
derrochara sus horas sin ella;
hasta que una madrugada de angustia, 
se convirtió en recuerdo.

Este onomástico
por primera vez no me ha llamado.
En vano he esperado todo el día 
repasando mentalmente 
nuestras horas de charla.
En vano he querido acordarme de lo que decía;
sólo recuerdo su risa; 
riendo cómplice de mis bromas;
su risa,
que no resplandece, ahora, 
en la honda soledad del alma
cuando tengo miedo
y ya comienza a anochecer.

A través de las calles, 
siento la asfixiante bruma
que se ha ido
y apesadumbrado, 
regreso a los lugares donde debería encontrarla.

Ya no me espera
a ninguna hora
y un mal presagio 
barrunta 
sordas campanadas 
en el corazón . . .



Etiquetas: [Mi generación]  
Fecha Publicación: 2021-11-01T08:25:00.004-05:00


Mi generación,
que abrió los ojos
en medio de la guerra de Vietnam 
y la rebeldía de Casius Clay.

Aquellos días de descubrimiento,
invierno o sol;
de jóvenes colocando flores 
en los cañones de las armas,
con su conmovedora alegría
y su seña inequívoca,
de amor y paz.

Mi generación, 
que creció recordando a los Beatles 
y la presencia buena de Mama Cas; 
que se adhirió al rock en castellano
cuando lo de las Malvinas,
sin abandonar jamás 
a Michael o Elton John.

Que vio estremecida 
el genocidio del World Trade, 
pantomima infame,
para invadir Afganistán
y luego Irak;
destruir a la preciosa Libia,
diseminado en Europa 
la septisemia musulmán.

Mi generación,
que ha llorado impotente
"las primaveras",
y la osadía de un joven hermoso,
que detuvo armado 
con sus bolsas de mercado,
una hilera de tanques,
antes de la masacre 
a la libertad.

Mudos estamos ante
el holocausto de Palestina,
sin entender que son
sacrificios humanos
a atávicos dioses,
que desde antes del hombre
nos gobiernan.
Porque ya lo dijo
la buena nueva:
"los reinos de la tierra 
le han sido dados, todos, 
a Satán".

Mi generación,
hogareña y virtudita,
que la contracultura ha vanalizado,
porque nuestro ideal
no consiguió detener las guerras, 
la usura,
ni la mentira que nos informan
día a día,
como si fuera verdad.

Somos un experimento
de una raza que desdeña
nuestros conceptos de bien y de mal;
sólo explicable con la dialéctica,
donde triunfa la selección natural:
el más fuerte
ataca Siria o Yemen,
por expandir su influencia
y transportar a otras lindes, 
recursos naturales ajenos
petróleo y gas.

Sentenciados vamos
a ser desaparecidos
o diezmados,
con ideologías trastornadas, 
con virus y vacunas,
cual otro diluvio universal.

En la revolución de las comunicaciones,
ya no son necesarias las armas
pues los pueblos de la tierra
aman la paz;
se les cayó la careta,
y la verdad nos empuja
a enfrentar nuestra palabra
contra fuerzas armadas
que gobiernos ceban,
no para defendernos, 
sino, para que nos callen
con legislaciones, tortura y muerte,
y que todas nuestras voces
no alcancen para liberar a Assange.

Hemos sido puestos
con nuestros libros y música,
en un archivo del mundo virtual;
porque las redes
imponen otro tipo de goce y de protesta,
porque la contracultura,
ejerce la sinapsis
desde sus celulares;
y tienden a cambiar el sistema
que no pudimos nosotros,
y que gobernó hasta ahora
nuestro planeta.

Porque si hay algo 
que no muere con la descarga de metralla, 
es el anhelo en el alma
de compartirlo todo,
la dicha del amor,
tu amor, mi amor,
y la convivencia en paz.


Etiquetas: [Punto de luz]  
Fecha Publicación: 2021-08-15T03:58:00.000-05:00



Desasido de tu voz
un universo de ficción
nos traga
¿Qué somos en medio
de tantos símbolos
para no perdernos
en lo desconocido?
un destello de conciencia
en la soledad infinita,
un punto de observación
al recuerdo
que se desvanece
para siempre,
entre transparencias.

Nada es ciertamente asible,
ni la geometría de las formas,
ni la textura de las cosas;
nada es cierto, 
salvo,
el reflejo de un universo
simbolizado en nuestro cerebro,
salvo mirar tus pupilas
y confundir la eternidad
con ese momento

¿Qué seremos sin amor?
cocuyos de sol perdidos
en la lúgubre pesadumbre del espacio,
reflejo de astros que tiritan
tras el domo inexpugnable.
En la noche constelada y triste,
esclavos de la soledad,
condenados a morir y sufrir,
sin haber conocido la deidad.

¿Qué seríamos sin metas?
sin ilusiones qué acariciar,
sin tristezas qué saborear;
¡Qué seríamos
sin nuestra diferencia animal!
si apenas hemos cambiando 
el hambre de las bestias
por el apetito mental.

Podríamos llenar el planeta
de enciclopédicas historias, 
consejos, moralejas y ciencias
que eviten equivocarnos,
pero si hacer el bien o el mal
también produce gozo
¿para qué temer o confiar
si hemos nacido para morir?

Construyes tu casa
para que vivan tus sueños,
tu juventud;
pero absorto por lograrlos,
un día descubres
que la vida se ha ido
y estas rodeado de recuerdos
esperando reunirte
con personas que ya murieron.

No queda más que
seguir andando con nuestro legajo de sueños,
no queda más que seguir esperando
a la musa del corazón,
para reflejarnos en sus retinas
cómo quisiéramos,
alegres de alegría
hasta que se apague la luz.



Fecha Publicación: 2021-06-24T04:26:00.000-05:00





Un día descubrirás
la oscuridad que hay
tras la luz solar 
que ríe enredada en tus pestañas;
los motivos de la cadencia del fuego,
cuando en medio de la primavera,
danza al eco lejano
de alaridos del infierno.

Un día descubrirás, 
perplejo,
lo que siempre sucedió
tras tus párpados ciegos,
por qué el dolor nace
como un filo cortante
que te abre de muerte el pecho.

En la decepción descubres
que nada es cierto, salvo 
que estás solo 
y que debes seguir andando.
Que son sólo fantasías
las palabras que tiendes
hacia otros, como tú,
que aparecieron unos instantes
para transformarse también 
en recuerdos.

Una anciana ríe contenta,
dicharachera.
Relata sus romances
ufanando cada victoria
hasta ocultar, tras brillo triunfal,
su lascivia enferma
de mil insinuaciones gratuitas,
hasta podrir de tristeza y lodo
lo que creímos era en ella,
reserva moral.

Brillan sus ojos 
cuando narra con deleite 
cada traición a quienes le
abrieron su hogar.
Para sus gozadores incondicionales, 
es el  justo premio al ego,
la degeneración que los hice modernos,
la bacinica que, 
a cualquier hora 
recibe sus miserias
sin recibir prebenda,
en sigilosa y cómplice morbosidad.

Un día descubres
que todos saben
lo que tú ignorabas todo el tiempo.
Disimuladamente
y a espaldas de los demás,
la cortesana urde su dicha
de lágrimas y mentiras,
le siguen todos en coro,
cuando exige se le llame "santa";
cuando su afición es
pervertir sibilinamente, 
corromper debilidades,
como lo hace Satanás.

El tiempo,
encargado de poner
cada cosa en su lugar
marca el fin de todo lo actuado.
Ya no hay fornicarios,
y los halagos se han marchado
dejando en el espejo, 
la hórrida imagen
de un mundo devastado
por otros de mayor malignidad.
Otros pocos, que rocían o inyectan 
sus abyecciones letales;
otros, a quienes siempre obedecímos 
y empoderamos
sin llamarlos nunca
apóstoles de Satán.


Etiquetas: [Triunfo macabro]  
Fecha Publicación: 2021-04-10T06:37:00.000-05:00




El adiós no termina
cuando el amor
ha durado toda la vida.

Esplenden los días
radiantes de sol y cielo azul;
más, aquí, en mi alma,
una lluvia insistente
no me deja en paz.

Mientras podíamos reír
o enfadar,
la vida era urdida 
mirándonos uno al otro,
sin abandonarnos jamás.
Pero hay que ser sinceros,
más allá de tus rosarios y catecismos,
están ésos, 
los matarifes de nuestro tiempo,
que teniéndolo todo,
no dejan de sembrar la muerte 
para toda la humanidad.

Cuánto lloraste,
madrecita buena,
la prohibición de no ver a nadie 
venir a acompañarte a cumplir
tu hórrida sentencia;
cuánto dolor quebró mi alma
al ver tu carita resignada y con pena,
tras el cristal sin caricias
de indiferente féretro.

Al alba de un lunes ebrio de sol,
tu almita atormentada
no soportó más dolor
y huyó de su cruel martirio
a buscar la misericordia de Dios.

¡Qué dolor! tu imagen de niña inocente
que se quedó dormida llorando . . .!
Te dormiste madrecita
sin poder soportar más tormento 
de tus asesinos,
sin poder esperar 
el último beso de tu hijo. . .!

Coincidiremos aquí
que Satanás estará de fiesta,
transfigurándose
en los desalmados que,
desquitando su pago,
simulan hacer un bien
cuando sólo nos quieren desaparecer.
Pero, heroína de mis días, 
tu sombra es tan grande,
que hasta lo nocivo
te sirve a ti para triunfar.

Así, muerta inmortal,
te habrás ido 
olvidando y perdonando.
Por las aceras solariegas de las iglesias,
andarás ahora, jubilosa;
a pasos lentos y contentos,
haciendo una venia sonriente 
y llena de gracia
a cuanta persona te llegues a encontrar.

Porque, cuando le tuerces la mano al destino
y le ganas en todo,
vas con tu última llama de vida
a enfrentarte con la muerte
¡¡y la vences!!
sin triunfalismos,
para llenarla de perdón y de vida.

Así, reina entre las reinas,
nos reuniremos todos
una mañana pálida,
al borde de aquella mesa interminable
que heredaras de otra mujer
que llamabas también mamá;
y ya no estarás cansada,
y al eco estentóreo de tu voz
me levantaré como un rayo
para preguntar al infinito
en qué puedo servirte.

Tal como quisiste,
un lunes temprano
el sol pasó por un tamiz
su polvo de oro
y vistió de apacible solaz la ciudad;
sin llantos ni tristezas,
porque así enseñabas
madrecita buena:
"que todos estamos de paso
y que la muerte,
es mejor que sea de sorpresa"

- ¿No es cierto mamá . . .?



Fecha Publicación: 2021-02-17T19:37:00.002-05:00



Detrás de la belleza
siempre habrá una historia 
de fango y de dolor.

Vinimos todos a destiempo
a rescatarte del sufrimiento.
Vinimos todos a besar
las sábanas ya lavadas
de tus excrementos.

En la tardanza está nuestra liturgia
de venerarte cada cierto tiempo.
El adviento de la flor que nace
para ser arrojada a la vorágine
que, desde lejos,
hace espuma de rabia
y va a estrellarse
contra la fantasía de los cines
y las babeles de cemento.

Quedaron contigo 
las quejas cárdenas 
sobre tu cuerpo;
gritando en silencio, también,
la mágica leyenda de tu creación,
totalmente rota ,
sin decir jamás 
su monstruoso padecimiento.

Los afeites, 
no pudieron alcanzar tus manos
para la última escenificación.
Sin levar se quedó tu seno,
la última mentira 
se quedó sin armar tu sonrisa.
Dejaste un mundo de seres humanos
huérfanos de ti;
ciegos, 
sólo con esclerótica,
totalmente consternados.

Se oscureció todo en la habitación, 
tus fantasmas atemporales 
y tu sed inacabable de amor.
De seguro te sentiste liberada
mirando ausente a tus sicarios, 
asegurándose de su daño;
de seguro te viste a ti misma,
irreconocible,
y ya con escalofríos de muerte,
te olvidaste de ti 
dejando sin pintar tus labios.

Con los años, 
se volvió rica tu empleada,
los testigos desaparecieron
y tus dos últimos amantes,
murieron como corresponde,
asesinados trágicamente.
Cada uno en su momento.

Siempre vengo a tu altar,
bajo el domo del cielo
a dedicarte un pensamiento;
como que algo quedó inconcluso
entre el cristal de la vida
y el paso inexorable del tiempo,
como que algo todavía nos duele
y que sin ti, quedará penando
muy adentro . . .!



Fecha Publicación: 2021-02-03T08:48:00.005-05:00




Los magnates han ordenado
no ver más gente feliz.
Los únicos felices
sólo pueden ser ellos;
ricos, opulentos
imprimiendo tanto dinero,
como para hacer realidad 
todos los sueños del mundo entero.

Por todos lados
hay personas portando y esperando amor,
pero yo recuerdo 
esperas convertidas
en años;
miríadas de días sin amor.

Me han traído, de no sé dónde,
a un vergel de humanos,
de zumo y mostos agradables, 
sonrisas luminosas 
que ahora cubren con tapabocas,
y vívidas miradas,
que buscan con ansia lo prometido:
una vida mejor.

Deambulo por las calles
y por el mundo virtual;
y veo amor desperdiciándose 
en gente despreciable 
o echándose a la infertilidad.
Hermosos gestos y actitudes,
pero ninguna
que los lleve a despertar.

Un pueblo indiferente
marcha por las calles
sin jamás voltear;
sin jamás advertir
el fantasma que se esparce
ante nuestros ojos,
ávido de sembrar muerte,
miedo, infelicidad.

(Si hay alguien 
a quién darle largas,
que sea a mí;
si hay alguien a quién trasmañanar,
que sea a mí;
si hay alguien a quién omitir u olvidar
que sea a mí.)

El dulce zumo
que lentamente destilas
en tu mayor soledad;
la dulce miel
sin destinatario,
que mana cuando amanece el deseo
en el alba sola,
ésa, 
la que se va a desperdiciar
ésa, dámela a mí.

De mi propia entrega valiosa
nace mi veste de exclusión,
en mi propio verbo
tengo la frase verdadera
que me aparta
de sus mundos.
Lo que no puedes hacer,
es precisamente 
dejar de ser halagüeño,
dejar de ser mendaz;
porque el mundo
es un universo de engaños
en donde triunfa
quien miente diciendo
que es verdad.

Aquí estamos, confinados,
para ver si extendemos la pobreza y el contagio;
y en los rumbos,
nos vigilan, nos multan, nos arrestan
para mantenernos alejados
unos de otros, 
y no encontremos por inercia
la unión, la duda, la desobediencia
que destruya
esta dictadura insana
impuesta en todo el planeta.

Ejércitos de humanos
armados y lobotomizados
nos aterrorizan en los televisores,
en los caminos,
al asomarnos a nuestras puertas;
nos encarcelan, nos torturan 
y, a su libre albedrío,
nos matan y desaparecen
sin dejar huella;
todo en nombre de "su ley" 
de "cuidar nuestra salud"
de este virus que crearon en Wuhan.

Convertidos en un pueblo fantasma
marchamos amordazados
hacia la orden de vacunación mundial.
Pavorosa condena
a enfermedades dolorosas, tristes, crónicas
qué solo buscan . . .
(HAY QUE DECIRLO)
nuestra desaparición total.


Etiquetas: [Femenicidio]  
Fecha Publicación: 2021-01-18T11:15:00.017-05:00


El recuerdo fulge en su mental bruma,
como tétrica noche de cuchillos,
sin luceros y sin luna.

Un dolor inmenso
lo atraviesa en medio pecho,
dolor que no sabe de compasión ninguna;
porque enseñaron desde pequeño
cuán sagrada es la madre
como la amada,
por su fidelidad y amor que,
una vez prendado,
con nada trocan
ni se compara.

Atónito la escuchaba gemir,
con esforzados resuellos,
restregando con frenesí,
vellos contra ajenos vellos,
intimidad que día a día
llegáronse a prometer.

A rienda suelta,
corcoveaba con gran concupiscencia.
Ante soflamas ardientes de adúlteros amantes,
respondía halagüeña, guasa, anhelante;
horadaba la blanda hendidura de sus carnes hasta chafar su redondez de luna 
contra cimbreantes y babeantes, 
perchas cimarronas.

De nada sirvieron ruegos,
ni reclamos airados
de lágrimas llenos.
Ante las mofas y risotadas
de gañanes sorprendidos,
furiosa le gritaba:
"¡que se largue!,
¡qué se vaya!.
¡que no lo amaba . . .!'

Inútil llamar a la cordura, 
pues no lo hacía por paga alguna;
sólo era el ánimo de probar 
que, si quería,
podía entrar a cualquier hogar
(hermana, madre, amiga)
y en medio de las sombras 
y las espaldas, 
comprobar que nadie goza fidelidad
cuando se le antoja ser 
la reina de las barraganas.

Y, a falta de leyes,
¿qué se puede hacer
ante tamaña bajeza?
¿Perdonar . . .?
¿Callar . . .?
¿Bajar la cabeza . . .?
O apretar su cuello,
hasta que todo signo de vida
desaparezca . . .


Etiquetas: [Ex profeso]  
Fecha Publicación: 2021-01-01T10:23:00.005-05:00




Destruyéndome por dentro,
escribo,
perseguido por la razón.
Escribo, 
lo que avergüenza mis labios
y que guardo en secreto
en el silencio de mi voz.

Cuántos astros
se habrán encendido y apagado
en la soledad del universo azul;
hasta creer 
que todo lo equivocó el destino,
ex profeso,
para conocer a Dios.

En este dictatorial confinamiento,
he aprendido a ver 
en las pupilas de las gentes,
su alma presa y transparente;
asomarse etérea con sus sueños,
intencionada, ligera y cristalina, 
queriendo escapar en el aliento.

Terminada la labor sólo hay cansancio,
y otra vez tu recuerdo,
vuelve a ser el alma,
mi propio yo,
a ser la dinámica que
orienta mi vida,
la ilusión ambicionada,
la cálida luz del sol.

Imposible que, 
luego de haber visto
el terrible fallo,
de donde nace
todo lo malo,
quieras desafiar al sino
anteponiendo tu horizonte
a todo lo torcido.

Es noche
cuando se encienden
esmeraldas en el oscuro regreso;
y rubíes y amatistas,
en las venas negras de la ciudad;
es noche cuando sonríes
en mis sienes
y tu mirar sin restricciones 
me llena de una hermosa paz.

La humanidad entera
marcha aterrada,
con tapabocas,
buscando en qué trabajar;
los arrestan, los torturan, 
y los multan, y los matan;
utilizando un axioma perverso y falaz.
Ellos roban sus mercancías y sus impuestos,
y los criminalizan en los noticieros,
cuando no se dejan robar.

Algún día recorriendo
el mundo que hay en tus brazos,
olvidaré la mafiosa sociedad
de izquierdas y derechas;
algún día la historia
no será más que una anécdota
y me dedicaré cada noche
a descubrir amaneceres de dicha
en cada comisura de tu piel.

Por ahora,
conjugo mi verbo con tu nombre,
entre líneas,
tu recuerdo se ha vuelto mi cielo,
mi sol;
hay amores 
que no pueden estar en nuestras vidas,
pero sí en nuestro corazón.


Etiquetas: [Despertar número 33]  
Fecha Publicación: 2020-08-03T11:28:00.001-05:00

Cada cosa tiene en sí...
un universo de silencio
palpitando entre risas y tragedias, 
adioses y regresos.
Abrazos de consuelos 
y tiernísimos te quieros, 
se van desvaneciendo 
en la lejanía asaz del tiempo
hasta dejarnos ciegos... 

¡Cada cosa tiene tanta vida nuestra... !
tanta música de otra época...! 
que es mejor,
andar entre ellas
simulando indiferencia;
jamás cogerles ningún afecto;
y jamás, arrojar el alma a su infinito. 
Nunca miremos hasta llorar 
o enloquecer, 
su hondo 
precipicio de recuerdos. 

Un pasado incalculable 
sustenta cada cosa...  
y cada una de ellas, 
cientos de ecuaciones improntas. 
Todas con valor a cero, ahora;
porque a un incierto vacío, 
equivale ya ésa gran pérdida;
y a nada, también,  
aquella emoción de alegría
que hoy, contemplamos, muerta. 

Un triunfo triste
nos acaricia doliente
por haber vivido; 
es la nostalgia de contemplar
que no tenemos más tiempo
para pedir 
nuevas oportunidades
antes que la vida acabe. 

Solitarios
en nuestra agenda monótona
de días, 
esperaremos llegar por inercia, 
hasta la pincelada final de nuestra historia. 

He aquí 
que todo lo vivido, 
no es más que el tiempo
que dura un recuerdo;
cabalgando siempre, 
alejándose constantemente, 
hasta desaparecer por completo... 

¡Ay, la hórrida conciencia
de saber, 
que de aquí, 
no escaparemos...!


Etiquetas: [De recuerdos en recuerdos]  
Fecha Publicación: 2020-07-14T17:50:00.000-05:00

Tras el correr adorable
de cristalino río, 
se alza inalcanzable, 
otro horizonte. 

La juventud se va alegre
hasta el cansancio;
por una ruta 
áurea de sol... ! 

Detener aquí nuestro reloj, 
sobre esta piedra.
El viento gira en lo alto
y borra para siempre
todas nuestras huellas. 

Extender los brazos
y sentirse capaz del mundo;
cual riachuelo impetuoso, 
con ansias de conocerlo todo. 

Si pudiera, 
cambiaría mi tesoro de instantáneas, 
por ser la lumbre de tu hogar. 
Ser contigo la causa 
del sonreír del alba;
y entre el frío transcurrir 
de la mañana, 
dejar que en la habitación callada, 
nuestras quedas charlas, 
despierten a melifluar. 

¡Espejismo
a distancia incalculable
de nuestra sed! 
gota de amor en el desierto
que, nos salva, 
como luz tocando nuestra frente
en acariciado "tal vez"...! 

¡Oh, festival precioso! 
el de los sueños...
o, anticuario amado 
de bellos recuerdos. 

Felices todos, 
¡sí! 
¡siempre!
Y tempranamente, muertos. 

Parados, 
en el constante umbral incierto, 
elegiremos el adiós
que nos llene el alma de tu perfume, 
y nos iremos
a desangrar la tristeza 
de nuestra herida ilusión. 

Esta es la sangre de amor 
que, vertida, 
forja los rubíes
de las límpidas facetas
del diamante;

es la noche sin aurora
por donde avanzan indecisos, 
ciegos, nuestros pasos; 
esperando hallar más camino 
bajo mis pies. 

Porque, aunque la muerte 
resuelve y cancela todo;
tras ella y antes de ella, 
existirá amor, 
con qué zurcir al alma
esa tierna fe de esperarte, 
en cada destino;
brillando como zafir en el infinito;
o sólo, 
en lo hondo del corazón...!



Etiquetas: [Muerte en la residencia de ancianos]  
Fecha Publicación: 2020-06-26T11:02:00.002-05:00


Los días del ayer
han quedado estáticos,
grabados bajo tamiz de oro
o velo lúgubre de azul noche.

Tres lágrimas de diamante
corrían perseguidas
por la tristeza de aquellos días;
nuestras pupilas vacías
aceptaron pagar el sacrificio,
sin calcular nunca
cuán inmensa fue la pérdida
que desoló jardines futuros,
dejando marchitas por doquier,
promesas muertas.

Siempre volteo para ver si me esperas;
si el vuelo aún no partió
y se torna milagro la esperanza
de que, por la sala de embarque...
sonriente vuelvas...!

Siempre volteo a mirar,
pero ya es tarde;
y un dolor se asienta
como polvo de olvido
que asfixia,
la agónica resignación del alma.

Más,
siempre volteo a buscarte,
con esa ansia fantasmal de verte,
recogiendo a lloros
nuestras horas muertas;

volteo a contra luz,
frente al umbral
de una solitaria puerta;
busco transido,
el socorro de tu mirar
antes de cruzar;

antes de la oscuridad total,
tal vez,
te vea venir corriendo
a borrar con el alma,
todo lo que hicimos mal;

juntaremos, entonces, los destrozos
que quedó de nuestros sueños;
y bordaremos,
los últimos días de la vida...
¡de ternura!
de senil felicidad...



Etiquetas: [La plaga]  
Fecha Publicación: 2020-04-11T14:19:00.000-05:00

Cuando la pandemia
atacó a la raza humana,
se sorprendieron las calles
con manadas de animales
descubiertas por las tempranas
horas de sol.
Antes,
en peligro de extinción,
pululaban escondidos en
las selvas verdes,
en los pocos bosques,
que las motosierras,
no habían arrasado aún.


Asomados a su geometría de cemento,
los últimos humanos esperaban,
a que pase el virus,
su última "creación",
por desaparecer a otros,
que al pensar diferente,
sentían amenazaban ;
a la propia especie . . .


Aplaudían conmovidos,
las heroicas jornadas
de los médicos,
y buscaban en el ocio
de la cuarentena,
una renta sutil de compasión;
una especie de riqueza
que cobraban,
cual un símil de "teoría de las cuerdas"
tendidas en el espacio inhabitable,
para no morir de soledad,
como de inanición.


Los negocios estaban listos
(¿cuántos morirían?)


Más, los muertos,
se contaron por millares;
desbordaron las morgues y hospitales,
se arrumaron con asombro en los basurales,
se abandonaron en las calles estupefactas,
se desecharon con frío
en el silencio de los mares.


Venablos de politica y dinero,
se grafiaban afilados
en las Redes Sociales;
como fotones malignos dirigidos
a quienes sentían enemigos,
antes que se hiciera
la oscuridad total.


Con sus últimos instantes,
los humanos,
contribuyeron a abultar
una gran deuda, impagable;
y suplicaban, antes de morir,
periodos de gracia
a un dios impreso, de papel,
custodiado en bóvedas de bancos,
a cuyas pétreas iglesias,
ante la muerte,
los humanos,
habían dejado, impíos, de ir.


La pandemia,
seguía regando cadáveres . . .
En bolsas negras se apilaban,
¡muchos!,
en camiones, empaquetados,
como hórridas encomiendas;
como miserables cosas,
destinadas al silo o
a la fosa común.


Cuando la pandemia
atacó a la plaga de humanos,
estos quedaron tirados,
a media labor,
vacíos de todos sus sueños;
con pañuelos tapando
el desfogue de sus almas,
como pidiendo perdón.


Fueron demasiadas ojivas,
demasiados desastres nucleares;
fueron demasiadas guerras
y autoatentados dolorosos,
como el triste genocidio
del World Trader.


¿Cómo llegamos a pagar tanto,
por vivir en un planeta,
qué nos dá todo gratis?


¿Cómo fue que permitimos
manipular un virus inofensivo,
para que siegue,
nuestra propia existencia
del único y hermoso planeta?


Brilla un sol pálido
en las playas de los océanos . . .


Ya sin la plaga humana;
juguetean los dromedarios
en la espuma dichosa
que rueda hacia la arena,
ante el horizonte azul.
Haciendo alarde de valentía,
un tímido elefante joven
camina airoso,
por la desolada,
principal avenida;
esta vez,
luce tranquila,
toda llena de amor. . . !


Etiquetas: [Miscelánea]  
Fecha Publicación: 2020-03-18T09:13:00.000-05:00

Toda mi existencia
es una necesidad;
un estar parado en el instante
que siempre me ha de postergar.
Observo sus ojos de dulce mirar,
también desean lo que yo;
pero su deseo con el mío
jamás se encontrarán.


Han pasado muchas vidas;
instantes de noches y días,
sinceramente, inolvidables;
más, del emigrar de las aves,
ninguna miga quedó,
para hoy,
que muero de hambre.


Con este sentimiento
alborando en la mano,
me acerco;
el corazón es un sembrío
de sueños y cosas por terminar.
Desde el alma puedo ver,
sin ser observado
que su ansia necesita
la tórrida sed de mi edad;
más, de esta dimensión lejana,
no hay cómo escapar.


Si acaso, creer que soy brisa,
coincidiendo con su mano,
en su volcán, desbordando miel;
si acaso cierzo
para morder su boca,
marcándole el brillo
en el rojo de sus labios;
asiendo los frutos de su edad, 
con mis manos,
blancos, iluminados;
que tientan tímidamente,
en la sorpresa,
dejarse acariciar.


Imagino su piel intacta,
cuando acerque el misterio de su quebrada,
a la salvaje grama que me acompaña;
imagino su delicadez mullida,
tomar asiento
al borde del abismo de pasión
en que se deja caer el alma;
cuando, adentrándome,
lentamente,
cese de mirarla . . .


¡Oh, estoy aquí!
por favor,
no entregues tu clavel
a quien no querrá volver...!
Detengámonos aquí,
entre el sueño y la añoranza,
para hacer otra realidad
en donde nadie pueda perder.


Ha pasado.
No queda sino, apagar
mi flama, también;
y recordarla en las altas sombras.
Sólo queda esta soledad
vacía de amor
y llena de instantáneas
para rescatar su instante,
su genuina ansia;
cuando esté terriblemente solo,
como hoy,
y ella sólo sea,
otra triste miscelánea.


Etiquetas: [Liturgia]  
Fecha Publicación: 2020-02-29T18:02:00.002-05:00

La adicción de tus efluvios y esencias,
huelgan hoy, sobre mi sed.
A latigazos traen,
la suave sensación
de tus vísceras amadas;
contenidas tan sólo,
por un cálido conducto; donde,
inexplicablemente,
se enfrentan en lucha ciega y salvaje,
tu cántaro y amasijo,
tu ser y mi ser.


Las formas mullidas que te abarrotan,
dibujan a contraluz,
la mujer totalitaria y procaz,
cuando reinas con majestad
sobre la fruición;
forzando con tu naturaleza redonda y blanda,
abnegada y materna,
extraer a viva fuerza,
(¡a borbotones!)
la savia enraizada de mi circunstancia;
aquella, que cuando te miro, irte,
te atenaza con ansia.


Háblame con tu boca, roja;
sucia de dulces conjuros;
muérdeme la piel,
que la vida, aquí mismo,
te la quiero verter
a cambio de hender tu carne;
a cambio de desatar
ese deseo
perturbador y orante,
que de tanto esperar bajo la luna,
creció como yerba en el yermo acariciable;
silvestre y perfumada,
donde afirman páginas sagradas,
fluye perennemente, de una hendidura,
rica leche y miel.


¡Oh, devela
el mundo incognoscible
de tus caderas!
y toma asiento en mí;
llena mi boca y mi aliento
de tus fluidos y aromas,
que condenaron a querubines,
a fornicar con locura;
por ganar para sí,
el blando pan de tu sonrisa.


Convídame de tu fruta,
inocente y pervertida;
aquella que escondes pudorosa
tras tu cándida mirada;
a sabiendas que tu cuerpo
dibuja holguras de placeres,
que los hados no llegan ni a imaginar.


Cobija mi ser malvado
entre tus senos;
y cuando esté allí,
lujuriosa sacerdotisa de la carne,
enséñame tu liturgia;
muéstrame tus pozos y senderos,
desde donde
bebes y compartes el universo;
porque eres el tesoro
que se reditúa
de la sed del mundo;
sin fidelidades absurdas
cuando se trata de sentir,
sobre tu grupa, 
la fuerza de la animalidad,
abriendo tus entrañas,
sin humanos conceptos
de ética o moral.


Húndeme en tu erótica demencia,
hasta comprender uno a uno,
los mágicos estertores
de tu orgasmo;
tu lluvia de primavera,
tu aliento de verano;
el titilar lujurioso de tu estrella
cuando traspasas sin dudar y frenética,
con mi único capullo,
los límites del bien y del mal.


Fecunda con mi alarde y finitud,
la nova hacedora de tu ser;
para que yo, nunca más vuelva en mí;
para que la vida,
¡sea, como fuera!,
valga la pena vivir!


Etiquetas: [La era del mal]  
Fecha Publicación: 2020-02-14T12:30:00.000-05:00

Sombra
asomada a los ojos.
piel
asomada a los sentidos;
acariciado por el azul
constelado de los sueños,
despertando, diariamente,
al astro ardiente de los cielos.


Instinto
despertando hambriento
a un mundo ajeno;
fragante de vida, de colores;
y rodando junto a ellos,
cuesta abajo,
en el loco devenir del tiempo.


No soy más que
nombre, violencia e instinto;
encadenado a enciclopedias
y símbolos;
cuando no, a un madero.


Tocado de auroras,
huyo del sufrimiento,
en un planeta que fulge
vigor, solidez,
empero,
que se para destruyendo.


Porque soy diferente de las cosas,
me identifico:
separado de por vida,
aparecido por casualidad
sin memoria y sin objeto.


Pago con mi propio tiempo
el aprender a vivir en paz,
con bien;
cuando el ciclo dialéctico constata,
que estamos en la era del mal.


Me remito inmortal
inconforme,
confundido,
¿Qué puedo tener de eternidad
si apenas soy,
cuando ya
he sido. . .?


Exactamente,
finito y de costado;
me constituyo y proclamo:
que así como a la vida,
sucede la muerte;
ha llegado la era
en que el mal triunfe.


Y ¿qué es el mal?
sino la locura de abrazar,
desesperadamente,
hasta la muerte,
algo material.


Etiquetas: [Cosmogónico]  
Fecha Publicación: 2020-02-02T09:53:00.000-05:00

A veces quiero decir
en medio de la frenética 
muchedumbre:
Recuerdo estarme yendo;
cuando un as de sol 
cegó en mis ojos su trayecto.

¡Corrí junto a tu estela, embelesado!
¡soñando . . .! 
me adentré en las luchas del mundo, 
por absolver tus tiernas  preguntas 
y porque tengas siempre
a quién volver tus tristes andanzas.

Eran tantas tus ansias de horizonte,
que me varé a medio camino, 
viendo alejarte hacia la tarde,
dejando mi orilla, taciturna,
umbría ya de ocaso.

Todo es luminosidad
cuando me hundo
en reminiscencias;
tus pequeños ratos
fueron por años,
anhelo que abracé con denuedo;
hasta que harta te fuiste 
para no volver,
una noche lóbrega que tinta mi saudade. 

Hoy en la velocidad de la redes;
vuelvo a ver tu sonrisa;
tu silueta reflejada y emergiendo
entre mil espejos
de agua inquieta;
rodeada de bienestar,  
te veo feliz jugar con tu destino,
en medio del espejismo 
de estar a tu lado,
recuérdome haciendo cientos de planes; 
para encontrarte hoy 
con un doloroso estarte bien, sin mí;
y me digo cosmogónico,
y extraviado, 
hay sueños que nunca
debieron ser.



Fecha Publicación: 2020-01-21T18:28:00.000-05:00


Vivir
y andando, darse cuenta
de lo horrendo que es . . .
Mientras sueñas,
atribuyes al azar
todo revés;
hasta que,
arrastrando el alma ,
te encuentras
con lo que ha de suceder.

Tal vez entre los planes
no esté el desposeer;
es más,
tal vez ni se percate
que, transhumanos llenos de prótesis,
sólo tratamos de imitarlo
¡Tan ocupado estará
en llenar los infinitos del alma!
que cuando el ruego
toque a insolencia,
nada, sólo, significará.

A cada bataola
no termina todo
como rocío y espuma,
estallando su belleza
entre arrecifes y peñas;
sino como carne tersa,
herida y sangrienta,
hecha queja.
Y si fuimos contentos,
no queremos irnos;
y si desgraciados,
la vida se hace luenga;
como si nunca, la muerte,
llevarnos  quisiera.

Tal vez, por sindéresis,
alguno,
tengamos que ayudarlo.
Lo primero será borrar de su rostro
esa saudade de muerte,
lo primero será,
ingresar en nuestro corazón
sus decepciones perennes,
hasta que el hartazgo
nos impida seguir;
y entendamos,
su absurdo primer mandamiento.

A imagen y semejanza,
en su mayor desespero,
el hombre voltea . . .

Al final de la agonía
y buscando un hálito de vida,
voltea,
¡a tratar de entenderlo . . .!
aunque el dios, sea Él.



Etiquetas: [Lo que nunca sucedió]  
Fecha Publicación: 2019-10-28T05:44:00.001-05:00

Atesora estas palabras
para cuando la ausencia duela;
cuando la nostalgia
deje establecido
su universo de astros
y mojadas estrellas.

Cuando se desaceleren
los caminos de la vida,
y sentada en la única piedra
que construiste,
veas que se van
y no los puedes seguir ya;
atisba el horizonte oscurecido
y siente el eco callado
de la promesa;
que incumplida aún palpita,
cual la luz de lejanos soles
que nuestros ojos
llenos de gracia contemplan;
pero que hace mucho
desaparecieron.

Te envío todo mi amor
en esta frase;
y aun, cuando el tiempo pase,
y borre cada palabra de la faz de la tierra,
será omnipresente 

en cada rincón del planeta;
como la espera también sueña,
lo que nunca sucedió.

Hasta que volvamos a estar juntos, amor;
hasta ese momento
en que la eternidad acabe,
recuerda que así yo ya no exista,
seguirá bogando mi amor en la tristeza,
repitiéndose en cada sonrisa
que se ilumine de ilusión.
Seguirá el amor, amor,
sin cuerpo, sin contenido, sin existencia,
esperando infinitamente por "vos".

Volveré a casa contigo, amor;
así no hayamos tenido nunca un hogar,
ni haya sabido jamás
de tu suave calor;
porque, también se extraña
el sueño que acariciándolo
se esfumó;
también se extraña
lo que deseamos con el alma
y nunca sucedió.

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