Fragmento de un pergamino con una procesión con el Sultán Murad III

El Imperio Otomano

El Imperio Otomano se inicio a partir de un pequeño estado en la Anatolia Occidente los gobernantes otomanos crearon un inmenso imperio de gran poderío, complejidad y sofisticación artística.

Los orígenes del Imperio Otomano

Los orígenes del Imperio Otomano se sitúan en la Anatolia Occidental. Durante el siglo XIV, el pequeño estado que rodeaba el Sogut empezó a aprovechar la decadencia de los turcos selyúcidas para ampliar su territorio. El derrumbe de los selyúcidas desencadenó una lucha por el poder en la región, en la que los musulmanes otomanos participaron movidos por su deseo de convertir nuevas tierras al islam.

Encabezados por Osmán I (1259-1326), que da nombre al imperio, los otomanos tomaron cautiva la ciudad de Bursa y la convirtieron en su capital. En el año 1345, el sucesor de Osmán, Orjan I, tomó Karasi. En 1361, los otomanos apresaron Edirne (Adrianópolis) y la proclamaron su nueva capital. Desde ella amenazaron Constantinopla e iniciaron una serie de largos e infructuosos asedios. Casi todas las conquistas realizadas antes del cambio de siglo se habían circunscrito a los Balcanes. Constantinopla seguía siendo el trofeo más ansiado.

Hacia 1403, los otomanos habían sometido Bulgaria, Macedonia, Serbia y gran parte de Grecia; sin embargo, un ataque perpetrado en 1402 por el líder mongol Tamerlán puso fin a las campañas en la región. Cuando el conquistador mongol de Persia y Asia Central se adentró en Anatolia, Bayaceto I (1360-1403) se vio obligado a responder. En la batalla de Ankara, en 1402, Tamerlán derrotó a Bayaceto y lo apresó. La muerte de Tamerlan en 1405 supuso el fin de los avances mongoles, al tiempo que el deceso de Bayaceto I también dejo a los otomanos sumidos en una crisis de sucesión que se prolongaría 11 años. Durante esta interrupción en el tiempo, los estados balcánicos y anatolios se independizaron del dominio otomano. Cuando Mehmet I fue proclamado al fin sultán en 1413, inició la restauración del imperio.

Mapa del Imperio Otomano a lo largo del tiempo
Mapa del Imperio Otomano a lo largo del tiempo

La estructura política del Imperio Otomano

El dirigente del Imperio Otomano era el sultán, que disfrutaba de un poder absoluto. En un principio, los gobernantes otomanos se habían denominados «gazis» o guerreros de la guerra santa, pero durante el mandato de Murat (1360-1389), el titulo fue sustituido por el de sultán o monarca.

El Diván

En los siglos posteriores se adoptó también el título de califa o líder religioso. Aunque el sultán ostentaba un control absoluto, para la administración del imperio contaba con la ayuda de un cuerpo burocrático de funcionarios dirigidos por el consejo supremo, el Diván. En el siglo XIV, el Diván estaba integrado únicamente por tres visires, cifra que para el siglo XVII se había aumentado a once visires, que departía directamente con el sultán.

El harén

La otra institución poderosa dentro del Gobierno otomano era el harén. El harén estaba gobernado por la «sultana valida», la madre del sultán, quien solía tomar partido en los asuntos de Estado. En grado de importancia, bajo ella se situaba la primera esposa del sultán o madre de su primogénito y, en un tercer nivel, las otras cuatro esposas oficiales. En el harén vivían también las concubinas, tanto del sultán como de sus oficiales más destacados, así como muchachas usadas para concertar matrimonios políticos. Al servicio del harén había dos niveles de eunucos, los negros y los blancos. Los eunucos negros eran esclavos africanos que servían a las mujeres y se hallaban bajo el control de un eunuco negro jefe, un miembro de la corte con gran poder.

Los eunucos blancos eran principalmente esclavos balcánicos y servían en la escuela de palacio donde estudiaban los niños escogidos que más tarde se convertirían en oficiales o jenízaros. Los jenízaros eran la caballería de elite del sultán. Acostumbraban a ser esclavos cristianos cuidadosamente seleccionados en las tierras conquistadas e instruidos en condiciones monásticas estrictas. Aunque no estaban obligados a convertirse al islam, muchos de ellos lo hacían.

Conquistas del Imperio Otomano

Traje ceremonial del Imperio Otomano en el siglo XVIII
Traje ceremonial del Imperio Otomano en el siglo XVIII

Con la reconstrucción del estado otomano durante los reinados de Mehmet I (1413-1421) y su hijo Mural II (1421 -1451), el imperio pronto estuvo listo para reemprender su expansión. En 1444, los otomanos derrotaron a los cruzados polacos en la batalla de Varna, en la costa oeste del mar Negro. Murat acabó con la resistencia balcánica y subyugó a los estados balcánicos del este y el sur al control otomano. Bajo Mehmet II, «el Conquistador», el Imperio Otomano se convirtió en una gran potencia mundial.

En 1453, Mehmet II logró por fin tomar Constantinopla y convirtió el otrora centro del mundo bizantino en la nueva capital otomana. La ubicación estratégica de Constantinopla como nexo del Mediterráneo con el mar Negro y punto de confluencia entre Europa y Asía hizo que aquella fuera una victoria fundamental. Gracias a ella, los otomanos no solo se convirtieron en los herederos de los bizantinos, sino que se hicieron con el control de las principales rutas comerciales. Mehmet II lideró también la anexión total de Bosnia, Serbia y Herzegovina a su imperio, así como la supresión definitiva de los demás estados anatolios rivales. Bajo Selim I (1512 1520), el imperio tuvo que hacer frente a la agresión del Imperio Iraní de los Safawíes, quienes, al igual que los musulmanes chiitas, estaban enfrentados religiosamente a los otomanos. En 1514, los otomanos derrotaron a los safawíes y ampliaron su influencia en el este. Selim inició entonces los ataques contra el Imperio Mameluco de Egipto y Siria y hacia 1517 había conquistado El Cairo.

El éxito de las conquistas otomanas se debía en parte a la desorganización y el poder en declive de muchos de sus adversarios. Además, los otomanos asimilaba las culturas que encontraban y no tardaron en adoptar algunas ideas de las sociedades helénicas y egipcias que dominaron. El trato considerado que daban a las poblaciones conquistadas solía granjearles una buena acogida.

La captura de Constantinopla

Mehmet II estaba decidido a derrotar Constantinopla. que siempre había repudiado con éxito el ataque otomano. Preparó el asalto final de la ciudad con sumo esmero, estableciendo fortalezas estratégicas a lo largo del Bósforo, las cuales servirían para impedir que llegaran provisiones a la ciudad y para defenderse de los posibles refuerzos enviados por la Iglesia y el Sacro Imperio Romano. Había formado a su ejército en el uso de las últimas tecnologías militares, en especial de cañones de diseño húngaro. El 2 de abril de 1453, el ejército de Mehmet II inició su asedio a Constantinopla. Pese a usar los cañones, los turcos no lograron abrir ninguna brecha en las murallas externas de la ciudad y durante varias semanas Constantinopla aguantó estoicamente. Pero al final una de sus puertas principales cedió y la ciudad no tardó en caer en poder de los otomanos. El último emperador bizantino, Constantino XI, murió luchando por salvar su ciudad. Pese a las peticiones de auxilio enviadas al Papa, no recibió refuerzos. La ciudad fue saqueada por los conquistadores, pero Mehmet II instó a sus tropas a refrenarse para facilitar la conquista y muchos ciudadanos acogieron abiertamente a sus nuevos dirigentes.

Caída de Constantinopla
Caída de Constantinopla

Hagia Sofía, la basílica de Santa Sofía

La basílica de Santa Sofia era la mayor iglesia del mundo cristiano cuando los otomanos invadieron Constantinopla. La había erigido en el siglo VI el emperador Justiniano I sobre las ruinas de otra iglesia destruida durante una insurrección. Justiniano encargó a los arquitectos proyectar una estructura sin parangón. La enorme cúpula de la basílica media 30 metros de diámetro y, en lugar de apoyarse en pilares, pendía sobre el espacio interior principal. soportada por cuatro arcos. La iglesia estaba profusamente decorada con mosaicos bizantinos elaborados en vidrio y oro, y con pilares de mármol verde, blanco y púrpura. Cuando Mehmet II capturó la ciudad, la basílica permaneció intacta, aunque convertida en mezquita. Esta conversión implicó tapar los mosaicos con imágenes de Cristo y otros santos, ya que el islam prohíbe la representación de la forma humana. El alminar de madera que Mehmet II hizo añadir al edificio fue sustituido posteriormente por Solimán por cuatro estructuras más vistosas. Hagia Sofía representaba el pináculo de la arquitectura bizantina e influyó en el diseño futuro de las mezquitas de la dudad y de todo el imperio. El fracaso del arquitecto Atik Sinan de mejorar las dimensiones geométricas de la cúpula impulsó al decepcionado Mehmet II a ordenar su ejecución.

Solimán I el Magnífico

El Imperio Otomano alcanzó su máximo apogeo bajo el sultanato de Solimán I (1494-1566). Durante los 46 años que duró su reinado, el imperio amplió sus territorios a Europa, con la toma de Hungría en 1526 y la amenaza sobre Austria. Solimán sentía un especial interés por desestabilizar Europa, a la que consideraba la mayor amenaza para los otomanos, y construyó una flota con la que dominó el Mediterráneo y capturó Grecia e islas importantes como Chipre y Rodas, hasta entonces en manos de los venecianos. También apresó grandes territorios en el norte de África, desde Marruecos hasta Egipto. Solimán se autoproclamó califa, o gobernante del islam, título que justificaba la anexión de otros países islámicos como Azerbaiyán, Iraq y Arabia. Las enormes riquezas que Solimán obtuvo con el control del Mediterráneo y, sobre todo, de Egipto, le proveyeron con los recursos necesarios para erigir un imperio poderoso y espectacular, cuyo centro fue Constantinopla. Excelso mecenas de las artes, Solimán promovió la construcción de numerosos edificios arquitectónicos fascinantes en Constantinopla (la actual Estambul). Por otra parte, también organizó la administración del imperio con el fin de hacerla más eficaz, y reescribió el sistema legal otomano existente de acuerdo con las leyes de la sharia, la ley islámica derivada del Corán.

En su vida personal, Solimán fue un ser menos fascinante. Influido por su antigua concubina y posterior esposa Roxelana, Solimán mandó ejecutar a dos de sus hijos más capaces para promover al primogénito de Roxelana como heredero. Durante el reinado de Solimán, existía entre los otomanos un temor generalizado con respecto a los europeos, pues solo el monarca francés Francisco I había establecido relaciones diplomáticas con Solimán. Al fallecer el sultán en 1566 y ascender al trono su hijo Selim II, un auténtico inútil, el imperio entró en una lenta decadencia.

Solimán, El Magnífico
Solimán, El Magnífico

Cómo citarnos

González, María y Guzmán, Jorge (2022, 7 07Europe/Madrid noviembre). El Imperio Otomano. Historia Universal. https://mihistoriauniversal.com/edad-media/el-imperio-otomano