La desnutrición materna afecta significativamente al volumen de leche y a su composición en nutrientes.  No obstante, según los expertos, «la calidad de la leche dependerá de la nutrición materna, el número de veces y la fuerza de la succión del niño y la edad gestacional de la madre en el momento del parto».

La leche de la madre se adapta a los requerimientos nutricionales e inmunológicos del niño a medida que este crece y se desarrolla, pero según Carolina Muro, responsable de Nutrición y Salud de FIAB, «durante los seis primeros meses de lactancia, las mujeres deben aumentar su ingesta calórica en unas 500 Kcal/día más que las que necesitaba cuando estaba embarazada»

Las mujeres lactantes producen entre 500 y 700 ml de leche al día, con un elevado valor energético y rico contenido en micronutrientes, por lo que tienen mayores requerimientos de energía que las mujeres no lactantes. El consumo de proteínas es fundamental en este período y «al menos el 50% de las proteínas deben ser de alto valor biológico: señala Carolina Muro.  Además, se recomienda consumir entre un 30-35% de lípidos, principalmente aquellos que provienen del pescado azul, ya que los lactantes consiguen mejores resultados en las pruebas de evaluación neurológica. Los hidratos de carbono también son fundamentales en esta etapa pero se puede mantener el mismo porcentaje que las mujeres no lactantes. «Los hidratos de carbono deber aportar entre un 50-55% de las Kcal totales ingeridas», explica la experta. Además recuerda que «durante la lactancia los micronutrientes como el hierro, el calcio y el yodo son fundamentales»

Los requerimientos de vitaminas, tanto liposolubles como hidrosolubles, se ven incrementados durante la lactancia. Especial relevancia adquiere la vitamina A por su papel en el sistema inmunitario, en la visión y en la diferenciación celular, que debe incrementarse 500 pg/día con respecto a una mujer no lactante.

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