sábado, 14 de octubre de 2023

GRACIAS POR ELEGIRME

 
Hoy es un día tremendamente especial.
Hace 13 años ya, llegaste a este mundo y llenaste nuestras vidas de alegría.
Y desde entonces cada día a tu lado ha sido, y seguro seguirá siendo, una aventura repleta de sonrisas, aprendizaje y momentos inolvidables.
Mi mayor aventura con diferencia.
Hace unos pocos días una amiga me mandó un video que me llegó al alma; en él, una abuelita recitaba un poema de un libanés.
Este poema de Kahlil Gibran reflexiona sobre la idea de la educación, la independencia de los hijos y la importancia de permitirles ser quienes son, en lugar de intentar moldearlos según nuestros deseos.
Y el poema dice así:

"Tus hijos no son tus hijos, son los hijos e hijas del ansia de la vida por sí misma. Vienen a través de ti, pero no de ti, y aunque estén contigo, no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, porque ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes albergar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas viven en la casa del mañana, que no puedes visitar ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti, porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas, son lanzados. El arquero ve el blanco en el camino del infinito, y Él te doblega con Su poder para que sus flechas vayan veloces y lejos.
Deja que la mano del arquero te doblegue con alegría, porque, así como ama la flecha que vuela, así ama también el arco que permanece estable."


No puedo estar más de acuerdo. Esta conjetura de que "tus hijos no son tus hijos", te desafía para ser un padre más comprensivo y abierto. Te anima a escuchar, aprender y crecer junto con ellos, en lugar de imponer tus ideas y deseos sobre ellos.

Creo que el abrazar esta filosofía, hace que construyas relaciones más sólidas y auténticas, basadas en el respeto mutuo y el amor incondicional.
Para mí, ver crecer a mi hija es una experiencia conmovedora y gratificante, y en esta práctica atravieso una amplia gama de emociones, vibraciones y momentos inolvidables.
Y no tengo duda que todo esto que redacto, lo suscribiría igualmente su madre. Una gran y comprometida madre.
Y si, el tiempo pasa volando. No hay que desperdiciar ni un segundo.
Por eso, tengo muy claro que "perder el tiempo" con nuestros hijos, es ganarlo.
Impiden que nos lamentemos del pasado, pues son sus mejores frutos; son una aventura llena de sorpresas y cambios; La razón por la cual te haces más y más fuerte... y por el contrario, tu mayor debilidad.
Ahora miro sus ojos y veo un universo único, y en su corazón vislumbro como van brotando sueños que harán su camino ahora mágico y después único.
Nosotros tenemos la fortuna, como antes la tuvieron con nosotros nuestros padres, de ser sus guías en este viaje incierto, pero no somos propietarios de su ser ni mucho menos de su destino.
Me gusta pensar que es ella la que me ha elegido como padre y no al revés.
Porque a menudo caemos en la trampa de querer moldear a nuestros hijos según nuestras propias expectativas, deseos y sueños no realizados.
Y no, no podemos modelar sus sueños ni sus deseos, pero si podemos ofrecerles nuestro amor incondicional, consejos y compartir nuestras pasiones pero sin obligaciones.
Tienen voz y razón, y como tales caminan su propio sendero con su propia pasión y su propia seguridad. Tiene un camino único por recorrer, con lecciones que aprender y experiencias que vivir. Pienso que nuestra tarea como padres es estar allí mientras descubren su propia voz y su camino en la vida.
Un delicado equilibrio entre guiar y permitir.
Debemos permitir que crezcan y se conviertan en la persona única que están destinados a ser.
Así que un día como hoy, celebro todo esto; su esencia y su libertad, porque aunque no nos pertenezca en propiedad, siempre será nuestra en el alma y la eternidad.

¡¡Felicidades!!. Es un auténtico privilegio ser tu padre.


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